Los videojuegos están entrando a gran velocidad en el llamado mass market', o lo que es lo mismo, entre el gran público. No hay película dirigida a los jóvenes que no venga acompañada de conversión en entretenimiento electrónico. Estos días "Harry Potter y el Cáliz de Fuego", "Las Crónicas de Narnia", "Chicken Little", etc
podrán verse en la gran pantalla y jugarse en la pequeña. En los teléfonos móviles quien más quien menos ha descargado algún juego, los periódicos "regalan" juegos por 5 euros, los cereales tienen juegos flash en sus web para llamar la atención, etc...
Cada vez hay más gente que no sabe lo que era un Spectrum o una Super Nintendo que empieza a jugar sea cual sea su edad. ¡Aleluya!, deben gritar en las oficinas de las compañías editoras: cuantos más usuarios mayores ingresos. Dejando aparte el tema de que para llegar al gran público se tiende a rebajar la calidad de los contenidos y la profundidad de los mismos, bajo la rotunda sentencia de que "están destinados a un público casual, que no está acostumbrado a jugar y no debe sentirse frustrado" -argumento que daría para hacer un artículo entero- hay que aplaudir esta estrategia de masificación. Indirectamente los jugadores empedernidos salimos ganando. Llegar a más gente puede implicar una reducción de precios -¿cuántos DVD se venderían a 60 euros?-, ya que se obtiene más beneficio, y, de rebote, con más beneficio también se pueden hacer proyectos más grandes. Algo parecido a lo que le ha pasado al cine. En cuanto se ha convertido en un negocio global Hollywood ha hecho las películas más caras de la historia.
Pero ¿cómo se atrae al gran público? Pues de una forma transversal. Me explico. Se cogen ingredientes que despiertan interés entre la gente de a pie que no ha jugado en su vida, como películas, deportistas famosos, series de dibujos animados, cómics y se les trae al videojuego. Esto les acerca al usuario neófito, pues no ve un juego que se llama "Dinasty Warriors", "Hitman" o "State of Emergency", que le suenan a chino y no siente ninguna atracción por ellos, si no que ve "The Matrix", "Bola de Dragón", "Torrente" o "Spider-Man", algo mucho más próximo y que entiende. Está bien, esto es una obviedad, pero necesario para entender los movimientos de las grandes editoras en el futuro.
La cuestión es: ¿todo vale para atraer al gran público? Rotundamente no.
Hemos visto juegos de fútbol pésimos bajo el nombre de grandes clubes deportivos, aventuras interactivas basadas en excelentes películas que son más simples que un encefalograma de Fresita y títulos de acción extraídos de un cómic que hacen enrojecer de vergüenza a los jefes de producto. Estas acciones de marketing sin escrúpulos no benefician en nada al sector, al contrario, quien se introduzca en los videojuegos con uno de estos, probablemente no comprará ninguno más tras sentirse profundamente estafado.
Recientemente conocimos el acuerdo entre Electronic Arts y el aclamado director de cine Steven Spielberg. Este movimiento sin duda normalizará aún más la relación entre videojuegos y sociedad. Spielberg es un icono reconocido y prueba de ello es que pudimos leer la noticia en varios periódicos nacionales. Espero que realmente la compañía pueda imprimir su talento para combinar calidad con éxito comercial a los tres juegos en los que intervendrá el padre de "Salvar al soldado Ryan", ya que sería una tomadura de pelo que a la hora de la verdad todo lo que ponga Spielberg sea su nombre, algo que ya sucedió en 1982 con la horrorosa versión para la consola Atari 2600 de "E.T."http://www.meristation.com/es" target=_blank>un 3 en el análisis.
Desconozco si a sus casi 60 años Spielberg "ha estado jugando mucho en los últimos años", como afirma en la noticia, pero espero que esta vez de verdad se involucre y veamos realmente su genialidad impregnada en estos proyectos como sí supo hacer en "The Dig" para LucasArts. Sin duda sería una gran noticia.