Escalando por el hielo?

Otro clásico más esta de vuelta. Game Boy Advance es actualmente la gran experta en rescatar juegos míticos para deleite de nostálgicos y descubridores natos. Y esta vez le toca el turno a un juego no tan popular, pero que fue uno de los pilares de Nintendo mientras vivió su NES: Ice Climber.

La línea NES Classics está causando una gran controversia. A algunos les parece genial la idea de ver como los pilares de Nintendo vuelven a la vida, tanto para disfrute de quienes ya los vivieron, o para el descubrimiento de las nuevas generaciones. A otros por desgracia, les parece que la inversión que requieren no justifica la calidad que atesoran.

Y es que su calidad es puramente nostálgica e histórica. Comparar estos juegos de hace 2 décadas con los títulos de hoy en día, incluso para Game Boy Advance, es casi un suicidio. Si estos juegos salieran por primera vez hoy día nadie los compraría. Pero su valor sentimental y temporal es lo que los hace especiales.

Hoy le toca el turno al número 3 de la lista de NES Classics: Ice Climber. Puede que no haya sido en su momento tan famoso como Mario, Donkey Kong o Zelda, pero también tuvo su momento de gloria, y muchas buenas horas hizo pasar a todos los que se atrevieron con él. El tiempo no lo puso en lo más alto, pero fue un buen juego.

En Ice Climber, la idea también es sencilla. El objetivo del juego es llevar un personaje hasta lo más alto de la pantalla, haciéndolo pasar por los diferentes niveles que la componen. Para hacer el juego entretenido, tan sólo había que añadir unos cuantos enemigos, objetos que caen, y plataformas incompletas que obstaculicen el camino.

Con todo esto, la cosa era un poco más complicada, y gracias a ello divertida. A lo largo de los 32 niveles que componían el juego, poco cambiaba más allá de la dificultad, que como es lógico, iba subiendo gradualmente hasta hacerse casi imposible, como solía pasar en todos los juegos de la época.

Para lograr el objetivo, el protagonista tenía a su disposición un martillo, tanto para superar ciertos obstáculos, como para acabar con los enemigos que aparecían por el camino. Cuando se conseguía llegar a lo alto de la pantalla, se pasaba a una fase de bonus donde había que superar otra serie de plataformas para conseguir los puntos y pasar de fase.

El sonido, al igual que los gráficos, es idéntico a la versión original, cosa que el altavoz de GBA puede permitirse emular sobradamente, aunque las melodías originales no sean precisamente unas composiciones memorables, como pase con otros juegos históricos.

Hoy en día, queda muy atrás en comparación con otros títulos de GBA, pero el objeto de sacar este juego al mercado no es satisfacer las mentes deseosas de probar cosas nuevas o exprimir sus consolas al máximo. Este juego no es para ellos, sino para cierto público especial que está deseando poder recordar lo divertidas que eran aquellas partidas que duraban horas, a pesar de sus cortas limitaciones.

Con dos GBA y un cable link, se puede jugar con un compañero, y aquí es donde la diversión se dispara, del mismo modo que sucedía en el original, y del mismo modo que sucede en prácticamente cualquier juego hoy en día. Cuando juegan dos personas, la diversión no se suma, se multiplica.

En este modo, los dos personajes que participan en la acción deben colaborar para ir subiendo sin que ninguno de los dos se quede atrás, a medida que la pantalla se va desplazando hacia arriba.