Expandiendo territorios

Punto por punto, Blizzard sigue su filosofía hasta las últimas consecuencias. Después de crear expectación, sus lanzamientos suelen triunfar en el mercado durante largo tiempo. Llegado el momento, la empresa canadiense completa el pastel con una oportuna expansión, redondeando el juego y convirtiéndolo en un clásico. Es una historia que parece repetirse ahora una vez más. Y me da la impresión que no ha cambiado ni un ápice el argumento.

En busca del Trono de Hielo

Warcraft III ya tiene su expansión. Hace unas semanas que está en el mercado, y ya se ha colocado en los primeros puestos de ventas. Bill 'Midas' Roper ha trabajado duro para dar a todos sus seguidores lo que demandaban tras probar el juego original. Y ciertamente, Warcraft III mejora con este disco adicional. Lo hace de forma cualitativa, calibrando más si cabe el balanceo entre facciones, y también cuantitativamente, ofreciendo nuevas misiones, nuevas unidades y nuevas tácticas a poner en práctica.

Blizzard ha decidido continuar la historia de la campaña original justo donde acabó, con la derrota de la legión demoníaca. A través de 26 misiones manejaremos a elfos nocturnos, humanos, no muertos y orcos. En este caso, las tres primeras campañas se centran mayoritariamente en los nuevos personajes y sus habilidades, así como en mostrarnos las unidades que se han añadido a cada facción. La cuarta campaña nos pone en la piel de un Señor de las Bestias que se alía con los Orcos, y está enfocada de una manera muy similar a un action-RPG, donde podemos moldear las características del héroe al subir de nivel en lo que me ha parecido una especie de guiño a Diablo, otro de sus juegos-franquicia.

Hablemos en profundidad de la piedra angular que ostenta Frozen Throne: los nuevos héroes. Tenemos uno por bando, y cinco más que podremos contratar en una taberna, lo que constituye otro acercamiento más al rol. Los héroes añadidos por la expansión vienen a reforzar los puntos más necesitados de cada facción, a la vez que complementan a la perfección con los héroes originales. A saber:

Por otro lado, quiero destacaros alguna de las unidades más valiosas que se han añadido. Los muertos vivientes pueden invocar a la Estatua de obsidiana, capaz de regenerar tanto maná como energía vital a sus aliados. Si somos capaces de llevar un par de estatuas con nuestro ejército será complicado que nos derroten. Con la facción humana lucharán los Deshacedores de hechizos, elfos capaces de robar conjuros al enemigo y usarlos a su favor. Por su parte, los elfos nocturnos podrán usar escuadrones de Dragones faéricos, resistentes a la magia; y como unidad orca más relevante os cito al Jinete de murciélago troll, capaz de hostigar edificios desde el aire.

Ampliar

Otra de las de las peticiones más demandadas por los usuarios de Warcraft III ha sido la inclusión del combate naval. Ahora podemos adquirir barcos de guerra y de transporte gracias a los Astilleros goblin. El combate entre navíos no será nada complejo, siendo bastante similar al que encontrábamos en Warcraft II.

Respecto a los edificios nuevos, os he mencionado la Taberna y los Astilleros, así que me faltan el Mercado y las Tiendas. El Mercado es una especie de almacén que ya vimos en el juego original, y en el que ahora podremos encontrar una variedad más amplia de artefactos, algunos de ellos muy valiosos y difíciles de encontrar. Por último, las Tiendas son edificios que podemos construir en nuestra facción y gracias a la cual tendremos a mano objetos básicos como pociones y hechizos comunes. Además, desgravan a la hora de declarar a Hacienda.

Aunque no quiero desvelaros mucho del interesante argumento, las nuevas campañas presentarán una nueva raza, los Naga: criaturas marinas que jugarán un importante papel en dichas misiones. Uno de los cinco nuevos héroes que encontraremos en la Taberna es una Bruja Naga, capaz de surcar los mares e invocar tornados. Sin embargo, es una lástima que Blizzard no haya decidido incluir a esta raza marina como una más a elegir en el Multijugador.

Por último, el editor de mundos y campañas ha sido retocado para permitir una mayor potencia y facilidad a la hora de diseñar nuestras propias aventuras. Además, ahora en Battle.net se permite la formación de clanes y se celebran periódicamente torneos automatizados.

Todo está estudiado para que el que haya disfrutado de Warcraft III no se lo piense a la hora de adquirir The Frozen Throne. Hay multitud de novedades, todas interesantes. El concepto de juego no cambia, se balancean por completo las facciones, y se incrementa el factor rol con multitud de nuevos objetos y hechizos. Merece la pena.

Gráficos y sonido

No hay mucho que contar aquí, ya que prácticamente todo está en la línea de Warcraft III. Se han añadido nuevos entornos y el diseño de los nuevos personajes sigue siendo de gran calidad. Asimismo, tendremos nuevos cortes musicales para cada una de las facciones, y las unidades nos obsequiarán con frases y exclamaciones totalmente remozadas. El doblaje sigue siendo tan impecable como desternillante.

Y lo mejor… ¡nuevas escenas cinemáticas! Si disfrutaste con las incluidas en el original, seguro que serán un merecido premio a completar cada una de las campañas de la expansión.

Guión

Archimonde y la Legión de Fuego no pudieron cumplir sus planes de conquista al ser derrotados en la batalla del Monte Hyjal. Tras la gran guerra, comenzó un período de reflexión. Los elfos nocturnos regresaron al bosque de Ashenvale para intentar deshacer la corrupción y devastación a que fueron sometidos. Los supervivientes humanos de Lordaeron, con Jaina Proudmoore a la cabeza, viajaron a la costa este de las Planicies y erigieron la ciudadela de Theramore en un intento de rehacer la Alianza humana.

Por su parte, los orcos, exhaustos tras las innumerables batallas a las que se enfrentaron, fundaron la nueva nación de Durotar al este de Kalimdor. Su jefe Thrall cree que, de una vez por todas, serán capaces de reclamar una tierra como suya. Arthas, por su parte, se ha coronado el nuevo rey de Lordaeron. Al frente del Azote de los muertos vivientes, cambió por completo la nobleza del reino por un antro de muerte y desolación. Sin embargo, poco a poco siente como su poder se ve debilitado, por lo que decide emprender la búsqueda del Trono de Hielo para poder completar su plan de conquista.

Al margen de las principales facciones de Azeroth, Illidan Stormrage tiene sus propios planes. Su ansia de poder va a desencadenar una nueva amenaza para todo el continente. El resto está en tus manos…

Jugabilidad

La fórmula es simple. Cogemos la jugabilidad que encierra Warcraft III, le colocamos un factor multiplicador a su lado gracias a las nuevas posibilidades que nos brindan las novedades implementadas en la expansión, y hacemos la cuenta. La cifra que nos sale está en el mismo conjunto que la original, pero es mucho mayor.

Blizzard no se sale de lo que pretendía con Warcraft III, sino que lo corrige y aumenta en gran medida. Mejora aspectos de la interfaz, como en el detalle de poder poner "en cola" creación de unidades y avances tecnológicos a la vez, o como en la posibilidad de ver a simple vista en el minimapa las hordas de creeps(PnJs dirigidos por la máquina) y su nivel de habilidad, con lo cual no perdemos ventaja respecto al que se sabe de memoria el mapa. Seguimos echando en falta un mayor movimiento de cámaras y zoom, limitando en ocasiones la zona de visión.

Por supuesto, todo esto tiene un gran inconveniente, ya que sigue cerrando mucho el planteamiento del juego el límite de unidades por grupo, que sigue a 12, el alto riesgo de rush que proporcionan las características intrínsecas de las unidades, y en general, el alto matiz de acción rápida y desenfrenada tan impropio de un juego de estrategia. Algo que hizo que muchos huyeran de Warcraft III. Como veis, Frozen Throne no se ha planteado para abrir más posibilidades en este sentido, sino para reforzar el espíritu del original. Si teníais la esperanza de que la expansión proporcionara un cambio radical, olvidaos de ello.

Multijugador

Aquí reside una de las mayores bazas de Warcraft III, y por lo general, de los juegos de Blizzard. No es casualidad que sus tres franquicias principales estén entre los más jugados en toda la red mundial. Para la ocasión se han añadido más mapas multijugador, se añaden clanes y torneos, y se ha optimizado especialmente la búsqueda de partida común. Battle.net sigue siendo el punto de encuentro para millones de jugadores, y Blizzard lo mantiene al máximo nivel de calidad en cuanto a conexión y seguridad.

Estrategia y trucos

The Frozen Throne ofrece la misma posibilidad en cuanto a trucos que el juego original, The Reign of Chaos. Si os siguen interesando, podéis pasaros por la sección de trucos de la revista.

Comparándolo con…

Como ya os dijo mi compañero Tacto en el análisis de Warcraft III, estamos ante la evolución natural de la exitosa segunda parte, redondeada más si cabe con el lanzamiento de esta expansión. Su trepidante ritmo de juego y la importantísima figura de los héroes hacen que el conjunto jugable sea bastante distinto de los demás RTS en general. Y también coincido con él al preferir Warcraft II. La verdad que fue un juego que marcó a mucha, mucha gente.