Broken Sword 3: The Sleeping Dragon (PlayStation 2)

Fue en el año 1997 cuando los chicos de Revolution, haciendo gala de su nombre, revolucionaron el mundo de las aventuras gráficas en videoconsola lanzando Broken Sword: La leyenda de los templarios para PSX. Por aquel entonces los usuarios de videoconsolas parecían tener vetado el acceso a las aventuras gráficas. El género, que poseía gran cantidad de seguidores en los ordenadores, no conseguía hacerse un lugar en las videoconsolas recién estrenadas de 32 bits, las cuales tenían la potencia suficiente para albergar estos juegos. Corría el temor de que a los supuestamente jóvenes y adolescentes jugadores de videoconsolas no les agradase en exceso eso de dar un mayor trabajo a la masa gris que apuntar a un enemigo para dispararle.

Charles Cecil, Director Manager de Revolution, junto con su equipo, demostró que el mundo se equivocaba y que también había cabida para las grandes aventuras gráficas en el mundo de las videoconsolas. La primera parte de Broken Sword fue todo un éxito, lo cual propició la aparición un año después de una segunda parte, que pese a que no consiguió el éxito de la primera, en parte por un guión que no enganchó tanto, sí dejó con buen sabor de boca a todos los fans de la saga, que esperaban con ansia el desarrollo del tercer título de la saga, el cual completaría la trilogía Broken Sword.

Grandes novedades jugables
Y así, en el año 2000, los chicos de Revolution comenzaron a dar forma a la que sería la tercera parte de la saga, titulado Broken Sword: The Sleeping Dragon. No querían publicar el juego hasta que la tecnología les permitiera hacer lo que ellos realmente deseaban, y las 32bits no tenían la potencia suficiente para lo que los chicos de revolution tenían pensado hacer.

Como ya dijo el propio Charles Cecil en una entrevista, "la aventura point'n'click está muerta, la aventura como género sigue viva y en forma". Para aquellos que estén menos puestos en el tema, debemos aclarar que por aventura point'n'click entendemos aquellas aventuras clásicas al estilo de Monkey Island o las dos primeras partes de Broken Sword, en las cuales manejábamos a nuestro protagonista con el ratón de nuestro PC, apuntando a dónde queríamos que se moviese o con qué queríamos que interactuase. Por supuesto, trasladar este sistema al pad de las videoconsolas resultaba bastante complicado y no siempre el resultado era lo suficientemente satisfactorio.

Tomando estas palabras como base, Revolution ha dado un paso adelante, haciendo una adaptación de lo que ellos consideran que debe ser la evolución natural de las aventuras gráficas a las tres dimensiones.Las novedades son muchas y muy variadas. Aparte de los múltiples puzzles clásicos que nos encontraremos, en los que tendremos que usar un determinado objeto en un lugar exacto, también tendremos otra clase de puzzles más propios de aventuras de acción del estilo de Tomb Raider, en los que tendremos que mover cajas para alcanzar zonas de otro modo inaccesibles u otros basados en el sigilo y la infiltración, una de las grandes novedades que encontramos en este Broken Sword 3 y que comienza a ser habitual en el mundo de los videojuegos.

Por poner un ejemplo, en una de las situaciones, nuestro protagonista, George, tendrá que infiltrarse en una mansión, para ello Nico, su guapa novia, llamará al timbre de la misma con la intención de distraer al guardia de la puerta, dando unos segundos al protagonista para poder introducirse en la casa sin ser visto. En esta situación y en algún otro momento más alternaremos el control entre uno y otro de los protagonistas, dando mayor variedad a la acción.

Sin embargo, una de las preocupaciones del equipo de desarrollo es que el juego sea accesible para todo el mundo por torpe que sea con el controlador. Por ello, y retomando como ejemplo la situación anterior, si fallamos en la primera ocasión, la segunda vez que Nico llame al timbre coqueteará un poco más con el guardia con el objetivo de darnos unos segundos extras, que si no nos resultan suficientes debido a nuestra torpeza con el pad, aumentarán en la tercera ocasión que Nico llame a la puerta.

El sigilo, otra de las novedades de esta entrega, será llevado a tal extremo que el ruido de nuestros pasos o nuestra sombra podrá llegar a delatarnos.Para que estas novedades jugables no se conviertan en algo tedioso, los desarrolladores han tenido que cambiar el modo de control del juego, adaptándolo al pad de las videoconsolas. Para aquellos que hayan probado el Broken Sword de Gameboy Advance, el nuevo sistema de control les resultará muy familiar.

En vez de señalar con un puntero donde queramos que vaya nuestro personaje, le manejaremos directamente, lo cual facilitará el manejo con el controlpad de nuestro amigo George. Cuando nos acerquemos a algún objeto con el que podamos interactuar o algún personaje con el que podamos hablar, un icono aparecerá en pantalla, avisándonos de que con tan sólo pulsar un botón nuestro personaje cogerá el objeto allí situado o comenzará a tener una conversación con el personaje que tengamos enfrente. Lo cierto es que este sistema de control funcionó muy bien en Gameboy Advance y suponemos que también lo hará en el resto de videoconsolas.

La vuelta de los templarios...
"París en Otoño, los últimos meses del año y el final del milenio. Tengo muchos recuerdos de la ciudad; los cafés, la música, el amor... y la muerte." Con estas frases comenzaba el primer Broken Sword. Un extraño payaso con un acordeón, el estallido de una bomba y la muerte de un hombre en un café de París. A partir de este momento, George Stobbart, un americano de vacaciones en París, en parte por la curiosidad y en parte por sentirse atraído por una periodista francesa llamada Nico, comienza a investigar el porqué de este asesinato, descubriendo una conspiración por parte de un grupo de personas que intentan revivir la orden de los antiguos templarios.

Pese a que no se han dado muchos detalles del argumento de esta nueva entrega (en parte es bastante comprensible ya que el argumento es lo más importante de la aventura para los jugadores), lo que sí se sabe ya es que George y Nico tendrán que enfrentarse de nuevo a estos neotemplarios empeñados en dominar el mundo. La historia se situará varios años después de los hechos del segundo Broken Sword y todo comenzará con un extraño asesinato del que nuestros protagonistas tienen conocimiento. Así, una vez más, tendremos que recorrer medio mundo intentando detener los planes de esta secta que intenta despertar al dragón dormido, un increíble y antiguo poder que les ayudará a controlar el mundo. Visitaremos lugares tan dispares como el Congo, las Pirámides de Etiopía, Praga y por supuesto París.

El equipo desarrollador del juego ha prometido que visitaremos lugares ya conocidos de la saga (¿estará el bistro que explotó en pedazos al comienzo del primer Broken Sword?) y que veremos como el paso de los años también ha afectado tanto a la personalidad como al físico de nuestros protagonistas. George y Nico mostrarán una personalidad más fuerte, más madura, lo cual esperemos que no impida que sigan manteniendo el mismo sentido oscuro del humor del que hacían gala en las dos primeras entregas. Seguro que Charles Cecil y su equipo estarán trabajando en nuevos chistes y diálogos para que nuestros dos chicos sigan teniendo la lengua tan afilada como hace unos años.

El gran cambio gráfico
Si en las dos primeras partes del juego pudimos gozar de unos gráficos en 2D muy detallados dignos de una película de animación de Disney o Dreamworks, esta tercera entrega se caracterizará por mantener un estilo gráfico propio de los dibujos animados pero llevados a las 3 dimensiones. El modelado de los personajes, pese a no ser espectacular, sí cumple perfectamente para ser una aventura gráfica y nos muestra un George Stobbart bastante detallado en unos escenarios realizados en 3D en los cuales no podremos controlar la cámara en ningún momento. Sin embargo, los de Revolution han asegurado que no habrá ningún problema con ella y que los cambios de cámara no serán en ningún momento tan bruscos como para desorientarnos y acabar corriendo en la dirección contraria a la que deseamos.

El sistema de iluminación será también bastante avanzado y permitirá la proyección de sombras en tiempo real. Como ya hemos dicho tendremos que tener cuidado con nuestra sombra, ya que podrá delatar nuestra posición al enemigo en aquellos momentos en los que la infiltración domine sobre la acción. No obstante, la auténtica joya de la corona, el orgullo de los chicos de Revolution, será el sistema de animación facial del que harán gala todos los personajes. Al parecer, quienes han podido ver la demo del juego en movimiento se han quedado asombrados de cómo se coordina la voz con los labios de los personajes, mostrando una perfección no vista anteriormente.

Pero la animación facial será sólo la punta del iceberg. George Stobbart lucirá cientos de nuevas animaciones. Muchas de ellas las realizará cuando utilicemos un objeto en un lugar no adecuado en vez de encogerse de hombros o respondernos la famosa frase "No creo que eso funcione". Estos son sólo algunos apuntes del tremendo detalle con el que están trabajando Cecil y su equipo para crear lo que ellos esperan que sea la aventura que reinvente y revitalice el género.

Desde Revolution afirman que cada versión del juego aprovechará el hardware para el que está siendo programada, lo cual significa que, aunque seguramente las diferencias gráficas no sean excesivas, los usuarios de Xbox podremos disfrutar de unas texturas más detalladas y en general de una mejor calidad gráfica. También es de suponer que en la consola de los de Seattle los usuarios puedan disfrutar de sonido envolvente 5.1.

Por último cabe esperar, que al igual que en la versión americana, en la que ya ha sido confirmada la participación en el doblaje de los actores que dieron vida a los personajes de los dos primeros Broken Sword, podamos disfrutar de este juego doblado y traducido al castellano con un doblaje al menos, tan fantástico como en las anteriores entregas y a ser posible también con la misma voz para los protagonistas. Esto sería el broche de oro para una aventura que va por el mismo buen camino que sus dos precuelas.