Un verdadero Galáctico...

Los creadores de Baldur's Gate, bajo la atenta supervisión de LucasArts, nos hacen llegar el último juego inspirado en el vasto universo ideado por George Lucas. Perteneciente al género de los Role Playing Games y con una libertad de decisiones que le ha hecho ganarse los elogios de la crítica especializada de todo el planeta, Star Wars: KOTOR llega dispuesto a arrasar con todo en las listas de ventas de la consola de Microsoft.

Aunque hay unos cuantos videojuegos que no han hecho más que aprovechar el tirón que da la suculenta licencia de LucasArts, lo cierto es que hay unos cuantos títulos que sí que han sabido ofrecer una dosis de calidad reseñable. A veces la privilegiada posición en las charts de todo el planeta que tienen reservada estos títulos debido al tirón de la franquicia en la que están inspirados. Rogue Squadron, Jedi Knight y algún que otro juego más son los principales exponentes de ésto. Por desgracia, son los menos, y tienen que convivir con títulos del estilo Clone Wars o La Amenaza Fantasma cuyos méritos son, cuanto menos, cuestionables.

Eran muchos los que estaban impacientes por ver qué es lo que podía conseguir el binomio Bioware - Star Wars. ¿El resultado? ¿Estará a la altura del resto de creaciones de la compañía canadiense? Leed el análisis que os hemos preparado y conoced nuestra opinión sobre este esperadísimo juego.

Ahora bien, está claro que en los juegos de rol los gráficos no son lo más importante, por lo que tampoco sería correcto ni prudente que los responsables de este título le hubieran dedicado más tiempo a crear unos visuales impactantes y que, por ejemplo, hubieran dejado de lado, o simplemente destinado menos recursos, a cosas como el argumento o las posibilidades de juego. Además, el nivel gráfico conseguido no está nada mal, pero como a un juego del nivel de la obra de Bioware siempre se le exige lo máximo en cada uno de sus apartados, a uno le queda un regusto un poco amargo. Un regusto que, por fortuna, desaparece tan pronto como os sumerjáis totalmente en el argumento de KOTOR.

Con la palanca derecha podréis cambiar el ángulo de visión, por lo que en ningún momento os encontraréis con un punto de vista que os impida el poder contemplar la jugada con absolutas garantías. Aunque dado el carácter por turnos de los combates pudiera parecer que no hay ninguna situación en la que sea realmente necesario en disponer de un control total de la cámara, lo cierto es que tanto a nivel de exploración como de detección de trampas u objetos repartidos por los escenarios es muy de agradecer el tener un punto de vista totalmente móvil y controlable.

El único error o fallo, que tampoco puede imputarse en su totalidad a este apartado, es que cuando habléis con un personaje totalmente secundario, o sea, cuando entremos en una conversa en la que ni siquiera se pueda escoger una pregunta o una réplica, vuestro interlocutor os hablará mientras continúa con lo que estaba haciendo. Y si resulta que estaba paseando, pues se alejará de vosotros mientras os habla. Un simple detalle que consigue evitar que los efectos especiales de KOTOR puedan considerarse como totalmente perfectos.

Está claro que un fan de Otogi que no le haya hincado nunca el diente a un RPG se encontrará bastante perdido si, tras exprimir a tope la obra de From Software, se hace con este Knights Of The Old Republic. El peligro que corre de no saber apreciar toda la dimensión del juego es elevado, pues puede sentirse saturado de tanta libertad de acción. Pero es como todo, si no te gustan las plataformas no te gustarán los Marios, y si no te gustan los juegos de disparos en primera persona no te compres el Halo porque, por muy bueno que sea, no te divertirá. Una vez dejado claro que KOTOR es un título de rol, un género bastante menos accesible para el gran público que otros como las aventuras o los títulos de acción, pasemos a ver qué es lo que nos ofrece a nivel de posibilidades de juego.

No hay una fórmula mágica que nos diga cuál es la mejor elección para cualquier persona. Cada jugador es un mundo, y es por ello que cada uno deberá saber encontrar la especialidad que mejor se adapta a su estilo de juego en concreto. Además, esta gran ramificación inicial de posibilidades añade un gran componente de rejugabilidad muy de agradecer, componente que se ve potenciado con la posibilidad de seleccionar el camino de la Luz o el de la Oscuridad. Pero mejor no adelantemos acontecimientos...

Una vez realizada la selección de especialidad, pasamos a la pantalla de edición de personaje. Aquí volvemos a tener dos posibilidades: Creación Rápida de Personaje o Personaje  Personalizado. Las diferencias entre ambos modos de configuración son que, mientras que en el primero tan sólo podremos elegir el semblante de nuestro personaje y su nombre, en el segundo podremos repartir los puntos disponibles entre las diferentes características del protagonista como más nos guste. La repartición de puntos que por defecto realiza el juego es muy equilibrada y debería bastar para la mayoría de jugadores. Tan sólo aquellos jugones más experimentados y con mucha experiencia en el género del Rol se sentirán tentados de hacer sus propios ajustes.

Nota: En cualquiera de los tres apartados (Atributos, Habilidades y Feats) podremos accionar el reparto automático de puntos presionando el botón Y. De esta forma, si no estamos muy seguros de qué forma hemos de realizar el balanceo de bonificaciones, siempre podremos recurrir al útil bot de ayuda.

Atributos: son los parámetros que afectan a cualquiera de las acciones que se lleven a cabo en el juego.

Habilidades: aquí se pueden ver las diferentes capacidades de actuación de un personaje frente a un determinado problema. Como en casi todos los juegos de Rol - por no decir todos - el azar interviene en forma de dado cada vez que tengamos que hacer frente a un determinado problema, pero si la habilidad aplicable en esa situación está suficientemente desarrollada por nuestro personaje, tendremos muchas posibilidades de superarla.

Feats: Los Feats son principalmente habilidades enfocadas al combate que permiten al personaje el uso de armas, armaduras u objetos específicos. También pueden posibilitar ataques especiales o facilitar el acceso a diferentes bonificaciones. Los personajes tienen diferentes feats dependiendo de su clase, y a medida que van aumentando de nivel, van consiguiendo nuevos feats.

Y es que la investigación y la picardía a la hora de recolectar bonus es fundamental en KOTOR, al igual que en otros tantos juegos de Rol. Por los pasillos, en cajas, en las casas y, sobre todo, en los cuerpos sin vida de nuestros enemigos o nuestros aliados, podremos recoger diferentes objetos que nos servirán de gran ayuda durante la aventura, como dinero fresco que podremos emplear en comprar nuevas armas, medicamentos con los que curar a los personajes u objetos cuya utilidad se pondrá de relieve en determinadas situaciones.

Los objetos que se vayan recogiendo estarán disponibles para todos los integrantes del grupo, aunque no todos podrán utilizar la totalidad de ellos debido a las limitaciones de cada personaje y sus características especiales. Pero que no os quepa la menor duda de que todos y cada uno de esos ítems serán necesarios para llevar a buen puerto la aventura. Así que ya sabéis lo que os tocará: tener los ojos bien abiertos. Será la única forma de que no se os pase ni uno solo de los armarios, recipientes o posibles escondites en los que podrán estar ubicados los más variopintos objetos.

También habrá fases que romperán la rutina general en la que os pondrán de cañoneros en naves espaciales o incluso de pilotos de naves de carrera. No serán eventos que se produzcan con mucha frecuencia, pero lo cierto es que añaden una diversidad muy de agradecer. Cierto es que quizá los jugones más puristas del género quizá no les haga demasiada gracia la inclusión de estas fases que parecen sacadas de un arcade, pero como vienen con el lote tendrán que pasar por el aro si quieren disfrutar del resto. Es lo que hay.

El combate en sí va de la siguiente manera: uno de los integrantes del grupo avista a un conjunto de enemigos. Imaginemos que vuestro equipo está formado por los tres componentes. Suponiendo que tenéis ganas de acción, atacáis seleccionando un objetivo. Y entonces empieza el espectáculo. Durante la lucha, que es en tiempo real, podréis ir eligiendo el tipo de ataque a realizar por cada uno de vuestros personajes, escoger el enemigo al que cada uno de ellos dirigirá su atención, etc.

Durante las luchas podréis detener la acción en cualquier momento para planificar la siguiente maniobra, cambiar las armas de cualquiera de los integrantes de nuestro equipo o incluso utilizar ítems que nos proporcionarán una ventaja extra en el envite, como botiquines, etc. Eso sí, en cada turno, cada personaje únicamente podrá activar un objeto, lo que nos obligará a tener más o menos clara la estrategia a seguir de cara a deshacernos de los malos de turno.

Cuando el envite finalice, una indicación visual aparecerá en pantalla avisándonos de qué cantidad de experiencia hemos conseguido gracias al reparto de estopa. Dependiendo de la dureza de los adversarios que derrotéis, el número de puntos que conseguiréis será más o menos abultado. Esos puntos son los que harán que vayáis subiendo de nivel y podáis así conseguir nuevas habilidades o perfeccionar las que vuestro personaje ya tenía.

En cuanto al precio de este juego y toda la polémica que ha surgido después de que Electronic Arts decidiera incrementarlo, tan sólo podemos decir que Star Wars: KOTOR es uno de los pocos títulos al que hemos tenido el placer de jugar últimamente que consideramos que realmente valen lo que cuestan. Y es que cuando uno se da cuenta que lleva cerca de 30 horas labrando un porvenir a su caballero Jedi y que la historia continúa y continúa, uno no puede menos que sentirse satisfecho de, por fin, haber encontrado un título que no se acaba en unas pocas horas y que realmente tiene mucho que ofrecer.

Ampliar

Ampliar

l  o    m  e  j  o  r

Ampliar

Ampliar

l  o    p  e  o  r