El juego que pudo reinar

Los arcades de toda la vida, esos en los que uno no tenía que preocuparse más que en disparar a todo bicho viviente mientras iba saltando de plataforma a plataforma, regresan de la mano de Metal Arms, un sorprendente juego que llama la atención precisamente por algo de lo que huyen la mayoría de productoras de software: un planteamiento sencillo.

Por supuesto, hay excepciones, y aunque ya hace mucho que no vemos triunfar a un juego que no se vea acompañado de una gran campaña de márketing y que no esté presentado por millones y millones de polígonos, los títulos que, además, han ofrecido cosas detalles interesantes, ya sea en la idea en la que están basados o en su jugabilidad, parecen ser más numerosos día a día.

Los diseñadores de juego han visto revalorizada su posición al darse cuenta el sector de que, sin ellos, el mercado estaría copado por títulos exactamente iguales en su base, y que únicamente variarían en sus características técnicas. Mentes creativas las de Peter Moulyneaux o Tetsuya Mizuguchi, por nombrar tan sólo a dos, se han convertido en el referente de un mercado que intenta, a marchas forzadas, convertirse en la principal industria de ocio del mundo, por delante de otras tan consagradas como el cine o la música.

Así, las grandes superproducciones del mundo del videojuego poco tienen que envidiar a las costosas cintas que se estrenan cada fin de semana en las pantallas grandes de todo el planeta. Y las adaptaciones de éstas al conocido como octavo arte rivalizan en espectacularidad; tan sólo hay que echar un ojo al impresionante despliegue infográfico orquestado por Electronic Arts en las conversiones realizadas de la trilogía del Señor de los Anillos de Peter Jackson.

Pero no todos los juegos intentan convertirse en fastuosos espectáculos audiovisuales. Hay otros, otra raza, que, a partir de una idea, ostentan apartados técnicos únicamente concebidos para orquestar ese concepto, priorizando sobre todo la experiencia jugable. También los hay que consiguen repartir esfuerzos para crear un producto tan visualmente atrayente como portador de una jugabilidad más que interesante.

El género de los títulos de acción típicamente se ha visto aquejado de una falta de originalidad casi preocupante. Pocos han sido los juegos que realmente han aportado algo más que un apartado técnico de ultimísima generación. Entre ese puñado de títulos innovadores encontramos a Halo, una de las referencias actuales del catálogo actual de Xbox.

Su gran calidad no se había traducido, hasta la fecha, en algún juego que siguiera su estela, por lo menos en su planteamiento. Con Metal Arms esta falta de 'imitadores' se ha subsanado. La producción de Vivendi intenta recoger lo mejor de la obra de la ahora First Party de Microsoft en un título multiplataforma que también aparece para la 128 bits de los de Seattle.

Las texturas de los personajes están muy trabajadas, algunas más que otra. Por ejemplo, la que cubre el cuerpo de Glitch es especialmente vistosa. Todas ellas reflejarán el estado del individuo al que pertenezcan. Así, cuando la energía de los individuos esté baja, de su cuerpo irán brotando chispas, abolladuras y demás muestras de un estado de salud bastante precario, como si estuvieran a punto de sufrir una avería.

En cuanto a los personajes, el diseño de los robots recuerda a la forma de los monos; quizá tenga algo que ver que el estudio al que Sierra ha encargado la creación del juego se llame Swingin' Ape Productions. El resto de la fauna - mecánica y natural - será de lo más variada, encontrando desde extraterrestres con malas pulgas hasta engendros mecánicos voladores.

Esta película a modo de intro deja ver algunos de los aspectos que más tarde se harán evidentes a lo largo de los niveles. Uno es el desenfadado diseño que preside la aventura; el otro es el gran tamaño con el que han sido creados los personajes, tamaño que ya hemos destacado anteriormente.

Así, Glitch causará estragos allá por donde pase. Las marcas de los disparos permanecerán en las paredes. Dependiendo del tipo de ataque la marca resultante será una u otra; así, por ejemplo, si los disparos son de balas la muesca será un pequeño boquete. En cambio, si el proyectil es un láser en la pared quedará como una mancha fosforescente que indicará el lugar en el que el impacto se ha producido.

Las explosiones son muy espectaculares, y en ellas se puede apreciar el gran trabajo realizado a la hora de implementar el control de partículas - fragmentos que irán volando a diestro y siniestro. Otro de los efectos destacables son aquellos que antañen a la emulación de la luz muy trabajados.

Como los escenarios son muy oscuros, y transcurren debajo de tierra, al más puro estilo Arx Fatalis, Glitch irá con una linterna como si de un Silent Hill con reminiscencias cibernéticas se tratara. Otra forma de lucimiento de los encargados del apartado gráfico de este título.

Además de ir perdiendo miembros por el camino, los personajes irán dejando ver en sus 'carrocería' los impactos de los disparos, llenándose de abolladoras y boquetes como si de chatarra se trataran.

Mención aparte merecen las bromas que los enemigos harán cuando consigan reducirnos ( si es que lo logran).

Entre ellos encontramos una especie de Warthog que podremos controlar en algunas fases que parecen sacadas de un Road Rash o de un Crash and Burn. Conduciendo el jeep con ametralladora incluida uno no puede sino echar de menos un modo cooperativo en el que uno de los jugadores controle el vehículo y otro se encargue de ametrallar a los malos de turno.

La posición de los enemigos en el radar tan sólo se hará evidente cuando estos se muevan. Si permanecen quietos, como cuando se limiten a defender una posición, no habrá más forma de averiguar su presencia por medio del contacto visual.

Habrá algunos enemigos que se pasarán a vuestro bando si les ayudáis a superar los trances en los que se encuentren. Por ejemplo, si os encontráis con unos monstruos que han caído en las garras de una banda de desaprensivos y los liberáis, éstos lucharán a vuestro lado hasta que encuentren la muerte, cual seguidores de un estricto código de honor oriental.

El arsenal disponible es muy elevado.Aunque la mayoría estarán limitadas por su munición, otras tendrán disparos infinitos, pero se irán calentando si las usáis muy seguido, por lo que entre ráfaga y ráfaga más os vale dejar que se enfríen si no queréis quedaros desarmados durante unos valiosos segundos. Algunas de las 'herramientas' tendrán una presencia casi anecdótica, ya sea por su potencia

Las armas podrán ser potenciadas en las tienda ambulante por un módico precio. La forma de amasar una fortuna es recoger los aros que los enemigos irán soltando a medida que les enviéis al otro barrio. Por cierto, no tengáis prisa en recogerlos, pues no desaparecerán en un tiempo determinado. Mejor que os encarguéis primero de acabar con todo bicho viviente antes de empezar la colecta...

Los checkpoints de guardado automático, colocados estratégicamente tras completar cada miniobjetivo, evitarán que cada vez que os liquiden tengáis que empezar desde el principio del nivel. Sin embargo, si apagáis la consola y continuáis la partida otro día tendréis que recorrer la pantalla en la que lo dejásteis la última vez desde su mismo inicio.

Por los niveles habrá desperdigados algunos items, como los Secret Chip, que os permitirán desbloquear niveles multijugador extra en los que os podréis enfrentar con hasta 3 de vuestros amigos. Para encontrarlos a todos tendréis que recorrer unas cuantas veces cada nivel, porque algunos de ellos estarán verdaderamente escondidos.

Otros objetos que podréis recoger son, además de las armas, bonificadores de energía con los que rellenar vuestra maltrecha barra o incluso baterías auxiliares con las que multiplicar la resistencia de Glitch, aumentando así considerablemente sus opciones a la hora de superar los niveles, la dificultad de los cuales irá, irreversiblemente, in crescendo.

Ir recorriendo los escenarios no será la única forma de obtener objetos, sino que también podréis adquirirlos en algunos comercios de droides distribuidos a lo largo de las fases. La implementación de éstos es muy original, y cuando los veáis seguro que os vienen a la cabeza las tiendas de Ratchet and Clank.

Dependiendo del nivel de dificultad, las tácticas desplegadas por los enemigos serán más o menos avanzadas, pudiendo éstos desplegarse en abanico, realizar emboscadas, cubrirse entre ellos, etc. Liquidar a los malos de turno pocas veces fue tan divertido. Qué lástima que no haya cooperativo...Un gran trabajo.

Podrán participar 4 personas simultaneamente pero, por desgracia, no será posible hacer que bots controlados por el computador participen en la acción. Eso sí, estarán disponibles todos los vehículos que aparecen en el modo Historia. Los piques están servidos.

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