La guerra llega a Escocia

Parodiando el D&D, el juego Dragones y Mazmorras, en el análisis de Age of Empire hablaba yo de B&B, Builds & Battles para referirme a los títulos  "estilo Warcraft". Ya conocemos de sobra la mecánica de los B&B: recolectar recursos y construir edificios que, a su vez, nos permitan generar unidades de combate.

Pues bien: Highland Warriors es un B&B. Con eso, y sabiendo que el escenario es la Escocia plasmada en la película Braveheart, estaría todo dicho: sin duda el jugador tendría una idea muy exacta de lo que ofrece este juego, aunque jamás lo hubiera tocado.

Para que no nos acusen de vagos, que luego salta gente con muy mala uva en la sección Reanálisis, completaré el párrafo anterior con una somera descripción del juego: Highland Warrior escenifica cuatrocientos años de la historia, desde el siglo IX al siglo XIII, desde el reinado del primer rey de Escocia Kenneth MacAlpin a la victorias de William Wallace y Robert the Bruce sobre el rey Eduardo I. Todo ello presentado en cuatro campañas, una por cada uno de los bandos disponibles - tres escoceses y uno inglés -. En total, una treintena de misiones.

El juego permite también el juego en escenarios sueltos, ya sea en solitario o en red, mediante LAN o Gamespy. Así mismo, incluye un interesante editor de escenarios.

Y ahora viene la gran pregunta: ¿qué nos ofrece Higland Warrior que no hayamos visto en los cientos y cientos de B&B que hay en el mercado? Y yo tendría que responder: pues muy poco. 

En un género tan trillado como el de los B&B, la originalidad destaca por su ausencia y la calidad de un título depende por entero de un buen equilibrio: Age of Mythology o Warcraft 3 son "más de lo mismo", pero sus ingredientes han sido dosificados con tal maestría que consiguen divertir a pesar de todo.

Highland Warrior es "más de los mismo" también,  pero el plato final al que Data Becker no convida por el precio recomendado de 49 con 95 euros, nada menos, no me ha sido del todo grato al paladar. ¿Razones? Pues muchas. Una de ellas, el encontrarme unidades con poderes mágicos en un juego cuyo reclamo, precisamente, es el realismo histórico. Otra podría ser la poca madurez del motor ATLAS. Razones que, para no seguir alargando esta sección, vamos a estudiar una por una en sus apartados correspondientes.

Guión

La historia se organiza en cuatro campañas. La primera se desarrolla en los últimos años del siglo IX, cuando los reinos escocés aún peleaban entre sí. En concreto, manejaremos al Clan MacKay, perteneciente al reino de los escotos, y tendremos que defender nuestra tierra del ataque del reino picto.

La segunda campaña nos pone en la piel del ejército de Inglaterra. Nuestro objetivo será someter a los escocés para unificar bajo nuestro mando a todas las tierras del isla de Bretaña.

En la tercera campaña encarnaremos a las tropas de William Wallace, el Clan Cameron y, en la cuarta y última campaña, tendremos que pelear por la independencia definitiva de Escocia, llevando al Clan MacDonald que lidera Robert the Bruce.

 Por supuesto, a los largo de todas estas misiones podremos manejar a las unidades heroicas mencionados, como Wallace, Bruce o Eduardo I.

Gráficos y Sonido

El juego emplea un motor de factura propia, llamado ATLAS. Entre sus virtudes, se cuenta el ofrecer una total libertad del ángulo y el zoom de la cámara, muy superior al de títulos similares. Desde la habitual perspectiva isométrica, podemos enfocar directamente a cualquier unidad en primer plano, a ras de suelo, como si se tratase de un juego en primera persona.

La espectacularidad de este zoom, hay que destacarlo, es uno de los grandes atractivos del juego. A eso se unen detalles de calidad como la excelente animación de los edificios cuando son atacados: los veremos desmoronarse poco a poco de manera muy realista.

Entre los defectos, hay que señalar el modelado de las unidades, que no se acerca a los niveles de calidad a los que estamos acostumbrados hoy en día, así como la relativa simpleza de las texturas y ciertas falta de fluidez en el movimiento de los personajes. Todos estos pequeños fallos nos dicen que el motor Atlas necesita aún algunos meses de trabajo para convertirse en competitivo.

El aspecto sonoro es regular, sin más. Curiosamente, destacan las voces dobladas al castellano, que han sido muy bien dramatizadas. No puede decirse lo mismo de las voces de las unidades: carecen de fuerza y convicción. Y es una lástima ya que esas voces utilizan auténtico inglés y gaélico antiguos, para lo cual se contó con el asesoramiento de la Universidad de Colonia.

El resto de efectos de sonido, aunque están ahí, pasan bastante desapercibidos. La música, por el contrario, se lleva un notable alto: una muy buena selección de temas de inspiración celta.

Jugabilidad

Highland Warrior tiene la misma jugabilidad que otros cien títulos de B&B. Calca  incluso los comandos establecidos como estándar, como formar grupos pulsando Control y un número, o establecer una ruta dejando presionada la mayúscula. En definitiva, los jugadores que tengan una mínima experiencia apenas tardarán un minuto en hacerse con los controles y en hacerse con el juego.

Un aspecto que me ha sorprendido gratamente es que podemos personalizar completamente la disposición de la interfaz. Nos permite distribuir a nuestro gusto la posición de los iconos de control e información que vemos en pantalla.

Sobre el juego en sí, hay que destacar poco cosa: es un calco de títulos como Age of Empires. Se centra principalmente en la microgestión - tenemos que recolectar nada menos que seis recursos diferentes - y en mandar grandes masas de unidades a machacar al contrario.

Hay un par de novedades. Una de ellas, que los campesinos pueden convertirse en Maestros cuando lleven cierto tiempo dedicados a una actividad concreta. Eso se les permite recolectar ese recurso con mayor eficiencia. Otra elemento es el clima: la nieve afecta al rendimiento de las granjas y al movimiento de las unidades.

En mi opinión, la microgestión resulta excesiva, y los combates adolecen de profundidad táctica. En el juego en solitario, tendremos que conformarnos con una IA bastante rudimentaria: nos limitaremos a aguantar las tímidas intentonas del adversario mientras amasamos el ejército que el que finalmente le aplastaremos. Si este modo de juego no nos divierte, podemos jugar vía LAN, o en Internet a través de Gamespy.

No hay mucho más que rascar en este título: muy parecido a otros cien, lo único que le hace diferente es la temática, el estar ambientado en la época de esplendor de la cultura escocesa. Un detalle, de todas maneras, gravemente empañado por la inclusión de unidades mágicas.

Los mismos que en cualquier otro B&B: construye un buen montón de campesinos nada más empezar, recolecta a lo bestia, entrena unidades cuanto antes, y machaca al enemigo. Poco más puedo añadir a lo que cualquier colaborador de MeriStation no haya escrito sobre cualquiera de los cientos de B&B que saturan el mercado.

Comparándolo con...

Debido a las posibilidades de la cámara, podríamos compararlo con el Ground Control. Tienen poco ver el uno con el otro, empezando por la temática, pero en el aspecto gráfico guardan muchas semejanzas. Algo que no es un elogio para Highland Warriors, teniendo en cuenta los años que le separan del Ground Control.

La mejor comparación posible es Age of Empires. Es muy similar en todos los aspectos: las fuentes de recursos son las mismas - incluyendo la posibilidad de conseguir comida en granjas, recolectándola de arbustos  o cazando - e incluso los atajos de teclado son casi idénticos. Pero, como todos sabemos, raramente una fotocopia alcanza la calidad del original. Siempre hay tachas - gráficos, número y atractivo de las unidades, el interés de la campaña - que hacen que la copia sea precisamente eso: una copia. 

Estando en el mercado joyas del B&B como es el Age of Mythology o el Warcraft 3, que vapulean en todos los apartados a este Highland Warriors, no veo motivos para adquirir éste último, al precio recomendado de 49 con 95 euros, más de ocho mil pesetas, salvo que seas un fanático de William Wallace y la "historia", entre comillas, de Escocia.

Lo que está bien

Lo que no está tan bien

Manual

El juego tiene una presentación espartana: una caja de cartón, tamaño DVD, fundas de plástico para los discos y un manual en blanco y negro. Éste cubre por encima los aspectos más importantes del juego: ni frío ni calor.

Al final se incluye un diagrama con los distintos unidades y edificios de cada cultura, una información que la distribuidora debería -qué menos- habernos ofrecido en una hoja desplegable para que fuera más cómodo consultarla. Ni sobresaliente, ni notable: presentación y manual apenas superan el suficiente.

Enlaces

Fabricante y soporte técnico (multilenguaje)

Requisitos del sistema

Pentium IV 1,3 Ghz, 256 MB de RAM, Geforce 3 64 MB

Equipo de pruebas

Windows XP, Athlon XP 2000, Radeon 9100,  512 MB RAM, SB Live 1024.

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