Naruto: Ninja Council, Impresiones

El famoso manga/anime de Masashi Kishimoto llega por primera vez a las Game Boy Advance occidentales en forma de un Beat'Em Up de avance lateral donde todo consiste en golpear y progresar. Tras probar la versión japonesa te desvelamos lo que guardará este cartucho. ¡Click no Jutsu!

La obra de Masashi Kishimoto está consiguiendo lo imposible, y es que sólo en cinco años ha logrado un éxito tremendo tanto en Japón, como en el resto del mundo, esto último curioso dado que aún no se ha licenciado en occidente. Aunque próximamente se dará este caso, gracias a compañías que apuestan por Naruto, el caso es que poco o nada nuevo nos van a contar. Cada capítulo del anime, cada tomo del manga, está a las pocas horas de su salida en completo castellano gracias a un grupo de fansubers que trabaja día y noche para satisfacer a los miles de fans de la obra.

Los videojuegos han corrido la misma suerte, y no ha sido hasta ahora cuando finalmente saldrán en los Estados Unidos y, presumiblemente, posteriormente llegarán a Europa. Los primeros serán Naruto Clash of the Ninja para Nintendo GameCube y este Naruto Ninja Council de GBA, a los que le seguirán los Naruto Narutimate Hero de PS2, haciendo caso a los insistentes rumores de los que os informábamos hace unos días.

Ya centrándonos en lo que nos ocupa, Naruto Ninja Council, tenemos que comentar que estamos ante un título lanzado en Japón hace casi tres años bajo el nombre de Naruto: Ninjutsu Zenkai! Saikyou Ninja Daikesshu. Esto implica cierto desfase tecnológico y jugable, lo que significa que posiblemente de llegar a España lo disfrutaríamos menos de lo esperado. Sin más, y tras darle caña a la versión japonesa durante bastantes horas, os ofrecemos nuestras impresiones.

Quiero ser Ninja

Ninja Council no tiene un argumento predefinido, sino que simplemente nos lleva a un momento ficticio de la serie, con Naruto y Sasuke ya entrenados. Básicamente estamos ante un Beat'Em Up de avance lateral con tintes de plataformas, para que lo comprendáis mejor, tenemos el mismo sistema de juego que en Dragon Ball Advance Adventure, de 'reciente lanzamiento' en nuestro país.

Nada más comenzar la aventura se nos permite escoger entre Naruto o Sasuke. Cada uno de ellos cuenta con el mismo sistema de control, y varían únicamente a la hora de realizar las magias. Con A saltamos, mientras que B nos sirve para pegar un golpe. Manteniendo éste cargamos energía, y soltándolo realizamos un especial único, según a quien controlemos. L sirve para lanzar ítems, desde shurikens hasta pinchos, mientras que R no tiene función en el 99% de la aventura.

La pulsación reiterada de B permite a nuestro personaje elaborar combos. Desde patadas hasta puñetazos, todo de forma frenética y sumando impactos. Podemos pegar un salto alto y golpear al enemigo en el aire, de este modo nos permitirán subir a plataformas más elevadas, y usarlos a modo de saliente para colgarnos. Entre las acciones de Sasuke y Naruto encontramos las típicas que un ninja debería manejar, carreras laterales por una pared, ágiles pasos por puentes que se caen a nuestro paso o caminar como las sombras, entre otras cosas.

Otra pega que le sacamos en este primer contacto es la escasa duración del producto. En poco más de dos horas superamos la historia con Naruto, algo menos con Sasuke, y con esto desbloqueamos a Kakashi, único extra 'real' del juego, con el cual podemos completar el modo principal en menos de 45 minutos. La nula rejugabilidad juega en contra, ya que no podemos acceder a un nivel directamente, sino que todo se rige por simples puntos de control sin ningún tipo de variante. La IA de los enemigos es baja, no pereceremos en casi ningún momento, y de hecho podremos acabar con la gran mayoría lanzándoles shurikens desde lejos y saltando cuando vienen a por nosotros.

Por lo menos gráficamente es ciertamente agradable, y aunque se notan los años (la segunda entrega está mucho más cuidada) no son feos. Las animaciones están trabajadas y todos los especiales del anime están representados con más o menos fideliadad. Pantallas estáticas y sprites decentes completan un apartado similar a obra de Kishimoto. Las melodías, por el contrario, son aburridas tras dos minutos de juego.