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Worms: Open Warfare

Worms: Open Warfare

  • PlataformaDS7
  • GéneroEstrategia
  • DesarrolladorTeam17
  • Lanzamiento24/03/2006
  • EditorTHQ

Anélidos portátiles en pie de guerra

Con doce años a sus espaldas y con presencia en casi todas las plataformas, la famosa saga de Team17 protagonizada por unos alocados anélidos bélicos llega a la portátil de dos pantallas de Nintendo llena de posibilidades y al estilo que la hicieron famosa. Batallas en cualquier lugar.

Hace ya doce años, concretamente el 2 de febrero de 1994, Team 17 lanzó al mercado la primera entrega de la saga Worms para Amiga 1200, llegando a ser una de las sagas más famosas en el mundo de los videojuegos gracias a su sencilla pero adictiva jugabilidad. Dicho debut elevó a la fama al estudio inglés mezclando perfectamente la estética del conocido Lemmings con la jugabilidad de Artillery, conformando las bases para decenas de conversiones y un total de seis secuelas.

Tras Worms 2 sus desarrolladores mejoraron la interfaz y el multijugador en Worms Armageddon y, seguidamente, llevaron la saga al terreno online en Worms World Party, su última, por el momento entrega en el terreno bidimensional (excluyendo las versiones para móviles). Desgraciadamente la tendencia a mejorar lo inmejorable y a seguir las modas pasajeras llevaron a los famosos anélidos al mundo tridimensional en Worms 3D, al que más tarde se unió Worms: Forts Under Siege y el reciente Worms 4: Mayhen. Además han aparecido ciertos productos basados en el universo de los gusanos bélicos, como el curioso Worms Blast, Worms Pinball o Worms Golf.

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Ahora nos llega por fin, las primeras versiones pensadas y desarrolladas desde cero para portátiles, concretamente para Nintendo DS y PlayStation Portable, diferenciándose entre sí en ciertos aspectos jugables, gráficos y en el modo multijugador, pero siendo ambas un perfecto regreso a los orígenes de la saga que tan famosa la hizo mundialmente y nunca debió abandonar.

Para empezar cabe mencionar que Worms Open Warfare sigue siendo un Worms en 2D con todo lo bueno que esto significa: seguimos manejando un equipo de gusanos formado habitualmente por cuatro miembros cuyo único objetivo es eliminar al/los equipo/s contrario/s utilizando todo tipo de armas y estrategias. Las batallas se desarrollan por turnos en los que debemos mover un personaje y disparar con cualquiera de las veinte armas disponibles (eso sí, en esta entrega no podemos alternar de anélido en nuestro turno) teniendo en cuenta nuestra posición, dirección e intensidad del viento al disparar el artefacto elegido. Tras el disparo tendremos unos pocos segundos para buscar cobijo en el escenario, ya que estaremos expuestos a ataques enemigos.

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Este planteamiento, que podría parecer complicado a aquellos jugadores que no hayan probado nunca esta prolífica saga, se torna realmente adictivo gracias al constante humor, el variopinto arsenal y la variedad de modos de juego, si bien estos dos últimos son algo escasos comparándolos con anteriores entregas. En esta ocasión contamos en total con cuatro modos de juego: Partida Rápida, Crear Partida, Desafíos y Multijugador.

El menú principal consta también de un completo menú de opciones en el que podemos editar el diseño del juego, modificando las rondas para ganar y los contadores de tiempo, tiempo de ronda y de retirada, así como la munición y demora de casi todas las armas. También podemos editar los equipos, asignando un capitán, modificando los nombres de sus miembros o del mismo y estableciendo un tipo de lápida (con diez disponibles). Estos equipos son muy importantes ya que, según a quien nos enfrentemos en los desafíos, hay que utilizar una estrategia determinada. Desgraciadamente no hay estilos de personalidad, como en la versión para PSP y el campo de voces es más limitado, aunque también es bastante amplio llegando casi a los cuarenta.

Volviendo al tema de los modos de juego, el principal de todos ellos es Desafíos, en el que tras elegir un equipo y completar tres sencillas fases de tutoriales, da comienzo un total de veinte batallas contra otros tantos equipos, cuya dificultad va en aumento, ya sea por el equipo al que nos enfrentamos, el escenario, la cantidad de vida de los rivales o las armas disponibles.

En segundo plano nos encontramos con el modo Partida Rápida en el que, tras seleccionar la dificultad, nos aparece un escenario de forma aleatoria que enfrenta a dos equipos. Todos los escenarios del juego están generados mediante códigos de nueve cifras, apareciendo así uno de los seis tipos de escenarios (jungla, espacio, Londres, ártico, Hawai y dentro de un volcán) y diferentes variantes de los elementos que lo conforman. Así, si introducimos cualquier número, tiene un reflejo directo sobre el entorno que se genera (con siete formas básicas), pudiendo guardar o apuntarlo para el modo multijugador u otros modos individuales.

El modo Crear Partida nos permite disfrutar de hasta cuatro jugadores en una misma consola, en el caso de que no dispongamos de varias o lo prefiéramos así dado su desarrollo por turnos. Tras escoger los equipos y la dificultad se nos plantea el mismo concepto que en Partida Rápida por lo que no tiene más misterio. El modo más adictivo de todo el cartucho es, sin duda alguna, el multijugador, para un máximo de cuatro jugadores con tan sólo un cartucho mediante descarga Wi-Fi. Antes de comenzar la partida podemos modificar las mismas configuraciones de tiempo que en el menú de opciones. Desgraciadamente no se ha incluido la opción online pero la diversión que alcanza el juego en estas batallas es muy alta de por sí, siendo una minucia al lado de las risas que se pueden echar en cada partida.

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Por otro lado, uno de los aspectos más laureados en esta saga es su variopinto y original arsenal que en esta ocasión sólo llega a los veinte disponibles frente a la treintena o más de recientes entregas. Realmente están las armas más conocidas y básicas, como el Bazuca, el Misil Teledirigido, la Granada, la Bomba Racimo y su equivalente gastronómico, la Bomba Plátano, la Dinamita, la Mina, la Escopeta, el Uzi, el Ataque Aéreo (muchas veces no disponible al comienzo), el hilarante Borrego (conocido como Oveja Explosiva) y los ataques corporales como Puño de Fuego, Bola Dragón (autentica parodia de Street Fighter), el Empujón (también sirve para desactivar minas) y el Kamikaze (con la correspondiente muerte del gusano).

Además, los anélidos cuentan con varias ayudas importantes para su victoria. Por ejemplo, unos armazones que podemos colocar para acceder a otros lugares o incluso protegernos, un Soplete con el que atravesar partes del escenario o utilizarlo como arma, una Soga (cuerda ninja) para llegar a otros lugares o mover ligeramente a otros gusanos, una Mochila Propulsora para volar durante unos pocos segundos, el conocido Teletransporte y, como gota que colma el vaso, el Saltador, sin ningún uso aparente.

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El uso de estas armas y accesorios repercute directamente en el resultado final de la contienda, existiendo algunas que podemos utilizar de forma ilimitada durante nuestro turno y otras que habrá que ahorrar para usarlas en el momento preciso. Además, durante las partidas, hay algunas minas por el escenario, el agua (o lava dependiendo del terreno) puede subir progresivamente cada turno (matando a los gusanos a los que alcancen) y caen algunas cajas y botiquines desde el cielo, si bien algunas veces las primeras pueden ser trampas, aunque normalmente nos reportan nuevas armas.

Cuando echamos la vista atrás en las portátiles de Nintendo con las diferentes entregas de la saga Worms, nos encontramos con un más que visible recorte frente a los originales. En esta ocasión, Nintendo DS también muestra un aspecto gráfico inferior al de la versión de PSP, lo que no quita que sea igualmente de divertido (o más, teniendo en cuenta el modo multijugador). Los escenarios cuentan con una variedad gráfica pasmosa y los efectos están a la altura de lo esperado, ofreciendo un notable aspecto de dibujo animado.

El único aspecto que flaquea es el efecto de zoom ya que, al alejar la perspectiva, se nota algo de pixelación en los personajes y objetos, siendo estos un poco pequeños pero fácilmente reconocibles. Además los textos de diálogos son poco legibles, debido a una mala fuente escogida y no hay fondos dinámicos como en la versión para la portátil de Sony.

Cabe destacar este aspecto por diversas razones. Principalmente nos encontramos con las mismas melodías digitalizadas de anteriores entregas, con pequeñas mejoras que acompañan la acción perfectamente, si bien se pueden hacer ligeramente reiterativas. Además, los sonidos y efectos sonoros de las armas o cualquier acción del juego están a la altura de lo esperado y con un humor constante. Pero lo que es realmente digno de mención es el apartado de las voces, dobladas y con más de cuarenta variables, entre las que están diferentes acentos mundiales (escoceses, italianos, españoles, franceses…), estilos (pijo, actor, chiflado…) o incluso guiños a películas famosas (alienígena, 007…). Sinceramente, es una verdadera delicia oír a un escocés cabreado enfrentarse a un inglés de Birmighan mientras un 'sargento de hierro' va animando a los de su equipo.

El principal problema que están teniendo ciertas desarrolladoras al adaptar un determinado juego o franquicia a Nintendo DS es en el tema de otorgar más protagonismo a la pantalla táctil, observándose en su gran mayoría la acción en la superior. En Worms Open Warfare ocurre algo parecido: la pantalla inferior muestra en todo momento un plano general del escenario y debajo del mismo la intensidad del viento, el arma escogida, el tiempo y la vitalidad de cada equipo, dejando casi un cuarto del área para la selección de armas con dos pantallas de posible elección (que podemos variar al pulsar una flecha).

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Para escoger un arma o visualizar zonas del escenario podemos hacerlo con el lápiz táctil o con la yema del dedo mientras que A e Y sirven para saltar, B se usa para disparar o escoger una acción, L para acercar/alejar el zoom y X y R no tienen un uso determinado. Durante la partida tenemos acceso a ciertas acciones que no se encuentran en la versión para PSP, como son la ronda empatada y la muerte súbita (todos los gusanos a un punto de vida) aunque el principal problema del juego es que no detecta correctamente el stylus y a veces hay que pasar o apretar varias veces para que lo reconozca (quizás utilizando los botones se hubiera solventado este problema).

El manejo de las diferentes armas es bastante parecido y, como hemos mencionado anteriormente, sólo depende de nuestra posición y del viento del escenario en algunas de ellas. Cuanto más mantengamos apretado el botón de acción más fuerte irá el disparo (con todo lo que ello conlleva) pudiendo dañar a miembros de nuestro equipo si el tiro es erróneo o cae cerca de ellos. Por otro lado existen pequeños tiempos de carga antes de cada misión pero no molestan a la acción.

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El famoso humor de la saga es una de las constantes del juego: durante los enfrentamientos veremos diálogos en la parte superior de la pantalla superior que detallan algunos movimientos de los anélidos, con constantes detalles graciosos al caer una caja, al morir un personaje o al realizar un movimiento absurdo.

Las partidas en solitario siempre han sido muy entretenidas, siendo así también en esta ocasión. Pero donde el juego alcanza su máxima expresión es en el modo multijugador, sobre todo en la portátil de dos pantallas de Nintendo, dado que se puede disfrutar del mismo con un sólo cartucho (si bien hubiera sido óptimo el modo online por el carácter que están adquiriendo los últimos juegos que ofrecen este servicio).

Comparando ambas versiones, nos encontramos que la de Nintendo DS adolece de gráficos muy inferiores y carece de algunos tipos de sonidos, inteligencia artificial y las secuencias cinemáticas, si bien su modo multijugador es impagable. Con cualquiera de ellas, todo seguidor de la saga Worms puede disfrutar como antaño pero si prefiere disfrutar más las misiones o modos de juego individuales se debería inclinar por el debut en PSP al igual que si se deleita más con otros amigos se debería decantar por la de Nintendo DS. Ambas son muy buenas e igualmente recomendables.  

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7

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.