Call of Duty 2, Impresiones

Las olas bambolean una lancha de desembarco abarrotada de soldados americanos mientras se dirige a una costa plagada de bunkers alemanes.

Observa Call of Duty 2 en movimiento en estos vídeos.

Una secuencia del que los norteamericanos dicen es el día más importante de la historia, el Día D, y que cada cual visualiza con imágenes buscadas entre juegos como Medal of Honour o películas como 'Salvar al soldado Ryan' o 'El día más largo'.

Y así es también como comienza la secuela del que fue premiado como Mejor Juego de 2003 y que ya ha sido nominado como mejor juego de acción del pasado E3. Los programadores Infinity Ward, que ya recrearon el mismo escenario en Medal of Honour (cuando aún formaban parte de 2015), se rinden de nuevo ante lo impresionante de un desastre humano como el de Normandía… o como el de Stalingrado, o Caen, u otros escenarios clásicos de la 2ª Guerra Mundial.

Call of Duty II lo vuelve a hacer. Volvemos a los días más críticos de la 2ª Guerra Mundial y participamos en las más decisivas batallas. Otra vez… pero no del mismo modo.

La primera vez que vimos en movimiento CoD2, nuestra impresión fue la que acabamos de contar. Pensábamos que volvíamos a estar otra vez frente a un juego que ya habíamos jugado. Pero la sensación duró sólo unos segundos: exactamente lo que nos costó comprobar cómo desde la lancha de desembarco se podían adivinar todos los detalles del acantilado que se extendía por kilómetros frente a nosotros, decenas de lanchas como la nuestra a nuestro alrededor abarrotadas de soldados con un nivel de calidad y detalle como nunca habíamos visto. Sin dar tiempo a asimilar lo que veíamos, la lancha alcanza la arena y se desata el caos.

El fuego literalmente llueve desde los acantilados y a nuestro alrededor cientos de soldados se enfrentan a una de las acciones más complicadas y heroicas que tuvieron lugar aquel día, la toma de Point du Hoc y la destrucción de la artillería pesada que hubiera dado al traste con el famoso desembarco.

Y es que sin duda lo más fácilmente destacable de esta nueva entrega de Call of Duty es este salto en la calidad gráfica. Para conseguirlo se ha desechado definitivamente el motor gráfico de Quake 3, utilizado en el primer juego, en beneficio de un motor totalmente nuevo. La sensación conseguida es muy similar a la que disfrutamos en Half Life 2, con mucha claridad y definición del paisaje, con amplios entornos y una larga distancia de visión.

Además destaca la gran atención al detalle. Basta mirar de cerca el uniforme de cualquier soldado para poder apreciar infinidad de detalles tanto en la ropa como en el equipamiento o las armas, todo perfectamente reproducido atendiendo a la realidad.

Mención aparte merecen los decorados y distintos entornos por los que va pasando el juego. Al igual que en su primera versión, iremos cambiando de personaje según luchamos en uno u otro frente. Así, lucharemos en el frente oriental, en Stalingrado, en el occidental, desde Normandía hasta Alemania, en el Mediterraneo, Italia, y en el norte de África, donde nos enfrentaremos a Rommel y sus temidas 'Ratas del desierto'.

La ambientación de cada escenario es tan diferente que en ocasiones parece que estamos ante juegos distintos. Pasar de la oscuridad de una Stalingrado bajo la nieve a la dura luz solar de una llanura Tunecina además es posible, dado que el juego no nos obliga a mantener la linealidad histórica y podremos saltar de una campaña a otra según nuestros gustos.

La mecánica del juego es la misma que en la primera parte. El jugador avanza por los distintos escenarios eliminando enemigos, atacando unas posiciones y defendiendo otras, utilizando vehículos y armas pesadas… Evidentemente las armas son las mismas y su doble utilización desde la cadera o apuntando se mantiene. Se ha aplicado la máxima de que si algo funciona ¿para qué cambiarlo?.

Al igual que en el 'consolero' Big Red One, se ha aumentado muy apreciablemente la importancia de nuestros compañeros de pelotón. Ya no pasaremos tanto tiempo solos como en la primera versión y en la mayoría de las ocasiones necesitaremos del apoyo del resto del pelotón para sobrevivir cada situación.

Será decisivo saber escucharles y hacer caso de sus advertencias a la hora de ubicar a los enemigos, granadas o tomar una u otra dirección. Esto es algo que también se ha mejorado, abandonando el avance 'tipo túnel' de la primera parte para contar con varias alternativas de avance, mucho más ajustado a la realidad.

La experiencia de juego es inmejorable. Se vuelve a utilizar el recurso de comenzar el nivel con una escena donde tendremos la movilidad limitada y donde participaremos en la conversación con nuestros compañeros hasta que, de un modo u otro, se desencadena el infierno.

Destaca el nivel de El Daba, en la campaña tunecina. Comenzamos acercándonos al poblado sentados sobre los carros de combate mientras que los cazas de la RAF y la Luftwaffe no dejan de atravesar el cielo librando su propia batalla. El sol se refleja en las cúpulas de las mezquitas mientras la alta temperatura provoca efectos de aguas sobre el horizonte. Realmente es un espectáculo.

Y es que el juego está repleto de grandes momentos. En ocasiones los programadores se valen de algún 'truco' para evitar que nos los perdamos. Por ejemplo en el desembarco del Día D, una explosión nos dejará aturdidos de modo que no podremos evitar ver cómo un lanzallamas revienta dentro de una lancha envolviendo en fuego a varios soldados.

Grandes momentos también en Stalingrado, donde la guerra de francotiradores y sus escenarios nos recordará a 'Enemigo a las puertas'. Destaca una misión que comenzaremos cruzando la ciudad a través de un tubo de ventilación. Cuando somos descubiertos los alemanes comienzan a disparar hacia el tubo y cada impacto va dejando orificios por los que entra la luz, creando una increíble sensación de angustia. Mientras, la ciudad no para de estremecerse bajo el bombardeo de los B-17. Genial…

Para conseguir esta increíble ambientación Infinity Ward se lo ha trabajado a fondo. Por ejemplo, para el movimiento y comportamiento de los soldados se ha recurrido a la captura de movimientos a actores que participaron en películas como la del soldado Ryan y series como 'Brand of Brothers'. Los soldados corren, se ocultan, caen y por fin sujetan las armas de una forma correcta. El grado de realismo es muy alto. 

También se ha intentado tener acceso a todas las armas y vehículos de la época con el fin de reproducirlos con la máxima fidelidad. Los programadores dispararon las armas reales que luego han reproducido en el juego, grabando los sonidos que hacen al ser disparadas o recargadas. Se ha contado con la colaboración de veteranos de guerra que han aportado su asesoramiento a la hora de crear escenarios creíbles, con cada unidad situada en la posición que realmente resultaría la ideal estratégicamente.

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Lo que se mantiene convenientemente alejado de la realidad son los efectos de las armas. Cuando un soldado recibe un disparo el golpe en el cuerpo está muy bien logrado y la prácticamente inapreciable "neblina roja" que aparece sobre él indica que has acertado, pero nada más. Hay misiones en las que las explosiones lanzan varios metros por el aire los cuerpos que luego caen totalmente "completos" y con el uniforme en estado de revista. Una de las "pegas" de la calificación por edades.

Otro detalle que puede ser pasado por alto pero que resulta decisivo en el resultado final es la excelente banda sonora, compuesta especialmente para cada momento del juego de modo que se realce el dramatismo de cada situación o la angustia de verse atrapado en una de las muchas situaciones límite a la que nos enfrentará Call of Duty II.

En cuanto al juego multijugador, las opciones son idénticas a la primera versión, con la posibilidad de jugar por equipos o todos contra todos. Los mapas aprovechan los detalles del juego de un jugador pero están muy bien pensados para el 'multi' con la colocación estratégica de ametralladoras fijas, pasos por el subsuelo, accesos a las azoteas, ventanas semiocultas... El funcionamiento del multiplayer es tan sencillo como adictivo.

Call of Duty II mantiene lo mejor de la primera parte, corrigiendo sus fallos y mejorando infinidad de pequeños detalles alcanzando un entorno gráfico impresionante. Todas estas modificaciones consiguen un juego mucho más inmersivo, con el jugador sintiéndose parte de una acción que en ocasiones le desborda, rodeado de decenas de soldados en combate, explosiones, disparos… Sencillamente genial. Un salto de calidad que, sin duda,  convertirá este título en uno de los imprescindibles.

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