Gaming Club
Regístrate
españaESPAÑAméxicoMÉXICOusaUSA
50 Cent Bulletproof

50 Cent Bulletproof

El más malo del barrio (y del género)

2 discos, varios premios por ellos, miles de fans y 9 balazos en la piel... a 50 Cent ya solo le faltaba sacar un juego. Y aquí lo tenemos. Lástima que no esté a la altura de lo que se espera de un rapero con la fama que le precede...

Ampliar

Llevamos ya unos años viendo como las compañías explotan personajes y licencias ofreciendo juegos de dudosa calidad, y a estas alturas, costaba de creer cuando vimos por primera vez a 50 Cent Bulletproof en el pasado E3 que uno de acción en 3ª persona protagonizado por el incorregible Curtis Jackson (su nombre real) iba a romper esa triste tónica que se manifiesta en este mundillo de un modo cada vez más frecuente. Y desgraciadamente, hemos acertado: Bulletproof es uno de los peores juegos aparecidos en los últimos meses, y un ejemplo más de que determinadas compañías tienden a anteponer la comercialidad y el propio interés económico a la experiencia jugable. Algo así como el Barça y el Madrid, pero aplicado al mundo de los videojuegos.

En 50 Cent Bulletproof encarnamos al incorregible rapero, en una aventura que viene a plasmar la vida soñada de este personaje estadounidense: ser el más "malote" del barrio mientras una panda de incoherentes apoya toda decisión que 50 toma incoherentemente. Y os estaréis preguntando, ¿pero eso no lo hacía también el 'prota' de GTA: San Andreas, no? Sí, pero Rockstar siempre tuvo la sutileza de teñir de humor negro cada escena, haciendo burla de la irracionalidad de la propia situación; en 50 Cent Bulletproof, en cambio, cada escenita da vergüenza ajena. Así que controlando a Fifty, y con toda la G-Unit cubriéndonos las espaldas, nos embarcamos en una absurda lucha para salvarle el pellejo a K-Dog, amigo de 50 Cent. La cosa acaba de salir del todo bien: 50 Cent recibe sus correspondientes 9 balazos (los mismos que supuestamente también ha recibido en la vida real) y K-Dog muere, así que todo acaba convirtiéndose en la típica historia de venganza cuyo único propósito es glorificar y engrandecer la figura de'Fifty.

Ampliar
Ampliar

Total, que en base a esa "interesante" trama, se nos propone, como ya decíamos, un típico juego de tiros con un desarrollo que guarda cierta similitud con el de Max Payne. Decimos cierta porque no deja de ser un menosprecio a la saga de Rockstar el hecho de compararlo con el presente juego. Analicemos apartado por apartado ahora pues, en qué ha fallado Vivendi a la hora de digitalizar al hijo pródigo de Eminem, y que dicho sea de paso, también hace acto de presencia en el juego. Nos asusta solo de pensar que pronto también le de a alguien por hacer un juego basado en la dramática historia del blanquito de Detroit.

Ampliar

g r á f i c o s
Más allá del incuestionable parecido de 50 Cent con su homónimo digital, y de algunas animaciones de los personajes principales, el apartado gráfico del juego es todo un despropósito. Los escenarios se llevan la peor parte. Entendemos que PS2 ya no está para muchos trotes a nivel de texturizado, pero esa no debe servir como excusa para justificar unos escenarios sosos, alarmantemente oscuros, y vestidos con unas texturas sin ningún tipo de detalle o mínimo trabajo artístico. Y la variedad de éstos tampoco ayuda: no dejamos de recorrer largos pasillos, habitaciones vacías, calles desérticas y zonas de tamaño muy limitado.

Ampliar

Pero y es que, más allá de los movimientos cool de 'Fifty', las animaciones y el diseño de los enemigos también dejan mucho que desear. Se mueven como robots, tal y como sucedía con los juegos años atrás, y hoy por hoy, hay cosas con las que ya no tragamos. Como mucho podríamos mirar de destacar el intento de física que se le ha aplicado a algunos objetos del escenario con los que podemos interacturar, pero es que la respuesta a nuestras acciones es tan irrealista que ni tan siquiera en ese aspecto Vivendi ha logrado un trabajo aceptable.

Ampliar

s o n i d o
Tal y como es de suponer, si os gusta la música de 50 Cent, os gustará el apartado sonoro de su juego. Diversos temas del cantante, más algunas bases creadas especialmente para la ocasión, todo ello con sistema Dolby, sonarán incansablemente a lo largo de cada nivel. Por lo demás, es de agradecer que los propios protagonistas hayan puesto su voz a su personaje correspondiente, pese a que el resultado no deje de ser una bonita melodía de insultos y tacos, pase lo que pase en pantalla.

Ampliar

j u g a b i l i d a d
Y pasamos a tratar el apartado que definitivamente, y de forma irremediable, destroza al juego. El ajuste de los botones sigue las pautas típicas de todo juego del género: tenemos un gatillo de disparo, un botón de salto y una voltereta, con la que podemos esquivar algunas balas durante los frenéticos tiroteos. Además tenemos un botón que nos permite andar de forma sigilosa, muy útil para ejecutar ataques implacables y silenciosos desde atrás. Movemos a Curtis con el stick analógico izquierdo, mientras que con el derecho intentamos (ahora vereis por qué) controlar la cámara, y a su vez, apuntar. La última de las posibilidades reside en la habilidad del rapero en esconderse tras las paredes al más puro estilo Solid Snake.

Ampliar

Pero todo este repertorio de movimientos queda empañado por varias razones. La principal, como ya veníamos avanzando, es la cámara. Pocas veces nos habíamos encontrado con una cámara tan mal implementada. Y eso, en un juego de acción en 3ª persona, es motivo suficiente como para dejarlo sentenciado. No hay forma de apuntar con un mínimo de precisión a ningún enemigo, y antes de conseguir dar en el blanco, hemos llenado de plomo medio escenario y vaciado varios cargadores. Suena exagerado, pero tras superar el primero de los diversos niveles que componen el juego, entenderéis de qué os hablamos. Vivendi podría haberse ingeniado algún sistema para apuntar automáticamente, más cuando 50 Cent Bulletproof es un juego tan frenético. Sabemos que los sticks analógicos de PS2 no son los idóneos para este género, pero a lo largo de los últimos años han aparecido una inmensa cantidad de juegos que han logrado solventar esa deficiencia del controlador de la 128 bits de Sony (Devil May Cry, God of War, Onimusha...).

Ampliar
Ampliar

Pero el problema no queda limitado únicamente a la cámara. Y es que para colmo, la I.A. tanto de los enemigos como de nuestros 'hermanos' tampoco está del todo ajustada. Poco importa desde donde disparemos: los matones hacen poco más aparte de quedarse quietos disparando hasta que mueres. O hasta que algún miembro de la G-Unit te ayuda (a veces es incluso más aconsejable y práctico, visto el funcionamiento de la cámara, que éstos acaben con el trabajo duro mientras nosotros nos escondemos en algún rincón del escenario). De modo que, y dado que no hay ninguna situación original con el gancho suficiente como para amenizar el desarrollo del juego, éste se torna aburrido y monótono a la que llevamos poco más de una hora de juego. 

Ampliar

Eso sí, Vivendo se ha cuidado de plagar al juego de extras. A medida que vamos completando objetivos se nos desbloquean vídeos y demás extras relacionados con el polémico cantante, pero como ya hemos dicho, nos da la sensación de que lo que más le ha preocupado a la compañía es asegurarse el aplauso de los fans, en vez hacer un buen juego.

Ampliar

c o n c l u s i ó n
Hacía tiempo que no nos encontrábamos con una "joya" de este calibre para analizar. Técnicamente no está a la altura, y jugablemente es una broma de mal gusto: no aportada nada al género, y no es capaz de mejorar ideas ya tratadas en otros juegos similares. Y además, a estas alturas, cuando la generación de los 128 bits empieza a dar ya sus últimos coletazos, resulta sangrante que se lancen juegos peores (ojo, mucho peores) que casi cualquier otro lanzamiento de la primera hornada para la negra de Sony.

Ampliar

Así que ya sabéis: si lo que queréis es escuchar buen rap, recordad que vuestras consolas también ofrecen la posibilidad de reproducción de CD's de música, mejor ahorraros el dinero que vale el juego, compraros un CD de 50 Cent, y a escucharlo tranquilamente sin tener que aguantar la nefasta experiencia jugable de este 50 Cent Bulletproof. Avisados quedáis.

Ampliar
Ampliar


l o  m e j o r

- La BSO, si os gusta el estilo musical y el cantante
- El parecido tanto de 50 Cent, de Eminem y el resto de la G-Unit con los personajes reales
- Nos molesta tener que ser tan duros, pero nada más

l o  p e o r

- La cámara es el principal motivo por el cual el juego es simple y llanamente injugable
- Mal diseño de niveles, poca variedad de éstos, mala I.A, secuencias de acción aburridas...
- El argumento es de risa
- Gráficamente sólo se salvan Fifty y la G-Unit: lo demás no alcanza el mínimo nivel exigible en una consola como PS2 (la versión de Xbox no verá finalmente la luz en nuestro país).

3

Malo

La idea era buena pero se ha llevado a cabo de forma desastrosa. No te lo compres, está mal terminado.