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James Bond 007: Desde Rusia con Amor

James Bond 007: Desde Rusia con Amor

El regreso del Bond original

Tras la agradable sorpresa que supuso Todo o Nada, Electronic Arts vuelve a la carga con una nueva secuela de la franquicia de James Bond en la que el actor original del personaje, Sean Connery, da vida a 007 en busca de un decodificador secreto. Todo ello Desde Rusia con Amor.

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Desde el principio en que los videojuegos son videojuegos, en numerosas ocasiones se ha tratado de vincular el lanzamiento de una película con su correspondiente título de entretenimiento… y casi siempre con resultado deplorable. Desgraciadamente es una lacra de la que se han librado muy pocos títulos, aunque los que lo han conseguido lo han hecho muy honrosamente. Desde Robocop y Los Goonies hemos sufrido en nuestra piel las carnicerías de las compañías que, a golpe de talonario, han destrozado las mejores licencias convirtiéndolas en subproductos de serie B.

Talonario es algo que no le falta a Electronic Arts y eso es algo que se nota en Desde Rusia con Amor, un juego basado en la película homónima del personaje de Ian Flemming de 1963. Pero al igual que sucedió con Batman Begins, queda demostrado que una buena licencia y un buen puñado de buenas ideas no bastan si no se dispone del suficiente tiempo y de la suficiente paciencia para exprimirlas, muy a nuestro pesar.

James Bond 007: Desde Rusia con Amor

Desde Rusia con Amor es un producto que ni llega desde Rusia ni parece realizado con demasiado amor, por muy fácil que resulte el juego de palabras. Sin embargo proporciona unas pocas horas de entretenimiento al jugador no demasiado experto ni exigente, especialmente si sabemos perdonarle la mayoría de fallos y simplicidades de su jugabilidad. Hay un buen juego metido en la caja, pero nos queda una terrible sensación, de nuevo al igual que con Batman Begins, de que podría haber un juego mucho mejor.

James Bond 007: Desde Rusia con Amor

El argumento sigue exactamente igual al que hemos visto en la película (y si no la hemos visto es un buen momento para verla), con algunas profundizaciones e historias paralelas para dar más longitud al metraje en las que el ritmo pierde notable fuerza, pero sabe capturar con gran eficacia la esencia Bond de Sean Connery y tiene numerosas escenas intermedias para disfrutar del juego, aparte de la generosa cantidad de extras a los que nos acostumbra EA.

James Bond 007: Desde Rusia con Amor

Básicamente, en Desde Rusia con Amor 007 debe hacer un viaje rápido a Turquía para encontrarse con un agente encubierto de SPECTRE que supuestamente quiere entregar a los servicios británicos un decodificador especial para los mensajes rusos. Como suele suceder, el guión da varios giros en torno al tema incluyendo los numerosos topicazos Bond: mujeres guapas, peleas imposibles y momentos épicos de acción. La historia está narrada con bastante brío a pesar de las libertades que se toma respecto al film original.

James Bond 007: Desde Rusia con Amor

El planteamiento del juego es de acción pura en tercera persona, con un estilo que recuerda en algunos casos a Dead To Rights; el objetivo consiste siempre en ir de un punto a otro del mapa, ya sea bien a pie o saltando por los tejados, en coche, en jetpack o en lancha. Tiene alguna fase de shooter sobre raíles (en la que solo tenemos que ocuparnos de disparar), alguna de desactivar bombas, otras de tiempo límite… en general todo es bastante sencillo pero bastante ameno.

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Gráficos y Sonido
Desde Rusia con Amor es el clásico juego que luce bastante mejor en screenshots que cuando está en movimiento. EA se ha tomado mucha molestia en el renderizado de las caras de los protagonistas, animaciones faciales, dibujado de los escenarios, movimentos de los personajes, física de impactos, diseño de los vehículos, escenas intermedias, diálogos de los personajes centrales, recreación de localizaciones reales, etc.

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El caso es que siempre en pantalla pueden haber varios enemigos que utilizan diversas armas contra nosotros, con enormes explosiones y efectos de partículas, mientras nosotros hacemos volteretas a diestro y siniestro. El precio del espectáculo es, obviamente, que la tasa de frames se resiente enormemente cuando todo sucede simultáneamente y movemos la cámara alrededor de James; y eso pasa en demasiadas ocasiones.

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Hay que destacar las animaciones faciales, hechas sobre la base de una captura de movimientos muy competente, y el respeto que se ha tenido por el estilo Bond de los 60. Basta fijarse en la postura de disparo de 007 o en el tipo de movimientos de agarre y golpeo 'a la antigua' incorporados en el juego, reflejando perfectamente el espíritu de la época y en amplio contraste con el agente secreto que ha encarnado Pierce Brosnan en los últimos films.

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Los escenarios incorporan elementos destructibles e interactivos hasta cierto punto, lo cual añade cierto realismo al juego. También los enemigos desarrollan un sistema de detección de impactos bastante bueno, actuando de forma diversa dependiendo de la zona del cuerpo en la que ha sido alcanzado. Es una auténtica fiesta, a nivel técnico, mover el fusil de asalto alrededor de un enemigo y ver como muere acribillado por las balas. Y los efectos de disparo, carrera, pisadas, voces, derrapes, misiles y demás acompañan en general al acabado medio de Desde Rusia con Amor.

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Destacar la banda sonora del juego es hablar a la ligera ya que, de por sí, la película consta con una magnífica banda sonora. Es necesario sin embargo hablar del doblaje original del juego, en el que Electronic Arts ha contado con la participación del mismísimo Sean Connery y de otros actores profesionales para repetir las líneas que interpretó hace más de 40 años, en una especie de golpe de efecto para la promoción del juego.

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Aunque esto lamentablemente en la mayor parte de las ocasiones se gira contra el juego en sí: Sean Connery era bastante más joven al interpretar el film original, hace 40 años, y eso se nota terriblemente en su voz. La edad puede que no haya afectado al personaje de James Bond pero sus intérpretes si han sentido el paso inexorable de las décadas y se produce la paradoja de tener en pantalla un hombre de 30 años que, probablemente por pura cuestión de marketing, suena como alguien de 70.

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Jugabilidad
Básicamente el desarrollo del juego se traduce en lo siguiente: tenemos una serie de objetivos a seguir que mayormente se traducen en eliminar todo lo que salga por delante con la excusa de a) llegar a otra parte, b) rescatar a algunos rehenes encerrados en habitaciones, c) desactivar artefactos explosivos y d) conseguir información. Para ello iremos avanzando por una serie de 14 misiones de desarrollo lineal de forma que no podamos perdernos por el camino.

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Para completar esas misiones contaremos con una serie de movimientos y gadgets Bond típicos del personaje. Podemos apuntar y seleccionar objetivos rápidamente con gatillos y analógico mientras que podemos hacer volteretas y utilizar elementos del escenario como cobertura; al mismo tiempo podemos apuntar a zonas precisas del cuerpo para causar la muerte más rápida de nuestro contrincante y acercarnos a melee para ejecutar un combo de golpes y aniquilar a nuestro adversario.

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Pero lo que separa Desde Rusia con Amor de ser un muy buen juego es el poco aprovechamiento de las buenas ideas que se intuyen en él pero no están acabadas de definir. Por ejemplo en el tema del apuntado a los enemigos, con el que se puede hacer un zoom mientras estamos en combate y mostrar así sus puntos débiles; es ridículamente fácil acertar a la granada o misil de un soldado a 200 metros ya que en muy pocas ocasiones se moverá del lugar en el que se encuentra.

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De este modo basta pulsar un botón, colocar mínimamente el cursor donde aparece la aureola verde (y en muchas ocasiones sin necesidad de colocarlo ya que ya está en su sitio) y disparar. De acertar en estos lugares sumamos una serie de puntos que luego nos servirán para desbloquear ciertos extras en el menú principal del juego, aparte de conseguir una muerte del enemigo más espectacular.

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En determinadas ocasiones a lo largo de la fase es obligatorio usar alguno de nuestros gadgets Bond (el reloj-láser, el helicóptero a control remoto, los gemelos-sónicos, el cinturón para rappel, etc.); esto podría aprovecharse para dar un poco de flexibilidad en la dinámica de juego pero sin embargo los puntos para usar estas características están marcados como la X que señala el tesoro: 'usar el cinturón aquí', 'helicóptero en este conducto de ventilación' y similares, como si uno no fuese capaz de figurarse dónde utilizarlo o bien no fuese necesario usarlo en otro punto (cosa que en realidad es cierto).

James Bond 007: Desde Rusia con Amor
James Bond 007: Desde Rusia con Amor

Conducir vehículos, ya sea durante la llegada en lancha al alcantarillado bajo la embajada rusa (espectacular la escena de espiar la reunión con el periscopio), con el jetpack o bien con nuestro imbatible Aston Martin DB5, es algo que no está excesivamente bien realizado. El control de los coches está poco calibrado y el control es demasiado sensible, mientras que con el jetpack es casi imposible ser abatidos porque siempre podemos ver a los enemigos desde mayor distancia de la que ellos nos ven a nosotros.

El juego alterna en numerosas ocasiones entre fases de ir andando a llegar con coche; andando tenemos a nuestra disposición nuestra PP7, ametralladoras portátiles, granadas, bazookas, escopetas, rifles de francotirador, etc. Cada arma además tiene dos municiones distintas que pueden usarse para abatir enemigos más complicados, aunque la mayoría caen con un buen disparo en una zona crítica o en la cabeza. Nuestro DB5 está equipado con ametralladora infinita y misiles dirigidos, al igual que el jetpack.

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Terminar el juego es algo que puede hacerse tranquilamente en tres tardes, incluso en su nivel más alto de dificultad. Podríamos decir que el juego tiene un nivel por defecto de 'fácil', habiendo por encima uno de 'un poco menos fácil' y otro por debajo en el que parece que hayamos introducido el God Mode: es posible terminar la mayoría de las fases solamente golpeando a los enemigos sin llegar a disparar ni una sola vez. Recomendamos poner, ya de buenas a primeras, el nivel de Agente 00 para disfrutar de algo parecido a un reto.

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Para conseguir la máxima puntuación en cada fase, el juego nos insta a acabarlas en un tiempo determinado, abatiendo un número de enemigos como mínimo, etc. También está el momento Bond, que requiere una acción especial a realizar en un determinado momento: entrar rompiendo una ventana haciendo rappel, descubrir una habitación secreta, explotar un barril, etc. A veces los conseguimos sin darnos cuenta, en otras ocasiones hay que explorar un poco.

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El juego cuenta con algunas posibilidades multiplayer a pantalla partida para hasta cuatro jugadores. Deathmatch y capturar la bandera son las opciones habituales, mientras que también es posible pelear con un jetpack; el resumen del multiplayer es similar al de la campaña principal: obtener un blanco y disparar hasta abatirlo. No hay estrategias ni nada por el estilo, no es necesaria mucha habilidad: en resumen, no es excesivamente divertido bajo nuestro punto de vista.

James Bond 007: Desde Rusia con Amor
7

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.