Virtual On Marz (PlayStation 2)
Uno de los arcades de mechs más famosos en tierras niponas es Virtual On, creado por la mano de SEGA y la, posiblemente mejor placa recreativa jamás lanzada, la Model 2. Desde 1995 y en distintas plataformas, Virtual On ameniza a los nipones con peleas entre mechs pilotados por humanos.
Uno de los arcades de mechs más famosos en tierras niponas es Virtual On, creado por la mano de SEGA y la, posiblemente mejor placa recreativa jamás lanzada, la Model 2. Desde 1995 y en distintas plataformas, Virtual On ameniza a los nipones con peleas entre mechs pilotados por humanos.
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Tal fue la fiebre que la primera conversión doméstica a Saturn (y después a PC), Cyber Troopers: Virtual On, fue tratada con especial mimo. Con gráficos en "alta" resolución (para lo habitual en 32 bits), se acompañó de los "twin sticks", una réplica de las palancas necesarias para controlar el arcade. Para el que no esté habituado a este tipo de artilugios, hay que reseñar que las palancas son muy importantes, hasta tal punto de que sin ellas se pierde prácticamente toda la esencia y la diversión del juego. Esta primera versión se publicó en Japón y USA, y los "twin sticks" también se lanzaron en ambas regiones. Como curiosidad, años después se lanzó un adaptador extraoficial para utilizarlos en la siguiente generación SEGA, la Dreamcast.
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Precisamente esta segunda parte nace bajo el auspicio del mismo director y productor que la primera, Juro Watari, esta vez para la flamante Model 3 (1998) y consecuentemente portada a Dreamcast. Titulada Virtual On Oratorio Tangram, continúa la apuesta por combates cortos y frenéticos, con un renovado aspecto gráfico. Su conversión a Dreamcast fue de lo mejor que dio de sí misma la placa Naomi, a 60 Hz completos y otras lindezas a las que nos malacostumbró SEGA con su (casi) difunta consola.
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Tras la debacle en SEGA y la restructuración de los equipos internos, la tercera entrega aparece en los recreativos de la mano de Hitmaker, con profundos cambios en el diseño del juego. Esta vez, el productor de las anteriores entregas se mantiene al margen del proyecto, suyo es el guión de la historia y poco más, y quizá el producto se resienta en exceso de esta carencia. Poco se sabe de esta máquina en Europa, no se ha visto por los salones más que en lugares privilegiados, en Japón sigue teniendo su público y por ello SEGA confía una y otra vez en esta serie de la cual ha ido lanzando revisiones con actualizaciones poco relevantes.
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Para los no iniciados, Virtual On es un arcade de lucha uno contra uno, como un Street Fighter, pero en enteras 3D y sobre una arena. Los personajes se desplazan en cualquier plano, incluido el aéreo, y cuentan con diferentes atributos de fuerza, agilidad y armamento. Los combates son cuerpo a cuerpo o a distancia, empleando armas cortas y proyectiles en combates muy ágiles, pudiendo deslizar nuestro robot rápidamente, rotar o generar potentes ataques.
Una de las diversiones más grandes de Virtual On siempre ha sido el modo historia. Su mayor característica es la uniformidad de la dificultad. El juego te obliga no sólo a perfeccionar el control del robot, sino también a estudiar cuál es la mejor estrategia para derrotar a cada uno de los oponentes de manera individualizada. El juego es bastante difícil, cuesta un poco al principio hacerse con el control, pero una vez superado este escollo resulta muy gratificante y adictivo.
Las palancas se utilizan para desplazar el robot: si mueves las dos hacia adelante o hacia atrás, mueves el robot en la misma dirección. Si las separas a los lados el robot salta, y si las juntas hacia dentro entonces bloqueas los ataques enemigos. Finalmente, si mueves una delante y otra atrás, consigues rotar tu robot. Es un control tan sencillo como efectivo, en Dreamcast SEGA volvió a lanzar en pequeñas cantidades el periférico, pero esta vez no llegó a los USA.
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La entrega que nos ocupa, Virtual On Marz, comparte muchos aspectos de su predecesora en el tiempo, Virtual On Force. Con Hitmaker como nuevo desarrollador, se focalizó toda la jugabilidad en el juego en equipo. Pasando de un interesantísimo modo a un sólo jugador, con una historia muy elaborada y del agrado de los nipones, se creó un sistema de juego a cuatro, dos contra dos, donde en la misma arena de antaño se enfrentaban ahora todos a la vez, hasta cuatro humanos, ganando el equipo que lograba derrotar al líder de los oponentes.
Una ingeniosa idea que en esta ocasión no fue trasladada a ningún soporte doméstico, y que sin embargo es la base de este nuevo juego para PS2, que sin embargo ha vuelto a ser remozado para que un único jugador se divierta, descartando la idea que algunos llevamos años pidiendo a SEGA, el juego online, a pesar de que nos intentó vender la importancia de las redes de fibra óptica que planeaba montar junto con NAMCO y que tras el fracaso estrepitoso de "Hundred Swords" se desechó en pos del siempre resolutivo "split screen".
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El juego, publicado ya en Japón y a punto de salir en los Estados Unidos, retoma el clásico "One player's history mode", o modo historia para un jugador, pero esta vez incorporando elementos de Virtual On Force, tratando de balancear la jugabilidad. Con tres modos de juego "dramatic, challenge, y versus", el primero de ellos sigue la experiencia única proporcionada por esta saga de "yo contra todos a lomos de mi robot", teniendo ahora alicientes en forma de items que permiten descubrir nuevos "virtualoids" que poder montar y otros extras. Como siempre, sudarás la gota gorda para vencer a algunos jefazos, Virtual On siempre ha sido un juego difícil.
En el segundo modo, el Challenge, se han aprovechado las características multijugador del Force, introduciendo un segundo mecha controlado por el ordenador, y que nos acompañará en peleas contra ciertos jefes. Es sin duda la novedad más interesante de un juego que también ofrece el tradicional versus, con la posibilidad adicional de que esta vez los combates son a cuatro, uno para cada humano y un par más controlados por la consola, a pantalla partida y con la posibilidad de realizar combos entre los dos miembros del mismo equipo, como ya se hace en los modos "Tag" de los juegos de lucha actuales.
También se han diseñado pequeños escenarios para el modo Challenge donde tendremos que avanzar por localizaciones repletas de torretas de lasers, enemigos y otras dificultades, hasta dar con determinado jefazo. Por los vídeos que circulan por internet, las betas y la versión import, parece que esta vez la conversión a PS2 nos trae una de cal y una de arena.
Por un lado, el juego es endiabladamente rápido (para la dificultad del control) y los robots llenos de detalle. Elementos móviles, radares, cuatro en pantalla, split screen, todo ello heredado del arcade, pero el frame rate se resiente en el modo a cuatro, y los escenarios son un poco pobres, como en entregas anteriores. Ya sabemos que una versión PAL no llevará arreglos en la tasa de cuadros por segundo, al menos esperemos que esta vez sí traiga selector, cosa que aún no se ha confirmado.
No obstante, la espectacularidad de algunos movimientos, con efectos de fuego y luces sobre las superficies metálicas, siguen resultando muy vistosos. Sin embargo, en líneas generales no mantiene el nivel técnico de Oratorio Tangram para Dreamcast, lo cual no deja de sorprendernos a estas alturas, porque ya no vale decir que las placas Naomi son muy diferentes de una PS2, sino que los señores de SEGA se dedican últimamente a lanzar juegos poco depurados (sus razones tendrán) como el reciente Virtua Fighter 4, que no aprovechan todo el hardware de la consola.
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Lo que sí está claro es que los fans de la serie se sentirán un poco decepcionados. La vuelta atrás hacia un sistema más comercial, con una toma de contacto y dificultad suavizadas (atrás quedan las rabietas producidas por el exceso de dificultad de anteriores partes), la necesidad imperiosa de SEGA de ganar dinero con sus creaciones más aclamadas y la urgencia con que se están sacando últimamente algunos de los más esperados, hace que probablemente sólo guste a los novatos o a los que nunca antes se pudieron acercar a un Virtual On. Desde luego sigue siendo mucho mejor que cualquier creación de Takara o Bandai en el género estricto de peleas de robots.
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Veremos si realmente llega este juego a nuestras fronteras qué reacción provocará un sistema del que no hay muchos precedentes en consolas anteriores, quizá el que más se le parezca es un juego de Dreamcast que llegó gracias al atrevimiento (una vez más) de Virgin y Capcom, Tech Romancer, que si bien los puristas me odiarán por semejante comparación, es lo más parecido que por aquí se ha publicado. En lo que respecta a luchas de mechas para consola, no hay juegos mucho mejores, y menos en Europa y en esta generación. Mientras los Gundam y demás "frivolidades" japonesas no desembarquen en territorio PAL, no hay otra manera de disfrutar de un buen combate entre robots.
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