Resident Evil Deadly Silence
Zombies en el autobús
Han pasado diez años desde que la primera entrega de uno de los nombres más famsos de los videojuegos vio la luz en PSX. ¿Qué mejor manera de celebrarlo que con una conversión para Nintendo DS haciendo uso de las capacidades de la portátil? Vuelve a entrar en la mansión Spencer...
La noticia sobre un Resident Evil en Nintendo DS, conmemorando el décimo aniversario del primer capítulo de la saga, fue recibida no con poca controversia. El hecho de que fuese un regreso a los orígenes de la saga, más concretamente la misma primera entrega que vio la luz ya en PlayStation en 1996, fue desconcertante. Un juego que ya ha visto la luz en Saturn en aquella época y que recientemente fue fruto de un elaborado remake para GameCube, ¿qué más podría ofrecer?
No obstante, estamos ante una portátil de dos pantallas, una de ella táctil, con muchas posibilidades que explotar. De este modo, nos encontramos con el mismo Resident Evil de hace diez años (concretamente, la Director's Cut) pero con la posibilidad de disfrutarlo en el denominado Rebirth Mode, que hace uso de las capacidades de Nintendo DS incluyendo numerosas novedades en el juego. Pero no todo es tan perfecto como parece...
Algunos de ellos sucumben al ataque de los perros, y el helicóptero que los había llevado hasta allí se va sin esperar su regreso. Escapando de las criaturas, un grupo de supervivientes llega hasta la mansión Spencer, donde descubrirán que el horror no se ha acabado para ellos, ya que dicho edificio está plagado de muertos vivientes, perros, criaturas mutantes y toda una galería de seres de lo más peligroso.
De hecho, según avancen por los pasillos de la mansión, descubrirán el complejo laboratorio y los entresijos de la amenaza de la corporación Umbrella a toda la humanidad, en un argumento mucho más enrevesado de lo que parece en un principio, con traiciones y muertes. Podremos disfrutar de la aventura, al igual que en el original, desde el punto de vista de Jill Valentine o de Chris Redfield, siendo este el modo difícil.
Otros personajes importantes de la historia, pero que sufren el estigma de los secundarios, son Barry Burton, un fortachón que ayudará a Jill; Rebecca Chambers, una joven médica que será cómplice de Chris; y Albert Wesker, el jefe del equipo STARS, un hombre oscuro con mucho que esconder y que se acabará convirtiendo en un eje importante de toda la saga posterior. También habrá miembros de otros comandos que fueron antes a la mansión y que suelen estar moribundos o en peligro.
Por su parte, Chris no gozará de nada de lo anterior, y por ejemplo para las puertas, tendrá que usar llaves pequeñas que irá encontrando por la mansión. De todos modos, en cierto modo está compensado, ya que contará con la ayuda de Rebecca en términos de curación y a la hora de librarse de algunos enemigos engorrosos.
Son dos puntos de vista y dos formas de disfrutar la historia distintos, y aún a pesar de terminar el juego con uno de los personajes, merece la pena darle una segunda oportunidad al mismo con el otro, puesto que veremos escenas y situaciones que serán diversas según con quien juguemos, así como los distintos secundarios con los que se toparán ambos protagonistas.
Nada más empezar, disfrutaremos con la misma secuencia de vídeo real introductoria que venía incluía en el original. Cabe destacar lo mal que lleva el paso de los años la misma, ya que pese a que en el momento resultaba cuanto menos llamativa, a día de hoy llama especialmente la atención lo malos que son los actores que dan vida a los personajes durante esta corta secuencia.
Una vez en la mansión Spencer, todo seguirá como estaba en PSX, con las mismas secuencias, enemigos y sistema gráfico. Nos moveremos principalmente entre dos localizaciones, la lujosa mansión y los laboratorios subterráneos de Umbrella, ambos muy cargados de detalles y llamativos, gracias a los escenarios pre-reenderizados que permiten un mejor acabado visual de los fondos.
Sobre estos fondos se moverán personajes en 3D movidos en tiempo real, que son ligeramente menos perfectos que en el título original, pero por motivos bastante evidentes de la capacidad de la tarjeta de DS. De hecho, estamos ante el juego que más ocupa de todo el catálogo de la portátil hasta la fecha, y es que la gran cantidad de datos que contiene es más que significativo.
También nos encontraremos con la banda sonora y los efectos del original inalterados, de modo que a grandes rasgos estamos ante el juego de PSX, lo cual incluye el doblaje de los personajes en cada una de las escenas cinemáticas, realizadas con el motor del juego. Dentro de los pocos cambios destaca especialmente la posibilidad de utilizar el cuchillo en cualquier momento.
Antes, para equiparlo, había que acceder al menú y dejar de usar la pistola o arma que tuviésemos en ese momento. Ahora, con el gatillo L nos pondremos en pose de atacar con el cuchillo, mientras el gatillo R queda para el uso del arma que tengamos equipada, que van desde pistolas hasta escopetas o incluso lanzagranadas, aunque tendremos que estar pendientes de nuestra munición, puesto que es limitada.
El juego es el mismo en cuanto a secuencias, personajes y argumento, y tendremos que elegir entre Jill o Chris para adentrarnos en la mansión Spencer, al igual que en el modo clásico. Sin embargo, nos encontramos con nuevos puzzles, algunas situaciones y momentos de acción adecuados al nuevo universo de posibilidades que la portátil de Nintendo ofrece.
Para empezar, destacar los momentos de acción en primera persona, que se disparan aleatoriamente al entrar en alguna habitación, en donde tendremos que acabar con los enemigos que nos acechan mediante el cuchillo haciendo uso del stylus y realizando los movimientos en la pantalla táctil. Algo que a priori sonaba suculento pero que a la hora de la verdad resulta bastante cansino y falto de interés.
En primer lugar, porque aparecen de forma aleatoria, por lo que nos pillan desprevenidos y tendremos que darnos prisa en el cambio de modo para hacernos con el stylus y atacar. Para continuar, porque nos atacarán todos los enemigos de esa estancia, pero una vez erradicados, al volver a la tercera persona todos seguirán allí, teniendo que acabar otra vez con ellos del modo tradicional.
Y para terminar, el control deja un poco que desear hasta que nos habituamos a los movimientos concretos que el juego espera de nosotros y a realizarlos en el momento exacto para evitar que el fallo repercuta en una importante bajada de vida del personaje que en el modo clásico no sería tan acusada acabando con ellos de forma habitual.
En cuanto a los puzzles, muchos son muy sencillos, pero a pesar de ello son bastante entretenidos. Están situados en zonas concretas, no surgen de forma aleatoria como los combates, e igual, por ejemplo, debemos solventar un acertijo para abrir un cofre. Destaca también el uso del micrófono para intentar reanimar a un moribundo mediante el boca a boca.
Aparte de esto, una aventura de estas características no termina de convencer en DS sin un par de modificaciones que la adecuen a lo que de verdad interesa, que estamos ante una plataforma portátil. Es decir, estamos ante el primer Resident Evil, por lo que, en aras de intentar alargar la vida del título, los creadores idearon el sistema de cintas de máquina de escribir limitadas. Pero no poder salvar en cualquier momento o estar condicionado a un número de partidas salvadas determinado va en contra de la idea de una consola portátil, cuya partida puede durar el tiempo de un viaje en autobús.
Gráficamente entre lo más grande del catálogo de la portátil, moviendo escenarios pre-reenderizados y personajes en 3D con soltura. Del mismo modo, explosiones y efectos de luz rayan a un gran nivel. Se mantienen las escenas de abrir puertas y subir escaleras, que en PlayStation servían para cargar la siguiente estancia, y por tanto en Nintendo DS se pueden saltar pulsando un botón.
En el apartado sonoro, grandes melodías, efectos sonoros de excepción y una gran capacidad para hacernos sentir en nuestra piel la tensión del ambiente en cada situación. Las voces de los personajes dejan un poco que desear en ocasiones, pero son las mismas del juego de PSX, lo cual implica que hay que tener en cuenta que, para la época, los medios y las exigencias no eran las mismas que hoy en día.
En el terreno jugable, el sistema de control es idéntico al de siempre, con todas sus virtudes y defectos. Los personajes, por momentos, pueden volverse incontrolables, y el sistema de puntería no está todavía perfeccionado. El añadir la posibilidad de usar el cuchillo directamente es un importante punto a favor del juego, ya que además no usa espacio en el inventario.
Sabiendo bien lo que hay que hacer, el juego no resulta especialmente largo, pero no por ello pierde su intensidad argumental, y es el comienzo de la que sería una de las sagas más famosas de nuestra época. Además, permite jugarlo de dos formas y con dos personajes distintos, lo cual supone poder llegar a disfrutarlo cuatro veces, sin olvidarnos de los múltiples finales según lo que hagamos durante la partida.
Existe también un modo multijugador que amplía la vida del juego considerablemente. Podremos competir contra otros usuarios enfrentándonos para ver quién acaba antes de limpiar de zombies una zona determinada, o cooperar con ellos para erradicar la plaga. Este modo tiene también sus pequeños fallos, como que en el modo cooperativo los zombies que eliminan otros jugadores actúen de forma distinta en nuestra pantalla.
Cabe destacar el detalle que nos llega por parte de nuestros amigos americanos con respecto al tema de la sangre. Mientras el original, como todos sabemos, gozaba de fluidos rojos por doquier, en esta entrega para DS se ha introducido la opción de que esta sea de color verde, algo que al menos no viene por defecto como en la versión americana. Otro aspecto positivo a destacar es el hecho de que todos los textos del juego estén en perfecto español.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.