Al servicio de su majestad

Simulación de conquista de Imperios en tiempo real. Es el término acuñado para la opción que nos ofrece Knights of Honor, una mezcla de estrategia en tiempo real y por turnos.

Knights of Honor es el primer título desarrollado por Black Sea Studios, que actualmente se encuentra con otro proyecto entre manos del que aún no se conoce nada. Tres años han sido necesarios para dar forma y vida definitiva a este juego, sin duda un largo tiempo.

Si bien este es el primer desarrollo de la compañía su fundador y su equipo ya había trabajado antes en Tzar, con lo que se asegura un mínimo de calidad, pero veamos que nos ofrece el producto definitivo.

Guión

Hace mucho tiempo…

Bueno, no tanto, Knights of Honor nos traslada a la Edad Media. A ese tiempo de la Historia humana en el que la religión dominaba prácticamente todo, y había un enorme oscurantismo en cuanto a los progresos científicos. Concretamente en Knights of Honor podremos elegir entre comenzar nuestra andadura en tres periodos distintos de la Edad Media, cada uno con sus distintas facciones a elegir.

Precisamente este aspecto es uno de los más cuidados en Knights of Honor, difícilmente no se encontrará uno representado entre las más de 100 facciones a elegir, cada una con sus unidades especiales. Habrá modos de dificultad para elegir pero también influirá la facción que escojamos. Algunas facciones comienzan ya en guerra con varios territorios, o más aisladas, pero en general este factor está nivelado.

En general la historia es simplemente la que tú escribes, escoges una facción y te embarcas en la ardua tarea de imponer tu hegemonía en el viejo continente, nada más.

Gráficos

Buenos, después de tres años de desarrollo estaría bastante mal que no fuera así. Tendremos tres puntos de vista fundamentales, el mapa general, el mapa estratégico y la  visión de batalla. Todos los gráficos son de corte más clásico, basados en sprites, no en polígonos. El resultado general es bueno y aparte reduce de forma drástica los requisitos mínimos de tarjeta de video, que teniendo en cuenta los altos mínimos actuales es de agradecer. 

En el mapa general encontraremos lo que esperaríamos encontrar en cada región, es decir, montañas en la región pirenaica, nieve, montañas. Vamos que las cosas están donde tienen que estar, esto puede parecer estúpido pero por desgracia no siempre se garantiza que no se metan barbaridades. El conjunto del mapa es pues muy vistoso, con colores vivos, veremos representados los distintos pueblos de las provincias, los habitantes que las recorren, los ejércitos, algunos animales, etc.

Todo desde un punto de vista lejano, no hay opción de zoom, esta vista en general se centra más en una observación del terreno para una mejor gestión que para verle el color de los calcetines a los soldados. En la parte superior tendremos una barra con los Caballeros que tengamos en activo en ese momento, los iconos con los recursos, el día etc. Abajo estará situada la barra principal de la interfaz y un minimapa para situarnos.

En el mapa estratégico veremos las provincias con sus fronteras, al más puro estilo del juego de mesa RISK. Si bien desde este mapa se puede gestionar todo, movimiento de unidades, economía de ciudades, etc. Es un poco más confuso y resulta más útil para tomar decisiones estratégicas, valga la redundancia, y luego llevarlas a cabo en el mapa general. También desde este mapa tendremos todas las opciones de gestión del reino disponibles y diferentes opciones de visión para tomar decisiones diplomáticas.

Por ejemplo ver los reinos que se muestras hostiles con nosotros, o también escoger uno de nuestros enemigos, ver qué enemigos tiene, y proponer una alianza para atacar al enemigo común. Las posibilidades son amplias.

Finalmente en el mapa que se decide el devenir del juego es en el mapa de batalla. En él será donde despleguemos las unidades y llevemos a cabo los ataques. Las unidades en sí son clones las unas de las otras, vamos, que no hay diferencia de un alabardero a otro. Aunque no exista esta particularización, el diseño es bueno, representativo.

Las animaciones no son tampoco algo a destacar. Aunque si digo no a destacar es que no es nada que no hayamos visto ya. Lo que sí merece mención es la representación del terreno y de los edificios. Si en el mapa general vemos una montaña, estará ahí, si hay una casa, también. Esto contribuye mucho tanto al realismo como a que siempre busquemos la mejor posición de defensa y de ataque. Si buscamos un sitio preciso para defender y luego no aparece reflejado en el campo de batalla, no habría un motivo verdadero para intentar mejorar en ese aspecto.

Sonido

Buena música de época. Es un detalle de calidad el cuidado puesto en recrear ritmos de la época e instrumentos, lo que esperaríamos de una fiesta en la corte del Rey, o una feria en un pueblo medieval. Si bien las músicas ambientales aparecen sólo de vez en cuando, su presencia ameniza el juego.

Las músicas de la batalla también son representativas del momento. De los efectos de sonido poco más se puede decir, cumplen su función. Si bien este no es un apartado en el que Knights of Honor destaque, no es en absoluto desdeñable el trabajo en el sonido y en la música.

Al servicio de su majestad

La pieza clave de Knights of Honor, son los caballeros. Los tendremos disponibles de dos formas, o los reclutamos, con la posibilidad de que sean espías, o utilizamos a un miembro de la familia real. El reclutamiento es caro, pero los miembros de la familia real son limitados, y si mueren puedes quedarte sin herederos. Para cada caballero que poseas, un máximo de nueve, tienes seis profesiones a elegir:

Mariscal- El encargado de liderar a tus tropas en la batalla, tus generales.

Comerciante- Aumenta el oro procedente del comercio en una provincia, o envíalo a comerciar con otros reinos.

Espía- Si lo mantienes en tu corte hará servicios de contraespionaje, si lo envías a espiar cada caballero reclutado por un reino determinado tendrá una posibilidad de ser tu espía, que te enviará información, a riesgo de su vida y tu amistad con ese reino.

Terrateniente- Aumenta la comida que producen las tierras de labranza de una provincia.

Clérigo- Aumenta el poder de control religioso en una provincia.

Constructor- Mejora del tiempo de construcción de estructuras en tu provincia.

La opción de Mariscal es la que más posibilidades de personalización posee. Los Mariscales disponen de niveles que irán ganando según venzan batallas, y cada nivel les otorgará una nueva habilidad. Cada habilidad tiene a su vez tres grados de conocimiento, y hay más de treinta disponibles.

Resulta bastante difícil elegir una en concreto y puede resultar complicado al principio. Esto da la posibilidad de hacer Mariscales buenos para cosas concretas, pero si los pierdes es un duro golpe. Aunque los Mariscales no siempre morirán en batalla, también pueden ser capturados, pero los rescates son altísimos. Tanto si eres tú el que los captura como si has perdido uno de los tuyos tendrás que tener un tesoro grande para poder permitirte pagar el rescate.

Jugabilidad

Knights of Honor tiene muchas, muchas opciones dentro del juego. Tantas que para el jugador inexperto, resultará abrumador, y mucho peor cuando vas conquistando cada vez más provincias. Knights of Honor viene con un tutorial, pero es sólo sobre lo más básico y te llevará unas cuentas partidas, en las que serás borrado del mapa sin piedad en una media hora, hasta hacerte un poco con la mecánica básica.

Una vez que vas avanzado es muy complicado gestionar todo tu imperio, una partida media podría llevarte 15 o 20 horas hasta llegar a ganar, o estar cerca. Ganas de tres formas, o conquistas toda Europa o te eligen Emperador supremo los demás reinos, para lo que hay que tener mucho poder de reino, o consigues las 10 ventajas de reino de forma simultánea.

La primera se explica por sí sola, machacas a todos tus enemigos y te haces con el control total de Europa, pero no es tan sencillo. Hay un factor fundamental que es la religión. En Knights of Honor habrá cuatro, Católica, Ortodoxa, Musulmana, y Paganos. Si conquistas un territorio de tu religión sólo tendrás que tener en cuenta el factor de poder de reino. Si tienes mucho a la gente no le importará ser conquistado por un Rey poderoso, si no, la gente intentará rebelarse.

El poder de tu Reino mejora precisamente con las conquistas y si no llevas a cabo acciones malvadas, como traiciones, espionaje (si te pillan al espía claro), etc. Si conquistas un territorio de otra religión además tienes el problema de ir convirtiéndolos a la tuya. Solución, una vez más los buenos monjes y sus libros y monasterios harán el trabajo.

Si quieres intentar la opción de ganar por que te elijan Emperador de toda Europa hay una opción en el menú, los  reinos más poderosos votan, y si sales elegido ganas, si no pierdes. Para ganar es fundamental llevar una buena relación con todos los reinos, esta es la victoria diplomática en Knights of Honor.

La victoria por ventajas de reino es una 'victoria menor'. Las ventajas de reino se consiguen con bienes de lujo, y hay diez ventajas disponibles. Si comercias mucho y vas buscando concretamente esos bienes puedes ir haciéndote con las ventajas, si las consigues todas al mismo tiempo, ganas.

Si tienes valores altos de piedad la gente estará más contenta y no se rebelará, también podrás convocar cruzadas contra los 'malvados infieles' de otras religiones. Y por último el tesoro, pues eso, el dinero que tienes para reclutar unidades y construir mejoras en las ciudades, cuídate de no amasar mucho puesto que habrá inflación y tu dinero valdrá menos, invierte.

De las ciudades, cada provincia cuenta con una ciudad capital y varios pueblos. Los pueblos y la ciudad vienen ya predeterminados y no podremos variarlos, unos son agrícolas, otros son monasterios. También habrá pueblos costeros que darán más dinero por comercio. En la ciudad podremos ir construyendo las mejoras, muchos edificios a elegir, que tardan bastante en construirse y con un árbol tecnológico bastante complicado. También aquí podremos poner un gobernador y unidades de defensa. En este aspecto no hay nada nuevo con respecto a juegos como Civilization III.

Y la parte vital, la batalla, por supuesto también tiene su lugar importante en Knights of Honor. En este aspecto lo compararemos con los Total War. Nada nuevo, los conceptos de moral, cansancio, mejoras de unidad, formaciones, etc., están presentes en Knights of Honor. Si bien como es en tiempo real, y sobre todo cuando vas avanzando puede resultar tedioso estar participando en todas las batallas.

Knights of Honor te da la opción de dirigirlas o de mirar lo que ocurre desde fuera. Si eliges esta opción aparecerá un icono de batalla en el mapa, y si pinchas en el podrás ver como le va a tus tropas. Esto vendrá representado de forma similar a los combates entre unidades de los Total War, perdiendo, perdiendo por mucho, empatando, ganando, etc.

En la práctica cuanto más avances más y más combates habrá y más aburrido resultará jugarlos, los menos importantes claro. Los asedios también pueden resultar eternos. Y también eterna la conquista de una provincia, consejo, si quieres ir saqueando los pueblos de una provincia antes de atacar la capital ten en cuenta que se van regenerado con el tiempo. Si quieres atacar lleva siempre muchas unidades puesto que la conquista de cada provincia siempre es complicada.

También hay un modo multijugador. Aunque en este tipo de juegos el multijugador está mucho menos extendido dada la duración de las partidas. La opción la tienes ahí, hasta seis jugadores. Aparte de la típica partida de conquista también hay asedios a castillos, batallas históricas, etc.