Fahrenheit, Impresiones
Asesinatos, sucesos paranormales, tres protagonistas y un desarrollo variado y original, todo bañado con un toque cinematográfico, son los ingredientes de Fahrenheit, la nueva aventura de Atari... ¿preparado para desvelar el misterio?
Tal y como ya os comentamos hace unos meses con nuestro primer contacto en Berlin con el juego, Fahrenheit, que empezó a gestarse bajo el nombre de "Indigo Prophecy", se ha convertido en una de las mayores promesas de Atari para el próximo trimestre, y sin lugar a dudas, toda una revolución dentro del cada vez menos poblado género de las aventuras gráficas.
Fahrenheit en movimiento desde nuestra sección vídeos
Ahora, tras probar una nueva beta del juego, podemos afirmar que parte de esas expectativas depositadas en el trabajo de Quantic Dreams están justificadas, pues el título ofrece frescas novedades a un género que hasta ahora parecía muerto por la decadencia a la que se ha visto abocado por parte de los editores. Sin embargo, la otra parte de nuestro juicio se quedará a expensas de ver como se resuelven, en la versión final del juego, determinadas dudas que nos han surgido durante los primeros niveles de Fahrenheit, relacionadas con la efectividad (siempre valorando desde el punto de vista de la diversión para el jugador) de esa original propuesta de la que hace gala Fahrenheit.
A rasgos generales, ésta resulta clara: permitir al jugador disfrutar de una aventura en tercera persona de corte cinematográfico, cuyo desarrollo se vea afectado y alterado (hasta cierto punto) por las decisiones que el usuario tome en cada momento, todo ello desde el punto de vista tanto del asesino, como del de los investigadores asignados para capturarle y llevarle ante la justicia. Un conjunto de características que gira en torno a un sólido y trabajado argumento, que se empieza a desarrollar en el momento en que, durante un día de intensa nevada, y en un bar de lo más tranquilo, un hombre es asesinado a manos de Lucas, un joven que ha sufrido una extraña posesión y que le ha llevado a cometer el homicidio.
Es a partir de esa misteriosa introducción cuando pasamos a controlar al propio Lucas. La verdad es que la primera impresión al empezar a movernos por el escenario no es todo lo satisfactoria que cabría esperar. Más allá de la riqueza visual que desprenden las 4 paredes del lavabo donde se ha producido el asesinato, lo cierto es que el control resulta duro, y las animaciones un tanto precarias. Pese a que la fórmula elegida para controlar a los personajes no podía ser más intuitiva, la posición de las cámaras (que todo sea dicho, merece un 10 a nivel fotográfico) resta algo de precisión al movimiento.
Para realizar las acciones, justo al alcanzar un objeto interactivo, aparecen en la parte superior de la pantalla las posibilidades de acción que brinda, cada una marcando una dirección (izquierda, derecha, arriba y abajo). Tras clickar con el ratón y moverlo hacia una dirección determinada, Lucas realiza la acción asociada mediante una secuencia de video.
Y es aquí donde encontramos otro de los puntos que no nos han acabado de convencer: dichas escenas ralentizan demasiado la acción. A nivel jugable, la interactividad es menor a la idea conceptual propuesta. Cierto es que estamos hablando de una aventura gráfica, pero el control en tercera persona podría haber dado la posibilidad de meternos en la piel del personaje permitiendo realizar algún que otro movimiento en tiempo real aparte de caminar y correr, a fin de no ser meros testigos de las sucesivas acciones del protagonista.
Pese a que en los momentos de acción la intensidad se ve incrementada gracias al uso de secuencias de botones al más puro estilo Resident Evil 4 o The Punisher, da la sensación de que Fahrenheit se queda a medio camino entre una juego en tercera persona y una clásica aventura gráfica, sin llegar a ofrecer plenamente lo que se espera en ambos géneros.
Tal y como os contamos en nuestro primer avance, con Lucas debemos ocultar el cuerpo y las pruebas que pudieran delatarnos como asesinos de John, el hombre que yace muerto en el suelo. La efectividad de nuestras decisiones afectará a la dificultad que tendrá el policía, que desde la barra del bar se dirige ahora al lavabo a hacer sus necesidades. Una barra colocada en la esquina inferior derecha será la que usaremos para medir el nivel de sospecha que levantamos ante los que nos observan. Si escondemos bien el cuerpo, y eliminamos las pruebas en la escena del crimen, Lucas se sentirá mucho más seguro, y por consiguiente, apenas nadie sospechará de él al abandonar los lavabos. Si por el contrario, hemos dejado evidencias tales como restos de sangre en el suelo, los nervios le jugarán una mala pasada a Lucas al intentar escapar del recinto.
Es ahí donde se presenta por primera vez el abanico de posibilidades del que os hablábamos antes. Sin embargo, por mucho que cambie nuestra forma de salvar la situación, los resultados se limitan a dos: ser detectados por la policía "con las manos en la masa", o que por el contrario ésta descubra el cuerpo una vez ya estamos fuera del bar. Por lo tanto, y por lo visto en este nivel jugable, la variedad queda limitadamente plasmada al modo de resolver la situación, mientras que el desenlace queda preestablecido e inquebrantable desde un buen comienzo.
Tras esta primera parte, aparecen en escena los otros dos personajes jugables del juego (aunque se dice que en cuando salga a la venta serán 8 los personajes controlables). Los dos investigadores son los encargados de resolver el caso. Es aquí donde se manifiestan los rasgos de aventura gráfica que posee el juego. Deberemos interrogar a los testigos, y encontrar cualquier prueba que nos pueda llevar al asesino. Pero os estaréis preguntando: ¿si nosotros mismos hemos escondido las pruebas, qué gracia tiene encontrarlas con otro personaje? Pues esa es otra de las dudas con las que nos hemos quedado, y que esperamos se resuelva una vez probemos el juego en su versión definitiva.
Podremos controlar a uno u otro simplemente pulsando un botón, y la habilidad de cada uno en determinados campos los hará más adecuados para resolver según que situación. Tal y como le sucedía a Lucas, el acierto de nuestras acciones aumentará o disminuirá la confianza de los personajes sobre sí mismos, lo que será vital para acercarnos poco a poco al asesino. Sin embargo, y como comentábamos anteriormente con el caso de Lucas, el juego corre el riesgo de seguir una tónica de "ensayo y error", pues dado que el final ya está escrito, el número de posibilidades se va limitando a medida que vamos fallando en otras tantas.
Bajo nuestro punto de vista, es arriesgado sacar conclusiones de Fahrenheit solo habiendo probado los dos primeros niveles de la aventura, y es por ello que no queremos extendernos mucho más con lo que hemos experimentado hasta el momento. Lo que se nos mostró en Berlín parecía mucho más prometedor y mejor llevado a cabo, por lo que esperaremos a jugarlo entero para dar nuestro definitivo veredicto en el correspondiente análisis de Fahrenheit, que recordemos, saldrá tanto para PC como para las 128 bits de Sony y Microsoft.
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