Freelancer...pero menos

Freelancer supone la vuelta de un género del que hacía tiempo no se tenía noticia como es la aventura espacial. A pesar de que en los últimos tiempos han proliferado juegos de temática espacial, han sido en su mayoría RTS, arrastrados por el éxito y la calidad de Homeworld, dejando el siempre complicado tema de dar libertad total dentro de un vasto universo, que no sólo es complejo de por sí, sino que cuenta con la desventaja de que tiene grandes precedentes, por lo que siempre es complicado ponerse a la altura de los clásicos del género, empezando por el padre de todos: el mítico Elite.

El desarrollo de este título ha sido seguido con enorme expectación (y con cierto desasosiego ante los numerosos retrasos que han derivado en ni más ni menos que seis años de desarrollo), ya que se trataba de la primera aventura espacial de Chris Roberts (creador de Wing Commander) después de su salida de Origin y los listones estaban más que altos cuando se empezó a hablar del proyecto. Muchos ya pudieron imaginarse una especie de mezcla idílica entre Starlancer, Frontier e I-War 2, con un modo multijugador persistente y miles de jugadores a sus anchas, en un vasto universo.

La historia ya se relató en el avance, así que a estas alturas se sabe que pasó. Digital Anvil fue comprada por Microsoft, Chris Roberts se desvinculó del proyecto y de la compañía fundada por él y las directrices del proyecto cambiaron radicalmente, pasando a 1) terminar el proyecto 2) ofrecer un producto de calidad 3) hacerlo lo más accesible posible. Estas tres premisas se han cumplido a la perfección, pero en el camino se han dejado todo lo soñado por los amantes de los juegos de simulación espacial.

La mejor idea que se puede sacar después de jugar, y disfrutar, muchas horas de este título, es que es el "Diablo" de su género, el título que frente a sesudos, y a veces desesperantes juegos, ofrece algo ligeramente parecido, pero perfectamente accesible para cualquiera y a la vez desposeído de cualquier tipo de profundidad. ¿Bueno o malo? depende desde que ojo se mire.

Freelancer es un juego bastante complicado de analizar, ya que por un lado está el factor de que es un producto de una calidad indudable, trabajado hasta (casi) el último detalle para que cualquiera pueda disfrutar de él, visualmente impactante (excepto por un detalle gráfico bastante sangrante que luego se comentará) y sobre el que es obvio que se ha depositado un enorme trabajo y esfuerzo, cuidando todos los detalles al milímetro, desde las voces hasta el interfaz, pasando por aspectos como el control, que quitando que horrorizará a los amantes de Starlancer, es casi perfecto para lo que ha sido creado.

Pero por otro lado, se deja demasiadas cosas en el tintero y se ha simplificado tanto que no faltan las ocasiones en las que resulta casi monótono. Está bien hacer el género de la aventura espacial más accesible a quienes no estén dispuestos a desembolsar dinero en un Joystick en condiciones, pasarse un día entero para empezar a dominar con cierta soltura su nave, o perderse en una infinidad de opciones comerciales y de gestión de tu nave, pero una cosa es "no tanto" y otra distinta "nada".

Sería fácil cargar contra lo mucho que falta en este título de cuanto se prometió, o más sencillo aún condenarlo por su extrema simplicidad en ocasiones, pero también sería un tanto injusto, por lo que la posición de este humilde analista es la del termino medio, apreciando las cosas buenas que tiene y acusando sólo algunas, que no todas, las cosas que faltan o que podrían haberse echo mejor. Por supuesto, advirtiendo en el camino que se abstengan todos aquellos que busquen complejidad en la gestión de la economía o en el manejo de la nave, pues no encontrará nada de eso aquí.

Sonido y gráficos

Gráficamente, Freelancer es una maravilla, aunque no tanto porque haga un despliegue de potencia gráfica, sino más bien por el sentido estético, por la variedad y la riqueza visual que exhibe Sirius (la zona del Universo donde se desarrolla todo). Resulta un enorme placer pasear por este océano celeste, entrar en sus nebulosas, sus nubes del polvo, sus cinturones de asteroides observar como se diferencian los sistemas según sus condiciones o las estrellas que lo componen. Resulta hermoso ver como se juega con los colores, formando caprichosas formas en un horizonte al que parece que siempre se puede llegar, al igual que resulta emocionante ver una nebulosa y saber que se puede entrar, explorar su interior y buscar las sorpresas que puede deparar.

Luego están las naves y estaciones espaciales u orbitales. Está claro que se ha puesto mucha imaginación en este aspecto, con diseños variados y muy cuidados, dejando patentes además las diferentes tendencias que siguen cada una de las 5 razas presentes, que imprimen sus ideas en los diseños tanto de sus estaciones y naves de mayor escala, hasta en los vehículos más pequeños (que son a los que se podrán acceder).

No hay que olvidar tampoco los planetas, que ofrecen un espectáculo al aterrizar muy interesante, mostrando desde grandes ciudades a pequeñas minas. Lo que más llama la atención en las ciudades es cómo se diferencian los estilos arquitectónicos de cada una, que varía de acuerdo tanto como en el pueblo en donde se encuentra (hay que recordar que las diferentes facciones se basan en pueblos reales, por lo que resulta bastante patente las diferencias entre una ciudad Bretona y una Kusari -japonesa-). Lo malo es que las ciudades ofrecen una visión muy limitada, no se pueden explorar ni se permite ir más allá de los sitios fijos en cada una (bar, tienda de mercancías, taller y tienda de naves).

El único detalle que hay que tener en cuenta como pega es el inexplicable fallo que se ha detectado en las tarjetas Radeon con este juego, que hace que el interfaz de ventanas del juego provoque serias ralentizaciones, de modo que cuando aparecen mensajes anunciando en qué sistema se está, o bien que para anunciar que se están encendiendo los motores, empieza a ir a trompicones. Afortunadamente, esto no afecta a lo más crítico, el combate y desactivando algunas opciones del interfaz en el menú de opciones y reduciendo algunas opciones gráficas (como el FASA), se consigue igualmente un gran rendimiento.

El sonido está también a un buen nivel, que unas composiciones misteriosas que reflejan la naturaleza mística del universo y su exploración, aunque no faltan momentos en los que la música pasa a ser más tensa y épica, como en los combates. Pero en donde se hace destacable es en el sonido, ya que las voces, en inglés, denotan un trabajo realmente profesional, que ayuda al jugador a meterse en la historia y en el ambiente.

Guión

En modo de un jugador, se relata la historia de Trent, un freelancer que se ve envuelto en una conspiración interplanetaria de grandes proporciones. La historia es una trama de ciencia ficción realmente competente que agradará a los amantes del género. Su funcionamiento se basa en ir haciendo trabajos por libre, hasta que se consiga reunir suficiente experiencia para pasar hacía la siguiente misión basada en la misma trama incial. Su mayor defecto es que es terriblemente lineal (nunca deja al jugador tomar partido, excepto para decir sí se quiere seguir o no con ella) y seguirla acarrea casi no tener tiempo para explorar el 50% del espacio total que está almacenado en Freelancer, aunque no seguirla (cosa que se puede hacer) acarrea que no se pueda acceder a toda la experiencia, naves y equipamiento posible.

Lo mejor, si se quiere pasar de la historia, o ya ha sido jugada, es crearse una partida en red local para tí solo, en donde no sólo se tiene total libertad, sino que además se puede adquirir más experiencia que en el modo historia y se tiene una infinita mayor capacidad para explorar.

Jugabilidad

Lo primero que hay que comentar es el control, que se basa completamente en un modelo en tercera persona, por lo que siempre la cámara enfoca desde detrás de la nave (con la salvedad de que también hay una perspectiva desde la torreta, en la que se puede girar la visión 360º respecto al eje de la nave). No sólo es que se olvida completamente de los tradicionales Joystick, sino que no deja opción a su uso, dejando el control en manos de un puñado de botones en el teclado (bastante pocos) y el ratón, que sirve para desplazar la nave hacía la dirección que se desea, además de disparar.

La suavidad, exactitud y enorme simplicidad de este control dejará pasmado a los jugadores habituales de simuladores espaciales. Dale al ratón hacía arriba y la nave se moverá ágilmente hacía arriba, dale un poco más y harás un giro perfecto de 360º en un segundo. La sensación que se tiene es más bien de controlar un cursor que una nave espacial, y aunque se puede estar más o menos de acuerdo que no se puede poner en escena un modelo de naves espaciales realista (ya que lo más parecido son los transbordadores y ya son bastante complicados los simuladores de avión como para ponerse en esas lides), la patada al libro de astrofísica básica que han dado desde Digital Anvil es bastante importante, muy lejos de juegos que al menos lo intentan.

Puesto que es tan sumamente fácil maniobrar, los combates se convierten en una versión 3D entre un Shoot'em Up y un "corre, corre que te pillo", en el que uno se limita a perseguir al objetivo fijado, intentar no recibir demasiado impactos sacudiéndote a los perseguidores (moviendo furiosamente el ratón de un lado para otro suele bastar, incluso para esquivar el misil más certero, aunque no valdrá de nada si se está bajo fuego intenso) y jugar con la tecla tab para usar el "afterburner" que te permite aumentar la velocidad estando en combate (hay otro modo en el que se corta la energía de las armas para pasarla a los motores y acceder a la velocidad máxima de la nave, pero eso es lo máximo con lo que se puede jugar en cuanto a la gestión de la nave). Si se piensa en Doom se obtendrá algo bastante cercano a lo que es el combate en Freelancer en comparación con sus hermanos de género (eso no implica que sea malo, Doom es un juego muy divertido, aunque no complejo).

Personalmente, el que subscribe no echa de menos el estar encadenado a un Joystick y a un teclado con mil combinaciones y funciones diferentes. Sí se echa un poco de menos la sensación de "victoria" que queda cuando uno comienza a dominar su nave satisfactoriamente y desde luego se echa de menos como los combates ganan en intensidad al tener tantas posibilidades de control, pero el aspecto de "simulador" en el control de las naves no es algo que haya sido una de las cosas más veneradas por este redactor.

Lo que sí se echa de menos es una carga mucho más profunda en lo que se refiere a los aspectos comerciales, de gestión de naves... se echan de menos detalles como contratar personal y meterte en un gran carguero espacial o en un crucero de combate, poder contratar guardaespaldas que te apoyen en tus viajes, poder almacenar más de una nave (sólo se tiene una, y cuando se compra otra hay que deshacerse de la antigua), tener más opciones de mercancías, que los precios fluctúen más, que las diferencias internas entre las naves sean mayores, más variedad en las misiones por el contrario, la mayoría se reducen a ir algún sitio a eliminar maleantes.

En realidad, es cierto que se puede ser pirata, o sólo comerciante, pero son opciones que requieren más paciencia que la de ir cumpliendo misiones para la policía, con la que se puede obtener un dinero rápido. De todos modos, resulta divertido asaltar las líneas comerciales poniendo minas y atacar grandes naves de carga (y mucho más divertido si formas, en modo multiplayer, una banda de piratas). Además de que Freelancer cuenta con la gran ventaja de que es un juego lleno de vida, por lo que hay un gran tránsito de naves de todo tipo, además de que cuenta con infinidad de secretos que pueden ser revelados mediante la exploración o en los bares, a cambio de una cantidad de dinero.

El problema de ofrecer un juego en una escala tan grande (a fin de cuentas, se incluyen 40 planetas, 150 puntos en donde aterrizar y una cantidad de espacio realmente gigantesco) y que incluya la posibilidad de ir a su aire, es que se da tanta libertad que uno nota especialmente detalles que le gustaría tener para sentirse libre. El nivel de libertad de Freelancer es adecuado, pero se encuentra a bastantes años luz del modelo de Frontier, y para un juego de 6 años de desarrollo, esto es una pena.

Comparándolo con...

Si lo comparamos co Frontier está a años luz de su modelo de gestión, mientras que la comparación con Starlancer en el modelo de combate es poco menos que absurda, ya que sería como comparar un juego de acción táctica con un shooter cualquiera.

Lo que está bien

Lo que no está tan bien

Multiplayer

Lejos de ese mundo persistente del que se hablaba en los albores del proyecto, hay que reconocer que la facilidad para conectarte y lo divertido del modo multiplayer tiene su miga. Solo 16 jugadores pueden entrar por servidor, pero hay que decir que hay un buen potencial en el universo de Freelancer para pasar grandes momentos si te acompañas de un buen grupo de gente.

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