Castillos de arena

Después de publicar las primeras impresiones de este juego, éramos conscientes de que tenía algunos problemas de rendimiento y de programación. Estos defectos los achacamos lógicamente a que estábamos probando una versión inacabada del juego y creíamos que se depurarían de cara a la versión final.

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Pero incomprensiblemente esto no ha sido así y lo que se ha distribuido es un producto repleto de problemas y que no esta a la altura de su precio en el mercado. No llegamos a entender por que la gente de Firefly ha dado el visto bueno a un producto que parece inacabado y hecho con prisa. Puede que haya sido un problema de plazos con la distribuidora que ha hecho que la publicación del juego fuera más precipitada de lo normal y eso haya influido muy negativamente en la versión definitiva.

En cualquier caso el que pierde es el usuario final, dado que el juego no está a la altura de lo que los aficionados a la estrategia esperaban. Lo lamentable es que esta caída en la calidad de Stronghold 2 venga ocasionada por problemas técnicos que afectan seriamente al desarrollo del juego, cuando lo  que verdaderamente debería pesar es lo que ofrece a nivel jugable.

A pesar de todo ello, el juego resulta  entretenido si conseguimos sobreponernos a lo dicho previamente y contamos con conexión a Internet, ya que la I.A. es otro de los detalles que no se han cuidado debidamente.

Gráficos

La evolución de las 2D a las 3D ha sido un paso que la serie debía dar, más aún si observamos el género de la estrategia y buscamos en vano algún juego que aún adopte las 2D. Por tanto era lógica la adaptación a un motor tridimensional.

Lo que no nos convence nada es la optimización de este motor, que se convierte en uno de los mayores problemas del juego. Sin embargo, vamos a contaros primero las bonanzas del apartado gráfico, antes de entrar con sus problemas.

Del repertorio visual que el juego nos presenta, lo más destacado son sin duda los escenarios. Incluso con la configuración gráfica más baja aparecen representados de forma muy realista. Con unos parámetros mayores en las opciones visuales obtenemos unos entornos muy preciosistas, con un modelado del terreno muy detallado y unas texturas muy trabajadas. Otra pincelada de calidad es la representación del agua, con aplicación de 'bump mapping' y reflejos en función de la posición de la cámara, muy creíble.

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En contraste con la calidad de los entornos, el modelado de los personajes deja bastante que desear. Se puede entender que se representen de forma más o menos sencilla, ya que en un juego de estas características manejar una gran cantidad de personajes en pantalla supone un gran trabajo para el ordenador, pero peca de excesiva simplicidad. Esto se convierte en flagrante cuando observamos que el rendimiento no es bueno ni bajo estas condiciones.

Entrando de lleno con el problema de rendimiento, hay que comentar que hemos probado el juego en un Pentium 4 a 2,4 Ghz, 1 Giga de ram y una Gforce 6600. Con estas condiciones probamos la configuración recomendada por el juego, con el resultado de ser injugable.

Lo curioso es que variando entre diferentes combinaciones obteníamos la misma tasa de frames por segundo, y el juego seguía siendo muy difícil de jugar. Sólo con la configuración más baja posible pudimos jugar de manera fluida, cuando los modelos de los personajes acabaron siendo un conjunto de triángulos y las texturas meros colores planos.

Por tanto la pésima optimización del apartado gráfico condiciona totalmente la experiencia jugable y hace que tras probar sin resultado varias configuraciones, el jugador se sienta desalentado. También se echa de menos mayor facilidad para cambiar la configuración gráfica, ya que cada vez que queremos cambiar cualquier parámetro hay que hacerlo desde un menú externo y después iniciar el juego con la consiguiente pérdida de tiempo.

Música y Sonido FX

Este apartado parece haber sido mimado algo más que el resto, ya que tiene buenos detalles y no presenta fallos, salvo un par de personajes sin voz, aspecto solucionado con el último parche del juego.

Como os comentamos en el artículo de impresiones, la música es de corte  medieval con melodías muy suaves y tranquilizantes que realmente gustan de ser oídas. Además consiguen transmitir la sensación de estar en otro lugar y otro tiempo. Por todo ello el repertorio musical es uno de los mejores aspectos de este juego.

Por su parte los efectos sonoros tampoco desmerecen salvo un par de excepciones como ya hemos comentado. Representan fielmente los sonidos de la naturaleza, así como el bullicio de la ciudad o los estrepitosos combates. El capítulo de voces peca de repetitivo, a pesar de la gran variedad disponibles en el juego. En conjunto, estos apartados se salvan de los grandes problemas que destacan en otros aspectos.

Jugabilidad

Sin lugar a dudas lo más desfavorecido del juego es la jugabilidad, principalmente por la imposibilidad de mantener una partida fluida y sin parones que nos impide hacer cualquier cosa. Más allá de estos conflictos con el apartado técnico, nos ha sorprendido el descuido con el que ha tratado el desarrollo de los aspectos jugables.

Para empezar, esperábamos más innovaciones respecto a la primera parte, no sólo las que finalmente se han dejado, que ya os enumeramos en las impresiones. Con la versión de pruebas en la mano si parecieron suficientes, pero esperábamos que implementaran algo más de cara al lanzamiento. En el fondo las novedades se quedan en la introducción del modo kingmaker, la adición del sistema de honor y nuevas posibilidades de construcción para el castillo y sus infraestructuras circundantes.

Los modos de campaña, tanto el económico como el militar, se quedan cortos y carecen de línea argumental sólida. Al menos los objetivos de cada misión son variados y hacen que tengan algo de interés, ya que la pobre I.A. de la computadora no nos pondrá en aprietos en ningún momento. Como muestra de ello, dos señores vecinos que se limitan a construir torres del castillo una y otra vez y luego no atacan, ni entre ellos ni a nosotros. La I.A. no da la talla en los lords contrincantes.

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De hecho nuestros peores enemigos serán nuestros propios aldeanos, muy propensos a las malas acciones. Esto desequilibra mucho una partida de ámbito militar, ya que puede que cuando volvamos de asediar un castillo enemigo nuestro pueblo nos haya abandonado totalmente. Esto, que no es tan infrecuente, es terriblemente difícil de parar a la vez que molesto. Y es que ver que te abandona toda la ciudadanía por motivos que aparentemente desconocemos llega a ser, cuando menos, descorazonador.

Todo lo dicho es consecuencia de varios factores entre los que podemos citar la falta de un tutorial que nos explique como funciona el árbol económico del juego, muy útil para los que no hayan probado la primera parte del titulo. Además del escaso aprendizaje que se nos ofrece, la caprichosa I.A. del juego nos desafiará constantemente con problemas que irán surgiendo, de forma más o menos caprichosa, en nuestros dominios. Problemas como las ratas o el crimen que no tienen solución aparente, pese a que utilicemos los medios que en principio deberían acabar con estos asuntos.

La sensación frente a todo esto es la de que el juego nos domina en todo momento y no a la inversa. Para jugadores no iniciados en este género, todo lo dicho, sumado a que el juego está en ingles, parece ser una barrera insalvable.

El aspecto militar tampoco ayuda a mejorar la situación, los combates se convierten en barullos de unidades que hacen lo que quieren en la mayoría de los casos. El aprovechamiento del terreno es bastante bueno, así como el uso de mayor altura para dotar a las unidades de mucho más rango de disparo.

También es interesante la gran cantidad de tropas que podemos tener, así como la variedad de las mismas y la diversidad de habilidades que poseen. Siguen sin mejorar las rutas de las unidades ni su detección de obstáculos, con lo que continúan andando en fila india y atascándose en puntos del mapa.

Lo único que podemos destacar positivamente, y es lo que salva al juego de una valoración mas negativa aún, es la fantástica gestión que se puede hacer del castillo. Es cierto que es muy complicado mantener todo bajo control, pero el juego ofrece una variedad enorme en posibilidades de construcción de la fortaleza, así como una gestión de recursos muy coherente y acertada. Resulta muy divertido construir desde cero un castillo y ver como los enemigos se estrellan una y otra vez contra sus muros o sucumben bajo una avalancha de troncos ardientes.

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