Un ataque relámpago

Al mismo tiempo, los que somos fans de este tipo de juegos (y en MeriStation somos unos cuantos) no podemos quejarnos por la cantidad de buenos juegos que existen hoy en el mercado, si bien solamente unos pocos pueden considerarse títulos absolutamente rompedores. La vida no terminó en Starcraft ni vuelve a empezar con Age of Empires: hay multitud de juegos 'menores' que pueden proporcionarnos largas horas de diversión empuñando teclado y ratón.

Blitzkrieg 2 (que recibe el nombre del ataque relámpago que realizó Alemania sobre Polonia dando el pistoletazo de salida a la Segunda Guerra Mundial) es la continuación de la bastante conocida primera parte de Nival Interactive, basada en el manido, pero siempre en boga, conflicto de los conflictos cubriendo desde 3 campañas distintas las evoluciones de los americanos, los alemanes y los rusos durante el período que va desde finales del año 1940 hasta 1945.

Nival ha hecho algo más que una simple actualización de Blitzkrieg, incluso puede que para muchos haya cambiado el corazón mismo del juego. Lo único moderadamente cierto es que el antaño a veces complicado sistema de manejo se ha visto simplificado bastante, desde el punto de vista de que ahora no será necesario preocuparnos tanto por decisiones menores que afecten a toda una misión o campaña.

Blitzkrieg 2 es un juego muy dinámico, muy poco preciso en las referencias históricas pero en muchos momentos bastante divertido y eso es lo que cuenta. Probablemente estamos ante un juego que no destaca especialmente en nada pero que cumple en todos y cada uno de sus apartados fundamentales y contiene multitud de detalles que harán las delicias tanto de los fans de los ETR como de la documentación histórica.

Puede que no tenga el poderío de Age of Empires, ni el carisma de Starcraft o esté basado en una franquicia como Warhammer 40k: Dawn of War. Blitzkrieg 2 proporcionará alrededor de 20 horas buenas de diversión mientras controlamos nuestros cazabombarderos, trazamos trincheras con los ingenieros, arrasamos ciudades enteras con nuestros tanques, aniquilamos decenas de unidades con la artillería pesada y lanzamos a nuestros barcos contra la resistencia enemiga. Empecemos.

Ya sea atacando una casa u ordenando un bombardeo en cualquiera de las variadas localizaciones en las que nos enfrentaremos con el enemigo, destaca el colorido y profundidad de los mapas. Por fin se tiene la sensación, la buena sensación, de estar metidos dentro de un escenario real y coherente: los bosques son auténticos y las carreteras no más anchas de lo que deberían ser. El paso implacable de los tanques rivaliza con la destrucción que causa nuestra artillería.

Los sprites de las unidades están correctamente realizados, si bien se echa de menos un poco de detalle en las tomas de cámara más cercanas; dicha cámara puede acercarse y alejarse a voluntad (como vimos en DoW) y rotarse alrededor de sus ejes pero en general la cámara por defecto es bastante buena y la que mejor nos permite controlar la acción en general. Un minimapa en la parte inferior izquierda del interfaz es también bastante útil en estos menesteres.

Hay numerosos nuevos y buenos efectos incluídos en BK2; los proyectiles de las unidades hacen mella en el mapeado y sueltan numerosas cantidades de partículas para nuestro gozo y disfrute. Las animaciones de las unidades de a pié también están bastante conseguidas y los juegos de luces y sombras al sobrevolar los aviones a baja altura también contribuyen a la ambientación, junto con el retroceso de las armas de gran calibre o el descenso de los paracaidistas.

No es menos cierto que caben también algunas mejoras, empezando por el mismo motor gráfico que luce bien pero tampoco es una maravilla, quedando bastante por detrás de los juegos actuales que están en las tiendas. También se hubiesen agradecido un mejor y mayor uso de las transparencias por ejemplo al colocar minas (una banderita a estas alturas? o al espiar en los bosques enemigos, así como una pequeña mejora en la detección de colisiones…

Blitzkrieg 2 se presenta en castellano en cuanto a instrucciones y menús en pantalla pero las voces están completamente en inglés, alemán y ruso. Hasta cierto punto es excusable el uso del idioma por tanto a que se justifica históricamente la mayoría de las veces; la banda sonora cumple, sin más, a integrarnos en la acción mientras que los efectos de sonido gozan de mucha mejor salud al estar bastante bien realizados: compactos y poderosos, aunque sin abusar demasiado de la capacidad 5.1.

Realizar las misiones secundarias no es solamente alargar la experiencia de juego, sino que facilitará enormemente nuestra campaña más adelante. Eso es debido a varios motivos, pero principalmente significa que a medida que vayamos cumpliendo objetivos tendremos la posibilidad de acumular refuerzos para utilizarlos en momentos clave de nuestra aventura. El buen uso de los refuerzos es fundamental para el éxito en Blitzkrieg 2.

Cuando disponemos de un comandante asociado a un tipo de refuerzo (infantería, tanques) y una unidad de ese tipo sobrevive a una batalla, adquiere experiencia. Las unidades con mayor experiencia adquieren habilidades que el resto no posee; de este modo, una unidad de élite es mejor que una veterana y ésta mejor que un novato o que la infantería regular. Dichos comandantes además se encargan de que los grupos vuelvan al combate al máximo de su fuerza siempre y cuando por lo menos 1 integrante de esa unidad haya conseguido no perecer.

Existen multitud de tropas distintas para pedir refuerzos, todas ellas con los atributos que les correspondían en su momento real. De este modo, los cazas de intercepción de 1945 son mejores que los del 41 y con los tanques sucede lo mismo. Hay casi 250 unidades tipificadas dentro del juego, con sus correspondientes puntos fuertes y débiles: los tanques son fuertes en la parte delantera, pero vulnerables en la trasera y laterales, etc.

Existe una muy buena representación de los elementos en pantalla: para mover la artillería es imprescindible un camión que la remolque (excepto la anti-tanque), y debe acoplarse antes de proceder a cualquier otra acción. Pueden cavarse trincheras en el mapa y proceder a introducirse en ellas, se pueden enviar exploradores en bases enemigas, utilizar francotiradores camuflados como espías o bombardear ciegamente un territorio enemigo.

Pero eso no es todo, teniendo en cuenta que es posible asaltar edificaciones enemigas y ocuparlas para batir en retirada al enemigo; la infantería incluso adopta distintas posiciones y formaciones dependiendo de nuestro gusto y la situación, los tanques buscan con acierto las aberturas cuando se dirigen de A hacia B y los ataques navales tienen la precisión (o la poca precisión) que les caracterizaba. En términos generales, Blitzkrieg 2 es un ETR bastante completo.

A los mandos se maneja como la mayoría de juegos del estilo y probablemente todos aquellos que provengan del mítico Starcraft (por poner uno) se les antoje muy sencillo dominarlo rápidamente. En realidad solamente resta familiarizarse con los accesos directos de las habilidades y los puntos fuertes y débiles de cada unidad y facción. Pero el control con el ratón, la asignación de patrullas, avance y ataque, etc. son coser y cantar para un habitual, sumado a que el nivel de dificultad en 'normal' no es demasiado elevado (si bien puede ajustarse en 4 posiciones).

El enfoque del juego es mucho más arcade que simulador, por mucho de que exista una enciclopedia impresionante accesible desde el menú que contempla muchas de las unidades utilizables en el juego y basada en datos reales de la Segunda Guerra Mundial. Pero no es necesario recolectar ningún recurso natural ni construir nuestra propia base: desde un buen principio tendremos una cantidad de 'recursos' que deberemos administrar en base también a los puntos estratégicos que capturemos en combate.

Además, los suministros disponibles en combate son ilimitados. Durante el transcurso de una batalla, o como objetivo de una misión, las tropas se apoderan de un depósito de suministros. A partir de ahí nuestros camiones de abastecimiento se dirigirán a él en cuanto necesiten material (munición, piezas, etc.) aunque solo se puede abastecer a las unidades de tierra. De todos modos, de forma bastante irreal, los aviones sobrevuelan las zonas de guerra sin temor a quedarse sin combustible (como sí pasaba en Panzers, por ejemplo).

Una tropa mermada en combate (a excepción de una tropa mecanizada) permanecerá así durante el resto de la batalla hasta que pasemos a la siguiente misión. Eso implica que tal vez sea buena idea reservar aquellas unidades que han visto diezmado su rendimiento para intentar preservarlas y que conserven su experiencia, utilizando así tropas de refuerzo. También podemos apoderarnos de la artillería enemiga para usarla en nuestro beneficio.

El nivel de personalización de las unidades va más allá de la simple 'actualización de armas' o 'velocidad de ataque mejorada'. Cada arma y unidad tiene su propio perfil que afecta no solamente a la capacidad de daño que es capaz de realizar sino  también a la penetración de su munición (algunos tanques del final de la guerra solamente eran penetrables con el cañón de 88 mm) o el grosor de su blindaje. Dichas unidades pueden mejorarse o reemplazarse si se dispone de la suficiente experiencia acumulada y siempre y cuando dispongamos de un comandante para esos refuerzos (al principio del juego empezamos con 2).

Aunque realmente hay decenas de unidades, teniendo los conceptos claros es relativamente sencillo progresar en la campaña individual sin muchos problemas, especialmente si abusamos de la producción en masa de tanques medios y de bombarderos en cuanto estén disponibles. Aunque hay cierto componente estratégico a la hora de lanzarnos a la batalla, el único factor verdaderamente determinante a la hora de la verdad es el tamaño de nuestro escuadrón.

Existe un componente multiplayer para partidas con hasta 8 jugadores, limitando no la cantidad sino el tiempo en el que se reciben los refuerzos. Las opciones son las habituales en este tipo de juegos excepto en el ladder, que puntúa las partidas si las jugamos a través del servidor de Nival (con un tremendo lag en el momento de escribir esta review, ignoramos si por problemas técnicos propios o ajenos). La clasificación depende de nuestro adversario y ganamos galones conforme subimos peldaños en él.

Todas las misiones y mapas pueden editarse utilizando la herramienta diseñada para tal efecto. Del mismo modo pueden cargarse actualizaciones y modificaciones externas creadas por los usuarios a través de un menú accesible desde la pantalla principal. El juego soporta además partidas en LAN, pero no contarán para nuestras estadísticas oficiales. La versión actual en el momento de hacer la review es la 1.31, del 21 de Diciembre de 2006.