Worms: Open Warfare
Anélidos portátiles en pie de guerra
Con doce años a sus espaldas y con presencia en casi todas las plataformas, la famosa saga de Team17 protagonizada por unos alocados anélidos bélicos llega a la portátil de Sony llena de posibilidades y al estilo que la hicieron famosa. Batallas en cualquier lugar.
Hace ya doce años, concretamente el 2 de febrero de 1994, Team 17 lanzó al mercado la primera entrega de la saga Worms para Amiga 1200, llegando a ser una de las sagas más famosas en el mundo de los videojuegos gracias a su sencilla pero adictiva jugabilidad. Dicho debut elevó a la fama al estudio inglés mezclando perfectamente la estética del conocido Lemmings con la jugabilidad de Artillery, conformando las bases para decenas de conversiones y un total de seis secuelas.
Tras Worms 2 sus desarrolladores mejoraron la interfaz y el multijugador en Worms Armageddon y, seguidamente, llevaron la saga al terreno online en Worms World Party, su última, por el momento entrega en el terreno bidimensional (excluyendo las versiones para móviles).
Desgraciadamente la tendencia a mejorar lo inmejorable y a seguir las modas pasajeras llevaron a los famosos anélidos al mundo tridimensional en Worms 3D, al que más tarde se unió Worms: Forts Under Siege y el reciente Worms 4: Mayhen. Además han aparecido ciertos productos basados en el universo de los gusanos bélicos, como el curioso Worms Blast, Worms Pinball o Worms Golf.
Ahora nos llega, por fin, las primeras versiones pensadas y desarrolladas desde cero para portátiles, concretamente para Nintendo DS y PlayStation Portable, diferenciándose entre sí en ciertos aspectos jugables, gráficos y en el modo multijugador, pero siendo ambas un perfecto regreso a los orígenes de la saga que tan famosa la hizo mundialmente y nunca debió abandonar.
Worms: Open Warfare (PSP) |
Introducción
Para empezar cabe mencionar que Worms Open Warfare sigue siendo un Worms en 2D con todo lo bueno que esto significa: seguimos manejando un equipo de gusanos formado habitualmente por cuatro miembros cuyo único objetivo es eliminar al/los equipo/s contrarios utilizando todo tipo de armas y estrategias.
Las batallas se desarrollan por turnos en los que debemos mover un personaje y disparar con cualquiera de las veinte armas disponibles (eso sí, en esta entrega no podemos alternar de anélido en nuestro turno) teniendo en cuenta nuestra posición, dirección e intensidad del viento al disparar el artefacto elegido. Tras el disparo tendremos unos pocos segundos para buscar cobijo en el escenario, ya que estaremos expuestos a ataques enemigos.
Este planteamiento, que podría parecer complicado a aquellos jugadores que no hayan probado nunca esta prolífica saga, se torna realmente adictivo gracias al constante humor, el variopinto arsenal y la variedad de modos de juego, si bien estos dos últimos son algo escasos comparándolos con anteriores entregas.
Contamos en total con cuatro modos de juego: Partida Rápida, Crear Partida, Desafíos y Multijugador Inalámbrico, además del menú Perfil en el que podemos borrar nuestros progresos, cargar los de la Memory Stick o activar el autoguardado. El Menú principal consta de un completo menú de opciones en el que podemos editar los diseños (algo así como la dificultad general del juego), los equipos (con nueve iniciales, cada uno con un tipo de nombre de los gusanos e inteligencia asignada aunque también podemos crear uno propio), el sonido, el idioma (con cinco disponibles), ver los créditos y diez entretenidas películas con el toque irreverente de la saga.
Worms: Open Warfare(PSP) |
Centrándonos en el aspecto de los equipos estos son muy importantes durante el juego ya que, dependiendo de contra quien nos enfrentemos en los diferentes desafíos del juego, hay que utilizar una estrategia u otra. Muchos de ellos cuentan con su propia secuencia cinemática y el campo de edición de uno nuevo es realmente amplio, pudiendo modificar el nombre del mismo y el de los gusanos que lo conforman, la personalidad (con cinco disponibles, variando así la dificultad), la lápida (quince variables) y los diálogos hablados (realmente hilarantes y con cerca de 60 disponibles).
Volviendo al tema de los modos de juego, el principal de todos ellos es Desafíos, en el que tras elegir un equipo y completar tres sencillas fases de tutoriales, da comienzo un total de veinte batallas contra otros tantos equipos, cuya dificultad va en aumento, ya sea por el equipo al que nos enfrentamos, el escenario, la cantidad de vida de los rivales o las armas disponibles.
En segundo plano nos encontramos con el modo Partida Rápida en el que, tras seleccionar la dificultad, nos aparece un escenario de forma aleatoria que enfrenta a dos equipos. Todos los escenarios del juego están generados mediante códigos de nueve cifras, apareciendo así uno de los seis tipos de escenarios (jungla, espacio, Londres, Ártico, Hawai y dentro de un volcán) y diferentes variantes de los elementos que lo conforman.
Así, si introducimos cualquier número, tiene un reflejo directo sobre el entorno que se genera (con siete formas básicas), pudiendo guardar o apuntarlo para el modo multijugador u otros modos individuales. El modo Crear Partida nos permite disfrutar de hasta cuatro jugadores en una misma consola, en el caso de que no dispongamos de varias o lo prefiéramos así dado su desarrollo por turnos. Tras escoger los equipos y la dificultad se nos plantea el mismo concepto que en Partida Rápida por lo que no tiene más misterio.
El modo más adictivo de todo el UMD es, sin duda alguna, el multijugador, para un máximo de cuatro jugadores por conexión Ad-hoc (cada usuario con su propio juego). Antes de cada partida podemos modificar el mismo número de configuraciones de tiempo que en el menú opciones, así como la munición y disponibilidad de las armas. Desgraciadamente no se ha incluido la opción online en ninguna de las versiones pero la diversión que alcanza el juego en estas batallas es muy alta de por sí, siendo una minucia al lado de las risas que se pueden echar en cada partida.
Worms: Open Warfare (Sony PSP) |
Por otro lado, uno de los aspectos más laureados en esta saga es su variopinto y original arsenal que en esta ocasión sólo llega a los veinte disponibles frente a la treintena o más de recientes entregas. Realmente están las más conocidas, como el Bazuca, el misil teledirigido, la granada, la bomba racimo y su equivalente gastronómico, la bomba plátano, la dinamita, la mina, la escopeta, el uzi, el ataque aéreo (muchas veces no disponible al comienzo), el hilarante Borrego (conocido como Oveja Explosiva) y los ataques corporales como Puño de fuego, Bola Dragón (autentica parodia de Street Fighter), el empujón (también sirve para desactivar minas) y el Kamikaze (con la correspondiente muerte del gusano).
Además, los anélidos cuentan con varias ayudas importantes para su victoria. Por ejemplo, unos armazones que podemos colocar para acceder a otros lugares o incluso protegernos, un soplete con el que atravesar partes del escenario o utilizarlo como arma, una Soga (cuerda ninja) para llegar a otros lugares o mover ligeramente a otros gusanos, una mochila propulsora para volar durante unos pocos segundos, el teletransporte y, como gota que colma el vaso, el saltador, sin ningún uso aparente.
El uso de estas armas y accesorios repercute directamente en el resultado final de la contienda, existiendo algunos que podemos utilizar de forma ilimitada durante nuestro turno y otros que habrá que ahorrar para usarlos en el momento preciso. Por último, durante las partidas, hay algunas minas por el escenario, el agua (o lava dependiendo del terreno) puede subir progresivamente cada turno (matando a los gusanos a los que alcancen) y caen algunas cajas y botiquines desde el cielo, si bien algunas veces las primeras pueden ser trampas, aunque normalmente nos reportan nuevas armas.
Worms: Open Warfare (PSP) |
Gráficos
Donde más se diferencia ambas versiones es en el tema visual. Mientras que en la versión de Nintendo DS muestra las acciones en la pantalla superior dejando la táctil para navegar por el escenario y seleccionar las armas, en la portátil de Sony nos encontramos con unos notables fondos bidimensionales con algunos elementos tridimensionales y/o movibles. Incluso algunas armas y objetos del escenario (totalmente destruible) están conformados por polígonos, dando un aspecto 'cartoon' muy acorde con la saga. Eso sí, todo el desarrollo sigue siendo bidimensional, como los mejores títulos de antaño.
Durante las partidas podemos mover fácilmente la cámara con el stick analógico y/o alejarla/acercarla con los botones laterales, sin atisbo de pixelación alguna. Los efectos gráficos están muy en la línea de la saga, con cientos de explosiones, animaciones de los gusanos, gestos cuando están inactivos y un buen diseño de armas y escenarios.
Las películas que podemos visualizar son muy divertidas, técnicamente notables y algunas están basadas en otras clásicas de la saga. En resumen, un aspecto gráfico fácilmente reconocible y fiel a lo que esperan de él los seguidores de la licencia.
Worms: Open Warfare (PSP) |
Sonido
Cabe destacar este aspecto por diversas razones. Principalmente nos encontramos con las mismas melodías digitalizadas de anteriores entregas, con pequeñas mejoras que acompañan la acción perfectamente, si bien se pueden hacer ligeramente reiterativas. Además, los sonidos y efectos sonoros de las armas o cualquier acción del juego están a la altura de lo esperado y con un humor constante.
Worms: Open Warfare (PSP) |
Pero lo que es realmente digno de mención es el apartado de las voces, dobladas y con más de sesenta variables, entre las que están diferentes acentos mundiales (escoceses, italianos, españoles, franceses ), estilos (pijo, actor, chiflado ) o incluso guiños a películas famosas (alienígena, 007 ). Sinceramente, es una verdadera delicia oír a un escocés cabreado enfrentarse a un inglés de Birmighan mientras un 'sargento de hierro' va animando a los de su equipo.
Jugabilidad
La facilidad con la que se ha llevado la saga Worms a PSP en el tema jugable es meritoria, atribuyendo una función a cada botón. Las flechas direccionales de derecha e izquierda sirven para mover nuestro anélido mientras que arriba y abajo para situar el punto de mira de las armas, X para confirmar la acción (disparar por ejemplo), círculo para sacar el menú de armas, cuadrado para saltar y triángulo para situar a nuestro personaje. El stick analógico sirve para mover la cámara y los botones laterales para alejar el zoom (R) o acercarlo (L). Simple pero efectivo.
El manejo de las diferentes armas es bastante parecido y, como hemos mencionado anteriormente, sólo depende de nuestra posición y del viento del escenario en algunas de ellas, que podemos observar en la parte inferior. Cuanto más mantegamos apretado el botón de acción más fuerte irá el disparo (con todo lo que ello conlleva) pudiendo dañar a miembros de nuestro equipo si el tiro es erróneo o cae cerca de ellos.
Al principio del análisis hemos mencionado que dentro del menú de editar equipo podemos modificar la personalidad del mismo. Esto es realmente importante ya que las cinco variables (Estúpido, Estratega, Vengativo, Implacable y Engreído) son muy diferentes entre sí.
Cada una está pensada para un estilo de juego de los gusanos a los que nos enfrentamos: los hay que realizan ataques de revancha sin pensar en las consecuencias, otros hacen cosas sin sentido, algunos tienen mucha suerte y realizan movimientos increíbles, otros tantos son altamente arriesgados y hacen maniobras muy peligrosas mientras que también los hay estratégicos, pensando cada movimiento al milímetro. Lo único achacable es el rato que tardan en hacerlo ya que a veces están pensando hasta realizar el movimiento, los tiempos de carga si bien no son muy altos, y la escasez de un editor de escenarios, presente en algunas entregas de la saga.
Worms: Open Warfare (PSP) |
El famoso humor de la saga es una de las constantes del juego: durante los enfrentamientos veremos diálogos en la parte superior de la pantalla que detallan algunos movimientos de los anélidos, con constantes detalles graciosos al caer una caja, al morir un personaje o al realizar un movimiento absurdo. Las partidas en solitario siempre han sido muy entretenidas, siendo así también en esta ocasión pero donde el juego alcanza su máxima expresión es en el modo multijugador (si bien hubiera sido óptimo el modo online por el carácter que están adquiriendo los últimos juegos que ofrecen este servicio).
Worms: Open Warfare (PSP) |
Comparando ambas versiones, nos encontramos que la de PSP es ligeramente superior a la de Nintendo DS en cuestiones técnicas y de jugabilidad, si bien el modo multijugador de esta última es impagable. Con cualquiera de ellos, todo seguidor de la saga Worms puede disfrutar como antaño pero si prefiere disfrutar más las misiones o modos de juego individuales se debería inclinar por el debut en PSP al igual que si se deleita más con otros amigos se debería decantar por la de Nintendo DS. Ambas son muy buenas e igualmente recomendables.
Worms: Open Warfare (PSP) |
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.