Ridge Racer 6, Impresiones

La historia dice que Namco siempre ha tenido a punto un Ridge Racer para el lanzamiento de todas las consolas Sony. El Ridge Racer original en PSX, Ridge Racer V en PS2 y finalmente su adaptación portátil con Ridge Racers para PSP. Pero el ritual, tal y como os contamos en julio pasado desde el Xbox Summit 2006, ha terminado. El sexto capítulo de la serie -dejando de lado el spin off de R: Racing- ha llegado a Xbox 360 junto a su salida al mercado.

Con este buen movimiento Microsoft se ha asegurado una serie de conducción que tiene adeptos en todo el mundo, pero también suma puntos en Japón, donde necesita con urgencia ganar crédito. De hecho antes de la salida de la máquina en Japón -y con Dead or Alive 4 retrasado-, Ridge Racer 6 fue el videojuego más deseado por los nipones, cosa que acabó confirmándose con las primeras cifras de ventas, donde el título fue el más vendido con 30.000 unidades.

Este entusiasmo japonés por RR choca frontalmente con lo que sucedió en Estados Unidos, donde las ventas se tornaron catastróficas. Ridge Racer 6 fue el juego menos vendido en el desembarco de 360 con 9.091 copias. Aún así, y según nos informa nuestro corresponsal en Nueva York, el juego se ha agotado en muchas tiendas de cadenas como Ebgames o GameStop durante estas navidades. La razón del empujón podría ser el fallo que Namco cometió en el bloqueo territorial de RR6 y que permite su ejecución en consolas de otras regiones, con lo que se ha fomentado la importación.

¿Quizá la distribuidora ha querido evitar un duelo Ridge Racer 6 - Need for Speed Most Wanted en diciembre? Sea como fuere lo cierto es que este bug con el bloqueo regional, que según se comenta, ya se ha subsanado en las siguientes remesas del Ridge Racer 6 yankee, ha permitido a quienes tenían especial interés por el título, hacerse con él a un precio muy asequible y en un plazo razonable.

La intro sigue la línea de las anteriores, enfocando a dos de los coches que encontraremos en el juego -un Mitsurugi Meltfire y un Galaxian Esperanza- en distintos momentos de una carrera, a la vez que se intercalan imágenes de Reiko tumbada en un sofá, distraída con un coche de juguete. La calidad de los gráficos, generados por ordenador es la misma a la que nos tiene acostumbrados Namco. Eso hace que critiquemos la brevedad de la secuencia, que apenas alcanza los 40 segundos.

Los menús de juego que aparecen después tienen una estética muy minimalista. El blanco y el verde son los colores principales, junto al hexágono, figura geométrica elegida para los fondos, que les confiere un toque de matriz o bloque de celdas muy moderno. Los modos de juego disponibles son Explorador de Mundos, Contrareloj Mundial, Carrera Rápida, Batalla en Línea y Batalla Multijugador. También encontramos el necesario Garaje donde echar un ojo a nuestros bólidos y el menú de opciones.

El número de carreras es descomunal. Aún no tenemos claro cuantas son, pero la cifra podría ser cercana a las 200, todo un récord en un Ridge Racer. Pero lo cierto es que no hablamos de un número de escenarios muy elevado. Todas las carreras tienen lugar en 30 circuitos básicos a los que se le añade, quita o modifica tramos para ambientar esas 200 pruebas. Hasta que se completa la ruta básica la sensación de estar recorriendo lugares distintos está presente, pero una vez se pasa a las extra, es inevitable llevarse una pequeña decepción por la repetición de estos niveles.

Para que el juego dé la carrera por completada hay que ganarla, quedando siempre primero. No valen las medias tintas. En algunas, por la aglomeración de coches y los movimientos que realiza la IA -cerrarnos y buscar la colisión para así hacernos perder velocidad- la cosa se complica, pero la ruta básica no entraña excesivas dificultades. No podemos decir lo mismo de las rutas especial, expertos y duelos, donde se requiere ser un maestro del derrape y los nitros para poder derrotar a los rivales.

Como ya se había confirmado, el sistema de nitros que se estrenó en PSP se ha mantenido y sin duda eso afecta a la conducción. Para ganar combustible para los 3 niveles de nitros que tenemos habrá que derrapar, a mayor velocidad del derrape, más llenará el depósito. Por ello se puede acabar pecando de derrapar aún cuando no sea necesario. Esto se aprecia de una forma más clara cuando se juega por Xbox Live, ya que a fin de cuentas, sale más rentable -a nivel del crono- perder unos pocos Km/h a costa de ganar un nitro. Y es que el derrape-nitro es la táctica dominante cuando jugamos una partida online de RR6.

Cuando organizamos un encuentro en Xbox Live podemos elegir el tipo de circuito, la clase de los coches que competirán, el número de jugadores, modificar el sistema nitro, las vueltas al circuito, ajustar el handicap -ayudas para los coches que quedan rezagados- o reservar espacios privados para nuestros amigos.

Cada carrera nos hará sumar una una cantidad de WRP, puntos que servirán para nuestra clasificación en el ranking mundial. En él existe un claro predominio de japoneses, seguidos de americanos, pero también de europeos, ingleses, franceses y un buen grupo de españoles. Cuando nos enfrentamos a jugadores de mayor WRP es más fácil sumar puntos si ganamos una clasificación aceptable. A la inversa, si lo hacemos mal, se nos restarán puntos.

También existen clasificaciones online para el modo contrarreloj mundial, que compara los tiempos obtenidos por los distintos usuarios para un determinado circuito y máquina. Una vez participamos en este modo, por muy mal que lo hagamos, el juego siempre nos devolverá nuestra posición en el ranking internacional. Esto servirá adicionalmente para generar un fantasma de nuestro recorrido que podremos intercambiar con otros jugadores.

Acerca de los coches, comentar que se sigue utilizando ese diseño propio marca de la casa que abandona las licencias de fabricantes reales. Según Namco se pretende imitar el diseño actual de automóviles de potente cilindrada y carreras junto a utilitarios, turismos, prototipos y alguna excentricidad en forma de personaje propio que aparece en el juego. Una novedad es que por primera vez en la saga aparece un estilo mezcla de pick-up y todoterreno para uno de los modelos.

Los coches se dividen en cinco clases, de la CL1 a la CL4 más una clase Especial dependiendo de su velocidad. Para el derrape existen 4 tipos distintos; estándar, suave, dinámico y especial, que se diferencian por la facilidad para patinar y recuperar la estabilidad al entrar y salir de una curva. Las escuderías son ficticias, al igual que los nombres con los que se ha bautizado a los coches. Encontraremos algunos tan míticos como Solvalou, Phelios, Mappy o Galaxian que resonarán con otros influídos claramente por los últimos juegos de la compañía como Soul Calibur III o Tekken 5; Zasalamel Wild Gang, Mitsurugi Meltfire, Mokujin Esperanza o Sheonite Hijack.

El catálogo reúne alrededor de 70 coches desbloqueables de forma local más 23 que sólo pueden obtenerse corriendo en Xbox Live -un coche nuevo cada 10 carreras en las que se participe- y otros que se descargan desde el Bazar Xbox Live, con códigos de desbloqueo. Los modelados son de calidad, dan sensación de solidez y las texturas tienen un nivel exigible para la nueva generación, aunque los coches no llegan al nivel de detalle que hemos podido ver en Project Gotham Racing.

Los escenarios son los más detallados, amplios y con más vida en los fondos de toda la serie. Amplias campiñas, montañas, playas, ciudades de día y de noche, pueblos antiguos y también un aeropuerto o una zona industrial son los escenarios principales. Destaca la velocidad a la que se mueve todo, mayor a medida que competimos con coches de clases más altas, 60 frames por segundo, suaves, sin ralentizaciones, incluso con 14 coches en pantalla. Los únicos tirones que le hemos visto a RR6 provienen del online.

Los reflejos en tiempo real son fantásticos. En las carrocerías de los coches no se aprecian demasiado durante el día, aunque si se puede contemplar el reflejo en pistas de noche, al entrar en un tunel o en una repetición. El asfalto también incluye esta clase de iluminación en tiempo real según sea el material y la luz que incida en él. También veremos como los neumáticos dejan marcas reales según en que zona se derrape. También aparecen otros efectos, como un interesante Blur al utilizar el nitro, pero reservamos esta parte para el análisis en un par de semanas. 

Otra seña de identidad de Ridge Racer ha sido su música, fusión de techno, dance y otros sonidos tan actuales. Tras haber escuchado los diversos temas que componen los 3 discos que hay disponibles en la BSO, no estamos muy contentos con el resultado, ya que si es cierto que hay grandes temas, hay otros en los que desearemos que la carrera termine por no escuchar sus estridencias.

A esto se le suma otro detalle feo. Namco ha añadido un cuarto disco que se denomina Custom Tracks que se podría intuir como un disco con el que el jugador podría montar su propia lista de temas. Esto no es así, y ese disco está reservado exclusivamente para las canciones adicionales de la banda sonora que pueden comprarse a través del bazar Xbox Live, de modo que para disfrutar de ellas, hay que pasar por caja e invertir Microsoft Points.

En cuanto al DJ, estará en inglés y contará con voces alternativas que habrá que desbloquear como una variante metálica y a DJ Heihachi, directo de Mishima Zaibatsu. Otros extras son el mni juego de Pac-Man, que también aparece durante la primera carga, los vehículos Angelus o Crinale y la posibilidad de cambiar de color a los vehículos.

Y otro de los temas que preocupa a los jugadores Pro, en logros el juego también va muy cargado, eso si, requerirán mucho tesón por nuestra parte. Algunos son muy sencillos como completar con éxito un 360 con el cohe, o correr contra algún rival de otro país en Xbox Live, pero a partír de ahí la dificultad crece exponencialmente, y algunos como los mensajes de Reiko -logros secretos- son casi imposibles de intuir.