¿Crees en la navidad?

El viaje hacia el Polo Norte acaba de comenzar. La oportunidad de conocer a Santa Claus es única, y el tren va a efectuar su salida en Game Boy Advance.

La Navidad, como cada año, llega puntual a su cita. El espíritu mágico de estas fiestas se expande entre la gente, que adorna las casas y compra regalos para los seres queridos con toda la ilusión que tienen albergada en su interior, deseando de corazón que un año más la armonía reine en sus vidas.

Son unas vacaciones cuya tradición lleva a la gente a pasarlas en familia. Los más pequeños de la casa tienen todo el tiempo libre del mundo y los sufridos padres, para que no se pasen el día en casa metidos, recurren a otras actividades como llevarlos al cine a ver alguna interesante y novedosa película temática.

Es por eso que, por estas fechas, los productos cinematográficos ambientados en las blancas festividades llenan todas las pantallas de televisión y de cine del planeta. Títulos más o menos interesantes, generalmente de calidad dudosa, que pretenden captar y reproducir el espíritu navideño con mensajes ocultos en su interior.

Este año, destaca el estreno de The Polar Express, una película hecha totalmente por ordenador 'protagonizada' por Tom Hanks. A pesar de la dudosa calidad de la cinta (no puede competir en nada con la estupenda Los Increíbles en cuanto a animación), es el más claro ejemplo de cine navideño para estos meses.

Como cabía de esperar, no se hicieron de rogar las inevitables versiones jugables de una película de este tipo. Así, las aventuras del tren virtual se reprodujeron en juegos para casi todas las consolas. Y este es el caso que nos ocupa, The Polar Express para Game Boy Advance, basado en la película homónima.

Esta Navidad... al Polo Norte

El argumento del juego no dista nada de lo que se puede apreciar en la película. Todo gira en torno a un misterioso revisor de tren (Tom Hanks) que invita a los niños a subir a bordo de la máquina y formar parte de un increíble viaje hacia el Polo Norte, donde podrán conocer a Santa Claus.

El protagonista no duda a la hora de unirse a la aventura y así emprende un mágico viaje junto a otros niños como la chica sabelotodo o el chico solitario. Un mágico viaje que les llevará hasta lo más profundo del espíritu navideño, y que no olvidarán jamás.

De la pantalla a GBA

Como siempre en este tipo de adaptaciones, lo principal es conseguir trasladar la esencia de la película al cartucho. Dadas las limitaciones de Game Boy Advance, no se pueden incluir secuencias de vídeo ni grandes animaciones por ordenador (a pesar de las pequeñas y deliciosas escenas que Square Enix consiguió incluír en Kingdom Hearts).

Así que la solución tomada es la clásica de la portátil de Nintendo: introducir escenas de la película en forma de imágenes estáticas con abundantes líneas de texto por encima. De una calidad aceptable (aunque también podrían ser mejorables), estas imágenes intentan introducir al jugador en el universo de The Polar Express.

El otro elemento importante a tener en cuenta es el del estilo de juego elegido para representar las aventuras a bordo del tren mágico. Como también suele ser habitual, se ha optado por crear una pequeña aventura con plataformas y alguna que otra fase extra algo más variada como la del esquí.

Pero The Polar Express es una película muy ligera, donde no hay grandes villanos ni enemigos peligrosos. Entonces, ¿cuáles son los retos que se presentan en el juego? Pues las principales amenazas del personaje principal son maletas, escapes de vapor, puertas de armarios que se abren... todos los peligros que podría presentar un tren de verdad, pero algo exagerados para darle algo de gracia al asunto.

Largo camino hacia el Norte

El juego está estructurado en forma de pequeños niveles, todos ellos basados en el mismo esquema, a pesar de que argumentalmente los objetivos sean distintos, algo que se irá presentando gracias a las imágenes entre fase y fase.

La idea es atravesar una serie de pantallas recogiendo bastoncitos de caramelo mientras se esquivan los peligros que, como ya se ha dicho antes, consisten en maletas, puertas de armario que se abren, etc. Además, a lo largo del nivel, se encuentran repartidos tres cascabeles navideños que habrá que recoger para poder terminar la fase, ya que de otro modo no se abrirá la puerta final.

Hay otros elementos a lo largo de los escenarios en forma de items, como puede ser la taza de chocolate caliente que permite recuperar uno de los tres corazones de energía del personaje. También destaca la presencia de árboles de Navidad que hacen las veces de checkpoints, es decir, si el personaje llega a morir, en la siguiente vida empezará desde ese punto. No podían faltar tampoco las vidas extra.

En algunas zonas, aparecerán cajas de juguetes, en cuyo interior se pueden encontrar desde útiles varitas mágicas para ser invencible durante un tiempo o muelles saltadores para llegar a zonas más altas hasta inservibles calcetines que el protagonista tratará con desprecio y dejará nuevamente en su lugar.

Pero no todo serán plataformas, y habrá pequeños minijuegos o fases enfocadas desde un punto de vista distinto. Algunos ejemplos de esto son la fase en la que el protagonista va esquiando por encima del tren, esquivando distintos obstáculos que deberá saltar o agacharse para evitarlos. O la fase en la que habrá que guiar el tren a través de una vía, eligiendo el camino correcto para poder continuar el camino y no descarrilar.

Gélido apartado técnico

Si la película era mejorable, y las imágenes estáticas de la película que ilustran el juego otro tanto, poco menos del apartado técnico que presenta el título, que no es precisamente de lo mejor que se puede encontrar en la portátil de Nintendo.

Gráficamente, el juego intenta representar el aspecto CG de la película pero con bastante desacierto. El personaje principal se antoja excesivamente pixelado y sus animaciones demasiado estáticas y poco trabajadas. Además, los escenarios están bastante desangelados, con colores un tanto chillones, hasta tal punto que en más de una ocasión costará ver un determinado objeto en el escenario.

Esto es algo que en un principio no parece muy importante, pero no serán pocas las veces que el jugador se pasará de largo alguno de los necesarios cascabeles. Del mismo modo, las baldas que hacen las veces de plataformas en numerosas ocasiones pasarán desapercibidas, y el jugador no se dará cuenta de ellas hasta que el personaje choca contra ellas y no da avanzado.

Además, la mezcla de los fondos con los elementos del primer plano no propicia la jugabilidad, ya que al carecer de profundidad alguna, no se sabe en qué plano están y a veces se saltará intentando evitar algo del fondo que no es un obstáculo y otras veces no se distinguirá, como ya se dijo antes, el problema a solventar del fondo.

Las imágenes entre niveles, como ya se dijo, presentan un aspecto mejorable, pero aún así, son de lo mejor del título. A pesar de todo, las caras de los personajes que hablan en un determinado momento, parecen malos recortes de revista.

En cuanto al apartado sonoro... qué decir de él... igual es una impresión personal, pero la verdad es que parece la misma melodía sosa, aburrida y mal orquestrada una y otra vez, volviéndose repetitiva y aburrida, debido sobre todo a su gran falta de carisma.

Dentro de lo que es la jugabilidad en sí, aparte de las dificultades que presenta el mejorable apartado gráfico, cabe decir que el personaje reacciona bastante bien a las órdenes que le manda el jugador. Quitando algunos defectos en el apartado de los saltos, que parece una piedra saltando y cuesta ajustarlos hasta que se le coge el puntillo, pocas más quejas hay en este aspecto. Aunque bueno, cabe destacar que, dada la sencillez del título, poco más hay que hacer que avanzar y saltar...