800 balas... o más.

Después de la genial saga de conducción arcade BurnOut, Criterion se ha metido en la realización de un nuevo juego, en un género desconocido para ellos: los FPS. Para ello han tenido a bien prepararse para la lucha -nunca mejor dicho-. Durante dos años, han ido perfeccionando el motor gráfico de su saga de conducción hasta optimizarlo para el género. Los resultados -que en pases de prensa selectos en los E3 dejaban a todos con la boca abierta- los tenemos ante nosotros. Se llaman BLACK.

BLACK es un juego de acción hipervitaminada, donde lo importante no es quién eres y qué te lleva allí. No es Half Life, ni Halo. Ni siquiera Timesplitters. BLACK es acción en vena, directa y sin miramientos. Un 'head shot' limpio y casi sin apuntar. La demostración de que los FPS no tienen porqué ser sólo tácticos, ni acción sigilosa. El disparo a mansalva también tiene su sitio, y si Hollywood no se había encargado de demostrarlo de forma fehaciente, Criterion nos lo dejará más que claro con este DVD.

En el juego encarnamos al Sargento 1º J. Keller, miembro de los Black Ops -cuerpo encubierto del Gobierno USA para la realización de determinadas misiones 'directas' contra elementos no controlables por otras vías más… oficiales-. Durante el juego reviviremos mediante flashbacks -las fases del juego- nuestra operación contra un agente corrupto (Lennox) y un grupo llamado Seventh Wave. Nuestra misión: eliminarlos sea como sea.

Criterion ha tenido muy claro desde el principio la finalidad de BLACK: hacer sentir al jugador la potencia de las armas, auténticas estrellas y protagonistas del juego. Para ello se ha centrado, sobre todo, en mostrarnos de la forma más diáfana posible el poder de destrucción que lleva nuestro protagonista en las manos. Sea cual sea el arma que portemos, nosotros tendremos la iniciativa y el objetivo de eliminar a nuestros enemigos de la forma más directa posible, y si puede ser ayudándonos de nuestro entorno, mejor.

Al igual que habían hecho antes juegos como Red Faction, los entornos son susceptibles de ser destruídos o utilizados a nuestro favor. Además de la ayuda jugable que ello resulta, la espectacularidad de la acción se eleva exponencialmente gracias a esta ventaja. No necesitamos derechos, ni licencias, ni salvoconductos para cargarnos cualquier edificio, vehículo o elemento que veamos en pantalla. Nuestra arma nos da esa libertad. Esto es BLACK: poder. Veamos si Criterion ha logrado lo que tan buena pinta tiene sobre el papel...

BLACK utiliza imágenes reales en las cinemáticas -excepto en una fase, donde veremos UNA sola cinemática realizada con el motor del juego- con varios filtros de ruído y color, dando una imagen 'clandestina' de la situación. No hay una interpretación espectacular por parte de los actores, aunque el estilo elegido nos ha parecido el adecuado. Los menús son sencillos  e intuitivos, pero escasos en algunas opciones -no se puede elegir formato de pantalla ni recolocar la imagen-. Las imágenes de fondo de las armas son brillantes.

Ya metidos en el juego en sí, Black muestra su potencia desde la primera imagen. Bien es verdad que es un juego que se mueve a 30 fps, pero es que lograr mover todo lo que se ve en pantalla a 60 fps como sí se movía cualquier título de BurnOut, sería harto difícil. Aún así, han logrado que no haya más que 2 o 3 momentos en todo el juego donde notemos algún ligero slowdown en la tasa de frames, pero nada llamativo. Hay que ver el juego en movimiento para entender porqué Criterion no ha logrado más con este juego.

Las armas, auténticas estrellas del título, están realizadas de forma excelente. Tanto en el modelado como en su texturizado, serán los objetos más mimados por los programadores, que han querido darle la máxima importancia para mostrar de forma brillante la potencia de destrucción que atesora cada una de ellas. Las animaciones de recarga son también estupendas, siendo una delicia ver recargar nuestra AK47, Remington 870, Mac10 Elite o la MP5.

Los escenarios cuentan con gran detalle en su mayoría, una gran distancia de visión y un texturizado en general bueno, aunque en algunos casos habrá zonas que destacan por unos mapeados muy muy borrosos -sobre todo en la versión PS2-. Tendremos tanto escenarios abiertos como interiores, de gran extensión y sin ningún tiempo de carga desde el principio de fase hasta el final. Y eso, hablando de niveles de unos 40 minutos aproximadamente, está muy bien. Los loadings de principio de fase no son para nada largos, como es habitual en el buen hacer de Criterion.

Los enemigos tienen un modelado más que decente, aunque pecan de poca variedad de diseños, repitiéndose continuamente en toda la aventura. Sus animaciones son muy suaves y variadas, veremos varios formas de morir muy bien realizadas -en algún caso se agarrarán a una superficie para no caer al vacío, o vaciarán el cargador mientras agonizan y caen- y en general tienen un acabado muy bueno. Lástima de más variedad de enemigos, porque por lo cumplen sobradamente en cuanto a movimientos y nivel visual.

La iluminación también tiene un acabado muy bueno, destacando sobre todo el bosque de la 2ª fase, un auténtico espectáculo visual. Los demás entornos poseen distintas franjas horarias, mostrando una paleta de colores variada y bien aplicada tanto sobre los escenarios como sobre los personajes y las armas. Hay algunos efectos de luz brillantes, como el sol pasando por entre los hierros de un puente, o el atardecer en cierta ciudad semiderruída.

Pero si por algo destaca BLACK es por su sentido del espectáculo. Los entornos y elementos circundantes son susceptibles de ser destruídos, ya sea total o parcialmente con las armas y objetos explosivos. Es decir, podremos utilizar los escenarios para aprovecharlos a nuestro favor. La modificación en tiempo real de los escenarios no es algo nuevo, de hecho ya lo habíamos visto en 'Red Faction' por ejemplo. En BLACK los entornos son destruíbles para optimizar la jugabilidad, pero redunda de forma clara en el aspecto visual, dándole al usuario momentos espectaculares de destrucción. Si hay una habitación cerrada, podremos pasar simplemente destruyéndola con un misil o una granada. Lo mismo ocurre con pilares de varios edificios, que serán pasto de cientos de proyectiles que los harán quedar en su más mínima expresión.

Las balas tendrán una gestión especial. Cada una de ellas cuenta para el motor gráfico, mostrando su efecto sobre los personajes y sobre los entornos. Cada proyectil producirá un efecto de partículas siempre y cuando impacte en el escenario, mostrando distintos efectos. Ya sea polvo, cristales o chispas, seremos testigos cientos de veces de un auténtico aluvión de polvo, humo y chispas producidos por las decenas de balas que se disparan simultáneamente entre nosotros y nuestros enemigos. El resultado es totalmente increíble, y pone fuera de toda duda el increíble poder y potencia del motor gráfico de Criterion.

Otros efectos gráficos que se pueden ver y que se pasean por la pantalla sin bajar el rendimiento del engine son un efecto de desenfoque al recargar el arma, o un filtro rojizo cuando somos alcanzados, así como la forma de mostrarnos que estamos a punto de ser eliminados, cuando la pantalla pasa continuamente del color al blanco y negro, añadiendo ruido a la imagen. Alardes gráficos muy bien resueltos, insertados de forma efectiva y que en algunos casos hasta le dan información al jugador.

En definitiva, BLACK es una nueva muestra de la perfección que ha alcanzado Criterion Games a nivel técnico. Escenarios inmensos, fluidez de frames, efectos gráficos brillantes, enemigos con buenas animaciones y destrucciones y explosiones a mansalva durante todo el juego. Visualmente espectacular y técnicamente muy bueno excepto por algún detalle que no empaña para nada el excelente resultado final.

M ú s i c a  .-
Michael Giacchino, famoso por ser el creador de la música de sagas como 'Medal of Honor', produce la brillante banda sonora escrita por Chris Milton para este juego. Y para la ocasión, The Hollywood Studio Symphony Orchestra ha sido la elegida para reproducirla de forma soberbia. Temas instrumentales dignos de cualquier película de gran presupuesto, con fuerza y aplicadas en momentos puntuales de la acción añaden un componente épico al juego. No hay nada más que pedir al producto final, al menos en este apartado donde cumple de forma más que sobrada.

S o n i d o   F X .-
Criterion, al igual que habían logrado con su saga BurnOut, ha producido unos FX de sonido totalmente espectaculares para BLACK. Todo suena de forma atronadoramente real, y con una potencia fuera de toda duda. Desde las armas -obviamente, las estrellas del juego- hasta cualquier mínima explosión, cristal, grito, casquillo o cascote que caiga al suelo. Incluso un efecto 'apagado' cuando estamos a punto de ser eliminados, dando un resultado estupendo.

También destacar el buen doblaje al castellano, tanto de las escenas como durante el juego, con efectos añadidos a las voces muy bien logrados.Desde luego, es un juego del que se disfruta su apartado sonoro de principio a fin, y donde se nota el gran mimo puesto por el equipo en su producción. El objetivo de Criterion de notar el poder destructivo de las armas no sería igual sin este espectacular acabado sonoro. 

J u g a b i l i d a d .-
Como decíamos antes, BLACK basa todo su potencial jugable en la acción directa, sin contemplaciones y divertida. La acción se sucede en pantalla a velocidad vertiginosa, y nuestro control sobre ella depende de algunos factores, aunque Criterion no ha logrado el resultado esperado de forma plena. Bien es verdad que la acción es constante y espectacular, pero fallan grandes puntos importantes que le habrían dado a este programa un calificativo distinto al conseguido al final.

BLACK es un FPS al uso, es decir, los controles no serán problema para los fans del género. Es más, podemos decir que la calibración del mando, aunque automática y no configurable, es suave y el jugador se adaptará de forma rápida y sin traumas. Desde luego, si alguien no se acaba el juego no será por culpa del control, al que podemos calificar de ejemplar. Los movimientos típicos de recarga, zoom, uso de medkit, golpe de culata, lanzar granada, agacharse (no hay el cuerpo a tierra ni el salto) también se ven aumentados con la opción de poder cambiar la cadencia de tiro, pasando por ráfaga, automático, o tiro a tiro. Sólo podremos portar dos armas a la vez, con lo cual el componente estratégico en ocasiones será importante. Tendremos armas de todo tipo, desde pistolas, AK47, UZI's, RPG's, o la clásica escopeta para la acción a corta distancia. La variedad de armas es importante, y en este sentido cumple a la perfección.

La ausencia del salto en determinadas situaciones es algo antinatural que ha sido desarrollado así, pero que no es lógico con el juego ni con la acción. Sobre todo cuando no podemos pasar un simple bordillo de la altura de un ladrillo, pero en otras ocasiones en cambio sí podremos pasarlo porque en la siguiente habitación hay uno de los objetivos secundarios . Un miembro de los Black Ops que no puede saltar ni 10 cms., la verdad, no es algo lógico…

La mecánica de juego nos plantea diversos objetivos principales que se van actualizando según los vayamos cumpliendo, y otros más secundarios de distintos tipos que se basan, sobre todo, en la exploración de los escenarios. Una vez localizados la finalidad será recogerlos o destruírlos. No hay más acciones que realizar, lo cual limita algo nuestro control y la jugabilidad se ve mermada. Hay multitud de objetivos secundarios distintos, aunque no será necesario realizarlos todos para pasar a la siguiente fase o conseguir los premios al final de la partida.

El juego utiliza un sistema de autoguardado después de cada fase, y de puntos de control dentro de cada una de ellas. Hay checkpoints que están situados muy lejos unos de los otros -sobre todo en la última fase, la más larga- y al final del juego se hará un recuento final de todo lo conseguido a lo largo del mismo. En este sentido no podemos más que denunciar la escasez de niveles que posee el juego, ocho en total. Un número muy bajo, que además se ve mermado también por la durabilidad del título.

Acabar el juego nos puede llevar, la primera vez, entre 6 y 8  horas de juego. Los niveles de dificultad accesibles al principio serán el fácil y el normal, aumentando en dos niveles más cuando hayamos acabado el anterior. El nivel BLACK es el más difícil de todos, obvia decirlo, aunque cada fase puede llevarnos sobre 30-40 minutos cada una excepto la última, que puede pasar de la hora de duración.

El juego acentúa la acción directa sobre cualquier otro método. Bien es verdad que hacia el final aprovechar bien los lugares cubiertos será primordial, pero durante el 80% del juego se puede ir 'a saco' sin miedo a que nos eliminen. El sistema de daños nos protege siempre y cuando el daño sea lejano, y para ello qué mejor que utilizar el lema 'mejor tú que yo' antes con los enemigos cercanos. No hay casi peligro de quedar sin munición en todo el juego, así que podéis disparar a gusto y sin temor. No será raro que, al acabar el juego y ver vuestras estadísticas, hayáis eliminado a más de 2.000 hombres, y utilizado más de 30.000 balas en total.

Para añadir más espectáculo y realismo, BLACK cuenta con un motor físico que refleja de forma muy eficiente los resultados de las explosiones en cuerpos y elementos de los escenarios. Mediante la técnica ragdoll veremos cómo los cuerpos responden a las ondas expansivas o a los disparos cercanos, y los elementos sufren las mismas condiciones, perdiendo parte de su masa si la explosión es muy cercana. Además, los enemigos también al caer muertos responden muy bien a las condiciones de los entornos, amoldándose su posición inerte al lugar preciso de caída, o incluso quedando colgando en muros o varandillas.

El motor de colisiones responde de forma brillante durante toda la aventura, aunque hay momentos en los que se nota su subordinación sobre otros aspectos. Un ejemplo de ello es cuando atacamos a uno de los final bosses y cae aturdido por el fuego de nuestra arma, y se pondrá de nuevo en pie. Pero no notará ningún otro disparo -aunque estemos a quemarropa disparando- hasta que su animación de levantarse haya acabado. También destacar que en alguna fase iremos acompañados por otros compañeros Black, pero su comportamiento tampoco está muy bien diseñado que digamos, aparte de ser totalmente inmortales a cualquier bala o proyectil que les alcance, algo totalmente hilarante en algunas situaciones -en nuestro caso, tres misiles que alcanzaron a nuestro compañero y seguía vivito y coleando-.

Sin embargo, y después de acabar el juego en -por ejemplo- 6:34 minutos, lo que más duele es no encontrar un solo modo de juego más. Es decir, hay el modo historia, y punto. Un FPS sin multiplayer es casi un error mayúsculo -Half Life 2 se lo puede permitir porque su pulso narrativo nos invita seguir jugando, y realmente dura más de 6 horas-, y Black posee un feeling especialmente indicado para su uso multijugador. No hay ni un deathmatch para 2 jugadores, ni cooperativo, ni juego on-line. Nada. Puede ser que a algunos el desbloquear nuevas armas o nuevos niveles de dificultad les sea suficiente para seguir jugando, pero a otros tantos (o más) acabar un juego a su 2º día de uso puede no hacerles la más mínima gracia… a no ser que sea alquilado.

Black estaba ante la ocasión de casi despedir el uso de la XBOX con un FPS de altura, técnicamente más que correcto y espectacular a la vez. Pero no ha sido así. El diseño de niveles contrasta el buen hacer de algunos con otros bastante menos atractivos y coherentes, la poca rejugabilidad del título, la ausencia de juego multi y su corta duración son demasiados puntos negros como para que la diversión que produce en muchos momentos -eso también hay que reconocerlo: en algunas fases viviréis algunos de los mejores momentos de acción de esta generación- pese más que su limitada durabilidad. Black es un principio, está claro, pero un principio inacabado y al que todavía le faltan entre 6 y 12 meses para que se pudiese lograr un juego a la altura. Y encima, además, el final es decepcionante. Mal asunto.

C o m p a r a t i v a .-
Con el buen hacer de siempre de Criterion, BLACK pinta bastante bien en las dos consolas de forma global. No hay casi diferencias técnicas entre ellas, y ni siquiera la diferencia de resolución es notable entre ambas. La mayor diferencia es que hay un mejor trabajo de texturas en la máquina de Microsoft, pero ni en los loadings ni en ningún otro apartado en general encontramos diferencias visibles. Dos versiones casi idénticas, aunque para PS2 es un juego técnicamente muy notable y en XBOX es un juego bueno sin sobresalir demasiado. Además, ninguna de las dos versiones posee juego on-line, con lo cual hasta en ese sentido salen las dos perdiendo. Nombrar también que, por ahora, BLACK no es compatible con la consola XBOX360, para aquellos que se hayan pasado ya a la 'next gen' y quieran disfrutar aún de este juego.

C o n c l u s i ó n .-
BLACK de Criterion Games nos ha dejado un mal sabor de boca. No porque sea un mal juego, que no lo es. Black nos presenta algunos de los mejores momentos de shooter frenético de los últimos meses, y eso en consolas como PS2 y XBOX ya es decir. Pero BLACK es, como lo fueron los dos primeros BurnOut, diversión directa. Espectáculo, explosiones, disparos y muchas, muchas balas. Casquería, vamos. Y lo malo de la casquería es que, si se rasca en la superficie, ves que dentro no hay nada, o casi nada.

Por que un gran motor gráfico no es sinónimo de gran juego, para ello hace falta un diseño de niveles variado y atractivo en todo momento -sobre todo si apoyas todo el valor del programa en su componente de acción y 'pasas' de la historia-, una IA depurada al máximo, y un elenco de armas y de momentos brillantes totalmente aprovechables. BLACK posee de las dos últimas cosas, pero el resto está a medio camino.

Los -escasos- niveles del juego no dan lugar a mucha variedad, aunque los que hay están bien realizados. Sin embargo, dentro de su buena factura hay fases con gran potencial -como puede ser 'Psiquiátrico de Tivliz- y otras desaprovechadas. La gran baza de Black (la posibilidad de destrucción de los escenarios como punto a favor contra los enemigos) se aprovecha a medias, y en ocasiones de forma forzada. Otro error del juego es la corta duración y la ausencia total de modo multijugador, ni split-screen ni on-line. Un gran fallo si vemos otros FPS de estas consolas que también aspiraban a ser un ejemplo a seguir y que sí incluían estos modos. Finalmente, la IA debería depurarse más, ya que hay casos clarísimos de falta de optimización.

Pero nosotros, fans de Criterion mientras no demuestren lo contrario, creemos que Black es un caso similar a los primeros BurnOut. Un gran potencial, pero falta explotarlo de verdad -como sucedió con el espectacular 'BurnOut 3 Takedown' y 'Revenge'. BLACK ha sido un primer paso, y sabemos a ciencia cierta que los siguientes juego de la saga irán 'in crescendo' en calidad, y cuando eso pase, deseamos estar ahí para verlo. Pero de momento BLACK es, como se suele decir, un diamante en bruto. Falta pulirlo.

L o  m e j o r .-
- Acción directa de la 1ª a la última fase
- Armas realistas y muy bien acabadas
- Control bien adaptado y calibrado
- Técnicamente espectacular en muchos apartados
- Algunos momentos impagables de destrucción

L o   p e o r  .-
- Sólo 8 fases y sobre 6-8 horas de juego
- La IA es bastante mejorable
- La historia es totalmente prescindible
- No hay multijugador. Pecado mortal
- Algún diseño de niveles muy bueno con otros malos