Kazunori Yamauchi y su equipo de Polyphony Digital siguen empeñados en que nos gusten los juegos de motor. Si con la millonaria saga GT no lo habían conseguido -cosa difícil- ahora se atreven a recortarnos goma. Quitémosle dos ruedas a la saga, pongámonos el traje de carreras, ajustemos el casco y abramos gas. Tourist Trophy está a la vuelta de la esquina, así que veamos qué nos depara la versión USA.
Y es que en PS2 los juegos de motos no es que sean una enorme lista. Es más, no hay ni siquiera los suficientes de calidad para contarlos con los dedos de una mano. Nos sobrarían como tres o cuatro. Los hechos son que en el lado arcade, MotoGP de Namco se muestra como un muy buen juego, pero desde luego no calma las ansias de los moteros jugones que ven cómo Climax Studios ha creado una saga a la altura con el homónimo de Namco en XBOX y PC.
En cuanto a la simulación -que Namco le ponga ese nombre a un modo de juego de su título es casi de risa-, podemos resumirlo en tres palabras: nada de nada. Todavía esperábamos algo a la altura. Y he aquí que Polyphony, casi sin avisar, anuncia la salida a la venta de un juego de motos realizado con el motor gráfico de GT4. Y no sólo eso, también con la cantidad de circuitos, opciones y diversión que han triunfado en las cuatro ruedas del producto de PD y SONY. Bueno, eso en teoría.
El juego vió la luz en Japón hace algo más de un mes, pero no ha sido hasta que hemos recibido la beta NTSC-USA que hemos podido adentrarnos en el juego para saciar vuestra sed de conocimientos sobre el título. Nuestras primeras impresiones se han realizado con esta versión. Nada de menús japoneses que no podemos descifrar y, por consiguiente, exprimir el juego hasta sus últimas consecuencias. Así sí se puede.
'Tourist Trophy' es, básicamente, GT4 a dos ruedas. Bien es verdad que cambia en varios parámetros, opciones y mecánica de juego, pero todo rezuma estilo a la cuarta entrega de Yamauchi-san. Para empezar, hay que decir que algunos circuitos son nuevos (el circuito español Ricardo Tormo, por ejemplo), y que unidos a la tremenda selección que ya había en el título anterior, nos encontramos con una lista de pistas impresionante.
Otro detalle a tener en cuenta es que TT no dispone, ni de lejos, del amplio abanico de vehículos que GT4. De los más de 700 que teníamos en GT4 hemos pasado a menos de un cuarto de su cantidad. Aún así, un gran elenco de motos dentro de las mejores marcas del sector: Yamaha, Honda, BMW, Aprilia, Ducati, Suzuki,... y tendremos -como en GT4- modelos contemporáneos y otros de hace bastantes años, en claro homenaje a los pioneros del motociclismo. Si la cuarta entrega de GT era un claro monumento al coche, este Tourist Trophy hace el mismo papel con las motocicletas.
Asimismo, también dispondremos de multitud de ítems para vestir a nuestro piloto. Desde cascos, cazadores, pantalones y hasta botas. Decenas de modelos distintos -algunos pintorescos, como la cazadora que simula el esqueleto humano- en todas las categorías, y también de firmas reales: Arai, Simpson, Levi's Leathers,... Como véis, tener a nuestro piloto bien vestido no será muy difícil, y además podremos tener cuatro modelos distintos que usar según la carrera transcurra en circuito o en un entorno urbano.
Graficamente estamos ante la misma maravilla que fue la cuarta entrega de Gran Turismo. Y a 60 hz -no como la versión PAL-, con un engine robusto que no patina en ningún momento, con unos escenarios detalladísimos y muy variados, texturas que cumplen perfectamente en cualquier punto y una aplicación de la luz excelente. Las grandes dotes que poseía GT4 se mantienen en este juego, e incluso se siguen optimizando, como puede ser la aparición casi inexistente de elementos secundarios en el escenario -sólo el circuito de New York es un ejemplo de popping mínimo en la distancia-.
Las motos, cómo no, están realizadas de forma impresionante. Modelados excelentes, texturizados de igual calidad y efectos de reflejos sobre los carenados muy buenos, no en tiempo real, pero el efecto de la visualización precalculada no desentona nada. Se han cuidado todos los detalles, presentándonos una breve historia de cada modelo, sus características exactas e incluso varios colores del mismo modelo en muchos casos.
Hay que destacar el excelente trabajo de animación que se ha hecho con los pilotos de las motos... excepto el final. No se ha rematado la faena, vamos. Explicamos: la perfección enfermiza de Yamauchi para con sus juegos les ha llevado al extremo de poder 'especificar' casi hasta el milímetro la forma de ladear a nuestro piloto. Cuerpo más hacia delante, cabeza más gacha, pierna de apoyo más abierta o incluso con pie al suelo,... es decir, podremos definir nuestra forma de balancear el cuerpo sobre la moto. Y en carrera esto funciona de maravilla, correr con la vista en tercera persona -de las 3 que hay- y ver a nuestro piloto cómo se mueve es una gozada... hasta que se cae.
Uno de los detalles que menos se ha trabajado son las caídas, algo muy fácil que suceda en una competición de motos, donde el cuerpo está expuesto a grandes velocidades, frenadas explosivas y tumbadas a tumba abierta. Bien, cuando demos con nuestros huesos en el suelo, ni la moto ni el piloto estarán a la altura. El cuerpo del piloto aparecerá rígido, no rodará y se mantendrá siempre en la misma postura cual maniquí. La moto resulta algo mejor parada en su física de movimientos al caer, pero tampoco resulta muy realista. Un bache profundo sobre una carretera tan bien asfaltada...
Una vez metidos en harina, hay que decir que es obligatorio pasar por el modo Tourist Trophy si queremos sacarle partido al juego. Y no es porque en el modo Arcade no haya diversión, si no porque la conducción de las motos necesita una adaptación, una 'trayectoria de asimilamiento' para entender cómo se mueven, reaccionan o giran. Una moto no es un coche, está claro, pero Polyphony ha vuelto a dar en el clavo de la conducción realista, ahora con un manillar en vez de un volante.
Como decíamos, necesitaremos pasar por el modo Tourist Trophy si queremos aprender a conducir las motos, y para eso nada mejor que sacarse las licencias. Son 40 pruebas distintas -para 4 niveles de dificultad- en las que aprenderemos al estilo de los carnets de GT a frenar, reducir en curva, girar con peralte contrario, encarar y entrar en las curvas,... multitud de facetas que nos harán falta no ya para este modo de juego, si no también para tener opciones en el modo arcade.
La verdad es que los carnets no son nada difíciles de conseguir gracias a unos límites de tiempo bastante generosos, y con un par de horas de juego tendréis todos los carnets en vuestro poder, pero lo importante no será que estén en vuestra posesión, si no que conforme vayáis pasando niveles de los carnets podáis ir sintiendo cómo manejar la moto, el tempo de aceleración y de frenado, y la línea óptima de entrada en curva. Toda una escuela en 40 lecciones. Lo agradeceréis, está claro.
Una vez metidos en los modos de juego, tendremos que hablar de las grandes opciones que posee el juego, aunque también una decepción mayúscula en cuanto al núcleo del modo principal. Olvidaos de los créditos. Aquí no existen. No podemos comprar motos, si no simplemente ganarlas. Dentro del modo Challenge tendremos multitud de modelos de motos, que podremos ganar si cumplimos unas características: normalmente, permanecer durante por lo menos 10 segundos delante de nuestro contrincante, aunque también habrá modelos que habrá que ganar batiendo un tiempo específico por vuelta.
Aparte de este modo Challenge y los carnets, tendremos un modo Práctica, el ya famoso Photo Mode y los Eventos, que no son más que competiciones de varias carreras donde ganar trofeos y, por ende, motos y más ítems para nuestro vestuario. En total 22 torneos de varias carreras cada uno, sólo para algún tipo de moto en concreto, con lo cual tendremos que poseer en nuestro garaje de alguna moto específica.
En cuanto a la parte de mecánica, TT se queda muy lejos de la profundidad lograda por GT4. Aquí todo es más suave, aunque algunos ajustes están a nuestra disposición. También podremos cambiar el nº que muestra el carenado de nuestra moto por otro que elijamos -en los modelos que dispongan de nº visible, claro-. Son pequeñas muestras de personalización, pero que no desentonan.
El control de la moto es excelente, aunque como mejor se disfruta es en el modo 'Pro' (tendremos tres niveles de dificultad, siendo éste el más alto), sin control de tracción y con frenos delantero y trasero independientes. La vista subjetiva -donde veremos el manillar y los relojes de cada modelo perfectamente representados- es la que más y mejor representa la sensación de velocidad que podemos sentir. Nada que ver con la impersonal vista delantera al más puro estilo GT4 o la vista en tercera persona, donde la movilidad de la moto sobre un eje situado a la altura del faro delantero resulta, cuando menos, mejorable.
A pesar de todas las opciones, todos los números y todo lo descrito hasta ahora, Tourist Trophy podría ser bastante mejor. Hay detalles que no nos han gustado. Para empezar, y el antes descrito, la limitada mecánica de juego en el modo principal, donde se ha perdido gran parte de la durabilidad del título al no depender de créditos para poder comprar/vender motos. Otro de los detalles mejorables sigue siendo la IA, lunar que también destacaba en la saga GT y que en TT sigue mostrándose imperfecta a todas luces.
El otro detalle que le resta diversión al título es el número de vehículos en carrera. Si en el juego de automóviles de Yamauchi podíamos ver hasta seis coches en carrera, resulta paradójico que sólo cuatro motos sean las existentes en pista. Además, las carreras comienzan todas en vuelta lanzada, con lo cual todo se basa en una mecánica de 'persecución y adelantamiento', perdiendo gran parte de la parte estratégica que podría tener si se mejorase esto y la IA antes mencionada.
Esperamos ver Tourist Trophy en nuestro continente dentro de poco más de un mes. Nos gustaría poder decir que se han arreglado detalles como los antes descritos, lo que nos daría la mejor versión de un simulador de motociclismo en PS2 a todas luces. En unas semanas, os haremos llegar nuestro veredicto sobre este prometedor título, primero del que parece ser otra nueva saga de los magos de Polyphony Digital.