Indy ha vuelto...

El mítico hombre del látigo hizo su primera aparición estelar en un videojuego en 'Indiana Jones and the Revenge of the Ancients', un título de Angelsoft y Mindscape para PC que vio la luz allá por el 1987 con escaso éxito de crítica y público. Un año más tarde, Tengen se encargó de desarrollar 'Indiana Jones y el Templo Maldito', un discreto título de acción basado en la segunda película del arqueólogo 'spielbergiano' y que supuso, lamentablemente, una nueva y profunda decepción para todos los amantes de Indy.

Definitivamente, los juegos de Indiana necesitaban una revolución, un nuevo enfoque que los acercara de verdad a la verdadera esencia aventurera que destilaban cada una de las películas del Rey Midas de Hollywood. 'Indiana Jones y la Última Cruzada' (1989) es un buen ejemplo de este nuevo y rejuvenecido Indiana virtual. Lucasfilm, de la mano del genial Gilbert, supo sacarse de la manga un nuevo estilo de Indy: el Indiana Jones de los puzzles y el ingenio, del SCUMM y los diálogos perspicaces, en una genial aventura gráfica que consiguió cautivar casi hipnóticamente a toda la comunidad de 'Indymaníacos'.

Paralelamente, Lucas también publicó varias versiones 'arcade' de la Última Cruzada para múltiples plataformas, delegando el desarrollo de éstas a compañías consolidadas como US Gold (Tiertex). Nuevamente, este tozudo intento de Indiana 'plataformero' no acabó de cuajar, y el título de Tiertex no gozó, en general, de una buena acogida por parte de los jugadores. Corría el 1992, y sin futuras películas del arqueólogo en el horizonte, LucasArts tuvo que sacarse un as de la manga para demostrar al mundo que la sombra del profesor Jones continuaba siendo alargada, y que su leyenda estaba, como diría Will Wright, 'más viva que nunca'.

De este modo, Hal  Barwood y Noah Falstein se las arreglaron para diseñar una maravillosa y épica aventura gráfica de clara inspiración 'gilbertiana' que impresionó a propios y a extraños por su tremendo e inspiradísimo guión y su gran acabado técnico. Este 'Indiana Jones and the Fate of Atlantis' (1992) de Barwood supuso, seguramente, una de las cumbres del género de la aventura colocándose rápidamente y por méritos propios, en un lugar privilegiado en el Olimpo de los grandes y míticos juegos de PC. Esta obra maestra, cuyo excepcional guión original no tiene nada que envidiar a los escritos para la gran pantalla, tuvo también su correspondiente versión 'action', que gozaba de un nivel de calidad claramente superior al de sus mediocres antecesoras.

Llegó el año 1999 y la factoría de la gran L, quien sabe si misteriosamente seducida por los voluptuosos y embriagantes encantos de una tal Lara Croft, que rompía algo más que esquemas, nos presentó un nuevo y controvertido Indiana Jones en 3D que combinaba plataformas, puzzles, acción y una pizca de aventura a lo largo de un desarrollo claramente 'Tomb-Raideriano'. 'Indiana Jones y la Máquina Infernal' (1999) supuso el discreto y criticado debut de Hal Barwood como diseñador-jefe de un juego de acción en 3ª persona. Este Indiana no logró convencer a casi nadie. El juego de Lucas rezumaba constantemente un cierto aroma a ese 'quiero-ser-como-Lara-pero-con-látigo', transmitiéndonos una curiosa y desalentadora sensación a 'dejà vu' que nos obligaba continuamente a compararlo con la obra maestra de Core.

Ahora, cuatro años más tarde, LucasArts ha depositado todas sus esperanzas para la resurrección virtual de Indy en el estudio californiano de The Collective, un equipo de desarrollo que cuenta en su currículum con títulos tan interesantes como Buffy:The Vampire Slayer o el sorprendente The Fallen para PC. Con este último, estos lúcidos californianos ya consiguieron rescatar al universo 'trekkie' del pozo de la mediocridad en el que los juegos de Star Trek se habían instalado, diseñando un genial juego de acción en 3ª persona plagado de detalles de una calidad exquisita. ¿Conseguirán ahora resucitar a Indiana y salvarlo así de su Máquina Infernal particular?

El Corazón del Dragón
La historia que nos presenta la gente de The Collective para este Indiana Jones no es el 'sumum' de la originalidad, y transcurre a lo largo de 1935, curiosamente el mismo año en que el Dr. Jones tuvo también sus más y sus menos en el inhóspito interior de aquel inolvidable Templo Maldito. El juego, como si de una auténtica película de Indiana Jones se tratara, da comienzo con un prólogo totalmente jugable que nos traslada al corazón de la exótica jungla de Ceylon en busca de una codiciada reliquia arqueológica que se esconde tras su mortal frondosidad.

Este jugoso 'aperitivo' está pensado a modo de tutorial: nos servirá para hacernos con los controles de Indy, probar cada uno de sus movimientos, y empezar a  vernos las caras con algunos enemigos que ya querrán poner a prueba nuestro látigo y nuestros puños. Este preludio selvático, el primero de los diez extensos niveles, finalizará con el hallazgo del preciado objeto y con la vuelta del Dr. Jones a Estados Unidos donde empezaremos a dilucidar la épica y apocalíptica trama del juego. La  inesperada visita de dos extraños personajes orientales, un mafioso llamado Marshal K'ai y su seductora acompañante, Mei Ying, y su tentadora y portentosa oferta serán suficientes para embarcar a Indiana en una nueva y peligrosa aventura.

El extraño hombre asiático le explica al Dr. Jones que la Tumba del Emperador está siendo profanada por la ya clásica y tópica 'trouppe' nazi y los debutantes y pérfidos miembros de la Triada del Dragón Negro, una peligrosa secta de oscuras y siniestras intenciones. Cuentan que  en el interior de la Tumba se encuentra el valioso y casi legendario Corazón del Dragón, un objeto que confiere a aquél que lo posea la poderosa facultad de controlar a su albedrío la débil voluntad de los hombres. Pero esta tarea no le resultará a Indy tan fácil como podría parecer a priori. Nuestro arqueólogo deberá reunir las tres piezas que forman el Espejo de los Sueños y que se hallan repartidas azarosamente por peligrosos lugares de todo el planeta.

Así, Indiana se verá envuelto en una épica aventura repleta de peligros, misticismos, criaturas sobrenaturales, y lugares exóticos que lo llevarán a viajar desde las junglas de Ceylon hasta Praga, Estambul, o el imperial Hong Kong, para evitar así que el poderoso artefacto caiga en manos equivocadas, y de paso, convertirse en el primer arqueólogo capaz de descender hasta las mismas entrañas de la legendaria Tumba del Emperador...Todo un desafío, sin duda.

g  r  á  f  i  c  o  s
Este es un apartado ciertamente contradictorio. Al magnífico y ejemplar diseño de escenarios que se han trabajado los chicos de The Collective, hay que sumarle un más que correcto modelado de todos los personajes del juego, destacando la magnífica apariencia de Indy, cuyo rostro es claramente identificable con el del gran Harrison Ford y eso, sin ninguna duda, es ya todo un acierto. Los escenarios, amplios y bien ideados, y con muchos ambientes subacuáticos, alternan texturas de una calidad sobresaliente con otras demasiado borrosas, de mediocre factura y pésimo nivel de detalle, con un uso exagerado del mip-mapping. Los bellos escenarios, parajes y texturas de la Praga profunda, por ejemplo, contrastan con la discreta puesta en escena de un Estambul parco en detalles. Y estos altibajos son una constante a lo largo de todo el juego.

Pero en líneas generales, y salvo garrafales fallos gráficos propios de un juego que, seguramente, haya salido a la venta antes de tiempo, las enormes posibilidades de este 'engine' de fabricación propia aúpan a este nuevo Indiana hasta unos niveles de excelencia gráfica más que considerables. Paradójicamente, nos cuesta creer que un juego de tanta calidad en líneas generales y basado en la licencia 'Indiana Jones' pueda llegar hasta el consumidor final con 'bugs' gráficos tan evidentes como los que The Collective ha ignorado soberanamente en el testeo de calidad del producto. El siempre doloroso 'clipping' (errores en los cálculos de colisiones y contacto entre superficies supuestamente sólidas y poligonales) es claramente perceptible en cada una de las paredes y elementos estáticos del escenario cuando nuestro protagonista se acerca a ellos e intenta desplazarse o hacer algún movimiento en contacto con su superficie.

Es realmente incomprensible que errores tan clamorosos como estos puedan colarse como si tal cosa en las versiones finales de los productos ya que, aunque no influyan decisivamente sobre la acción, le restan un grado de realismo y verosimilitud al entorno 'real' en el que los diseñadores nos pretenden sumergir. Otros de los puntos débiles del juego son algunas de las animaciones de las que hace gala nuestro arqueólogo. Cuando Indy corre por el escenario o rueda por el suelo con una rápida voltereta da la sensación de que el movimiento de Indiana es excesivamente brusco y entrecortado, posiblemente falto de algún que otro frame en la secuencia de animación. La situación de la cámara también nos jugará malas pasadas dejándonos, a veces, vendidos ante nuestros numerosos enemigos presenciando la escena desde una perspectiva realmente incómoda.

Para corregir esto, y como ya viene siendo habitual en los juegos de acción en 3ª persona, los diseñadores han otorgado al gatillo izquierdo del Pad una necesaria función de 'autocentrado' que se agradece y se utiliza casi constantemente. En definitiva, un apartado gráfico que podría haber alcanzado un gran nivel y que se ha quedado empañado por los numerosos 'bugs' gráficos y de programación que, con toda seguridad, podrían haberse evitado y corregido con algo más de tiempo y muchas menos prisas.  En este aspecto, un tirón de orejas desde aquí a los chicos de The Collective y  Lucas...

s  o  n  i  d  o    f  x
En este apartado el título de The Collective raya a un muy buen nivel. Los sonidos ambientales son prácticamente perfectos, recreando con verosimilitud cada una de las acciones y elementos que dan vida al escenario. El conseguido efecto sonoro del chasquido del látigo de Indiana es un claro ejemplo de que este apartado ha sido mimado al máximo. El doblaje, en perfecto castellano, goza de una calidad más que notable, quedando patente que Electronic Arts ha hecho un gran trabajo en la localización de la versión española del juego. Hemos de decir que, lamentablemente, la voz de este Indiana virtual no es la misma que la del actor de doblaje de Harrison Ford, pero tanto la entonación como el timbre que exhibe este Indy de The Collective nos parecen más que correctos. Correctísimos, diría yo.

m  ú  s  i  c  a
Mención aparte para la insuperable banda sonora del gran John Williams que acompaña como un guante a cada una de las escenas del juego. Los de California han añadido algún que otro movimiento y pasaje a las sintonías originales para que se pudieran adaptar perfectamente a cada uno de los acontecimientos y acciones del juego. Y sí, tengo que confesarlo, el 'main theme' de Indiana me sigue emocionando como quizás ninguna sintonía lo haya hecho nunca. Lo dicho, un sobresaliente para el apartado sonoro de este Indy 'made in california'.

j  u  g  a  b  i  l  i  d  a  d
The Collective no ha creado un juego revolucionario, ni mucho menos. Este Indiana Jones aglutina en su 'gameplay' muchos quilates de plataformas y exploración 'tomb-raiderianas' con una buena dosis de acción, trampas, y peleas a lo Buffy, que tan buen resultado le dieron a los de California en el juego de la atractiva cazavampiros. Encontraremos también algunos puzzles salpicados aquí y allá a lo largo de la aventura, si bien ninguno de ellos nos planteará un desafío excesivamente dificultoso. Y es que este rejuvenecido Indy de The Collective se ha transformado, quizás como consecuencia de la alargada sombra del adictivo sistema de combos de Buffy, en un auténtico y contundente hombre de acción.

Ahora Indy es capaz de golpear a los enemigos con los puños o casi con cualquier cosa que se le ponga al alcance hasta acabar con sus vidas en una vorágine de acción y bilis desenfrenada. Podremos agarrarlos y lanzarlos contra una pared, cubrirnos para parar sus golpes, o incluso lanzarlos al vacío por un precipicio ante su cara de atónita sorpresa. Sin duda, este adictivo sistema de combate es uno de los puntos fuertes del juego, y su flexibilidad y posibilidades evitan que a la larga pudiera llegar a volverse peligrosamente repetitivo.

En este sentido, Indiana dispone de muchas y variadas armas que irá encontrando a lo largo de la aventura en cada una de las localizaciones del juego: un clásico revólver, una Mauser alemana, una metralleta automática, todo tipo de armas afiladas y arrojadizas, granadas de mano, arpones subacuáticos... Aparte de estas armas oficiosas y de su munición más bien escasa, el Dr. Jones también podrá destruir a golpe de bota partes del escenario como mesas o sillas para agenciarse, en caso de necesidad, de una oportuna vara de astillosa y dura  madera. Y no nos olvidemos del látigo. The Collective ha triunfado allí donde Lucas fracasó estrepitosamente: los de California han sabido implementar magistralmente el uso y las posibilidades de acción que el 'chasqueante' e inseparable amigo de Indy pedía a gritos.

El espectacular látigo no sólo nos servirá para llegar hasta lugares casi inaccesibles o desarmar a nuestros enemigos, sino que también nos ayudará a mantenerlos a una distancia de seguridad óptima, castigándolos con incesantes movimientos de muñeca de contundentes efectos. Quizás uno de los movimientos más espectaculares con el que han dotado a Indy sea el de poder acercar a los enemigos al alcance de sus explosivos puños enrollando a distancia su inseparable látigo alrededor sus cuellos. En definitiva, el apartado de los combates, aunque podría haber sido algo más variado, cumple con nota su cometido.

El juego nos propone niveles variados, entretenidos, considerablemente largos, y lo suficientemente bien diseñados para captar la atención de cualquier aventurero de pro. El ritmo narrativo y de la acción se mantiene vivo en todo momento y la gran ambientación consigue meternos por completo en una aventura cien por cien cinematográfica. Una de las claves que ha permitido a los chicos de The Collective conseguir que el jugador se vea inmerso en este mágico mundo de Indiana ha sido el fantástico y asequible control de los movimientos del personaje. La excelente y bien escogida correspondencia de las funciones de Indy con los botones y sticks del Controller ayuda mucho en este sentido.

Así pues, y de una manera casi intuitiva, seremos capaces de rodar por el suelo con una rápida voltereta, escondernos tras cualquier esquina a lo Metal Gear, subir por cuerdas o cadenas balanceándonos a nuestra conveniencia, accionar mecanismos diversos, nadar o enzarzarnos en encarnizadas peleas. La inmediatez y facilidad en los controles es, como ya hemos señalado, un punto a favor en cualquier juego cuyo 'leit motiv' no sea otro que el ofrecer unos niveles de adicción y frescura sin tregua. Y es aquí donde este Indy destaca sobremanera. 

Tendremos también una vista en primera persona (Modo Mirar), controlada con el gatillo izquierdo, que nos servirá para explorar nuestro entorno o, si tenemos un arma seleccionada,  para apuntar con más precisión a nuestro objetivo. El stick derecho nos servirá para rotar la cámara alrededor del personaje para poder escoger siempre la mejor visión posible del desarrollo de la acción. El sistema de inventario lo controlaremos con la cruceta digital, y a veces, este interface da la impresión de no ser lo suficientemente práctico como para permitirnos cambiar rápidamente de arma en el fervor de la batalla.

Pero, y aquí es donde se demuestra una vez más la flexibilidad de los combates, si Indy se queda sin munición y no atinamos a cambiar de arma instantáneamente, veremos como éste empieza a repartir golpes de pistola o de metralleta como si un arma de golpeo directo se tratara. Esto, ya sabéis, pasa en las mejores familias de  aventureros... Destaca también la inclusión de la cantimplora como improvisado medio de recarga de energía. A lo largo de los niveles nos encontraremos con numerosas fuentes de 'agua bendita o mágica' que nos servirán para llenar nuestra cantimplora de este líquido sanador y así poder utilizarlo en momentos de necesidad en situaciones límite. Curioso cuanto menos.

El diseño de los niveles de este Indiana Jones es soberbio. Raramente nos quedaremos bloqueados sin saber cuál es el siguiente paso que deberemos realizar. Sí, este Indy es un juego lineal, de eso no hay duda. Pero ahí reside parte de su encanto. The Collective nos propone un diseño de la acción encaminado hacia unos objetivos y acciones muy concretas, con grandes dosis de exploración que nunca llegan a volverse tediosas, y con una buena ración de combates de esos que crean adicción. Ese es su menú. Y para que nadie se queje de que su Indiana no utiliza también el ingenio, los creadores de Buffy se han esforzado en construir unos puzzles típicamente 'Croftianos' que, todo sea dicho, no nos van a suponer un gran desgaste neuronal.

Están muy bien pensados, muy bien diseñados y concebidos, pero no suponen en absoluto un desquiciante desafío como el que ofrecían los rebuscados puzzles de Gilbert o Barwood. The Collective ha querido mantener el interés del jugador mediante un diseño de escenarios variado y ciertamente vistoso. No ha sido su intención desquiciar al jugador con ese endiablada dificultad de la que hacen gala algunos Tomb Raider. Este Indiana Jones mima al jugador, le sirve en bandeja cuál debe de ser el siguiente paso a realizar, pero lo hace de una manera tan sutil y dinámica que es difícilmente reprochable. Como muestra de la variedad de situaciones que han buscado los programadores, cabe destacar la sensacional y épica escena que nos coloca en el techo de un imponente teleférico, metralleta en ristre, disparando contra toda una horda de aviones hostiles.

O como el impagable tratamiento que los diseñadores le han otorgado al inseparable y mítico sombrero del arqueólogo. Si en una lucha se nos cae al suelo en medio de las incesantes ristras de golpes, podremos posteriormente recogerlo y volvérnoslo a colocar allí donde el sombrero de un aventurero debe de estar. Genial. En el aspecto jugable, también hay elementos que deberían haberse mejorado para conseguir una mejor puntuación en este apartado. Los enemigos, aunque bien diseñados, no son lo suficientemente variados que podrían haber llegado a ser, y su IA, alterna momentos realmente brillantes con auténticos 'gags' de insólita y rematada estupidez. Por un lado, son capaces de devolvernos las granadas lanzadas, de esconderse tras paredes y dispararnos desde posiciones seguras, e incluso de recoger cualquier arma del suelo y utilizarla contra nosotros.

Por otro lado, a veces parecen responder a rutinas de comportamiento demasiado rígidas y previsibles, y frecuentemente no se inmutan ante la desaparición de un compañero o la muerte de éste. Un apartado, este de la IA, que aunque en ningún momento provoca graves handicaps en el desarrollo de la acción, sí se nos antoja como uno de los puntos a mejorar en posibles futuras entregas. Indiana se verá las caras con los ya familiares soldados nazis, mercenarios árabes y chinos, y tendrá la oportunidad de enfrentarse, como no podía ser de otra manera, a enemigos sobrenaturales sacados de la épica mitológica como un pulpo gigantesco, el Kraken ( el 'Frankestein' alemán) o un impresionante Dragón que aparece al final del juego.

c  o  n  c  l  u  s  i  ó  n
El principal mérito de The Collective es que no han desaprovechado la oportunidad de realizar una gran juego a partir de una licencia tan demacrada como la del Indiana virtual. Han sabido plasmar en un dinámico y variado juego todas las características que hicieron grande y famoso a Indiana, manteniendo la esencia de ese Indy cinematográfico pero sin caer en el oscuro tedio de la repetición y el 'dejà vu'. No es un juego perfecto, pero a cambio cautiva al jugador con un estilo de juego inmediato y directo, profundamente adictivo, capaz de inmortalizar en nuestras retinas algunas escenas épicas que quizás recordemos para siempre.

Tal vez una de las principales virtudes de este Indiana Jones es su capacidad para inmiscuirnos en ese mundo místico-aventurero que tanto y tantos echábamos de menos. Algunos acusarán a The Collective de presentarnos a este 'otro Indy', su Indy, como un Indiana extremadamente violento que no se conforma con dejar KO a un enemigo y que busca su muerte con ahínco. Y tal vez tengan razón. Pero lo que nadie podrá negar es que The Collective y LucasArts han conseguido que el mito vuelva a renacer de sus inmortales cenizas...

Esas mismas que quedaron trágicamente sepultadas en el interior de aquella especie de Máquina Infernal que ya prácticamente nadie quiere recordar. Sin duda, estamos ante el mejor título de The Collective y el juego que el gran Indiana necesitaba para poder mirar a la sensual y despampanante Lara Croft cara a cara. Bien por The Collective.