La Segunda Guerra Mundial en tu bolsillo...

Los videojuegos bélicos basados en la Segunda Guerra Mundial son abundantes, pero pocos lograron el éxito que Call of Duty consiguió en compatibles. Ahora, Activision e Infinity Ward se embarcan en la lucha, pero en una máquina de bolsillo. ¿Seguirá la guerra siendo tan real?

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Call of Duty es una de esas franquicias que tienen una amplia base de fans por todo el planeta, merecida sobre todo por un título de PC que barrió gracias a sus posibilidades multijugador. Ahora, cuando en el horizonte se ve cercana la salida al mercado de la versión para consolas subtitulada Finest Hour, Activision y N-Gage se han embarcado en una conversión para la portátil que hará temblar a sus seguidores. A pesar de que se ha querido mantener la perspectiva en primera persona, se ha optado por dividir las misiones en varios países para que sigamos la batalla desde el punto de vista estadounidense, británico y soviético, y se han apurado las opciones multijugador, esta versión para la portátil de Nokia se quede tan lejos de lo que fue el juego original que desmerece totalmente el nombre de la serie. Veamos el motivo...

Todos ellos han puesto de manifiesto que Nokia no iba desencaminada con su apuesta y han demostrado que son posibles las 3D de bolsillo, aunque la máquina sufra en muchas ocasiones para mover tanto desarrollo gráfico. Y en estas llega Call of Duty, que claramente es un intento por explotar el filón tridimensional, aunque con unos resultados tan pobres que añoramos las 2D. Es cierto que N-Gage puede con ellas (aunque no con el poderío de las dos portátiles que Sony y Nintendo están a punto de lanzar), pero no con un nivel de detalle como el que se ha intentado en el título de Activision, el resultado es una experiencia desangelada. Desde aquí un coscorrón a los desarrolladores y un consejo: si no podéis hacer lo que queréis en 3D, por favor, un juego bidimensional puede ser igual o más divertido que cualquiera. Y sino que se lo pregunten a Nintendo y a Capcom, que con la perla que es Viewtiful Joe gritó en voz alta y clara que un planteamiento y puesta en escena original vale más que cualquier intento por demostrar el poderío de un chip gráfico.

Sin embargo el intento de Call of Duty se queda a medias, porque el engine gráfico se queda corto. Las ralentizaciones son constantes durante toda la partida, amén de una tasa de frames que es más bien escasa y nunca llega al mínimo exigido de 30 fotogramas por segundo. Y eso se paga a la hora de jugar. Pero las experiencias negativas no acaban ahí: la visión de horizonte, lo que aparece en la pantalla, es tan escaso que apenas se puede adivinar que hay delante nuestro hasta que no estamos encima. Es curioso comprobar como con el zoom de un arma, podemos ampliar cierta zona que esté en nuestro horizonte aunque no podamos verlo con una vista normal. Eso sí, la movilidad de las armas con el zoom activado es lo más lento que hemos visto en años.

Siguiendo con los despropósitos, los modelos de los personajes son tremendamente poligonales además de estar exageradamente pixelados. Por lo que en ningún momento parecen personas reales. La calidad de sus movimientos dista también mucho de la realidad, lo que unido a motor físico bastante pobre, crea un sentimiento de estar ante robots sin vida ni personalidad alguna. Es constante que estos NPCs invadan los polígonos situados a su alrededor (defecto conocido como clipping), lo que sumado a la brusca generación de polígonos en los escenarios, dejan como resumen un apartado gráfico que no ha sabido potenciar el hardware de N-Gage como sí han hecho otros títulos.

Si se pudiera olvidar todos estos defectos y se hubiese optimizado el engine para que la experiencia de juego fuese suficientemente fluida, tendríamos unos escenarios trabajados y unas texturas, que si bien no son una maravilla, sí que las podríamos pasar por alto. Pero el resultado es éste, uno de los peores títulos gráficamente de N-Gage. Por eso decíamos antes que en ocasiones es mejor usar las dos dimensiones y crear algo medianamente jugable... O bien optimizar otro motor gráfico que haya funcionado (el de Ashen, por ejemplo) y usarlo de punto de partida para crear un nuevo juego.

Más adelante tendremos la oportunidad de formar parte de las milicias británicas, capturando y asegurando posiciones aliadas, así como saboteando las líneas enemigas. Por último, la aproximación soviética, en la que somos parte de un comandante a los mandos de un poderoso tanque, reprimiendo las incursiones nazis en Stalingrado y devolviendo a las tropas del führer de camino a Berlín. En total son once niveles de juego divididos en las tres campañas mencionadas. Y aunque la mayoría de las misiones se realizan a pie, cuando tengamos la oportunidad de controlar a los rusos podremos comprobar lo que se siente a bordo de un tanque.

El sistema de control empleado es muy similar al de otros fps para esta portátil, usando la totalidad del teclado numérico de N-Gage, con los problemas que esto conlleva. En esta ocasión debemos añadir que el tiempo de respuesta del personaje a nuestras órdenes tiene un retardo más que acusado, impidiendo que la movilidad y los combates sean fluidos y con un mínimo de dinamismo. En dichas escenas de lucha es curioso también comprobar el comportamiento de nuestros aliados y enemigos: nuestros compañeros tienden a ir por su cuenta más de lo que deberían y a salir fuera de nuestra área de cobertura, con lo que son presa fácil de cualquier atrincherado enemigo. Respecto a estos, las animaciones cuando son alcanzados por un impacto son tan pésimas como su reacción: los disparas y proceden a caer lentamente al suelo para volverse a levantar, por lo que es necesario volver a apretar el gatillo para que caigan. Lo curioso es que durante esa animación te puedes hartar a dispararlos, que las balas no les harán ningún efecto.

Otra curiosidad la encontramos en el uso del zoom. Imaginad la escena: delante nuestro no hay nada; ponemos el zoom a ver si conseguimos visionar algo más lejos y apreciamos en la distancia a dos enemigos; pues bien, si activamos el zoom ellos nos empezarán a disparar como si nos estuviesen viendo; sin embargo, si no usamos el zoom podemos acercarnos más sin que se percaten de nuestra presencia. Tan curioso como que la movilidad del zoom y su apuntado "semi-automático" hará que nos conviertan en un colador al poco tiempo de activarlo, debido a su lentitud para enfocar a los enemigos distantes.

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Pero lo peor de todo no es eso; el problema es no saber por qué hemos caído en combate. Bien por no haber cumplido algún objetivo en la misión, porque hemos sido abatidos desde la distancia o porque algún compañero se ha metido en problemas y ha fallecido cuando no debía, el juego no nos da ninguna pista de que es lo que ha ido mal. Por lo que el sentimiento de frustración es creciente. Como al menos tenemos la posibilidad de grabar la partida en cualquier momento, vamos paso a paso grabando a cada momento. De esta forma y con muchas dosis de paciencia, puesto que las partidas tardan en cargar bastante tiempo, es posible avanzar en una de las peores experiencias de juego que hemos sufrido en mucho tiempo.

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