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Sería fácil de catalogar a Genji como de un clónico de Onimusha y quedarse tan ancho. El concepto de 'yo vs el mundo' en un entorno semi-fantástico medieval japonés está superexplotado en esta generación y la verdad es que es lógico que produzca cierta sensación de hartazgo cuando llevas viendo ya decenas de juegos basados en estas premisas. Pero lo cierto es que esa sensación inicial que te produce saber los primeros detalles del juego queda borrada cuando realmente juegas a él.
La versión jugada en este E3 está bastante evolucionada con respecto a la última versión jugable que se pudo ver Tokio. El estilo gráfico seguía siendo el mismo, usando una técnica bastante particular que permite dar a los escenarios un aspecto más vívido y recargado en colores, de modo que el juego tiene un aspecto gráfico que resulta visualmente más atractivo que otros títulos similares. Hay multitud de detalles en los que recrearse, desde la variada vegetación a las arquitecturas típicas japonesas en forma de templos y pagodas que se puede recrear.
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El héroe tiene un aspecto distintivo con sus dos espadas, pero se nota a horrores la evolución que ha experimentado la jugabilidad con respecto a la demo vista en Tokio. Para empezar, lo que es la realización de los movimientos simples ha ganado en suavidad, ahora el personaje enlaza una variedad de movimientos simples con gran soltura, que a su vez se pueden combinar con ataques más contundentes. La animación es realmente buena y consigue crear la sensación de tener un personaje que se mueve con gracia y elegancia.
Una de las cosas más interesantes de Genji es una habilidad llamada Seitai. Al ejecutarla, el héroe desenfunda su espada en señal de desafío, invitando a los enemigos a atacar. En el momento preciso de que un enemigo lanza el ataque, aparece un botón que debes de pulsar en el momento preciso, con lo que el héroe esquivará hábilmente la acometida del enemigo y le descargará un golpe mortal. Así puedes vencer a un grupo entero de enemigos. Además este modo especial cuenta con numerosos movimientos de contraataque totalmente distintos según la posición, por lo que de este modo se crea una coreografía de combate que resulta tan divertida de jugar como atractiva de ver.
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Por lo demás, el juego no se aleja demasiado de los cánones establecidos por clásicos como Onimusha 3, dejando su originalidad para pequeños toques de calidad como el Seitai de arriba y en la historia, que será única y rica en interacción con personajes, lo que le debería diferenciar de otros título parecidos pero que dan mucha menos importancia a la historia, o al menos resulta más complicada de ser tomada en serio.