La revolución de la estrategia en tiempo real.

En el género de la estrategia es muy complicado poder destacar, ya que los grandes permanecen inamovibles y los novatos tienen que poner mucha carne en el asador para poder llegar a hacerse un hueco en el mercado y en el corazón de los aficionados.

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Perimeter es un novedoso y ambicioso juego de estrategia en tiempo real que basa su nombre en la característica más importante del título, el perímetro, un escudo del que disponen todas las bases del juego. Una atrevida apuesta de Codemasters que llega con la intención de triunfar.

Gráficos y sonido

Perimeter presenta un aspecto visual muy completo, ya que muestra numerosas unidades en pantalla y variados efectos de todo tipo dentro de un motor 3D excelente. Son numerosos los detalles a destacar a nivel gráfico en este título, partiendo del buen diseño de los escenarios, que presentan una gran solidez. Hay algunos niveles en los que el planeta visitado está al borde de la destrucción, y el escenario va rompiéndose con una gran calidad de detalle en las grietas que van aumentando paulatinamente.

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Además, los efectos de luz son dignos de mención. Desde los rayos de los generadores, pasando por los lásers, cohetes y demás tipos de ataque de los que disponen las unidades. Sombras, reflejos, luz dinámica... todo se combina a la perfección. Poco más se puede pedir visualmente a un juego de estas características.

Guión

La historia de Perimeter tiene lugar en un futuro muy lejano. La humanidad se ha expandido más allá de la Tierra, sobrepoblando todo aquel planeta al que consiguió llegar. Por eso, el ser humano construyó las Naves, unas enormes naves en cuyo interior viven millones de personas. Gracias a estas estructuras, el hombre ha cruzado la frontera hacia una nueva galaxia conocida como Psicoesfera, donde diversas facciones humanas compiten unas contra otras, buscando un lugar que poder habitar.

Para esta guerra, el jugador tiene a su disposición todo un arsenal de robots y máquinas, aparte del famosos Perímetro. Pero antes de poder hacer nada, lo esencial es allanar el terreno, ya que los edificios sólo pueden construirse sobre nivel cero. Para tal fin, el juego presenta las Plataformas MultiModulares (PMM a partir de ahora). El máximo de estas PMMs será de cinco, el jugador deberá elegir las que quiere entre dos tipos de unidades, los Generales de Brigada y los Constructores.

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A partir de estas simples unidades básicas, el jugador podrá ir creando toda una red de estructuras según sus necesidades. El estilo de juego, en este aspecto, resulta un tanto confuso en un principio, aunque la idea es facilitar el sistema de juego para no ocupar al jugador con multitud de unidades básicas y poder centrarse en las unidades mayores. Por eso mismo, incluso el control sobre las PMMs es muy simple, y las órdenes directas que habrá que darles serán mínimas.

Sin embargo, en este sistema tan simple, tiene un par de problemas en lo referente a las colas de construcción. A pesar de poder construir todos los edificios que el jugador quiera a la vez, sólo puede crearse uno de cada tipo, sin poder crear, por ejemplo, dos o tres de cada, ni siquiera ponerlos en cola. Esto resulta bastante incómodo cuando se tiene intención de crear varias estructuras de un mismo tipo.

Otro punto muestra de la sencillez con la que se dotó al título es el material que se consume en las construcciones. No hay que recoger madera, ni piedra, ni nada por el estilo, sino que la base es la energía, que se consigue construyendo generadores, los cuales a su vez también permitirán crear un escudo defensivo. El nivel de energía disponible se muestra mediante una barra en el centro del panel de control.

Dicha barra aumentará o disminuirá según el gasto de energía que haga el jugador. Como los generadores absorben la energía del terreno que las rodea, el nivel cero de la terraformación es esencial. De hecho, algunas de las estructuras más avanzadas se basan en romper el terreno, evitando que el enemigo pueda generar energía o construir edificios.

Unidades

El ejército más grande que se puede crear es de cinco unidades. Aunque muchos pueden preocuparse por la supuesta limitación táctica, lo cierto es que cada una de esas unidades está compuesta por numerosos pequeños soldados, oficiales y androides de combate. Todas estas unidades se moverán como una sola.

Según la tecnología de la que disponga el jugador, estas unidades podrán transformarse en unidades mucho más poderosas, tales como tanques o vehículos que excavan por debajo de la tierra. Cada una de esas unidades superiores necesita una mezcla de unidades básicas diferentes, y el usuario descubrirá que cada escuadrón estará formado por innumerables unidades menores.

Cuando se elige crear un escuadrón superior, en pocos segundos se fusionan todas las unidades menores necesarias para llegar a crear una nueva unidad más poderosa. A pesar de todo, este sistema de cambiar la composición del ejército es difícil de seguir, y muchas veces el jugador se siente perdido al intentar localizar la unidad que acaba de crear o al echar en falta unidades menores que desaparecen.

Rivales

Al principio del juego, el enemigo principal serán los Scourge, los habitantes indígenas de la Psicoesfera. No se trata de enemigos especialmente complicados, bastante previsibles, que atacan como autómatas las estructuras del jugador. El Perímetro es muy útil para mantenerlos a raya mientras se construyen todas las estructuras defensivas necesarias para tal fin, ya que el gasto de energía del Perímetro es importante.

Sin embargo, llegará el momento en el que se darán enfrentamientos contra otras facciones humanas. Aquí se nota un importante aumento de la dificultad, gracias a la Inteligencia Artificial de la que hacen gala estos rivales. Como es lógico, tienen acceso a las mismas tecnologías y unidades que el jugador, y las diferencias entres razas son mínimas.

Los mapas de Perimeter no son demasiado grandes, por lo que los combates tienen lugar pronto y a menudo, en una batalla por la supervivencia. Así se adquiere una dinámica interesante y muy entretenida, ya que supone un constante ataque por parte del jugador al enemigo con la intención de destruir sus estructuras, sobre todo los edificios vitales, mientras intenta evitar la destrucción de su propia base.

Comparándolo con…

Perimeter no es Starcraft. A pesar de que en más de una ocasión se pueden llegar a comparar ambos títulos, sobre todo por las numerosas reminiscencias del juego clásico en Perimeter (tales como los menús o la barra de control), la verdad es que la comparación no tiene cabida. Son títulos muy diferentes en su concepción, con estilos diferentes, y dado que Perimeter presenta una nueva apuesta en el género, deben considerarse juegos diferentes.

Starcraft es superior a Perimeter, por variedad, diversión, estilo, control y diseño. Pero no por ello Perimeter es inferior, sino que se trata ya de una simple cuestión de gustos de los usuarios, que disfruten más de uno u otro título. A pesar de que Perimeter no consigue enganchar durante horas, como logra Starcraft y otros títulos del género, lo cierto es que sí gustará a muchos usuarios.

Lo que está bien

Lo que no está tan bien

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