La consagración de una saga...

Puede que a algunos no les sorprenda, pero todo buen amante del género de rol que decida darle una oportunidad a esta nueva entrega de esta semidesconocida saga saldrá gratamente impresionado. Twilight of The Spirits consigue conjugar buena cantidad de elementos que pueden engancharnos a la pantalla…

Satisfecho. Muy satisfecho. Y admito ser uno de los sorprendidos de los que hablaba en el encabezado de la página. Supongo a que se debe a que tal vez tenía una ignorancia casi supina acerca de las evoluciones de la serie. Sé que tuvo un relativo éxito en Japón en sus primeras entregas para la PSone, que apenas se conoció en Europa hasta un recopilatorio hace algunos años, y que cuando fue lanzado a principios del año pasado en territorio nipón se supo que llegaría aquí.

Y como el hecho de que sea un gran aficionado a los RPGs, tanto a los que llegan a Europa como a los que no llegan, no pasa desapercibido a casi nadie, se me encargó la tarea de analizarlo. Y una vez más (y ya van…) puedo estar agradecido de haber realizado dicha labor que me ha dado la posibilidad de jugar a un título que, casi con toda seguridad, de otra forma no hubiera hecho.

Y la razón de ese planteamiento ha sido el poco bombo y platillo que se le ha dado a este Arc the lad: Twilight of the Spirits, que ha llegado a Europa traducido como Arc: el Crepúsculo de las Almas. Es por ello que a priori no estaba preparado para gozar de la calidad que el juego atesora, en lo que me pareció a mi como una interesante mezcla entre Suikoden III y Dragon Quarter.

Y es que si el año pasado el género del RPG nos sorprendió muy positivamente a todos, con títulos que además tuve el placer de analizar para MeriStation (como Suikoden III, Xenosaga, Breath of Fire V…), este año 2004 parece que se mantendrá la tónica de buen hacer por parte de los fabricantes, lo cual es de agradecer. La primera perla, bajo mi parecer, llega de la mano de Cattle Call para la consola de SONY. Veamos que tal se presenta.

Sin embargo, empezar relatando la historia anterior a CDLA sería casi anecdótico, ya que la localización del juego sucede cientos de años después de los acontecimientos de las primeras partes. El corazón del argumento del juego reside, como en tantos otros, en la dualidad de dos partes opuestas enfrentadas entre sí en las que, sin embargo, cada una tiene su parte de razón.

La historia gira principalmente sobre dos protagonistas, Kharg y Darc. El mundo ha quedado dividido en dos partes, habitadas a su vez por dos razas que se odian entre sí. Kharg, hijo de Nafia, es un joven príncipe huérfano tempranamente elegido como jefe de la defensa de lo que cree su ciudad natal, Yewbell, y el amor por su pueblo contrasta con el odio irracional que siente contra la raza rival, los Deimos.

Tras los primeros pasos con Kharg, la historia nos introduce a Darc, el teórico antagonista de Kharg, que tiene como objetivo alzarse como líder de los Deimos a toda costa. Como es de imaginar, su destino se cruzará en determinadas ocasiones y dará lugar a situaciones de notable interés dramático ya que, como dije, el juego está claramente dirigido por la fuerza de su guión.

Pero eso no es todo lo que vamos a encontrar en el juego. Hay magia, hay otras subrazas, hay peleas aleatorias (sí, sé positivamente que no es del agrado de todos, pero es lo que hay), hay numerosos personajes secundarios dotados de un gran carisma, hay triángulos amorosos, un sinfín de localizaciones distintas, hay un doblaje al castellano bastante bueno… en fin, hay un buen RPG.

Pero no solo el pueblo principal, sino tanto la casa de la Bruja, los bosques (excelente la zona de la cascada), la nave espacial… todo resulta bastante pintoresco y de una calidad más que aceptable. Destacables también los contrastes de cuando jugamos con Kharg o con Darc, donde parece que cambie aposta incluso la paleta de colores, para enfatizar aún más el extraño contraste que rodea ambos personajes.

La verdad es que, a nivel general, el juego luce bastante bien. No es el más espectacular que hemos visto en ninguno de los campos: no tiene las CGs de Xenosaga, no tiene el detalle de Final Fantasy X (el verdadero rival a batir en este aspecto), no, no tiene nada de eso, es cierto, pero como apuntaba antes tampoco lo necesita, en lo que considero una gran virtud de CDLA.

El punto más flojo tal vez sea en la falta de emotividad y expresión de los personajes al acercarse en los primeros planos. Y no puedo deciros exactamente el porqué, la verdad; tal vez sea la falta de sincronización labial al hablar entre ellos, o el hecho de que cuando se están diciendo algo verdaderamente importante no actúan como si en realidad se estuvieran diciendo algo importante. Falta… como os lo diría… credibilidad, supongo.

Y no es que sea un punto flaco global del juego; por ejemplo, cuando empiezan los combates los personajes son grandes y bien detallados. Tienen esa calidad de texturas que falla en los momentos que, en realidad, se hicieron para lucimiento de los grafistas, para que digamos 'Oh!' y 'Ah!'. Además, las voces de ánimo entre ellos ayudan a animar un poco los, os lo detallaré más adelante, ligeramente lentos combates. Es decir, que Cattle Call sabe hacerlo bien, solo que no lo ejerce en todas las facetas.

Y como claro ejemplo de eso, bajo mi punto de vista, es la música. Sólo hay una, repito, UNA sola melodía que me gustó y que encontré muy apropiada al mundo medieval de Arc: la de Yewbell. Todo lo demás, en serio, debería hacerse de nuevo. Justo al acabar la primera parte de Darc, por poneros un ejemplo sin spoilers, nos encontramos ante una pelea de aquellas épicas: y qué suena? Pues... como poneros un ejemplo: es como si vais a una discoteca heavy esperando encontrar Iron Maiden y suenan los Chunguitos. No es que tenga nada especial contra los Chunguitos, pero no os sonarían fuera de lugar? Pues eso.

Eso si, sorprendentemente para mi el juego viene totalmente traducido, doblado y localizado al castellano. Expresiones como 'flipar' que se encuentran en determinados puntos dan buena cuenta a que alguien se ha puesto las pilas para que no solo el texto tenga sentido sino que además lo tenga en su contexto. Premio a Sony por la publicación de un juego en perfecto castellano. A ver si cuaja el ejemplo.

Aunque los combates se realizan por turnos al viejo estilo, cada personaje dispone de una serie de puntos de movimiento (invisibles) que les permiten desplazarse hasta determinada posición en el campo de batalla. Tras realizar el movimiento, podrá efectuar cualquier acción de su repertorio independientemente de cuánto se haya movido, a diferencia de Dragon Quarter.

Esto añade un componente estratégico muy importante en el juego, al tiempo que simplifica bastante el combate. Cada luchador tiene un arma con un ángulo de pegada característico; por ejemplo, un arco tiene mayor alcance que una espada, no? Pues si colocamos al personaje de forma que tuviera en línea a 2 o más enemigos, al disparar la flecha alcanzaremos a todos ellos.

CDLA reconoce también la posición desde la cual golpeamos a nuestros enemigos o desde la que somos golpeados. Es decir, conseguir un golpe crítico es mucho más fácilmente posible cuando posicionamos a los protagonistas a la espalda de nuestro objetivo y, del mismo modo, tendremos que tener en cuenta tanto la posición propia como los puntos de movimiento ajenos ANTES de acabar nuestro turno.

Al igual que también ocurre en Dragon Quarter, es posible interactuar con el escenario durante el combate, si bien no del modo que lo permite la quinta entrega de Breath of Fire o incluso Xenosaga. Me explico: nada podremos hacer para obtener ventaja previo al inicio de la batalla, pero sí que será posible explotar barriles, destruir cajas y aprovechar los elementos incluidos en el entorno.

Ya que el dinero, al igual que en esta vida, no se consigue de los árboles, del mismo modo tendremos que recogerlo del que suelten los enemigos durante un enfrentamiento. Cabe destacar que si no lo hacemos mientras quede por lo menos 1 sólo enemigo en pie, cualquier objeto que quedara en el suelo desaparecería por arte de magia. El por qué? Es simple. La avaricia rompe el saco, es cierto, y más de una vez he resultado muerto en combate por querer recoger esas gemas…

Para que nos entendamos, cada personaje dispone de una determinada capacidad de llevar piedras de espíritus. Los espíritus son entidades ancestrales que abandonaron el mundo hace miles de años y que ahora, viendo las cosas tal como están, quieren volver. Pues bien, tanto la energía para las cosas cotidianas del mundo como para utilizar habilidades especiales, se requiere determinada cantidad de esas piedras.

Los personajes ganan nivel conforme avanzan en combates (mediante un sistema de puntuación complejo) y al mismo tiempo adquieren puntos de habilidad. Estos puntos de habilidad les permiten aprender las habilidades especiales, pero no al estilo de Final Fantasy VIII, en el que las aprenden poco a poco, sino de golpe una vez se poseen los puntos necesarios. El sistema recuerda bastante al empleado en Xenosaga, por ejemplo.

Como ya dije, esas habilidades consumen piedras de espíritu que deberán recogerse en mitad del combate cuando las suelten determinados enemigos, como si fueran un objeto más. Por supuesto que al acabar el lance todo lo que no hayamos recolectado se perderá, aunque dichas piedras también pueden comprarse a los vendedores locales de cada ciudad (aunque dicho sea de paso, el dinero escasea. Más vale recogerlas del suelo).

Algunos personajes, no obstante, no tan sólo podrán utilizar determinados golpes especiales, sino que también hechizos afiliados a determinados objetos como por ejemplo, un dos tres, responda otra vez, un medallón del viento. Y oh, sorpresa, Kharg y Darc poseen la mitad cada uno. Conocer los alcances y las debilidades de nuestros enemigos nos proporcionará, una vez más, una tremenda ventaja para avanzar en el juego.

El verdadero problema del juego en este sentido es, no obstante, el hecho de que prácticamente no es necesario usar ninguna habilidad especial o hechizo para acabar con nuestros adversarios. He utilizado la opción de curarse en algunas ocasiones o para determinados ataques a distancia ya que no llegaba con mi arma, pero poco más. Además, dichos ataques requieren una insana cantidad de piedras y obligan incluso, en más de un caso, a necesitar ocupar un espacio de inventario con una bolsa extra para llevar piedras de espíritu.

Por lo demás, CDLA sigue un esquema bastante común. Los puntos de vida de los personajes no deberían llegar a 0 puesto que, de sucederles a todos en un mismo combate, se terminaría la partida y nos veríamos obligados a empezar desde el último punto de guardado que, debo añadir, no abundan demasiado. De todos modos, si usamos la cabeza, no deberíamos morir con demasiada frecuencia.

En cuanto a las armas, Cattle Call no ha apostado por un sistema de ir cambiando cada vez a un arma superior, sino que para mejorar las puntuaciones de ataque y defensa se ha optado por un sistema de actualización de las herramientas, basadas en un número de 'ranuras' que poseen éstas en las que podremos ir añadiendo accesorios. Como viene siendo habitual, la mejor siempre suele ser la más cara.

El mapa del juego (o los mapas del juego, que hay varios) recuerdan al utilizado en Final Fantasy Tactics Advance o también al X. Marcamos a donde queremos ir con un puntero y el personaje se dirige allí paseando. Eventualmente, al pasar por determinadas localizaciones, puede darse la situación de que nos encontremos con un combate, pero desde luego éstos no serán tan frecuentes como en las entregas de la saga de Square.

Respecto a su duración, apartado que prometo incluir a partir de ahora en todos mis textos a instancias de las sugerencias que nos hacéis llegar, os puedo decir que se alarga hasta las 30 horas por lo menos, que son las que llevo y aún no lo he terminado (aunque no me debe quedar mucho). Me consta que hay dos personajes secretos que conseguir, pero admito que aún no lo he conseguido.

Pues bajo mi punto de vista, si eres un amante de los buenos RPGs, de aquellos en los que prima la buena historia que nos quieren contar, aquellos a los que les podemos perdonar la linealidad del guión (ves aquí, vuelve allí), aquellos que tienen un sistema de batalla lento pero efectivo, aquellos que otorgan carisma a sus personajes, aquellos que rinden lo que pagamos por ellos… entonces sí, os gustará. Si no sois capaces de ver más allá de sus escasos pero vistosos defectos, seguramente os estaréis perdiendo un buen juego de rol. Yo ya no puedo hacer más.