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Tras innumerables retrasos, llega por fin la arriesgada apuesta de Atari, Getting Up, un polémico juego que pretende convertirse en el primer simulador de graffiti de la historia de los videojuegos, plasmando en un mundo virtual las experiencias que se sienten al "bombardear" la ciudad con latas y taggers en mano. Ha pasado ya más de un año desde que Atari desvelara en su evento privado 'Go Play' el desarrollo del juego, cuya propuesta pasaba por asumir el rol de un "writter" mientras dejábamos marca de nuestra capacidad y habilidad 'graffitera' en una gran ciudad, New Radius, a medida que aumentábamos nuestra reputación entre los demás graffiteros del barrio. Un juego que, durante todo este tiempo, ha recibido una enorme campaña de promoción por parte de Atari, que ha tratado acercar al juego al público no directamente ligado con esta cultura, tanto en fiestas relacionadas con el Hip Hop como en propios eventos de graffiti organizados especialmente para el videojuego.
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¡Gánate un nombre, toy! En Getting Up asumimos el rol de Trane, un joven afro-americano cuya mayor pasión es el graffiti. La historia, escrita por Marc Ecko, nos transporta a New Radius, una ciudad gobernada por un partido que ha prohibido el graffiti y recortado hasta niveles extremos la libertad de expresión. Hasta el punto de que la policía ha salido a las calles para acabar de forma poco ortodoxa con aquellos que se niegan a seguir los patrones marcados por el alcalde y los CCK (Civil Conduct Keepers). Es entonces cuando Trane, y desobedeciendo los consejos de su propia "vieja", decide salir a la calle a ganarse una reputación como "writter", a dejar en su sitio a las bandas rivales, y sobretodo, a luchar contra la injusticia que las opresivas altas esferas de New Radius predican.
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Así pues, ¿ha cumplido el señor Marc Ecko con las grandes expectativas que se habían creado en torno a su primer juego, consiguiendo acercar la arriesgada propuesta a toda clase de jugadores?, o ¿Getting Up ha quedado en una simple obra solo apreciable por quienes realmente comparten su vida con los aerosoles? Veámoslo a continuación...
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g r á f i c o s En términos globales, Getting Up goza de un buen apartado gráfico. Los escenarios lucen de maravilla en las tres versiones del juego, y en especial resulta destacable el detalle de las texturas que los visten. La ambientación es soberbia, sobretodo al plasmar los barrios bajos de una gran urbe, todo ello teñido por la inconfundible cultura del hip-hop. Y es que en ese aspecto destaca especialmente Getting Up, en el trabajo realizado a la hora de transportar el mundo del graffiti a un videojuego.
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Getting Up no ha sido el primer juego en intentar representar dicha cultura: juegos como Jet Set Radio o GTA: San Andreas ya incorporaban minijuegos en los que los aerosoles tomaban especial importancia. Sin embargo, a nivel artístico, Getting Up ha ido un paso más allá. Gracias a la colaboración de "writters" reconocidos a nivel mundial como 'shepar', 'smith', 'cope2' o 'seen', que aparecen en el propio juego, el juego ofrece en su propio apartado visual una enciclopedia de piezas, murales y firmas cuya calidad, en base a los cánones bajo los que se rige esta cultura, es incuestionable. Graffitis totalmente estilizados y firmas "imposibles" enriquecen las calles y completan una ambientación que poco tiene que envidiar a la que realmente destilan los suburbios de las grandes metrópolis.
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Pero no todo son calles sucias y graffitis. Getting Up ha logrado reproducir una enorme ciudad, dividida en once sectores, con todo lo que conlleva: desde interiores hasta grandes rascacielos (mención especial a las alturas de Getting Up, un trabajo "de vértigo"), y pasando por túneles de metro y todo tipo de zonas solo accesibles para los más ágiles y escurridizos. Como ya decimos, en lo que respecta a la ambientación, no podía salir mejor parado.
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Sin embargo, hay ciertos matices en el apartado gráfico que nos impiden hablar de un despliegue técnico redondo. De entrada, se aprecia un alarmante bajo grado de detalle en los personajes principales, algo bastante injustificable a estas alturas. Desde la primera secuencia introductoria ya vemos como la carga poligonal de Trane y compañía no es alta, ni el nivel de detalle el mismo que se nos había "prometido" meses atrás, cuando se empezaron a distribuir las primeras capturas del juego. Cierto es que tanto Xbox como el PC mejoran notablemente esta carencia, pero ni tan siquiera en dichas plataformas se aprecia un resultado comparable con lo que se nos tiene acostumbrados en los lanzamientos más actuales.
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También en las animaciones notamos ciertas carencias, sobretodo en las peleas. La tasa de frames por segundo disminuye apreciablemente en los momentos con más carga poligonal, y los combates tienden a ser bastante toscos e imprecisos. Y eso, como veremos más adelante al revisar el apartado jugable, es un importante handicap a la hora de disfrutar plenamente del juego. Por lo demás, y haciendo hincapié en lo comentado anteriormente, toda una lección de saber hacer al traspasar la cultura del aerosol, esta vez del celuloide al bit.
s o n i d o Finalmente no ha podido ser. Pese a los intentos por parte de Atari España de adaptar la banda sonora del juego para añadir temas de los más importantes grupos de rap español, al final tenemos que conformarnos con las BSO confeccionada especialmente para la ocasión formado por diversas bandas norteamericanas que ponen su música en la versión americana del juego. RJD2, The RZA de Wu-Tang Clan, Mobb Deep, "Diddy" Combs o el propio Marc Ecko dan forma a la banda sonora de Getting Up. Así que nada de Doble V, SFDK o 7N7C. Una pena.
Sin embargo, el juego sí llega doblado al castellano: nada más y nada menos que por Jotamayúscula, que da voz a Trane (en la versión original era Talib Kweli quien encarnaba al "writter"), y Tony Aguilar, en el papel de Gabe. Pese a que a Jotamayúscula se le nota la falta de práctica en este otro tipo de escenarios, el resultado final es más que satisfactorio. Así pues, un apartado sonoro que redondea una ambientación de lujo.
j u g a b i l i d a d En terreno jugable, Getting Up es un juego que se sustenta en 4 pilares básicos: la exploración, el combate, el camuflaje y el graffiti. O en otras palabras, una mezcla de géneros en toda regla, pero que pese a cumplir en términos de calidad en todos ellos, no logra alcanzar las altas cotas de los respectivos reyes de cada uno.
En Getting Up nuestro objetivo es aumentar nuestra reputación dentro de la ciudad. Pasar de ser un 'toy' (el calificativo que todo iniciado recibe al empezar a pintar) a el 'Rey de la Ciudad' (el amo, para que nos entendamos). Para ello, y haciendo uso de las acrobáticas habilidades de Trane, debemos colarnos en los rincones más inaccesibles para pintar nuestros graffitis. No es lo mismo pintar una pieza en un rincón de una calle solitaria, que en lo alto de un panel publicitario. Así que como si de un Splinter Cell se tratase, tenemos que esquivar a todo posible delatador mientras pintamos en los diferentes objetivos de las más de 20 misiones de las que dispone el juego.
El control sobre Trane es todo un acierto: sencillo e intuitivo. Con 'X' saltamos, con el cuadrado damos puñetazos, con el triángulo las patadas y con la redonda esquivamos los ataques (A, X, Y y B respectivamente para la versión Xbox). Y con el gatillo derecho y el cuadrado, pintamos los graffitis en las superficies a las que estemos apuntando. A la hora de interactuar con el escenario, se ha optado por la opción sencilla y divertida, y sin andarse con complicaciones: como si de un Zelda se tratase, es el propio Trane quien interactúa de forma automática con los obstáculos que se va encontrando. Como ya decimos, una fórmula acertada que repercute positivamente en la diversión a los mandos. Y es que vemos como con pocos esfuerzos Trane es capaz de deslizarse y agarrarse por los sitios más imposibles de un modo muy espectacular.
A medida que avanzamos por el juego y completamos las misiones, se nos desbloquean nuevos ataques y combos, a los que se unen los ataques especiales que efectúa Trane al usar armas improvisadas que encuentra por el escenarios: palos, tuberías y demás útiles. La forma de recuperar la vitalidad perdida por las peleas y los "accidentes" es mediante unas botellas de gaseosa que Trane va encontrando por los escenarios.
Lástima, sin embargo, que la cámara no esté a la altura, y eso resulta especialmente sangrante en un juego donde buena parte del desarrollo se produce en interiores. En determinados combates, resulta bastante difícil saber a qué estamos atacando. A lo que se le suma una leve bajada de frames por segundo, hecho que acaba por sentenciar una de las más importantes facetas del videojuego: las peleas.
Entrando en el terreno del graffiti, Trane posee un Black Book donde quedan registradas todas las piezas y firmas que podemos pintar, y que van aumentando en cantidad a medida que superamos misiones. Estos graffitis quedan clasificados en 4 tipos distintos, cada uno acorde con un estilo distinto: los murales , los Rollups , los Throw-ups , las colas y los Wild Style . Piezas predefinidas, pero a las cuales podemos variarle el color. Además, desde dicho Black Book podemos acceder a otro menú donde tratar con las firmas que graffitea Trane en sus noches de "bombardeo": pegatinas, tags de rotulador, tags con aerosol, plantillas y carteles . Como ya hemos dicho, Getting Up es una enciclopedia del arte con aerosol, y hará los delicias de todos los amantes de esta polémica vía de expresión.
Así que ya lo tenemos todo: puños, condiciones físicas y pintura. Todo lo necesario para ir completando los diversos objetivos que nos plantea el juego.
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c o n c l u s i ó n Getting Up es un juego que ha cumplido con la promesa de reproducir en forma jugable las experiencias del graffitero, pero que sin embargo no ha cuidado del mismo modo otros aspectos tan o más importantes que afectan directamente a la jugabilidad. No se puede dudar que el trabajo de investigación sobre el mundo del graffiti llevado a cabo por Marc y sus colegas es impresionante, pero no solo de estampas puede vivir un juego.
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Y es que la cámara juega demasiadas malas pasadas, y los combates no están todo lo depurados que deberían. El control sobre Trane es demasiado duro, y la competencia en este ámbito deja poco margen de error a estas alturas. Además, gráficamente, y tras lo que se nos venía anunciando durante todos estos últimos meses, esperábamos algo más en determinados aspectos.
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Así pues, un juego recomendable para los afines a la mencionada cultura, y una opción a tener en cuenta para aquellos que busquen un juego original y variado.
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lo m e j o r
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La ambientación, magnífica La mezcla de géneros El control, muy intuitivo Perfecta conversión PAL, sin bandas negras y doblado al castellano Ampliar
l o p e o r
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Las peleas dejan bastante que desear, por culpa de una cámara poco depurada En el ámbito del camuflaje, queda lejos de juegos como MGS o Splinter Cell Se ha hecho una fácil y a la vez "barata" interpretación de la filosofía de los "writters", no del todo acorde con la realidad Si no te gusta el graffiti... pocos incentivos encontrarás en Getting Up. Ampliar
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