Dragon Quest V, Impresiones (PlayStation 2)

Dragon Quest V no es solamente una entrega más del RPG más popular y querido en Japón, sino que supuso la entrada de la saga en Super Famicom, abriendo el juego a una nueva dimensión de gráficos y audio. Ahora se vuelve a repetir la historia mediante este remake.

Dragon Quest es el RPG más popular en Japón sin discusión alguna, y también el más importante. De su semilla nació el amor del país del sol naciente por este género, y también gracias a su éxito aparecieron los clónicos que intentaron emularlo, como Final Fantasy, que acabó convirtiéndose en su mayor competidor. Para conseguir esto, Enix hizo lo que los japoneses saben hacer muy bien: coger ideas, productos o conceptos occidentales y aplicarles su propia filosofía.

En concreto, Dragon Quest nació gracias a la inspiración que los desarrolladores tomaron de juegos como Ultima. Los juegos de rol para ordenador en aquella época no eran extremadamente populares en la latente industria japonesa de videojuegos de por aquel entonces, pero sí eran jugados casi obsesivamente por estudiantes en las universidades. Estos estudiantes pasaron luego a hacer ellos mismos juegos y usaron lo que ya conocían para crear un juego adaptado al gusto nipón, algo con un ambiente más "manga" y con algunas mecánicas novedosas que los hacían más accesibles que sus contrapartidas occidentales.

Así nació Dragon Quest en NES al que seguirían tres partes en la misma consola, a cual más exitosas. Pero llegó el obligado cambio generacional y Enix se preparó para usar la nueva tecnología de Super Famicom en su provecho. Dragon Quest siempre se ha apoyado en tres pilares fundamentales, su director, Yuji Horii, y los encargados del diseño y composición musical: Akira Toriyama (que no necesita presentación) y Koichi Sugiyama (uno de los compositores más aclamados dentro de Japón).

De este modo, al tener una consola más potente, se pudo hacer que el juego se pareciera más a la visión que estos tres genios tenían, resultando en un juego gráficamente muy rico, con diseños de criaturas que recordaban inmediatamente quien era el diseñador de estas y con una música excepcional, fruto de la perfecta unión entre un gran compositor y un gran chip de audio. La quinta entrega se convirtió en otro sonado éxito.

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De hecho, si se comenta que este remake ha vendido más de un millón de unidades en unas pocas semanas, sólo se estará dando fe del enorme tirón popular que tiene la saga. El motivo de esto es quizás que Dragon Quest es el juego más "casual" que existe dentro del mercado nipón. Al contrario del significado negativo que está cobrando esta palabra en el mundo de los videojuegos, esto no implica nada malo. En Japón hay gente que sólo tiene una consola para jugar al siguiente Dragon Quest, ya que no juegan a otra cosa, hay muchas personas que apenas tienen contacto con el mundo de los videojuegos, pero que cada vez que llega una entrega de la saga a las tiendas van a comprarlo de inmediato, es casi un patrimonio nacional y muchos han crecido con la saga, por lo que tienen un gran afecto por ella. Sólo hay que ver a  personas en apariencia desconectadas del mundo de los videojuegos como Masashi Kishimoto (el dibujante de Naruto), contar historias de su niñez con Dragon Quest como protagonista y fuente de inspiración.

Pero ya centrándose en lo que es el remake en sí, lo primero que destacan son los nuevos gráficos 3D con los que ha sido dotado el juego. Sin duda, no son punta de lanza tecnológica en el actual sector del videojuego, pero cabe destacar el enorme mimo que han puesto en recrear los paisajes del juego de Super Famicom a 3D con enorme exactitud. Cualquiera que haya jugado al original y a este seguramente tendrá una inmediata sensación de familiaridad, ya sólo el barco en donde se inicia la aventura está recreado de forma totalmente fiel al original, con las localizaciones, habitaciones e incluso objetos situados correctamente. La diferencia es que la nueva tecnología 3D y la mayor capacidad del soporte permite ver como el mundo que rodea al juego ha ganado en detalles y resulta más vivo, con entrañables cambios de día/noche, aves en el aire, personajes más detallados o diseños de monstruos clavados al de los bocetos originales, por poner algunos ejemplos.

El argumento está basado en diferentes generaciones de heroes, al estilo de otros juegos como Phantasy Star III: Generations of Doom. Al principio, das al protagonista un nombre, y empiezas la aventura con él de pequeño, acompañado por su padre, un héroe errante llamado Lord Papas. A partir de ahí, deberás controlar el mismo héroe en diferentes etapas de su vida, llegando a casarte y a tener hijos, que a su vez crecerán y podrán luchar contigo hasta que llegue el momento del relevo y sean ellos los que combatan solos, se casen y tengan hijos. La historia se desarrolla durante tres generaciones, con varias etapas cada una.

Gracias a este juego con el tiempo, se pudieron incluir todo tipo de elementos que acentuaban el punto fuerte de la saga: la exploración. Por ejemplo, en el juego hay un museo en el que puedes dejar cosas, por lo que las futuras generaciones verán lo que dejaron sus padres y abuelos. Muchos diálogos también están conectados con hechos que pasaron el pasado, a lo mejor coincidiste con algún personaje en el pasado y luego lo puedes ver en una situación completamente distinta al cabo de los años.

Los Dragon Quest tienen fama de juegos largos, y el quinto lo es, al igual que su remake, aunque arrastra un problema que ya tenía la versión original: es bastante sencillo. Al contrario que otros RPGs en la actualidad, Dragon Quest V es un juego lleno de posibilidades pero en el que resulta bastante complicado fracasar en la partida, por lo que los jugadores que buscan un reto quizás deberían mirar a importar la séptima parte para PSone (también de importación).

De cara a hacer el remake se han añadido algunas nuevas posibilidades que antes no existían. Una de las más destacables es que ahora tu equipo es de cuatro personajes, en vez de tres, por lo que las posibilidades para escoger compañeros de viaje son más amplias, al contrario que el original, en donde estabas muy limitado. Además se han añadido nuevas escenas, e incluido un juego de tablero nuevo que ya fue añadido en el remake del tercero para Super Famicom, manteniendo por otro lado el casino del juego original, en donde se puede ganar algún dinero mediante las apuestas.

Otra posibilidad nueva es la de ir cambiando personajes en mitad del combate, algo que no es permitido siempre, pero que añade mayor dimensión a algunas luchas, especialmente con ciertos jefes. Para compensar todas estas ventajas extra, se ha aumentado la fuerza de los monstruos, pero el juego sigue siendo bastante sencillo de jugar y no dará problemas a nadie en lo que a combates se refiere.

Siguiendo con el combate, una de las cosas por las que merece la pena este remake es por la completa remodelación de estos. Ahora todas las criaturas están en 3D y cuentan con animaciones. La perspectiva en primera persona de estos combates se mantiene, pero ahora se puede apreciar como las criaturas se abalanzan sobre ti y atacan a tu grupo, algo que no pasaba antes. El combate en primera persona hace que este sea muy rápido, ya que aquí no tienes que ver como tus personajes hacen sus movimientos, mucho menos ver tremendas proezas pirotécnicas en forma de interminables hechizos e invocaciones, de modo que las acciones se realizan muy rápido (algo que tiene pinta de desaparecer en la octava entrega).

La música, ahora orquestada por la Orquesta Sinfónica NHK ( que viene a ser la versión nipona de la orquesta de RTVE) y dirigida por el maestro Sugiyama, es otro de los motivos indudables para hacerse con este juego. La calidad del audio a través del DVD es excepcional y la composición es a todas luces brillante, muy sólida, cargada de matices y sin tener "puntos flacos" o canciones que sobresalgan sobre las demás.

En su día, el aspecto más popular de Dragon Quest V era el novedoso sistema de captura de criaturas. Al contrario que antecesores, la quinta parte no tenía algunos de los mecanismos que ya habían aparecido en la saga en cuanto a sistema de trabajos para los jugadores y habilidad para configurar tu grupo. De hecho, DQ V peca bastante de cierta linealidad en el desarrollo de los personajes, ya que aunque tengas cierta libertad para formar una familia, los hijos siguen siendo los mismos hagas lo que hagas, y apenas tienes posibilidad de desarrollarlos a tu gusto (los personajes ganan habilidades y hechizos automáticamente cuando suben de nivel, sin darte voz ni voto).

El sistema de captura de criaturas fue ideado para compensar esto, añadiendo así toda una nueva dimensión al juego, pudiendo capturar criaturas y luego usar sus habilidades en tu provecho (lo que más tarde acabaría en convertirse en Pokémon, aunque Enix también aprovechó esta popular novedad para introducir un spin-off en la saga: Dragon Quest Monster). Es una característica muy divertida del juego y que añade una gran profundidad por la gran cantidad de criaturas que hay, aunque no llega al nivel de Pokémon, que es un juego dedicado solamente a eso.

No hace falta decir que otro de los atractivos propios de este remake, aparte de la excelente portada, es la inclusión de un DVD sobre Dragon Quest VIII, que contiene un trailer oficial y un extenso metraje de una partida jugada normalmente, mostrando el juego en un sorprendente acabado, que hace pensar en el que el desarrollo va viento en popa. Sólo se puede decir del metraje que es simplemente impresionante, Dragon Quest VIII está llamado a revolucionar la saga y se nota que en su desarrollo se están teniendo en cuenta ciertos puntos para abrirlo al mercado internacional, uno de los puntos pendientes de la saga.

Con un poco de suerte, Dragon Quest V será el último de la saga que no se vea en Europa, y quién sabe, puede que el (deseado) éxito que llegue alcanzar la octava parte motive a Square Enix a traer los juegos que los europeos no han podido disfrutar durante tantos y tantos años, tal y como ha pasado con Final Fantasy.