Romancing SaGa: Minstrel Song, Impresiones

El juego ha cambiado tanto que cuesta distinguir el original de Super Nintendo en un primer momento, aunque en el fondo conserva la esencia del original tanto en los personajes como en las ciudades como en el argumento que esconde en su interior. Sin embargo, en esta primera toma de contacto, el juego no es lo que esperábamos, a pesar de tener sus puntos buenos.

Una secuencia extraña donde un bardo va cantando por diversos escenarios del juego, que llama la atención por lo extraño del diseño de personajes, que por parecen sacados de la película de Team America. Intentando simular caras reales en cuerpos pequeños, el efecto que consigue Square Enix es bastante extraño, y cuesta llegar a acostumbrarse incluso en el juego.

El juego nos ofrece la posibilidad de disfrutar de la historia desde el punto de vista de ocho personajes diferentes, eligiendo al que será nuestro personaje principal antes de comenzar la aventura. A distintos personajes, distintos modos de comenzar la historia, en lugares diversos y con objetivos muy variados, a pesar de que con el tiempo se irán entrecruzando los caminos de todos.

Sin embargo, sea cual sea el personaje elegido, seguir el argumento del juego se presenta como una ardua tarea tan sólo apropiada para las mentes pensantes más trabajadoras, ya que, pese a estar habladas todas las líneas de diálogo, cuesta mucho llegar a comprender de primeras lo que está ocurriendo. Un guión un poco más elaborado hubiera ayudado mucho a mejorar el título en este aspecto.

Más que nada, porque incluso en momentos simples, como cuando nos echan de una casa, parece que faltan trozos de secuencias. De hecho, el juego en sí parece estar apurado al extremo, ya que las secuencias argumentales pasan tan rápidas y sin profundidad que el jugador sufre esa sensación de no saber qué se supone que debe hacer a continuación ni por qué está en tal o cual lugar.

Por poner un ejemplo que me hizo mucha gracia, un poco avanzada la primera de las historias, en un lapso de 10 minutos, el personaje cambia de ubicación un montón de veces: parte de su castillo, acaba en una ciudad rescatado por una buena persona a la que no le da ni las gracias, es encarcelado, se escapa a otra ciudad, coge un barco, este naufraga y vuelve a ser rescatado en otra ciudad por otra gente. Diez minutos de juego según el cronómetro del menú de pausa.

El sistema de combate consiste en el clásico selección de acción a realizar por turnos. Sin embargo, a diferencia de otros títulos, aquí no es necesario subir de nivel para acabar con enemigos demasiado complicados, como suele ser habitual, sino que los enemigos se amoldan a nuestro nivel, de modo que si un rival nos está complicando la vida, este desaparece sin más y aparece otro más simple.

Esta carencia en cuanto al subir de nivel se suple con el aprendizaje de nuevas técnicas, y la principal preocupación del jugador se centrará en el subir de nivel las armas y reforzarlas en los pueblos, ya que con el uso irán perdiendo su vida. Los personajes, por su parte, podrán aprender habilidades especiales para utilizar en el mapa del mundo normal.

Tampoco existen puntos de salvado, ya que el juego incluye una opción de 'salvado rápido' en el menú, pudiendo guardar la partida en cualquier momento y lugar sin mayores preocupaciones. En cuanto a la recuperación de personajes, una vez termina un combate, estos ven su barra de vida recuperada en su totalidad, sufrieran las heridas que sufrieran o incluso aunque muriesen durante el enfrentamiento.

El truco está en que, junto al HP, tendremos otra barra de LP. La diferencia radica en que el HP se recupera siempre y el personaje puede resucitar las veces que haga falta. Sin embargo, si se acaba el LP, el personaje muere para siempre y deja el grupo. Será el momento del Game Over si esto le ocurre al personaje principal. Este LP sólo puede ser recuperado en las posadas, y la barra disminuye utilizando ciertos ataques o perdiendo todo el HP.

Un fallo importante de Romancing Saga es la cámara, ya que no se nos permite moverla y en demasiadas ocasiones debemos ir a ciegas hacia la pantalla o hacia una esquina que no vemos, esperando acertar con nuestro camino. Lo normal es acabar dando vueltas con el personaje hasta que la cámara se centre hacia donde queremos ir, lo cual desespera por momentos.

Por el contrario, se ofrecen unos gráficos demasiado extraños, con mezcla de estilos y poco trabajo en muchas superficies. El argumento es entretenido si el jugador es capaz de rellenar los huecos en los diálogos y no se satura por el rápido devenir de los acontecimientos. Que el juego se amolde al jugador en vez del jugador al juego no es algo que sea muy lógico en un juego de estas características.

En definitiva, en esta primera toma de contacto, Romancing Saga se ha destapado como un juego entretenido que satisfará a algunos y decepcionará a otros. Es un juego capaz de lo mejor y de lo peor, y cada vez que se deja ver algo de lo mejor, vuelve a aparecer el mal sabor de boca por todo lo malo, ya que si se hubiese pulido un poco más, estaríamos hablando de una obra maestra de las que Square sabe hacer. Ya veremos más adelante, si acaba siendo lanzado en nuestro país, qué puede ofrecer este Romancing Saga en su versión final.