Aeon Flux, Impresiones

Los creadores de BloodRayne se atreven ahora con el videojuego oficial de la película, el cómic y la serie de televisión de culto de la MTV, Aeon Flux. La propuesta es simple: Acción en tercera persona, un argumento interesante y una bella fémina vengándose del que acabó tiempo atrás con la vida de su hermana. Tras jugar con la versión americana del título, aquí tenéis nuestras impresiones. Venganza...

En poco menos de un mes podremos encontrar en nuestros comercios la adaptación a PlayStation 2 y Xbox de la película de Karyn Kusama protagonizada por Charlize Theron, Aeon Flux. Basada a su vez en una popular miniserie de dibujos de principios de los 90 emitida por el canal MTV, el equipo tras el desarrollo del juego no es otro que Terminal Reallity, estudio interno de Majesco Entertainment conocido por dar forma a la saga BloodRayne.

Tras probar la versión americana de Aeon Flux, recalcamos el parecido del título como el de la sensual Dhampir. Para lo bueno y para lo malo. Y es que bien podríamos considerar Aeon Flux tras este primer contacto como un Bloodrayne 3 con otro skin de personaje y un bastante diferente argumento de fondo. Aún así, el título que nos ocupa cuenta con buenas ideas que lo alejan en cierta medida de la mediocreidad de la segunda entrega de la franquicia anterior.

La primera de ellas es el propio personaje. Como ya ocurría con Rayne (de BloodRayne), o el Príncipe de Persia de su segunda entrega en adelante, Aeon contará con un montón de ataques, combos y habilidades disponibles, dotándola de una profundidad bastante interesante y atrayente. Así, Aeon tendrá dos botones de ataque simple, que pulsando reiteradamente nos permitirán enlazar ataques de puñetazos y patadas.

Alternando los gatillos con los botones cuando la barra de vida del enemigo esté en rojo podremos ejecutar técnicas finales o Fatality, al más puro estilo Mortal Kombat. En estos casos veremos una animación especialmente cruda de la protagonista rompiendo el cuello a sus víctimas o lanzándolos contra paredes.