Gothic 3

Un relámpago. Un trueno, que se sacude hasta la misma médula... insuflando nueva y dolorosa vida a los fríos miembros. Hay algunas antorchas desperdigadas por la sala, proyectando una luz temblorosa y hasta agonizante. En el suelo puede verse un pentagrama rodeado de calaveras... Así comenzábamos nuestra aventura en Gothic 2, épica saga rolera de Piranha Bytes que, por méritos propios, se encuentra entre lo mejor del género para compatibles PC.

Esta aventura, que seguía a pies juntillas las innovadoras premisas jugables de la primera parte, imbuía al jugador de toda la libertad imaginable en un videojuego. Jugar como digno soldado y paladín al servicio del rey o convertirse en un inescrutable novicio y mago de la orden que enseña el poder del fuego... Ser un agresivo librepensador que se hace mercenario o ejercer de cazador de dragones para dejarse llevar por la fortuna. La decisión del usuario afectaba considerablemente al desarrollo de la historia, a la par que cualquier situación podía resolverse de más de una manera.

Bajo la misma base lúdica (pero con un apartado técnico de ensueño), Gothic 3 nos lleva al resto de tierras que rodean la isla de Khorinis, donde una gran parte del mundo ha sido sometida por los orcos. Humanos supervivientes a la esclavitud. Los supervivientes humanos han huido a zonas inhóspitas, extendiéndose a tundras heladas a desoladores desiertos para planear la forma de rechazar la invasión de los orcos... y nosotros, en todo el medio del conflicto. Nuestro personaje tendrá poder sobre su destino: está el unirnos a los pocos grupos de humanos libres existentes o... todo lo contrario. Como siempre, la saga Gothic pondrá en nuestras manos el desarrollo de la trama, girando todo el mundo en torno a nuestras decisiones.

Las innovaciones, aparte del imprescindible lavado de cara gráfico que requiere la actualidad informática, vienen de parte de la implantación de un sistema de combate tan simplificado como espectacular, a la par que se han marcado claramente las metas principales, tal vez para ajustar la jugabilidad a aquellos jugadores casuales que se asustaron con la rocosa profundidad de sus predecesores. De todos modos, la misma libertad de antaño continúa si cabe más potenciada aún, con barreras difícilmente perceptibles.

Con respecto a los personajes, sin desvelar nada de la trama podemos decir que nos podremos encontrar alrededor de cincuenta tipos distintos de monstruos y animales, con sus diferentes actitudes hacia nosotros. También nos las veremos con docenas de enemigos humanos, cuya inteligencia artificial está siendo trabajada al más alto nivel por la gente de Piranha. También reacciones naturales y situaciones que nos pongan en comprometidos aprietos mentales serán el objetivo de unos PNJs muy, pero que muy listos, que para nada estarán parados esperando a que les hablemos, ocupándose de manera muy realista de sus propias tareas mundanas.

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Con un sistema de juego que, con su lógica evolución, sigue a pies juntillas lo inaugurado en el primer Gothic, la obra de Piranha trata de hacerse con una identidad aún más llamativa a base de virtuosismo audiovisual. Las maravillosas melodías de Kai Rosenkranz estarán acompañadas por un aparatado gráfico capaz de rivalizar con los de la cuarta parte de The Elder Scrolls, mostrando un mundo vivo y repleto de detalles, que exprimirá a tope todos los recursos de las tarjetas gráficas de última generación. Un ejercicio artístico digno de contemplar.

Así, las innumerables virtudes que promete Gothic 3 hacen ver que, en absoluto, la saga se limitará a vivir de glorias pasadas. Todo hace pensar que se tratará de un juego sobresaliente, destacándose del conjunto la total libertad (premisa ya imprescindible en la saga) y un apartado técnico de apabullante calidad. Afilemos nuestras espadas y preparemos algunos conjuros para el próximo otoño, donde Gothic volverá a atrapar a todos los que amamos los buenos juegos de rol.