Impresiones: Double Dragon Advance (GameBoy)

Los Dragones están a punto de regresar. Aquí ya hemos podido echarle el guante a este remake para Game Boy Advance, y lo cierto es que todo el espíritu del original está presente. La duda está en saber en sí ese espíritu será suficiente para las nuevas generaciones de jugones.

Double Dragon es un mito. Puede que a no todo el mundo le suene, y puede que no todo el mundo lo viviera en su día, pero este sencillo arcade de lucha supuso para muchos una revelación, una fuente de diversión ilimitada, en un momento en el que dominaban las 2D.

Double Dragon fue un juego que representó a un género en su día: Las luchas callejeras de uno contra todos. Bueno, uno o dos, del mismo modo que Final Fight, u otros muchos clásicos de la época. Sin embargo Double Dragon tenía muchos puntos que lo hacían especial, y que por supuesto están en este remake.

Así que entrando en materia, es el momento de hablar de este juego. Al hacerlo, estaremos hablando también del juego original, así como de su conversión a NES, aunque con gráficos de GBA.

Como ya se ha dicho, Double Dragon Advance es un juego de lucha de uno o dos contra todos los demás. Se avanza por la pantalla y van saliendo enemigos sin parar, a los que hay que derrotar a base de golpes, llaves, y las armas que van apareciendo.

A pesar de que el juego está creado bajo 2 dimensiones, hay profundidad en el escenario, por lo que además de desplazarnos hacia izquierda y derecha, también se puede hacer ir o venir desde el fondo.

La lista de movimientos es un poco limitada, como suele ser habitual en este tipo de juegos, pero permite unas interesantes combinaciones. Hay un botón para puñetazo, otro para patada, otro para cubrirse y otro para saltar. Y ahora vienen las combinaciones: pulsando repetidamente patada o puñetazo se hacen pequeños combos que acabarán con el enemigo en el suelo.

Pulsando ambos a la vez se pueden hacer golpes más demoledores, como un cabezazo o un gancho devastador. Pulsando salto y patada se puede hacer una patada en salto, muy útil al estar rodeado. El botón para cubrirse sólo dura un segundo una vez pulsado, pero si acertamos con el golpe enemigo, no sólo lo pararemos, sino que le haremos una contra que acabará con él en el suelo.

Además, si damos un par de golpes a un enemigo, lo dejaremos atontado, lo que permitirá, si nos acercamos, agarrarlo y rematarlo fácilmente.

Gráficamente, el juego nos ha dejado un poco fríos. Tiene un aspecto decente, pero una GBA puede hacer esto y mucho más con facilidad. Los nostálgicos lo encontrarán muy atractivo porque les recordará el juego original de gran manera, cosa que seguro se buscaba a propósito, pero las nuevas y más exigentes generaciones muy probablemente lo encuentren algo soso.

El aspecto sonoro se compone de lo clásicos sonidos de golpes y unas melodías bastante machaconas, aunque pasables debido a que animan relativamente bien las contiendas. A fin de cuentas, repartir caña es algo que cualquier música de ritmo rápido puede hacer, incluso si se repite demasiado.

Las armas, que suelen aparecer en este tipo de juegos, le dan un toque de variedad. Tenemos látigos, cuchillos, bates de baseball, dinamita. Claro que para poder usarlas, primero hay que quitárselas a los enemigos. Y ellos no dudarán en hacer lo mismo con nosotros, ya que nos darán una importante ventaja si las cogemos.

Pero a pesar de todo, la jugabilidad no es apta para todos lo públicos. Como todos los juegos de lucha callejera, ofrece una diversión directa, rápida, y repetitiva, por lo que el jugador debe saber lo que le espera. Es un juego ideal para jugar una partida en cualquier sitio, a cualquier hora, pero sin ningún tipo de profundidad.

Por supuesto, la gran opción es el motivo del título: Double Dragon. Y es que lo mejor es jugar a dobles con otro amigo que tenga la consola, un cartucho del juego, y el cable link. Así las partidas ganan mucho, pues lo más divertido de este tipo de juegos es participar en modo cooperativo, cosa que pocos juegos pueden permitirse.

Y esto es todo por el momento. El juego tarde o temprano llegará a nuestro país, y entonces haremos un análisis en profundidad, aunque las primeras impresiones son positivas y negativas al mismo tiempo. Un gran clásico resucitado, pero sin las suficientes mejoras para su puesta al día. El precio decantará la balanza en su momento.