El juego de intriga internacional

Aunque sus reglas son pocas y sencillas, el juego es capaz de alcanzar una complejidad sorprendente, lo que hace que ésta sea una de las pocas adaptaciones para ordenador que se hayan hecho.

Como ya he dicho el reglamento del juego es muy simple: el tablero de juego es un mapa de Europa dividido en 75 regiones, terrestres y marítimas. Treinta y cinco de las regiones terrestres son especiales y se denominan 'centros de abastecimiento'. Cada uno de los siete jugadores controla una de las siete potencias iniciales, y cada una de estas controla tres centros de abastecimiento (cuatro en el caso de Rusia). Como cada centro de abastecimiento que controlamos permite mantener una unidad militar, cada jugador empieza el juego con tres de ellas (excepto Rusia).

Todas las unidades militares tienen la misma fuerza, y la única diferencia que hay entre ellas es que hay de dos tipos: flotas y ejércitos. Las flotas sólo pueden estar en regiones marítimas o costeras y los ejércitos sólo en las regiones terrestres. Sólo puede haber una unidad en cada territorio.

La mecánica es sencilla también: en cada turno (primavera y otoño) los jugadores deciden a dónde quieren mover sus unidades y si este movimiento va a ser 'apoyado' por otra u otras unidades adyacentes. Todos los movimientos se efectúan a la vez, y es aquí donde se pueden producir enfrentamientos por dos unidades que quieran acceder al mismo territorio. Los enfrentamientos se reducen a contar el número de apoyos que tiene cada movimiento, de forma que sólo una (o ninguna si hay un empate) de las unidades acabe ocupando el territorio en discordia. La siguiente fase del turno es la retirada, donde los ejércitos a los que se ha expulsado de su territorio podrán replegarse a otros territorios o desaparecer.

Esta fase también se produce de forma simultánea, lo que puede dar lugar a otros enfrentamientos (esta vez sin apoyos). Por último, cada dos turnos hay una fase de construcción de ejércitos, donde se ajusta el número de unidades de cada jugador con el número de centros de abastecimiento que controla y donde se podrán construir nuevas unidades en los territorios de origen o destruir las unidades que sobren. Si al final de este turno (el turno de otoño) un jugador controla 18 centros de abastecimiento habrá ganado la partida.

Explicado así es muy simple; entonces, ¿dónde está lo interesante del juego? Pues lo más interesante está en la fase de diplomacia (de ahí el nombre del juego). Antes de cada turno los jugadores tienen un tempo para negociar los movimientos que se van a realizar, definir estrategias, pactar alianzas, definir apoyos o transportes por mar, etc.

Todas estas conversaciones serán lo vinculantes que cada uno de ellos quiera, de forma que se reflejarán o no en las órdenes de ése turno. (En el juego de tablero, las órdenes son escritas por los jugadores en un papel y se muestran todas de forma simultánea.) Por supuesto se generarán traiciones, pactos rotos (de mutuo acuerdo o no), ataques frontales, alianzas extrañas, traiciones rastreras, puñaladas por la espalda... en resumen, lo mejor del juego está aquí. Siempre se ha dicho que nadie es capaz de ganar una partida sin una buena traición y no hay nada mejor en el juego de mesa que ver la cara del traicionado ;-)

Todo esto se refleja en el juego de forma bastante completa, y una vez que conoces el juego, las órdenes son muy fáciles de dar y también es bastante sencillo seguir el desarrollo de la partida de los otros jugadores.

En el juego empezaremos eligiendo (o dejando que lo haga el azar) la nación con que queremos jugar. Podemos elegir entre 14 tipos de jugadores virtuales, cada uno con una personalidad distinta, para las distintas potencias y el nivel de dificultad general y particular para cada oponente. Una vez configurada la partida podremos empezar el juego.

Ahora empieza la secuencia de turnos, que siempre es como la siguiente: turno de primavera de 1901: fase de diplomacia y asignación de órdenes (limitada a 15 minutos), fase de resolución de movimientos y conflictos, fase de retirada (5 min.) -Turno de Otoño de 1901: diplomacia, resolución, retirada y fase de construcción (5 min.) - Turno de primavera de 1902… y así consecutivamente.

Para dar nuestras órdenes al programa sólo tendremos que arrastrar nuestras unidades a los distintos territorios. Al soltarlas, aparecerá un menú de opciones pidiéndonos qué orden de las posibles queremos dar. Cuando acabamos con nuestras órdenes pulsamos el botón de cambio de turno y nos dedicamos a ver cómo se resuelve el turno.

La parte diplomática es la más complicada de todas, aunque se ha resuelto de una forma bastante intuitiva: podemos abrir una 'conversación' con otro jugador donde realizamos los movimientos que queremos hacer y los que queremos que él haga. También podemos proponer alianzas generales (ofensivas, defensivas, temporales, zonas desmilitarizadas, etc.). Una vez hecho esto, hacemos la propuesta pulsando un sobre que aparece en pantalla y esperamos la respuesta o la contra oferta. Luego sólo nos quedará convertir en órdenes el tratado con el otro país. Esto lo podemos hacer de forma automática (más cómodo) o de forma manual si queremos modificar el tratado de forma unilateral.

La fase de ejecución de órdenes nos indica primero todas las órdenes que se han dado y después las va resolviendo una a una con unas animaciones bastante pobres, donde las unidades se mueven de unos sitios a otros y cambian de tamaño para indicar los apoyos, mientras que unos 'avatares' que representan a los distintos jugadores gruñen en la pantalla.

En la fase de retirada, aparecerán tumbadas en el tablero las unidades que hay que retirar, que arrastraremos a los territorios vecinos para dar la orden.

Por último, en la fase de construcción podremos arrastrar el icono de nuestro país a unos de nuestros centros de abastecimiento originales para construir nuevos ejércitos o flotas. Al final se nos mostrará un cuadro de estadísticas donde se muestra un resumen  de lo que ha ocurrido durante el año.

Las partidas multijugador podremos organizarlas en Internet, de forma privada con gente que ya conozcamos o uniéndonos al servidor de Paradox, donde podremos encontrar gente para jugar partidas. No es necesario que haya siete jugadores reales, sino que el sistema asignara jugadores virtuales para controlar las potencias que no estén ocupadas por jugadores humanos.

Por último el juego nos permite un modo de prueba, donde podemos hacer lo que nosotros queramos en cada momento, sin intervención de otros jugadores; ya sea un sistema para probar jugadas y estrategias, o un método para llevar adelante una partida de varios jugadores en casa usando el ordenador como tablero electrónico y para decidir en los enfrentamientos.

g r á f i c o s  y  s o n i do
Básicos al máximo (mira las capturas de pantalla). Una representación gráfica del tablero y las fichas en 3D, exigiendo una potencia media en el ordenador que no se justifica de ninguna forma. No hay la posibilidad de instalarlo en ordenadores antiguos.

Las animaciones y los sonidos de los avatares se definen muy bien con la palabra CUTRE.

j u g a b i l i d a d
Muy fácil de jugar, una vez conoces las reglas el manejo es muy sencillo y te avisa de todo lo que no haces para que no te equivoques al dar tus órdenes.

e s t r a t e g i a   y   t r u c o s
Diplomacy es un juego de estrategia abstracta muy simple. No hay trucos. La estrategia es muy personal, parecida a la del ajedrez (en el manual lo definen como una mezcla de ajedrez y póquer). Aún así, el consejo que se puede dar es que estudies los movimientos y las alianzas de los adversarios. Es fundamental para saber cuáles son sus planes futuros y si te puedes fiar de ellos en los tratos.

Si realmente quieres aprender a jugar a Diplomacy, encontrarás en Internet  miles de páginas con artículos, variantes, discusiones, estrategias, etc.

c o m p a r á n d o l o   c o n...
No se puede hacer una comparación directa más que con otra versión antigua de Diplomacy (de Microrose), que fallaba en lo mismo que esta: IA mediana y muy pocas posibilidades gráficas y de sonido. Aún siendo un juego muy conocido, no se encuentran versiones en Internet.

c o n c l u s i ó n
Tengo que empezar diciendo que Diplomacy me gusta; es un juego divertido y que te hace pasar unos buenos ratos con los amigos. Lo llevo jugando muchos años (más de 15) aunque no siempre es fácil encontrar a gente con la que jugar. Lo he jugado en una mesa, por correo electrónico o usando  un canal en el IRC para las partidas e infinitos privados para las negociaciones.

Cuando coges el juego por primera vez encuentras que el sistema de dar las órdenes es cómodo, el sistema de negociaciones con la IA también y el método de resolución de turnos puedes desactivarlo para dejar de ver esas feas animaciones. Muy útil cuando te avisa de jugadas extrañas, de unidades que has olvidado mover o de jugadas que pueden romper tratados.

Al cabo de un poco tiempo te empiezan a faltar cosas que sí hacías en las negociaciones en el juego de tablero: encadenar órdenes para varios turnos, alianzas condicionadas, ver con quién está negociando otro jugador...

Y por último empiezas a ganar partidas, una detrás de otra, y ves que la IA no es tan 'I' como 'A'; así que habrá que empezar a buscar jugadores humanos. Aquí tienes una ventaja. Como la negociación es principalmente gráfica (a partir del parche 1.3 puedes chatear) puedes jugar con jugadores de cualquier lugar del mundo, aunque no sepáis expresaros en el mismo idioma.

No puedo decir con exactitud lo que le parecerá el juego a gente que no lo haya jugado antes, así que si este es tu caso, te recomiendo que pruebes con la demo (es el tutorial) antes de plantearte ir por él a la tienda.

Por último se espera con impaciencia algún tipo de editor para el juego, de forma que se puedan implementar algunas variantes más complejas, ya que sí se puede editar la partida básica, pero está limitado al mapa original. A poco que conozcas el juego sabrás que hay cientos de variantes con distintos mapas, número de jugadores y reglas opcionales que no se pueden jugar con este programa de ordenador.

En resumen, creo que es un juego que no enganchará a mucha gente que no lo conozca de antes, principalmente por lo abstracto del juego, aunque una inteligencia artificial mediana tampoco suponga un reto para los jugadores experimentados.

Por otra parte, desde hace años hay multitud de sistemas para realizar partidas entre jugadores por Internet, bien a través de correo electrónico o de sistemas en tiempo real, así que tampoco se puede decir que la alternativa al juego de tablero. Al menos no se encuentra ninguna alternativa gratis para el juego con jugadores virtuales, sino sólo algunos motores de inteligencia artificial más experimentales que otra cosa.

e n l a c e s
Las páginas del juego:
http://www.diplomacy-pcgame.com/, http://www.friendware.es/, y forums.paradoxplaza.com, para localizar jugadores y las últimas noticias.
Sobre diplomacy en general: http://www.diplomacy-archive.com/ y http://www.diplom.org/ (en inglés), la página de avalon hill (con las reglas), también en inglés http://www.wizards.com/default.asp?x=ah/prod/diplomacy y en castellano http://www.diplored.org/.

m a n u a l
Setenta y cinco páginas en castellano, bastante bueno. El tutorial del juego también ayuda mucho y explica casi todo lo que debes saber.

l o  b u e n o
La posibilidad de jugar contra el ordenador (aunque no sea muy bueno). La posibilidad de montar partidas con pocos jugadores y que el resto los maneje el ordenador.

l o  m a l o
Los gráficos. Muy básicos y con muchas exigencias. Un motor que requiriera menos ordenador hubiera funcionado igual de bien a nivel de juego. La IA no supondrá ningún reto fuerte a jugadores experimentados. El precio parece excesivo para lo que ofrece, sobre todo teniendo en cuenta lo que ya se encontraba por Internet para partidas por correo electrónico.