Tony, cuanto has cambiado...

Desde que saliera la primera entrega de Tony Hawk's Pro Skater, allá por septiembre de 1999 en PlayStation, esta gran saga de Vicarious Vision/Neversoft y Activision nos ha ido acompañando todos los años ya sea con el seudónimo de Pro Skater (1999-2002) o Underground (2003-2004), si bien esta última división se diferencia de la primera en el hecho de poder bajarnos del skate para realizar nuevas acciones.

Desgraciadamente, y más para todos los fans del que se puede considerar el rey del skate, TH: AS no es sino el peor título de la saga para la 32 bits de Nintendo debido a numerosas razones que lo hacen diferenciar drásticamente con sus dos más cercanas entregas (Underground y Underground 2). Una adaptación que hace bajar el listón marcado por su correspondiente versión para la portátil de dos pantallas de Nintendo y las respectivas consolas domesticas. Descubramos en que ha fallado Vicarious Vision esta vez…

Para empezar, de los tres modos disponibles -Historia, Arcade y Multijugador-, el principal sigue siendo el primero, que nos permite crear un personaje para completar las diferentes misiones de los ocho grandes escenarios disponibles para labrarnos un gran nombre entre la fama de este deporte y conocer a otras tantas estrellas del skate. En esta ocasión la acción se sitúa en Los Angeles y de hecho las pistas están basadas en sus correspondientes homónimas actuales pero con una estética mucho más colorida lo que da una gran originalidad respecto a la seriedad de las versiones de American Wasteland.

El guión del juego no es muy original ni tampoco cuenta con muchas sorpresas pero es una excelente excusa para meternos en la acción. Tras crear nuestro personaje, a nuestro libre albedrío eligiendo entre diversas caras, complexión, indumentaria y sexo, éste se encuentra con el mismísimo Tony Hawk quien le invita a subir a un autobús para regresar a California, cuna y centro mundial del skate. Allí, ambos conocen a Mindy, una joven dibujante de cómics y los tres deciden arreglar el Almacén Sk8Land, el lugar donde el propio Tony Hawk y otros tantos grandes deportistas del género han realizado sus primeros pinitos y que ahora no es más que un mísero basurero.

Nuestra tarea, como no, es incrementar las habilidades de nuestro personaje y conseguir dinero mediante combos y las propias misiones que tenemos que superar mientras que la propia Mindy retrata nuestra experiencia mediante viñetas. Para ello, además de completar los diferentes retos, hay que hablar con todos los personajes del escenario, los cuales nos dan pistas de cómo continuar o nuevas tareas. Sin embargo, la historia no engancha tanto como las anteriores pero sí que cuenta con más humor que éstas gracias al estilo de cómic que impregna el grafismo del juego.

Una de las principales razones por la que argumentalmente se haga ligeramente pesado es debido a los diálogos con los vecinos de cada área ya que éstos son muy simples y limitados, basados en típicas frases vistas en anteriores capítulos de la saga pero con menos variedad: 'Realiza un Grind en ese tejado', 'Puedo ayudarte pero primero necesito mi herramienta', 'apuesto a que no puedes conseguir 5000 puntos de combo' o 'encuentra a mi amigo Fred' son algunos ejemplos pero el resto no varían en esencia y se basan en encontrar diferentes objetos, personas, áreas o en realizar determinados movimientos en éstas.

En otros títulos de la saga, algunos retos nos proponían embarcarnos en trabajos cuanto menos peculiares que brillan por su ausencia en AS. Los diferentes diálogos, que ocupan muy poco en la pantalla, no muestran una respresentación de los hablantes, al contrario que en NDS. Tampoco ayuda mucho el hecho de que no se pueda acceder a un mapa del lugar para orientarnos o buscar zonas incógnitas.

Aparte del modo Historia, los otros dos modos disponibles tampoco invitan a pasar varias horas jugando con el cartucho. Por un lado nos encontramos con el clásico modo Arcade de toda la vida en el que podemos probar fortuna con cualquiera de los ocho skaters disponibles, en las diferentes pistas desbloqueadas durante los dos minutos que duran cada una de las modalidades disponibles, siendo éstas las vistas en su última entrega: Horse, Tag y Trick Attack. Su tarea más común consiste en encontrar cintas de vídeo, realizar numerosos combos o hallar las letras de la palabra SKATE en el escenario. Nada que no hayamos visto con anterioridad.

El Multijugador tampoco ha variado y en él seguimos pudiendo retar a otro jugador con su correspondiente GBA y cartucho del juego para ver quien consigue la máxima puntuación (aunque también permite jugarlo en una sola consola). Sorprendentemente, es el modo de juego más adictivo de American SK8Land aún ofreciéndonos las mismas pruebas y pistas (que además son las del propio modo Historia) que el comentado modo Clásico. 

En estos tres modos principales nos encontramos con uno de los grandes problemas del juego, los propios escenarios que aún siendo basados en lugares reales y con una estética cuanto menos peculiar y llamativa, son realmente grandes y muy vacíos, al contrario que los anteriores capítulos de la saga, en donde las diferentes áreas estaban llenas de objetos y otorgaban más posibilidades a la diversión. Por ello, las diferentes misiones tienen una dificultad añadida y es la de conseguir hallar justamente la zona u objetos que solicitan los personajes a lo que complica el hecho de que haya pocos elementos para coger velocidad o llegar más rápidamente a otras áreas.

Es por ello que, además de que el diseño de los escenarios es bastante pobre y formado por cientos de calles, edificios y zonas en las que realizar ínfimos movimientos, sólo destacan dos lugares entre los ocho disponibles: el Van's Skate Park y el Almacén Sk8Land. El más divertido, sin embargo, es el Muelle de los Pescadores de San Francisco, constituido por secciones de raíles, tuberías o señales. 

Por otra parte, las animaciones y la representación 3D son bastante notables y muestran el poder de representar perfectamente un mundo tridimensional para un engine gráfico tan limitado como es el de GBA. Lo más interesante del juego es que se ha aumentado notoriamente la paleta de colores con una gama más llamativa y brillante, otorgando una estética muy destacable. También cabe recalcar el trabajo efectuado con los modelos de los personajes, mucho más realistas que los de TH: U2 y con más opciones de personificación en su correspondiente editor.

Además, como no podría ser de otra forma, la perspectiva isométrica del juego es de las mejores vistas en este género y muestra perfectamente el entorno 3D de los diferentes escenarios, pudiendo reconocer a simple vista algunas zonas de los escenarios que están calcadas a las reales. Al igual que las versiones domesticas, no hay ningún tiempo de carga entre las diferentes áreas y el plantel de movimientos ha aumentado notoriamente, en esta ocasión a más de 200 diferentes.

El resto de sonidos, concretamente los de los efectos de las diferentes caídas, ruidos de las superficies o efectos ambientales, aunque pasan a un segundo plano, siguen siendo tan notables como en los títulos anteriores.

Como se ha enumerado en un apartado anterior, el título cuenta con tres modos de juego claramente diferenciados, por un lado, en el modo Historia tenemos que ir superando las diferentes pruebas y buscar nuevos retos, a la par que vamos desbloqueando los nuevos escenarios y conseguimos nuevos récords. Al principio contamos con unas habilidades básicas, que van aumentando paulatinamente a medida que superamos las diferentes misiones lo que da lugar a que el título tenga una duración envidiable, si bien en términos de diversión no está tan reñida. El modo Arcade y el Multijugador son los típicos en los que se puede aprender nuevas técnicas, movimientos o jugar durante escasos minutos para no tener que seguir con la propia historia del juego.

Por último, el cartucho cuenta con los dos típicos niveles de dificultad vistos con anterioridad, el Kid y el Pro. El primero es demasiado sencillo incluso para alguien que no sea habitual en la saga ya que nuestro protagonista adquiere las habilidades el doble de rápido. El Pro está más ajustado pero debido a la propia estructura de los escenarios en esta entrega, el título se hace realmente difícil en ciertos momentos ya que la inmensidad de las áreas conlleva a que el jugador esté muchos minutos sin saber a ciencia cierta donde debe ir.