Street Racing Syndicate, Impresiones
Por si no había suficientes juegos de tuning, Namco se apunta a la última moda de los videojuegos y nos trae su Street Racing Syndicate. Carreras nocturnas ilegales, coches de ensueño y mujeres muy sensuales ¿Estará a la altura de los grandes?
Por si no había suficientes juegos de tuning, Namco se apunta a la última moda de los videojuegos y nos trae su Street Racing Syndicate. Carreras nocturnas ilegales, coches de ensueño y mujeres muy sensuales ¿Estará a la altura de los grandes?
Namco, amos y señores de las carreras arcade durante algún tiempo gracias a la serie Ridge Racer, han intentado abrirse mercado con nuevos títulos. Primero fue R: Racing Evolution, un intento de llegar a las carreras de simulación que se quedó en eso, un intento. Ahora SRS intenta llegar a la cultura de tuning, pero parece que tampoco llegará a ser el juego definitivo.
SRS ofrece el mismo tipo de juego que los últimos lanzamientos del género como son NFS: Underground 2 o Midnight Club 3. El modo principal de juego, el modo carrera, te permite dar vueltas por una ciudad abierta en busca de carreras ilegales que realizar. En este caso, al igual que Midnight Club 3, son 3 las ciudades disponibles: Los Ángeles, Philadelphia y Miami. También disponemos de las carreras arcade para tener acción rápida y de un modo multijugador con modo on-line incluido.
A nivel de coches, la cosa ronda sobre los 40 coches, con licencias oficiales sobre las 15 marcas incluidas en total. No es un gran número, y lo que es peor, son los clásicos coches de siempre, desde el Mitsubishi Eclipse hasta el Nissan Skyline R34, coches que los aficionados al género ya se deben conocer bastante bien. En las opciones de tuning, como suele ser normal, se diferencia entre el tuning mecánico y el tuning gráfico. El primero da para realmente muchos ajustes y permiten tas realizar pruebas y pruebas, crear un coche realmente competitivo. El segundo permite colocar pintura, vinilo y algunas pegatinas y lo mas significativo son algunas obras de arte en forma de vinilos que hay, pero que dejan poco juego para la personalización del coche.
Pero no es todo una mera copia de lo que ya hay. SRS trae novedades bien pensadas como el sistema de daños en los coches. Sin llegar al nivel de los juegos especialistas en daños, véase los juegos de rallys, si que hay deformaciones, ralladuras, e incluso se pueden perder piezas por el camino. Y lo que es peor, podremos dañar el coche simplemente conduciendo por la calle en busca de carreras, por lo que podremos llegar a comenzar dichas carreras ya con el coche dañado. Sumado a que podemos realizar varias carreras sin parar, puede que al final acabemos con medio coche roto y con lo que hemos ganado solo podamos reparar las piezas rotas.
Otro ejemplo de que SRS apuesta por ser más realista es que el depósito de óxido nitroso que instalemos nos durará hasta que lo agotemos, según lo usemos en las carreras. Luego tendremos que pasar por caja a reemplazarlo por otro, ya que al igual que en la realidad, no se rellenan solos. Y si lo hemos usado todo en la primera tanda de una serie de carreras y no nos llega para el final, habrá que aguantarse o abandonar para comprar más.
Otro detalle novedoso es el sistema de apuestas. No solo vale ganar una carrera, sino que para ganar dinero a veces nos basta con apostar contra un determinado coche y ganarle. Así pues, tenemos rondas de carreras y apostamos contra cualquiera de los otros 3 coches, siempre teniendo en cuenta nuestras opciones de ganar o perder. Hay que saber contra quien apostar y contra quien no, porque podemos perder todo el dinero rápidamente si tenemos un par de carreras malas.
Pero no solo se gana dinero en SRS. Aquí el respeto sirve para conocer chicas, y no unas chicas cualquiera. Si pasamos su reto, que puede consistir por ejemplo en ganar en una carrera contrareloj por checkpoints, estas preciosidades se pondrán a nuestra disposición y nos ofrecerán sugerentes bailes entre otras cosas. También podremos escoger cual de nuestra "chorvas" queremos llevar a las concentraciones para vacilar ante los colegas. Como ya os decía antes, realismo puro, el tío más duro y con el mejor coche es el que lleva a las tías más buenas de la ciudad. Así es la ley de la calle y así lo ha plasmado Namco.
Entrando en aspectos más técnicos y quizás menos sugerentes, SRS no pasará a la historia por tener los mejores gráficos o el mejor control. Al igual que pasara con R: Racing Evolution, la sensación de velocidad es realmente baja. Podemos empezar el juego con un Eclipse modificado y parecerá que conduzcamos en la copa Toyota Yaris. A esto añadirle la cámara casi fija tras el coche incluso cuando derrapamos, que quizás no sea la más apropiada para dar la sensación de velocidad que requiere un título de estas características. Y por último sumarle un control muy básico y "áspedo" del coche, que puede costar de acostumbrase al principio.
Los gráficos son decentes, sin llegar a ser una maravilla. El mapeado no tiene ni multitud de luces ni texturas de alta calidad, aunque algunos detalles como las pantallas gigantes de televisión son de agradecer. Quizás se hecha de menos reflejos y un juego de luces más elaborados ya que toda la acción como de costumbre transcurre de noche. Tampoco hay una gran variedad de modificaciones gráficas en los coches que nos permitan hacer el coche de nuestros sueños, aunque los vinilos y pegatinas se ven realmente bien.
El sonido tampoco es nada del otro mundo, ya que el sonido del motor es casi el único efecto que escucharemos. Nada de gripadas de neumáticos espectaculares ni cambios de marchas amplificados. Solo un efecto al meter la nitro acompañado del efecto de blur en pantalla, para dar algo más de sensación de velocidad. La música, en el estilo hip hop de siempre, de momento bastante escasa en cuanto a variedad y sin canciones realmente remarcables como ocurre en sus competidores, por ejemplo NSF: Underground 2.
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