Respetando lo viejo e incorporando mejoras

Es inútil volver a insistir en la importancia que tuvo Homeworld en su día, en el legado y la huella que ha dejado en muchos jugadores, en la relevancia de sus 3D, que no sólo constituían el marco a un escenario de incomparable belleza espacial, sino que daba una nueva dimensión, literalmente, a la estrategia en tiempo real... Tantas cosas que se hicieron a un nivel tan alto que no tiene sentido poner aquí todas sus virtudes.

Después de un desarrollo más largo de lo esperado, por fin Relic ha sacado a la luz la ansiada secuela. En este punto es donde al redactor le gustaría hacer un inciso sobre el concepto de secuela y en la frase "nunca segundas partes fueron buenas".

Como todo, las frases del refranero popular se pueden interpretar de muchas formas distintas. Para esa en concreto, una de esas interpretaciones pudiera ser que "cuando has disfrutando algo muy intensamente por primera vez, seguramente no lo harás tanto las siguientes" Se pueden encontrar muchos ejemplos de esto tanto en los videojuegos como en cualquier suceso en la vida.

En concreto, los videojuegos que además de calidad, tienen una importante carga emocional, sufren mucho de este síndrome. Doom no le provoca sentimientos personales a nadie, uno sólo recuerda largas horas de diversión disparando bichos y está encantado de ver eso pero con mejores gráficos y en nuevos escenarios, por eso sus seguidores no tienen miedo de ver todos los Doom que hagan falta. Pero Homeworld es un juego que te puede llegar al alma, lo que hace que los sentimientos en contra de que algo pueda arruinar ese recuerdo afloren.

Con esto no se quiere decir que Homeworld 2 esté a la altura de su predecesor y que no hay que ser injusto con él por la grandeza del primero, en absoluto, todo lo contrario. De hecho, Homeworld está a años luz por delante de su sucesor en bastantes aspectos. Pero también hay que tomar las cosas en su justa medida, saber valorar qué ofrece este título por sí mismo y ver sus posibilidades y virtudes. Sin renunciar, claro está, a denunciar sus (múltiples) fallos, intentando que la larga sombra de la primera parte no se haga demasiado espesa como para no ver esta secuela por sí misma.

Gráficos y sonido

Homeworld 2 es una maravilla gráfica, pero que exige un ordenador a la altura de las circunstancias, de hecho exige un ordenador quizás demasiado exigente, pero es el precio que hay que pagar por tener un engine tan sólido y que es capaz de mostrar tantos elementos en pantalla y a una escala tan grande.

Una de las cosas que se han visto modificadas en HW 2 con respecto a la primera es precisamente ese, la escala. Ahora hay una mayor diferencia entre los escuadrones de cazas y las naves comandantes. Sólo hace falta echarle un vistazo a "El orgullo de Hiigara" para poner de manifiesto que tiene un aspecto mucho más imponente.

Junto con la escala, se ha mejorado enormemente el uso de texturas y de detalles en los cascarones de las naves. Ahora las naves parecen mucho más realistas y detalladas y resulta un placer acercar la cámara y detenerse en admirar el gran trabajo que Relic ha hecho en este apartado.

También hay que prestar atención al número de objetos que hay por pantalla, que se ha visto incrementado en gran medida. El hecho de que los cazas se construyan ahora por escuadrones en vez de individualmente hace que el número de estos sea mayor (y los propio para los enemigos), por lo que se pueden ver algunas batallas en una escala completamente épica. Lo que además se acentúa gracias a unas explosiones que han ganado en espectacularidad.

Desde luego, no es un salto increíble con respecto a la primera parte, ya que se trata del mismo engine, pero las mejoras efectuadas sobre éste han sido muchas y han dado un resultado sencillamente espectacular, que potencia la belleza natural que siempre ha tenido esta saga, con esas estelas de vapor tan características que salen a través de las naves rasgando un universo multicolor.

El diseño de las naves también es magnífico, bastante mejor que el de Homeworld, aunque en eso influye la cantidad de detalles que se han podido incorporar

Lo único que se le puede echar en cara es que el espacio se encuentra un poco desangelado. Después de haber probado títulos como Haegemonia o Freelancer, el universo de Homeworld, si bien realmente bello, peca un poco de estático, sin cúmulos nebulosos, sin movimiento en los planetas... ese punto podría haber sido mejorado (aunque quizás no se ha hecho para evitar que haya demasiada confusión con los centenares de objetos que aparecen por pantalla).

En cuanto al sonido, es tan bueno como el de la primera parte, de hecho son bastante parecidos. Quizás el primero tenga más fuerza, pero la verdad es que tienen mucho en común y se notan las mismas raíces (teniendo en cuenta lo subjetivo que es juzgar una composición musical), por lo que se consigue un efecto similar de misterio recogimiento, además de acentuar los momentos más intensos.

Los efectos de sonido también son enormemente ricos y variados, cada nave suena distinta, al igual que los disparos y demás acciones que se producen a lo largo de la partida.

En cuanto al doblaje, lo primero es de agradecer que haya uno, porque la verdad es que no se esperaba, y se agradece también que sea bastante decente. Sólo se puede decir en su contra que no está tan trabajado como las voces originales (sólo hay que comparar esa voz casi sobrenatural que tiene Karan S'jet en la versión original, con la voz demasiado dulce que le han puesto en la versión en castellano, no encaja del todo bien), pero de todos modos es un meritorio trabajo.

Guión

La historia de Homeworld 2 merece punto aparte, porque desde luego los chicos de Relic se han lucido. De lo ridícula que es, se hace hasta divertida. Hacía tiempo que el que subscribe no se encontraba con un cúmulo tan impresionante de sinsentidos e incongruencias, no sólo respecto a la historia de la primera parte, sino también consigo misma.

Para empezar Relic ha incumplido su propia palabra de aclarar las cosas que quedan sin resolver en ediciones anteriores. Por un lado se ha desentendido casi completamente de Cataclysm (¿resentimiento?) y ha pasado por encima de algunos de los puntos que gritaban por una respuesta. Pero es que tampoco hace lo propio con bastantes de los puntos negros de Homeworld, así que muchas respuestas se quedan sin resolver.

Pero es que el guión de la segunda parte es de broma. El comienzo no parece descabellado, aunque sí un tanto forzado, con una nueva raza (los Vagyr) que aparece de la nada y que ha asimilado a muchas civilizaciones mediante su conquista. Estos son los poseedores del tercer núcleo hiperespacial que les permite navegar a voluntad por el universo, y buscan los dos núcleos restantes, de los cuales tu tienes uno que no estás dispuesto a entregar y por el que están dispuestos a arrasar Hiigaria, que previamente (sin motivo aparente) había desarrollado una nueva nave capital llamada "El orgullo de Hiigara" controlada por una vieja conocida, Karan S'jet y que justamente se termina en el mismo momento que los Vagyr atacan.

El problema llega cuando se descubre que los tres núcleos son una especie de llave que abre la puerta del dios Sajuuk (¿?), dios supremo de los hiigarianos. Aquí es donde el argumento se cae por su propio peso, ayudado por la tonelada de agujeros que se han dejado los guionistas de Relic por contestar (y rematados por una hilarante batalla final contra Makaan, líder de los Vagyr, que si se mira con un poco de atención, se descubrirá en ella una contradicción monumental).

Hay una historia, sí, pero es una de esas historias que sólo puedes tomarlas sin pensar demasiado en ellas ni en preguntarte "por qué" porque el juego sólo ofrece argumentos cogidos con puntas (cuando los da), dando objetivos al jugador, pero sin que este sepa por qué exactamente pasa esto o aquello. Un grave retroceso frente a la magnífica historia de Homeworld.

El mayor consuelo es que varios de los desarrolladores de mods están trabajando en pulir esos agujeros y dar respuestas más trabajadas y precisas sobre el universo Homeworld, los Vagyr, los progenitores... (lo que no evitará que el argumento del gran dios Sajuuk sea bastante ridículo, o que se hayan saltado alegremente algunos puntos tocados por Cataclysm, como si la expansión nunca hubiese existido).

Jugabilidad

Homeworld no es un juego para cualquiera, nunca lo ha sido. Es un juego tremendamente complicado por la cantidad de unidades que hay que manejar en un entorno completamente tridimensional, elevando al cuadrado la dificultad propia de todo RTS.

Dentro de este factor, la verdad es que el sistema de control de naves parece inmejorable y opciones como la de marcar rutas, el conocido sistema de guía circular y los atajos para formar grupos cumplen su función a la perfección, facilitando la vida del jugador para que se ocupe sólo de la estrategia y no de que sus naves no vayan donde tienen que ir.

En ese tema tiene mucha importancia la I.A, que vuelve a ser fantástica, con un inmejorable sistema de trazado de rutas y una gran capacidad para saber qué hacer en cada momento sin la intervención del jugador. Por ello, cuando se mandan una flota de naves a proteger un carguero atacado por los enemigos, tus diferentes naves buscarán automáticamente el tipo de nave que se ajusta más a su sistema de combate (jugando se podrá comprobar que el concepto de depredador y presa está continuamente presente, formando un fino equilibrio de fuerzas), por supuesto siempre que no se le indique lo contrario.

Puesto que ahora los cazas salen en grupo, esto hace que, a pesar del aumento considerable de las unidades, el manejo de éstas no haya crecido en proporción. Este cambio tiene sus consecuencias, fundamentalmente en lo que se refiere a formaciones de ataque, que ahora parecen más orientadas al ataque que en la primera parte (de todos modos es hasta cierto punto lógico, la situación de los Hiigara en la primera parte no era como para lanzarse a la piscina cada dos por tres).

La principal novedad de HW 2 es la microgestión, lo que hace que el juego gane una profundidad impresionante y un mayor equilibrio. Este sistema se basa en incorporar diferentes módulos que cumplen diversas funciones, como por ejemplo, construir unidades. Para desarrollar cazas en un transporte primero habrá que desarrollar el módulo a tal efecto. Esto también supone que los ataques se pueden realizar enfocados sólo a algún módulo en concreto.

Un buen ejemplo se puede encontrar en la misión 2, donde en un momento determinado habrá que destruir un transporte antes de que escape. Para hacerlo, el mejor modo es mandar a tus cazas a que destruyan el motor del transporte, lo que le dejará vendido de cara a la flota aliada que lo destruirá sin contemplaciones.

La verdad es que el sistema de microgestión es muy completo e intrincado, con muchas opciones, y esto aumenta considerablemente la profundidad del árbol tecnológico y de la propia estrategia, pero también aumenta la dificultad general del juego, ya que saber qué tecnologías investigar y desarrollar se convierte en crítico de cara a sobrevivir en algunas misiones.

Pero si bien la evolución del sistema de control (respetando lo viejo e incorporando algunas mejoras) y la incorporación de la microgestión son aspectos a aplaudir, el modo campaña es bastante discutible. Esta dividido en 15 misiones, pero la verdad es que carecen de la profundidad y la variedad que tenía la primera parte o Cataclysm, lo que hace que bastantes misiones sean demasiado lineales y sosas.

Una cosa que se ha detectado es que parece como si Relic hubiera aumentado deliberadamente las capacidades de gestión de los enemigos para que puedan soltar al combate decenas y decenas de naves de combate, obligando al jugador a centrarse en el propio combate casi en exclusiva y alargando artificialmente la duración de unas fases que a pesar de su aumento en escala, se terminarían mucho antes si estuvieran en proporción con la primera parte.

Otro aspecto que afea el producto final es que se han colado unos cuantos bugs, que no impiden que se pueda jugar para nada, pero que resultan molestos. Hay uno particularmente molesto que hace que parte de tu flota no pase al siguiente nivel en diferentes transiciones de fase. Pero éste y otros fallos ya están siendo solucionados por Relic que tiene en su foro un hilo abierto para que los usuarios comenten los bugs que vayan encontrando. Ahora mismo se encuentran trabajando en un parche que no debería tardar demasiado en aparecer.

Aparte del modo campaña, se ha incorporado un interesante sistema para jugar misiones sueltas (modo escaramuza), que previa selección de una serie de parámetros, puede ser jugado bien usando los mapas incorporados, u otros que se vayan creando, al igual que sucede en el modo multijugador (en donde las opciones de microgestión y la estrategia orientada a este punto gana muchos enteros, ya que los jugadores humanos ofrecen mucha más posibilidades y son mucho más creativos para explotar esta habilidad).

Aquí es donde hay que matizar una cosa. Es cierto que Relic no ha estado a altura de las circunstancias ni en cuanto a la historia ni en cuanto al desarrollo del modo campaña. Pero afortunadamente, será la base de usuarios la que redima el producto en estos puntos, porque lo que sí ha sabido hacer el estudio es mejorar la base del propio juego, mejorando los gráficos, la I.A, la gestión y la profundidad estratégica, aspectos intrínsecos del juego que no podrían ser modificados por los mods.

Por ello, Relic acude a su entusiasta base de usuarios, les proporciona las herramientas necesarias y cuida de que el contacto con ellos sea cuidado y fluido, lo que a cambio permitirá que en breve se puedan ver toneladas de mapas, incluso modos campaña adicionales y todo tipo de partidas multijugador. El cariño que muchos usuarios sienten por Homeworld es un valor añadido en esta secuela que hay que tener en cuenta a la hora de comprar este título, aunque no sea mérito de Relic (al menos no esta vez).

Estrategia y trucos

Agrupar, agrupar y agrupar. Saber combinar tus diferentes tipos de unidades es fundamental. De nada sirve mandar una flota de X naves, por muy poderosas que sean, porque todas las naves tienen enemigos naturales antes las que caen más fácilmente, y mandar naves grandes a solas, es dejarlas vendidas de cara a los cazas rivales, que pueden destrozar los módulos de la nave en menos que canta un gallo. Por eso siempre es importante saber agrupar tus fuerzas y conocer sus puntos fuertes y débiles para poder equilibrarlas mejor.

Entender el sistema de microgestión es muy importante y hay que saber como enfocarlo para conseguir los resultados deseados. Saber explotar la capacidad tridimensional del juego no resulta (desgraciadamente) muy importante en el modo monojugador (aunque sí es interesante poder atacar desde tantos flancos distintos). En cambio, a la hora de jugar con otras personas resulta fundamental, y las acertadas incorporaciones de módulos de camuflaje hará las delicias de los que disfruten de partidas largas.

También en cuanto al modo multijugador, es interesante tener dos naves de producción bastante alejadas entre sí, evitando así que los rivales te puedan liquidar de una vez (sí, este es un concepto básico de todo RTS, pero en Homeworld 2 se hace particularmente importante por la dificultad que supone encontrar las cosas en un espacio tan grande, especialmente si se usan camuflajes, sondas distorsionadoras y los cúmulos de polvo).

Comparándolo con...

Pues ¿quien mejor que su predecesor? la verdad es que en la comparación con la primera parte no sale muy bien parado, ya que además de perder el factor sorpresa, pierde el factor historia (la segunda parte no le llega ni a la suela de los zapatos en este punto), y también ha perdido parte de inspiracion en lo que serefiere a las misiones, lo que hace que la experiencia en modo campaña no sea tan gratificante ni mucho menos. Aunque por otro lado, el modo multijugador es seguramente más profundo y completo.

En cuanto a los demás títulos de estrategia espacial, Homeworld sigue siendo el rey, porque no hay otro juego que sepa recrear tan bien la épica y la escala de una batalla de proporciones galácticas, dejando a otros juegos para que intenten cubrir otros huecos, pero ninguno que esté a la altura en lo que se refiere a combate.

Manual

Un manual en blanco y negro de 64 páginas y con buena calidad de papel, además de una hoja de teclas rápidas. Resulta una lectura útil para entender el juego y la historia (al menos lo que se pueda entender) y la verdad es que está bien estructurado y resulta completo,

Multijugador

Permite juego en serie, a través de Internet directamente a la dirección de un conocido y por Gamespy, lo suficiente como para embarcarte fácilmente en cualquier tipo de modo multijugador sin mayores problemas.

Equipo de prueba

AMD Atlon 2000 Mhz, 1Gb de RAM, Radeon 9700 Pro