Valkyrie Profile Lenneth

Square Enix sorprendió a propios y a extraños al anunciar la vuelta de Valkyrie Profile a la actualidad, con una nueva entrega en Playstation 2 y una conversión del original para PSP, con el sobrenombre "Lenneth". Descubre uno de los juegos de rol más celebrados de la época de las 32 bits.

Todas las consolas predominantes en los últimos años han tenido la característica común de alberga  algunos de los juegos de rol japoneses más relevantes de su generación. Es muy común entre los usuarios discutir sobre la generación más importante entorno a este asunto. Super Nintendo tiene sus firmes defensores, no en vano se considera que esa época fue la edad dorada del desarrollo nipón; pero también Playstation tiene sus abogados, amparándose en la enorme calidad de algunos de los títulos en su catálogo.

Entre todos esos títulos se encuentra Valkyrie Profile, posiblemente el mejor juego creado hasta la fecha por Tri-Ace, que también cuentan en su haber con otro peso pesado como la saga Star Ocean. Este título llegó casi por sorpresa, en una Playstation ya muy rodada, y sin ningún tipo de anticipación, aunque rápidamente captó la atención de los aficionados al rol japonés gracias a cierto aire nostálgico que desprendían las bellas imágenes que llegaban, una forma de hacer esta clase de juegos que ya se daba por extinguida.

Las expectativas se cumplieron y Valkyrie Profile acabo convirtiéndose en un título que enamoraba, tanto por su historia, sus valores artísticos o su original sistema de combate. Siendo uno de los títulos más glorificados por parte de los aficionados al género, no es de extrañar que todos ellos quedaran en estado de éxtasis cuando Square Enix que volvía a dar vida a este nombre con una nueva entrega para PS2 y una conversión del original para PSP, la que nos ocupa ahora.

Puesto que se trata de una conversión, lo normal será contestar a la pregunta de ¿qué es Valkyrie Profile? Su historia bebe de la mitología nórdica, en concreto de las leyendas del Ragnarok, la caída de los dioses. En el juego, el dios supremo Odín, convoca a palacio a una de las tres valkirias: Lenneth, poseedora de un poder especial para localizar almas de guerreros a punto de morir. Su misión será la de recorrer Midgard, la tierra, en busca de esos guerreros humanos para recogerlas y entrenarlas antes de ser enviadas al Valhala, de modo que puedan ayudar a los dioses a defender sus dominios frente la amenaza que se cierne.

A partir de ahí se crea una compleja historia con múltiples ramificaciones. Cada uno de los personajes que recoges tiene su propia historia y habilidades, que puedes incorporar a tu grupo de combate, pero tú eres el que decides cuando mandarlos con Odín. Una vez mandados, pierdes definitivamente al personaje, de modo que sólo puedes saber de él por los informes que te van llegando cada cierto tiempo. Este sistema crea una interesante dinámica narrativa, ya que resulta duro desprenderte de personajes con los que has compartido horas de aventuras, aunque por otro lado, si no mandas suficientes almas, Odín quedará menos complacido por tu labor.

Valkyrie Profile era un juego ciertamente particular cuando apareció. En una época donde lo 3D había conquistado todos los campos, incluyendo el rol, resultaba novedoso encontrar un título en dos dimensiones haciendo un uso tan descarado de sprites. Los escenarios por los que se mueve Lenneth son completamente lineales, ya sean mazmorras, bosques o poblados. Dentro de las mazmorras, la protagonista podía avanzar o retroceder, saltar y lanzar una especie de cristales congelantes; todo esto permitía crear algunas situaciones de puzzles y plataformas, añadiendo algo más de variedad a la tradicional dinámica de avanzar y luchar. Además, este sistema permite la posibilidad de esquivar los ataques, congelando a los enemigos o simplemente avanzando por otra plataforma si era posible. Si tocas a un enemigo, o dejas que te toque, pasas a la pantalla de combate.

El combate ofrecía diferentes opciones que lo alejaban de la tónica habitual. No en vano, si por algo es conocido el estudio nipón de Tri-Ace es por crear sistemas de combate únicos y dinámicos. En Valkyrie Profile, el grupo de combate se compone de cuatro miembros con un solo golpe normal. Cada uno de los cuatro botones del pad está asociado a uno de los personajes, de modo que con tan solo pulsarlos los personajes atacan. Por ejemplo, al presionar un botón, un personaje experto en hechicería levanta a un enemigo por los aires en medio de una columna de fuego; cuando está en su punto más alto, activas el botón asociado a un experto en armas a distancia que lo abate en el aire, terminando con tus dos guerreros especialistas en cuerpo a cuerpo atacando al unísono antes de que el cuerpo del rival caiga del todo.

Aunque ese sistema pueda parecer excesivamente simple frente a las múltiples opciones con las que cuentan otros juegos, en realidad se trata de un proceso mucho más rico de lo que parece. Por un lado, hay una serie de golpes especiales que pueden ser ejecutados una vez que se acumula suficiente energía, cada personaje tiene el suyo propio, que aporta nuevos ritmos a las combinaciones. Por otro lado, todos estos golpes tienen un tempo determinado, de modo que se pueden enlazar combos demoledores si vas descubriendo las diferentes combinaciones posibles y calculas bien el momento y el orden en el que pulsas los botones del pad. A la postre, te encontrabas con un sistema de combate muy variado, muy rápido y en el que el jugador tenía un completo control de la acción, obligándose a usar su habilidad para obtener buenos resultados.

Técnicamente, aunque este título no usaba las tres dimensiones, hacía un uso magistral de los spites, aprovechando la gran capacidad de almacenamiento del CD-Rom y las posibilidades de Playstation. Los escenarios, aunque sólo pueden recorrerse de forma lineal, ofrecen una gran profundidad gracias a los múltiples planos utilizados en los escenarios de fondo. El detalle en los elementos del escenario es espectacular, sólo es necesario pararse en la introducción, en el palacio de Odín, y contemplar las cristaleras, el uso de la luz, el cuidado puesto en la construcción gráfica de los muros. Desgraciadamente, el uso de los sprites ha caído en desuso ante la pujanza de los polígonos. Pero sólo hasta hace muy poco se ha podido ver como estas técnicas más contemporáneas lograban superar la gran belleza que pueden alcanzan los gráficos en dos dimensiones. Incluso hoy en día se puede observar como algunos juegos que hacen uso de los viejos sprites, consiguen crear un efecto fantástico.

Los escenarios no son lo único destacable del aspecto audiovisual. La banda sonora es muy emotiva y está perfectamente compuesta para acompañar una trama que fluye muy fácilmente desde la acción más intensa a una melancolía y tristeza que llega al corazón. Otros aspectos destacables son los propios personajes, que cuando hablan quedan representados en pantalla por una enorme ilustración realmente bella, que realza la gran personalidad de los protagonistas. En el combate, la espectacularidad de los ataques especiales queda perfectamente reflejada gracias al uso generoso de efectos gráficos, que le termina de dar a los combates mágicos ese tono mágico que te lleva a alegrarte del comienzo de una lucha, frente al "¿¡otra vez!?" que algunos jugadores exclaman en algunos otros títulos de rol.

Esta versión para PSP en principio parece que será una conversión perfecta de la versión de Playstation. Todavía no se conocen excesivos detalles sobre qué novedades se van a incluir, pero sería estupendo que se aprovechara la ocasión para mejorar algunos de los pocos defectos que la versión original tenía, como algunos combates de dificultad desmedida (incluso siendo un juego de tres niveles de dificultad, algo no muy habitual en un juego de rol) y algunos problemas puntuales en la respuesta de control. También será interesante ver cómo se adapta el juego a algunas de las características propias de la máquina portátil, como la resolución en pantalla. Pero el principal error que debería corregir esta versión, es reparar la gran injusticia de que un título de tanta calidad como éste nunca haya aparecido en Europa.