Star Wars: Republic Commando
El ejército clon en todo su esplendor
Han pasado muchos años desde la primera aparición de un juego de Star Wars en nuestras pantallas, pero no es hasta Republic Commando que encontramos un juego de acción en primera persona en el que comandamos un escuadrón. !Únete a la República!
Una de las cosas que más me impresiona dentro de lo que rodea el mundo de los videojuegos es precisamente el tema de las franquicias y el aprovechamiento / explotación que se hace de ellas; la licencia Star Wars es probablemente una de las más jugosas de toda la industria y, aunque lleva casi 30 años en cartel, para verdaderamente imperecedera; parte de ello lo achacamos al bombardeo de marketing y una sólida comunidad de fans y por otro lado, en ocasiones en igual medida, un producto bien terminado que gozaría del mismo reconocimiento sin llevar 'Star Wars' en su nombre.
Este es precisamente el caso de 'Republic Commando', un juego ambientado en el universo de la Guerra de las Galaxias pero que afortunadamente no depende de ese apellido para hacerse un hueco entre los buenos juegos de acción en primera persona. Y os aseguro que Republic Commando es un buen juego de acción en primera persona, mezcla de Metroid Prime, Full Spectrum Warrior, Freedom Fighters y Crónicas de Riddick. Tal vez no aporte nada suficientemente fresco como para estar en la élite, pero garantiza unas cuantas horas de diversión ante la pantalla.
Y diversión desde un punto de vista que no habíamos conocido hasta ahora bajo esta franquicia. No es el primer FPS de la licencia, pero yo no me divertía tanto en un juego ambientado en la era de los sables de luz desde Rogue Leader, KOTOR o si miramos un poco más en el pasado, mi admiradísimo y 'viejo' X-wing de PC; esta vez me ha conseguido meter en la piel del protagonista, he vuelto a sentirme parte de la saga.
La acción en su campaña principal nos sitúa básicamente en el espacio temporal de la segunda película de Star Wars de esta nueva generación, mientras la guerra entre el ejército droide confederado y sus amigos se enfrentan a la república y su recién adquirido ejército clon. De hecho, nuestro papel consiste en interpretar al líder de un comando formado por 4 de estos soldados clon especialmente entrenados y altamente especializados para el trabajo en grupo.
Nuestras peripecias se desarrollarán básicamente a lo largo de 3 escenarios claramente diferenciados y, a pesar de estar basado en el universo Star Wars, no se sigue la línea argumental de la película sino que lo que hace es mostrarnos 'la otra cara', lo que no vimos en el cine pero que estaba pasando simultáneamente mientras los jedi entraban en Geonosis, realizando operaciones encubiertas de destrucción en naves droide o inclinando la balanza diplomática en Kashyyyk a favor aliado.
Aunque la experiencia de juego puede alargarse con el modo multiplayer, lo cierto es que Republic Commando está muy enfocado hacia la campaña monojugador, que se termina en alrededor de 10 horas de juego en su dificultad media. Eso sí, son 10 horas muy intensas con un hilo argumental muy bien trabajado, un poco al estilo de lo que ya vimos en Riddick. De hecho, si el modo multijugador estuviera ausente con mucha probabilidad la nota variaría bien poco.
Las texturas son ricas tanto en cantidad como en calidad de detalles, y no sólo en a lo que nuestros personajes principales se refiere. Los enemigos están diseñados y modelados con gran acierto: desde los más sencillos droides de combate estándar hasta los superdroides, los mercenarios trandoshianos, droidekas, robots espía, robots araña gigantes o nuestros colegas los wookies y otros soldados clon. Todos lo que hay está allí por alguna razón y el acierto en qué poner y en como ponerlo se nota mucho.
Si algo hay que destacar por encima de todo a Republic Commando es precisamente su envidiable ambientación. Otros juegos pueden superarlo en algunos aspectos (técnicas de escuadrón, multiplayer, durabilidad, etc.) pero muy pocos están tan bien ambientados a todos los niveles.
A nivel visual es tal vez sorprendente pero donde más se nota es a nivel auditivo, donde tanto las jocosas conversaciones entre los clones como los efectos de disparos, gruñidos, pisadas, rebotes, explosiones y demás realmente te introducen en la acción desde el primer momento.
Hay muchos detalles en los que se nota el feeling Star Wars y la mano de LucasArts en su desarrollo. Cuando estuvimos en Londres viendo por primera vez este título en movimiento ya quedé sorprendido por algunas acciones que, aunque parecían automáticas no me pasaron desapercibidas. Si eliminamos un mercenario demasiado cerca, una salpicadura verde sacudirá nuestro visor, viendo como al instante una barra eléctrica 'borrará' la interferencia dejando libre nuestro campo de visión.
El estilo 'high-tech' está brillantemente puesto en escena: desde los detonadores térmicos hasta el rifle de impulsos, el lanzacohetes o las torretas de misiles. Incluso las interferencias causadas por electricidad estática son brillantes desde el punto de vista técnico y para cualquiera que se pare 5 minutos a observar el juego verá que hay muchas más cosas de las que parecen a simple vista. Y aparte de alguna puntual ralentización en Xbox, el motor aguanta estable la mayor parte del tiempo.
El juego está traducido al castellano en cuanto a que los menús y los subtítulos de los diálogos, así como el manual del juego, lo encontramos en nuestro idioma. No sucede lo mismo con el doblaje de las voces, que se ha mantenido en inglés. Es una lástima, ya que no los que no tengan un mínimo dominio del idioma se perderán la faceta de las comunicaciones entre los integrantes del equipo.
Aunque SW:RC es un juego de acción en escuadrón hemos tenido que quitar la palabra 'táctica' que generalmente asociamos a juegos de un estilo similar, como Rainbow Six, SWAT o incluso Full Spectrum Warrior. En realidad, en nada se parece a estos últimos. Y eso lo digo porque verdaderamente el componente táctico del juego es casi inexistente, pareciendo más como si jugáramos con algunos amigos en red local que no comandando un grupo de soldados incapaces de hacer nada sin nuestro permiso.
Es cierto que podemos dar determinadas órdenes a un integrante del equipo en particular (y veremos una representación holográfica del movimiento): hackea la consola de instrumentos, monta en la torreta, adopta posición de francotirador, pon carga de demolición pero exceptuando estas, nuestro equipo lo hará todo el solito, como se supone que actúa un comando entrenado y preparado. Buscarán cobertura, flanquearán al enemigo, usarán sus granadas, revivirán a los miembros del equipo y entrarán en combate con el enemigo según su propio criterio. Y lo harán bien.
Todo ello lo apreciamos a través de nuestro completo visor táctico; desde la posición de nuestros compañeros de equipo hasta incluso la acción que están realizando en ese momento, pasando por nuestro estado de salud y el de nuestros escudos recargables estilo Halo (así como el de nuestros compañeros), la munición del arma que llevamos en ese momento y la cantidad de granadas que resta en nuestro poder. Todo expuesto de forma tan simple y precisa que hace que de un solo vistazo sepamos exactamente la situación en la que nos encontramos.
Perderse en el mapeado de Republic Commando es casi imposible; el desarrollo es absolutamente lineal y exceptuando dos ocasiones jamás volveremos a pisar una zona que ya hayamos cruzado anteriormente. Todo está dispuesto alrededor de una línea claramente definida: somos dirigidos de A hacia B sin remisión mediante túneles o pasillos pero ahí está lo bueno: nunca nos preocupa. El argumento es tan sólido, la acción es tan frenética que no tenemos tiempo para pensar: '¿Dónde vamos ahora?'
Hay montones de enemigos, de toda clase. Aunque tu escuadrón puede con ellos bastante bien, es obvio que se aprecia nuestra ayuda al gatillo. Y de pulsar el gatillo no vamos a parar. En ocasiones cubriremos a nuestros colegas mientras colocan una carga explosiva en un dispensador de droides; en otras nos cubrirán mientras nos bajamos los códigos de acceso de una nave confederada. La comunión es perfecta.
Cada clon, a pesar de ser genéticamente idéntico, tiene su propia personalidad y especialidad. Lo de la personalidad se nota en las múltiples conversaciones a lo largo de la aventura; lo de la especialidad ya no se nota tanto. Si bien hay un especialista en computadoras, el hecho de que sea él quién se encargue de abrir una puerta mediante este sistema no cambiará a si lo hago yo o lo hace otro; del mismo modo, todos pueden adoptar puestos de francotirador, manejar un arma pesada o colocar explosivos.
Eso sí, a excepción de la pequeña pausa que supone un 'Abrir brecha y despejar' o el curarse en un tanque bacta (algo que muchas veces el escuadrón ejecuta sin necesidad de recibir nuestra orden), el nivel de autonomía de Sev o Fixer se agradece. Seguimos comandando un escuadrón sin tener que estar 100% pendientes de él todo el tiempo. Eso significa poca profundidad en esa línea de juego pero añade una fluidez que realmente compensa.
Ni tan siquiera la muerte supone una pausa en la acción; añadido a los múltiples puntos de autoguardado y a las decenas y decenas de tanques bacta repartidos por los niveles, en caso de caer abatidos permaneceremos incapacitados en el suelo; el visor se pondrá en rojo y tendremos una limitada visión de la acción, mientras podremos comandar a nuestros colegas que prosigan por la acción o que por lo menos uno de ellos proceda a reanimarnos, tras lo que nos incorporaremos a mitad de salud.
Munición para las armas también la hay a montones, y además nuestros colegas nunca se quedarán sin ella. Al rifle de asalto principal le iremos añadiendo una serie de gadgets que lo convertirán en un lanzagranadas (esencial para superdroides y droidekas) o en un rifle de francotirador. En determinados puntos podemos recoger el arma dejada por nuestros enemigos: desde subfusiles a armas de rayo, rifles de impacto o lanzacohetes teledirigidos. Ah, y por supuesto la universal ESCOPETA.
Las dos versiones (PC y Xbox) cuentan con las mismas opciones de multiplayer, pero en la de Microsoft podemos jugar a pantalla partida en la misma televisión; nada destaca en este aspecto, la verdad: capturar la bandera, asalto, deathmatch y deathmatch por equipos, todo bastante estándar y poco inspirado. Al igual que en Riddick (que ni tiene) el modo multiplayer es bastante prescindible, la verdad.
Es posible que si eres de aquellos que se pasan el Halo en legendario, aquellos para los que 'Abrir brecha y despejar' no es lo mismo que 'Abrir brecha, deslumbrar y despejar', es posible que prefieras alquilar el juego primero. Pero todo aquel que busque una sólida y frenética campaña para un jugador, excelentemente ambientada y orquestada en un universo familiar pero desde un punto de vista novedoso (para la saga), apreciará Republic Commando. Yo lo he hecho.
l o m e j o r
l o p e o r
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.