El nuevo Space cowboy

Como suele ocurrir en los shooter multiplataforma, la versión PC llega siempre mejorada, en esta ocasión con unos gráficos más pulidos gracias a las posibilidades de las tarjetas gráficas y un doblaje al castellano formidable. No obstante sus limitaciones jugables ponen en duda el interés ante un título que aporta poco.

Debido a cuestiones ajenas al juego, Mace Griffin ha tenido una aparición algo extraña en el mercado; para empezar, su versión GameCube fue anulada poco antes de la fecha de lanzamiento y a día de hoy la aparición en PC para Estados Unidos sigue en el aire. Continúen o no los acontecimientos tal como están, a las versiones de PS2 y Xbox y de la mano de Warthog se une la de compatibles. El tan saturado género de los fps hace hueco a un nuevo miembro.

Antes de profundizar, quisiera dejar claro que estamos ante un título con un solo modo de juego, el singleplayer. Quizá en las versiones de consola esto no sea algo primordial, pues no está tan masivamente extendido, pero considero que en PC es un handicap enorme. Debido a esto, aquellos que sientan pasión por jugar en red deben considerar la nota restándole entre 2 ó 3 puntos, dependiendo de lo importante que consideren esta carencia. Veo necesario matizar esto pues en los shooters comienza a agravarse la tendencia de juegos enfocados al multijugador frente al single. Una vez comentado esto, a fin de que nadie se lleve a engaño con la puntuación, veamos lo que el título guarda en sus entrañas.

Gráficos y sonido

Nos encontramos ante un juego que se sustenta de una premisa muy clara: La cantidad antepuesta a la calidad. La obsesión por el detalle obligan a escenarios pequeños, juegos cortos, y al final se termina pagando por unas pocas pero intensas y detallistas horas. En el extremo de esta tendencia se encuentra Mace Griffin. Aquí habrá detalles, alguna sorpresa escondida, pero el objetivo del diseño es evidente: grande, todo grande, cuanto más grande mejor. Lo que se sacrifica por un lado se gana inevitablemente por otro.

Cierto es que las texturas no son nada del otro mundo, y que para disimularlo han abusado del efecto especular. Pero ver desde el espacio un gigantesco asteroide, acercarnos a él con nuestra nave, entrar por una de sus compuertas, divisar el hangar y aterrizar en él, descender de la nave, hablar con quien nos recibe y entrar en los complejos habitables y comenzar a pegar tiros, todo sin una ralentización ni pérdida de suavidad, tiene mucho mérito. Apenas si habrá tiempos de carga.

Las transiciones entre las fases a pie y las de vuelo no existen, nosotros entramos en la nave y ponemos nuestras manos en los controles, la llevamos donde queremos y descendemos a nuestro gusto. En ambas el motor tridimensional será el mismo, compartiendo por ello la rapidez y suavidad de movimientos, permitiendo una calidad muy alta durante el juego incluso en equipos con los requerimientos mínimos.

Pese a que en las localizaciones pequeñas, como pasillos, se adolece de cierta simpleza en la arquitectura de los escenarios, es en los grandes almacenes y demás localizaciones amplias donde Mace Griffin demuestra su potencial, rompiendo las últimas tendencias de enfrentamientos contra sólo dos o tres enemigos a la vez. Aquí no serán extraños los combates contra 8 o 9 rivales simultáneos, cada uno con su propia estrategia, en base a una IA notable. Estos combates multitudinarios, jugando en normal o difícil, llegan a ser frenéticos, obligándonos a un alto grado de sigilo, escondiéndonos en cualquier rincón para evitar ser pasto de las granadas y limpiando los pisos superiores de francotiradores escondidos en las alturas, sin dejar de controlar al resto.

No todo son virtudes en el aspecto gráfico, ni mucho menos. Sinceramente, el sombreado de que dispone el juego resulta un tanto mediocre para nuestros días, y las texturas son demasiado chillonas y brillantes; todos los escenarios parecen iluminados con bombillas de 200W. Otro gran defecto es la física del juego, muy anticuada y surrealista, con unas granadas que reaccionan ante los impactos igual que pelotas de tenis - he llegado a devolvérselas a los enemigos de un cabezazo -, y naves que chocando a toda velocidad, salen rebotadas como coches de una atracción de feria.

Pero es en el aspecto sonoro donde gana muchos enteros. A la formidable banda sonora se le añade un doblaje al castellano con actores que os sonarán de películas de televisión, y repleta de destellos de calidad. Cierto tipo de enemigos extraterrestres serán propensos a insultarnos - sobre todo si los hacemos enfadar -, y nos soltarán lindezas del tipo "te voy a destrozar, sucio mono", o "púdrete, escoria humana". La labor en este sentido es para quitarse el sombrero. Por lo general, los fx, aunque no muy abundantes, también rayan a buen nivel.

Guión

En 2784, un grupo de grandes empresas fundó el servicio de policía Enforcer en el sistema Vagner. Su cometido era proteger los intereses de estos negocios y a los colonos respetuosos con la ley. En el ejercicio de sus funciones, los Enforcers realizan numerosas misiones, como combatir la piratería, al contrabando y servicio de escolta. Muchos de sus miembros pertenecen a los antiguos Rangers, que abandonaron su puesto, casi siempre en contra de su voluntad, para convertirse en cazarrecompensas. Eres un ex-Ranger traicionado, ¿Qué mejor forma de poner las cosas en su sitio que entrando en los Enforcers?

Recurriendo al ya tan manido tema de la venganza, la trama de juego se limita a ponernos en situación; sabemos que el protagonista quiere justicia, y el resto vendrá rodado. Una tras otra, las misiones nos llegarán por alguien importante del gremio que como sólo menciona su nombre una vez, enseguida lo olvidaremos. Tenemos aquí otro de los puntos flojos del juego, el carisma.

De no ser por el título del juego, tampoco recordaríamos que el protagonista se llama Mace Griffin. Siempre que le preguntan, el pobre responde "Soy Ranger".  ¿Quién eres? "Soy Ranger" ¿Tienes hora? "Soy Ranger". Carece de personalidad, como el resto de supuestos secundarios a los que para variar tampoco recordaremos una vez los perdamos de vista. Sé que es un fps, y como tal adolecer de una buena historia es casi una norma. Pero empieza a molestar que los desarrolladores no tengan inconvenientes al pensar "como es un fps, pondremos cualquier cosa, porque cualquier cosa vale". Algún día alguien se dará cuenta de que el género de los fps es el más propicio para desarrollar la personalidad de los personajes, gracias a la subjetividad. Mientras tanto seguiremos soñando.

Por suerte las misiones son variadas. Viajaremos a minas, ayudaremos a unos granjeros para evitar que unos contrabandistas les roben sus Gados, unas criaturas de casi treinta metros de altura. Nos adentraremos en el templo de una secta tecnológica y hasta prestaremos nuestros servicios a un magnate que viaja en una nave vacacional, parecida a un gigantesco transatlántico espacial. Si la historia de base es mala, al menos se subsana con el atractivo de las misiones por separado.

Jugabilidad

Es un shooter puro, tanto que ni nos complicaremos la vida buscando llaves, lo que no quiere decir que carezca de objetivos por cumplir. En general la dificultad está muy ajustada, pero nunca dispondremos de la opción de salvar, el juego usa unos "puntos de control" bastante alejados entre sí, con lo que nos sumergiremos más en la acción - algo directamente relacionado con la escasez de vida y munición que tengamos en ese momento -. Pero que puede resultar bastante molesto, sobre todo a los acostumbrados al "quicksave" debido a que los escenarios son muy funcionales, con muchas plataformas y elementos móviles -incluso carretillas en las que viajaremos- y muchas acciones habrá que repetirlas por caídas involuntarias.

Afortunadamente pica lo suficiente para que no desistamos, pese a cierto desnivel en la jugabilidad. El título comienza un poco flojillo - si alguien lo conoce, me ha recordado al desconcierto que se siente al principio de Head Hunter, otro título de cazarrecompensas -, y poco a poco sube nuestro interés a medida que ganamos armas y las misiones se vuelven más sugerentes. Pero luego, aproximadamente por la mitad, se produce un pequeño bajón, las misiones empiezan a resultar monótonas... y las fases de vuelo se vuelven un tanto peliagudas.

El manejo de las naves - porque usaremos varios modelos - es de lo más arcade que se pueda imaginar; para hacerse una idea se asemeja a jugar bajo el agua en el modo a pie, o a otros juegos tipo Descent o Forsaken. Pero arcade no es sinónimo de fácil. El problema viene de la forma en que están planteadas las fases de vuelo, la forma de elegir objetivo y, sobre todo, el aguante y velocidad de los rivales. Estas fases son vertiginosas, a muchos incluso les resultará mareantes, con infinidad de giros bruscos y naves en pantalla danzando como moscas, que perfectamente pueden superar la veintena sin incluir asteroides y desechos flotando. Casi siempre que en una misión exista un enemigo distinguible como líder, acabará escapándose con su nave y deberemos darle caza evitando que huya. Y nunca peleará solo. Se trata de la faceta más complicada del juego.

Otros dos puntos discutibles son la linealidad del título y la dificultad de saber si hemos acabado con los enemigos o no. Dificultad porque en este juego no hay desmembramientos, no hay forma de saber si aquel enemigo sobre el que hemos echado una ráfaga de ametralladora está cayendo muerto al suelo o se prepara para hacer una voltereta y esconderse, ya que sólo le hemos dañado la armadura. Siempre derrocharemos munición, gastaremos un cartucho de más para confirmar que los rivales mueren; infinidad de veces los enemigos caerán al suelo por un escopetazo en el pecho, y tras unos segundos se levantarán de nuevo.

El tema de la linealidad es más preocupante. En la pantalla aparecerán unos mensajes que serán los objetivos que habrá que cumplir, unos mensajes que nos restarán toda libertad, subordinando nuestra capacidad de elección al mínimo. Nunca se ha visto un cazarrecompensas más sumiso que Mace Griffin. Tendremos libertad de cara a los combates, pero si en pantalla aparece "tienes dos minutos para hacer tal cosa", olvídate del resto del mundo si no quieres ver la pantalla de Fin del Juego transcurrido ese tiempo.

Estrategias y trucos

Más que una estrategia o truco, es un consejo para mejorar el rendimiento. Existe en las opciones gráficas una casilla en la que pone "efecto de movimiento rápido", y que está activada por defecto. Desactivándola, el frame rate se incrementa permitiéndonos activar cuantos filtros queramos sin pérdidas en el refresco de imágenes. Es una opción extraña, porque en los menús deja un molesto motion blur que durante el juego no aparece.

Comparándolo con…

Otro juego con escenarios gigantescos y sin - obviando mods - multiplayer es Unreal 2, que gana por goleada a Mace Griffin en todos los apartados salvo en el doblaje - en aquel era pésimo - y en la rapidez de la acción. Quizá tenga similitudes con Halo, pero también pierde frente a él sin discusión, sobre todo en lo referente al diseño.

Lo que está bien

Lo que no está bien

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