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Retroanálisis: Final Fantasy VII

Revive la historia del juego en el que trabajaron más de 100 personas, se invirtieron 30 millones de dólares y se demoró en infinidad de ocasiones. Era el primer trabajo de Square para la plataforma de Sony, el primer RPG que triunfó de verdad fuera de Japón.

 He intentado empezar este texto de una manera convincente más de una docena de veces. Cualquier redactor os podrá confirmar de que tanto el inicio de un texto como el momento de poner la nota final son casi con total seguridad los puntos más difíciles de un análisis o un artículo. Y estoy muy seguro que más de la mitad de esos mismos redactores suprimirían la puntuación de los juegos. En el caso de Final Fantasy VII sólo he tenido problemas para comenzar a escribir, pero creo poder argumentar el motivo.

 El problema principal es la perspectiva.Es decir, cuando nos vemos ante la labor de analizar un juego, hablarde él, puntuarlo, nos falta perspectiva. Generalmente hablamos de unjuego que o bien está a punto de salir, o bien ha salido hace poco.Entonces intentamos profundizar ante lo que el juego nos ofrece, lo quetenemos delante en comparación con el pasado pero lo que no somoscapaces de ver es la dimensión que ese juego alcanzará en el futuro. Las auténticas obras maestras de los videojuegos son aquellas que son capaces de trascender más allá de la pantalla, calar hondo en el jugón tal como lo haría una buena novela o un acontecimiento del pasado. Las obras maestras no envejecen: maduran con el tiempo y se vuelven mejores. Son aquellas que hacen avanzar a la industria, crean escuela y se convierten en objeto de culto por parte de los aficionados. Hay un buen puñado de juegos que pueden haber conseguido eso. Pero en mi cabeza sobresale un nombre y un número: Final Fantasy VII.

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Retomando una fantasía 

Hace un par de meses, mientras hacía la mudanza al nuevo piso y empaquetaba todos mis instrumentos de diversión, casualmente llegó a mi mano una de esas memory cards de la 'antigua' Playstation; no era la oficial de Sony, sino una de aquellas que podían almacenar más de los habituales 15 bloques. El gusano de la curiosidad empezó a morderme y no dejó de hacerlo hasta que volví a conectar mi PSX y comprobar qué había allí dentro. Lamentablemente, el paso del tiempo había hecho mella en ese pequeño periférico de la consola de SONY y no me permitió cambiar entre las 4 teóricas tarjetas de memoria comprimidas en una sola, sino que se había quedado fija en una de ellas. Dentro había, por supuesto, toda una serie de partidas grabadas del magnífico juego de Square (algunas con más de 200 horas de juego) y me prometí que, al volver de vacaciones, escribiría un texto sobre el que era, para mí, el mejor juego de la historia.

Las claves del éxito 

Más de 100 personas para su desarrollo, 30 millones de dólares invertidos en él, demorado en infinidad de ocasiones, el primer trabajo de Square para la plataforma de SONY, el primer RPG que triunfó verdaderamente fuera de Japón, una campaña de publicidad a nivel mundial que incluía anuncios en televisión…Que la séptima entrega de la saga de Square supuso un antes y un después en la historia de los videojuegos es algo que muy pocos dudan. Un punto de inflexión, una referencia que aún hoy perdura, el 'benchmark'. Tratemos de comprender el por qué de su éxito no sólo en España, sino alrededor del mundo.

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Argumento 

La corporación SHINRA domina el planeta. Sus tentáculos abarcan todas las áreas de poder gracias a la producción de la energía MAKO, obtenida a través del procesado de la fuerza vital que fluye del planeta. Gracias al monopolio sobre dicha fuente de poder y a su poderoso ejército, la población vive bajo una nube de terror ignorando que en realidad SHINRA extrae la energía de la misma madre Tierra, consumiéndola más y más a cada minuto que pasa. Solamente AVALANCHE, una pequeña facción ecoterrorista, parece estar al corriente de los verdaderos acontecimientos en Midgar y hará todo lo posible por evitar la muerte del planeta.

 Los esfuerzos de Square para dar consistencia al argumento de sus juegos de rol son reconocidos por toda la comunidad. El guión de FFVII es denso, profundo, intenso y por encima de todo muy humano. Tal vez no sea el mejor guión de la saga Final Fantasy (me encantó el de Final Fantasy VI, por ejemplo) pero sí tiene multitud de elementos que hacen que la gente lo recuerde por encima de cualquier otra entrega. Sus personajes principales son algunos de los más carismáticos de todos los tiempos: Cloud, Barrett, Tifa, Aeris, Cid, Yuffie, Vincent, Red XIII e incluso Cait Sith tienen una poderosa presencia en pantalla, una personalidad muy bien definida que crea la sensación tras pocas horas de juego de que en realidad conocemos a esos caracteres de toda la vida.

Pero aunque Cloud, Barrett, Tifa o Aeris son personajes muy fuertes visualmente, ninguno alcanza el carisma que tiene su antagonista: Sefirot. Square puso tanto mimo en el diseño de Sefirot, tanta profundidad en el desarrollo de su personalidad, que consiguió convertirlo en el mejor (técnicamente hablando, claro está) villano de todos los tiempos. Sin Sefirot no es posible comprender la grandeza de Final Fantasy VII y es probablemente el principal atractivo del juego. El desarrollo del argumento, al contrario que otros juegos más novedosos, es absolutamente lineal. Eso significa que a pesar de los múltiples giros que da el mismo, en realidad hagamos lo que hagamos llegaremos al mismo fin. Hay unas pocas particularidades de personalización, es cierto, pero son nimias y en realidad vacías de sentido.

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Gráficos

Pero Sefirot no es el único atractivo, claro está. El apartado gráfico de FFVII está a años luz de cualquier predecesor. Dejaba Wild Arms a la altura de la suela de los zapatos; se acabaron las interminables mazmorras con sus repetitivos escenarios, se introdujeron gran número de escenas cinemáticas no generadas con el motor del juego, se diseñaron bellísimos fondos pre-renderizados con infinidad de localizaciones distintas… en pocas palabras, el hardware de la PSX tocaba techo. O, como mínimo, alcanzaba otro nivel.

El diseño de los personajes mejoraría en futuras entregas, no obstante. Se optó por un dibujo muy japonés, con los protagonistas extremadamente cabezones en relación a su visiblemente muy inferior cuerpo. Pocos polígonos se utilizaron para su puesta en escena, con muy poco detalle tanto en el vestuario como en la expresión corporal. Sin embargo, lejos de dar una impresión descuidada, los personajes estaban llenos de vida y con apenas cuatro movimientos de cabeza ya conseguían transmitir más al espectador que muchos otros juegos más avanzados técnicamente. Más de 70 hechizos daban luz y color a las batallas, mostrando tanto lo que la gris de SONY era capaz de ofrecer como el nivel de entrega que los grafistas de Square habían puesto en este apartado. Sin olvidar las invocaciones, por supuesto, algunas retomadas de la sexta parte de la saga. Todas ellas atesoraban un altísimo nivel, como la magia 'Ultima' o la invocación de los 'Caballeros de la mesa redonda'.

Es cierto que los gráficos no son todo lo que podrían haber sido. Los personajes giran sobre su propio eje y no hay movimiento labial, por ejemplo. Como dije, el diseño de vestuario está lejos de ser una maravilla y las armas en sí mismas tampoco son un prodigio gráfico. Pero a pesar de ello, y sobre todo en comparación con lo que había anteriormente, avanzar a través de las más de 40 horas de juego de Final Fantasy VII era un continuo vaivén de 'Oh' y 'Ah!' mientras nuestros ojos enrojecían tras contemplar por enésima vez la invocación de Bahamut Zero. Y además, con sus lógicas reservas, es un juego que no se ve TAN desfasado gráficamente como otros juegos bastante posteriores a su creación… y eso ya dice mucho.

Sonido  

De la mano maestra de Nobuo Uematsu, un auténtico gurú en cuanto a la composición de bandas musicales para videojuegos se refiere, llega la banda sonora de Final Fantasy VII en todo su esplendor. La calidad se define en una sola palabra: sublime. Tanto los temas lentos como los rápidos son pegadizos y me he encontrado en alguna ocasión, incluso años después, tarareando las notas de la melodía que suena al entrar en un combate aleatorio, por ejemplo. Editada a lo largo de 4 cds, es una de las piezas de coleccionista más preciadas y que ningún fan de la serie debería dejar escapar. Las voces, sin embargo, permanecen ausentes durante el desarrollo del juego. Solamente las líneas de texto acompañan el teórico diálogo (y hay bastante, la verdad) entre los personajes. No obstante, había determinadas imposibilidades técnicas para llevarlo a cabo (como el hardware de la Psx), sin contar que el juego ya de por sí se alargaba 3 cds. En definitiva, un apartado épico con momentos verdaderamente memorables (el tema de Aeris ESPECTACULAR) que no puede recibir nada menos que las más altas alabanzas.

Jugabilidad 

A pesar de que Final Fantasy VII no dejaba de ser un clásico RPG por turnos, añadió numerosas variantes que lo convirtieron en el más jugable de todos los tiempos. Cuando no estábamos en combate, el personaje deambulaba libremente mediante la cruceta de dirección y los botones de acción estaban limitados a la posibilidad de abrir cofres, hacer correr a nuestro protagonista o entrar en el menú de opciones.

Los encuentros con los monstruos, sin contar con jefes finales, eran absolutamente aleatorios; aunque eso es algo que no deja de ser frustrante en cierto sentido y que se supone que tiende a desaparecer, otorgaba al jugador una sensación de intranquilidad al caminar por determinados parajes y añadía un poco de emoción a la simple acción de ir caminando de un lugar a otro. La dinámica del combate es la misma que en otros juegos del mismo tipo, es decir, por turnos. Una serie de rondas de combate preestablecidas se suceden hasta que uno de los dos bandos queda derrotado. Nuestro equipo está formado por ni más ni menos que tres luchadores, cada uno con su propio equipamiento, puntos fuertes y débiles, habilidades… y nuestro deber será saber encontrar el balance adecuado para afrontar cada reto. Final Fantasy VII no distingue entre especialistas; es decir, cualquier personaje puede ser mago, atacar cuerpo a cuerpo o a distancia. Obviamente, determinados caracteres son más proclives a efectuar distintos tipos de acciones, pero en gran medida las habilidades de los personajes se ven afectadas por su equipamiento.

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Materia

Cuando la energía mako se concentra se forma la materia, representada como esferas relucientes de distintos colores. La materia proporciona habilidades especiales a quien la posea, siempre y cuando ésta se engarce en armas o armaduras. A efectos del juego, la materia nos da la posibilidad de efectuar magias. La materia gana puntos de habilidad del mismo modo que nuestros personajes suben de nivel y, por consiguiente, aumenta su fuerza y nos permite efectuar hechizos más poderosos. Cuando la materia ya no puede crecer más (se convierte en maestra) se divide formando otra materia igual del mismo tipo. 

El sistema de magias de Final Fantasy VII no podía ser más simple y efectivo a la vez. La materia 'Fuego' proporciona las magias 'Fuego', 'Fuego+' y 'Fuego++'. Hielo es a Hielo+ y Hielo++. Simple, no? Pues bien, dicha materia se divide en varios tipos que se distinguen por la tonalidad que tienen: verde (magia), azul (apoyo), roja (invocación), amarilla (habilidades especiales) y púrpura (comandos especiales). La posibilidad de engarzar unas u otras está sujeta a la disponibilidad de la materia en cuestión, a la cantidad (y tipo) de engarces de nuestras armas y/o armadura y a los efectos colaterales que esas materias produzcan. Es decir, si equipamos a uno de nuestros personajes con mucha materia de invocación su poder mágico crecerá, pero su total de puntos de vida bajará drásticamente. Además, el tipo de engarces de las armas puede ser sencillo o doble, permitiendo enlazar materias de magia con habilidades de apoyo (azules), como por ejemplo 'Todos' + 'Hielo' o bien 'Último Ataque' + 'Phoenix'. Como veis, las posibilidades son infinitas.

La acción de FFVII se desarrolla en multitud de escenarios distintos. Como antes dije, con esta entrega se terminaron las mazmorras idénticas imitadas hasta la saciedad. La épica de los personajes y del argumento alcanzó a las localizaciones: desde un clásico pueblo de los suburbios hasta el más modernista de los edificios. Ciudades flotantes, un espectacular casino aéreo… un delirio visual para los jugadores que aún puede apreciarse 6 años después. La grandeza de este sistema es su simplicidad y, a su vez, la gran capacidad de combinarlas a nuestro gusto. Si bien el juego puede terminarse en menos de 40 horas, conseguir todas las materias y llevarlas a su máximo nivel (y conseguir así unos bonus que no relataré aquí) puede llevarnos más allá de las 200 horas de juego, pues para conseguirlas todas deberemos dominar no sólo la estrategia de combate, sino también algo que se prodiga en toda la saga de Final Fantasy.

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Los minijuegos 

Son un clásico. El Blitzball en el Final X, las cartas en el VIII… casi todos los juegos de rol para videoconsola que se precien tienen uno o más mini-juegos que pueden llegar a entretenernos tanto o más que el juego original pero que no acostumbran a ser imprescindibles de dominar para terminar el juego. En Final Fantasy VII tenemos varios: el gold saucer, las batallas de Junon, etc. pero la cría y las carreras de chocobos son sin duda lo más importante. Si nos conseguimos convertir en maestros del arte de la cría del chocobo (aquellos animales semejantes a avestruces, presentes desde Final Fantasy II, me parece recordar) y los llevamos a las carreras, podremos llegar a obtener distintas variedades de dicho animal, además de suculentos premios. Parece una tontería, pero más de un hardcore player de Final Fantasy VII sabrá a qué me estoy refiriendo y valorará la importancia de dominar esta particularidad de FF VII.

Conclusiones

Determinar la grandeza de la séptima entrega de la saga de Square es más fácil ahora de lo que lo fue en 1997. Es bien cierto que la industria de los videojuegos vive su mejor momento, que el género del rol está en su apogeo y que Square-Enix es probablemente una de las mejores compañías del mundo. Las empresas punteras del sector se animaron a sacar fuera de Japón sus sagas de rol; Namco, Sega… Los recientes Suikoden III, Xenosaga, Breath of Fire V o la décima entrega del propio Final Fantasy confirman esta tendencia. Y todo ello se lo debemos a Cloud, Tifa, Barrett y compañía, simple y llanamente.

Meristation, ya puntuó este juego en su momento con un 9'9. Lo entiendo perfectamente, la verdad. Valorando esa nota 6 años más tarde la encuentro absolutamente justa y sólo he decidido retocarla muy ligeramente. El motivo? En realidad dos. Uno de ellos es un retro-motivo. Es decir, rejugar FF VII ahora en nuestra Ps2 tiene un gran inconveniente que en su momento pasamos por alto: no se puede jugar con el mando analógico del Dual Shock. Parece una tontería, pero después de varias horas de juego el pulgar izquierdo ha perdido absolutamente la sensibilidad y adquirido una extraña forma de cruz y el malestar que ello provoca es considerable.

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El otro problema es el pésimo doblaje que se realizó al castellano. En numerosas ocasiones el texto es confuso, los verbos están mal empleados y el género masculino y femenino se mezclan con total normalidad. Otras veces, la traducción es simplemente mala. Ver como en la versión inglesa Aeris utiliza 'Cool!' y se dobla como 'Qué frío!' es, cuanto menos, decepcionante. Sin embargo, visto como está el panorama actual de traducciones y doblajes al castellano, con juegos triple A que ni tan siquiera llegan a nuestro idioma con simples subtítulos, el problema de Final Fantasy es menor.

La pregunta es: está sobrevalorado Final Fantasy VII? Mi respuesta es NO. Es todo cuanto se ha dicho y probablemente todo cuanto se dirá. Espectacular, épico, espléndido… sublime. Merece todos y cada uno de los puntos que se le otorgaron en su momento y que se le otorgan hoy. Es lo que llamamos una obra maestra con todas sus letras.

Lo mejor: 

  • Aventura épica sin precedentes
  • Atemporal, gana puntos con el tiempo
  • Sublime dibujo de personajes

 Lo peor: 

  • La traducción al castellano
  • La imposibilidad de utilizar el pad analógico.

Nota: 9.8

Final Fantasy VII

  • PS
  • RPG

Nos encontramos ante el mayor RPG creado hasta la fecha, plasmado en 3 compactos, con una memoria total de 1598 Megas reales, y posiblemente, ante el mejor juego de todos los tiempos, solo con que te gusten las aventuras, amarás Final Fantasy VII

Carátula de Final Fantasy VII
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