O.R.B.
- PlataformaPC6.5
- GéneroEstrategia
- DesarrolladorStrategy First
- Lanzamiento28/03/2002
- TextoEspañol
- VocesEspañol
Imitar al maestro no es suficiente
Hoy tenemos en nuestras manos un nuevo candidato a repetir el éxito del juego Homeworld de Relic, para superarlo hay que ofrecer mejoras tanto en el aspecto visual como en la jugabilidad ¿ORB lo habrá conseguido?
Homeworld sentó las bases de un nuevo subgénero dentro de la estrategia en tiempo real: la estrategia espacial. Desde su lanzamiento, ya han sido varios los que han intentado imitar su fórmula, como Conquest: Frontier Wars, Project Earth (inédito en España) o Hagemonia, aunque con un modelo de gestión diferente). Pero fue Homeworld Cataclysm el que más se acercó al espíritu del original. Hoy tenemos en nuestras manos un nuevo candidato a repetir el éxito del juego de Relic, ¿lo habrá conseguido?
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El principal problema de ORB es que sigue el modelo de Homeworld paso a paso: una nave nodriza o estación, extracción de recursos e investigación de nuevas tecnologías para mejorar nuestras naves, construcción de flotas, etc, etc. Pero cuando se quiere imitar a un título tan legendario, no sólo hay que mejorar el aspecto visual del original: hay que ofrecer mejoras en la jugabilidad, porque de lo contrario, el jugador volverá a Homeworld.
Y ese es un escollo muy difícil de superar. No me refiero a la fatal de innovación, sino a la pérdida de jugabilidad ocasionada por ciertos fallos en el juego, como la resistencia de nuestras unidades a obedecer nuestras órdenes o la manera elegida por los diseñadores para poblar de recursos los diferentes escenarios por los que pasaremos.
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Los recursos se extraen de los asteroides que encontremos (como en Homeworld), pero no se puede hacer con todos. Cuando aparecemos en un nuevo sector del espacio conocido, lo primero que tendremos que hacer es mandar una nave científica a explorar, para que marque en nuestro mapa los asteroides susceptibles de ser explotados como fuentes de recursos. Una vez hecho esto, podemos instalar una base minera que enviará los recursos a la base más cercana vía un transporte de minerales. ¿Qué problema tiene esto? Pues que no está bien aprovechado.
Es cierto que es una buena idea lo de que sólo ciertos asteroides tengan recursos, pero es que son muy pocos los que aparecen en cada misión, haciendo que elegir entre construir naves o investigar tecnología, no sea sólo una decisión estratégica, sino una elección casi para echarla a suertes. Incluso puede pasarte que construyas tu flota y tengas que reiniciar la misión porque elegiste ese objetivo en vez de investigar no se qué tecnología que es esencial para derrotar a los enemigos de esa fase.
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Y el otro aspecto que he comentado más arriba es del comportamiento de tus unidades. Es frustrante ver cómo mandas a tus cazas a eliminar un carguero y se ponen a jugar al corre, corre que te pillo y a hacer pasadas en vez de igualar su velocidad con la del blanco y disparar hasta destruirlo. Pero es peor ver su incapacidad para defenderse cuando están siendo atacados: en vez de elegir a quien les está dando como blanco, se ponen a mariposear o se van a buscar algún enemigo mucho más lejos. O lo que es peor: en vez de ir todos a por el mismo, se separan en grupos para ser menos eficaces. Vamos, que hay que ir detrás de todas tus naves para asegurarte de que no se desmadran.
En definitiva, que una parte tan importante en un juego de estas características como son las batallas a gran escala es el punto más abandonado del juego. Y quizá si fuese el primer juego que vemos con esta ambientación, se le podría perdonar, pero es que estamos hablando de competir contra Homeworld, donde las batallas a gran escala hacían palidecer a la de El Retorno del Jedi.
En fin, que si te pones a imitar un juego tan conocido como Homeworld, lo mínimo que puedes hacer es mejorarlo, por lo menos como homenaje. Y sí, Strategy First ha mejorado el aspecto gráfico, pero no se puede decir lo mismo de lo más importante: la jugabilidad.
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Me apena ser tan crudo con un juego que lleva más de dos años en preparación, pero es que los fans de Homeworld esperábamos mucho más: un juego que superase al de Relic no sólo técnicamente, sino también añadiendo ciertos elementos que no lo convirtiesen en una simple copia. Y bueno, sí, hay algunos cambios (como la manera de mover a las naves, lo de escanear los asteroides para saber cuáles tiene recursos y que el número de pilotos e investigadores dependa del número de bases construidas), pero no son suficientes.
En cualquier caso, el juego sirve bien en el modo multijugador e incluso se pueden crear tus propias misiones, con los planetas y unidades que quieras. Lo cierto es que el editor es muy interesante, no sólo para diseñar los escenarios que quieras, sino también para crear de la nada un sistema solar como te dé la gana, con sus planetas, sus lunas y demás.
Gráficos y Sonido
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En este apartado la sombra de Homeworld también planea sobre ORB. Pocas personas que hayan jugado a Homeworld o a HW: Cataclysm podrán olvidar su banda sonora, pero la de ORB no es de esas. No obstante cumple bien la función de rellenar y no se hace pesada.
En cuanto a los efectos de sonido, tremendamente inferiores a los de HW o su secuela. En primer lugar, sólo hay voces en algunas secuencias animadas, porque durante los combates, las voces de los pilotos son sustituidas por extraños sonidos electrónicos. Supuestamente, es la lengua de las razas protagonistas, que queda muy realista y tal, pero lo cierto es que las voces de Homeworld hacían mucho mejor su papel: que nos sintiéramos inmersos en esos combates tan espectaculares.
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Y nos queda hablar de los gráficos. Como veis en las imágenes, los escenarios son espectaculares: llenos de colorido, planetas, lunas, cometas y asteroides, con un nivel de detalle muy bueno en cualquier nivel de zoom de la cámara. Pero es contrasta enormemente con el pobre diseño de las naves y sus tristes texturas. Si yo planto aquí una imagen de cualquier nave de Homeworld, seguro que todos los aficionados a este juego la reconocerán, porque tienen un enorme atractivo y son fácilmente identificables. Pero en este ORB, todas se parecen y carecen de personalidad.
No sólo eso, sino que los disparos enemigos no dejan huella en las naves afectadas: simplemente se destruyen cuando sus puntos de impacto llegan a cero. Ni humo, ni manchas de disparos, ni reflejos ni nada. Bueno, se pueden ver destellos en los escudos de energía de ciertas naves, pero no en todas.
Guión
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La galaxia en la que está ambientado el juego fue una vez gobernada por una raza poderosa conocida como los Aldar, cuyo imperio perduró durante más de 20.000 años, hasta que fueron atacados por una extraña fuerza conocida sólo como "El gran traidor". Más tarde, dos razas surgieron en el sistema solar, cada una en un planeta, sin tener conocimiento de la otra. El planeta Malus es volcánico y de aspecto hostil, mientras Alyssua tiene mares y frondosa vegetación. Dos planetas tan diferentes han influido fuertemente en la interpretación que hace cada raza de las escrituras legadas por los Eldar, los Torumin: los Malus las ven como una exortación a la venganza por los Aldar, mientras que los Alyssianos las ven como el regalo de una raza muy superior, esperando llegar algún día a su nivel.
Ambas razas empiezan a construir naves simultáneamente, sin tener conocimiento de lo que hace la otra. Un día, una nave de exploración Alyssiana se estrella en la superficie de Malus y sus habitantes reconocen los emblemas pintados sobre los restos: son los símbolos de "El gran traidor". El temido enemigo había regresado y los Malus comienzan su esperada venganza...
Estrategia y trucos
Juega los tutoriales, incluso aunque seas un maestro de Homeworld. Hay ciertas diferencias que conviene tener presentes. Lo primero es coger tu nave científica (o construirla primero) y ponerla en modo de autoexploración, para encontrar lo más rápido posible los asteroides con recursos. Luego es cuestión de ir construyendo naves mineras que puedan perforar minas en estos asteroides y empiecen a transferirte estos recursos.
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Fíjate en la pantalla de investigación de prototipos en qué tecnología necesitas para crear la nave que deseas e investiga sólo lo necesario para eso. Asigna más científicos cuando te urja crear esa nave.
Recuerda que la cantidad de personal disponible depende del número de bases que poseas, así que si destruyen alguna, perderás capacidad de tripular nuevas naves o investigar más rápidamente. Cuantos más cargueros tengas, más rápido recolectarás recursos. Eso sí, debes defenderlos para que no caigan víctima del fuego enemigo. Igualmente, ataca a los cargueros del enemigo para privarle de sus recursos...
Jugabilidad
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Ya hemos hablado de algunas de las cosas por las que ORB no consigue llegar a la altura de Homeworld, pero podemos citar unas cuantas más. El sistema de selección de unidades es el de siempre, pero funciona un poco de manera errática. Cuando se pulsa la tecla Control para ejecutar acciones, aparecen iconos representando naves para cada puntito que aparece en pantalla, lo que provoca que muchas veces se superpongan y no consigas elegir a tu unidad o al blanco que deseas. Es cierto que hay un mapa 2D, pero sufre los mismos errores y es mucho menos atractivo.
Luego, las misiones son meras excusas para llegar a las batallas, y como no acaban de funcionar debido a los fallos de las unidades, pierden todo su atractivo. La historia tampoco es gran cosa y no te sientes en ningún momento inmerso en este universo. En fin, todo lo contrario que cualquiera de los dos Homeworld, donde estabas deseando saber qué pasaba a continuación.
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Y me olvidaba de mencionar una cosa: los escenarios de ORB son muy grandes. Mejor, ¿no? Pues no. Nuestras unidades tardan una eternidad en ir de un sitio a otro, incluso con el tiempo acelerado al máximo. Puedes ponerte a leer un tebeo o ir al servicio mientras esa base minera llega al asteroide que necesitas. Y lo mismo a la hora de transferir recursos a la base: no veas el tiempo que tardas en acumular recursos para investigar y construir. En Homeworld, aunque los escenarios eran muy grandes, la aceleración temporal estaba más proporcionada.
Hay que decir que el juego tiene 5 niveles de dificultad, pero lo difícil de ORB no es el juego en sí, sino jugar con los fallos que tiene a la hora de manejar tus unidades. Sólo el modo multijugador puede hacernos pasar unas horas divertidas con el juego, pero para eso ya tenemos ese título que no paramos de mencionar durante todo el análisis.
Comparándolo con...
Bueno, creo que este apartado ya lo he rellenado con creces conforme íbamos avanzando en el análisis. ORB intenta ser como Homeworld y no lo consigue: carece de una historia que te atrape, las batallas a gran escala no están bien resueltas y tiene serios problemas con la IA de tus unidades. Vamos, que si encuentras por ahí Homeworld o HW: Cataclysm, haces mucha mejor compra con cualquiera de ellos dos (y seguro que te salen más baratos).
Lo que está bien
O.R.B. (PC) - El editor de misiones, que además permite generar sistemas solares muy espectaculares.
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Lo que no está tan bien
Traducción
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Las pocas voces que hay durante las secuencias animadas están bastante bien dobladas y las traducciones son adecuadas. Sin embargo, los textos están menos cuidados, con palabras sin espacio entre ellas o traducciones poco naturales. Esto hace que cuando oyes las voces y a la vez lees los subtítulos, obtengas dos traducciones totalmente diferentes, como si no las hubiera traducido el mismo equipo.
Enlaces
Requisitos del sistema
Equipo mínimo
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Equipo recomendado
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Sistema operativo: Windows 98, ME, 2000, XP Procesador: Pentium III 1,0 GHz. Memoria: Windows 98/ME 128 MB, Windows 2000SP2/XP 256 MB. Espacio en disco duro: 500 MB Unidad CD-ROM: 8x o superior. Vídeo: NVIDIA GeForce 2/ATI Radeon con 32MB. Sonido: tarjeta de sonido certificada para DirectX de Windows 98/2000/ME/XP. DirectX: DirectX versión 8.1 Periféricos: teclado, ratón. Multijugador (no es imprescindible): conexión de banda ancha
Equipo de pruebas
Athlon XP 2100 GHz, ABIT KG7, 512 MB DDR-SDRAM, ABIT Siluro OTES GF4 Ti4200, Win 98SE, SB Live! Todo iba perfectamente fluido a 1024x768x32 con todo el detalle al máximo.
Correcto
No es lo último ni lo más original, tampoco cuenta con la mejor ejecución, pero puede divertir si te gusta el género. Bien, pero mejorable. Cómpralo si te gusta el género y te gusta tenerlos todos.