Pro Race Driver (PC)

Puede que a principios de los noventa te fijaras en cierta película protagonizada por un todavía jovencito Tom Cruise. "Dias de Trueno" abordaba la vida de un piloto de carreras de turismos, su lucha por conseguir ser el número uno en su profesión, de managers, amores y enemigos. Ahora, Codemasters prepara TOCA Race Driver con un argumento que nos recuerda en parte a dicha película.

Pro Race Driver, ya disponible para Playstation 2, quiere irrumpir con fuerza en el panorama de los compatibles. La combinación entre simulador de carreras de turismos, un campo donde la compañía está curtida gracias a su saga TOCA, y el componente "rol" que nos ofrece el modo historia pretende alcanzar un éxito mucho mayor que el logrado hasta la fecha en sus anteriores entregas.

La compañía británica pretende no dejar nada al azar para recrear con fiel exactitud las competiciones de turismos. El trabajo de documentación y localización incluirá 42 coches de carreras y 38 circuitos, todo bajo licencia oficial que nos permitirá ver grandes marcas como Mercedes, Viper o Alfa Romeo. A priori, los modos de juego más atractivos serán el modo historia que hemos comentado, y el multijugador en red local o Internet, que prometen alargar bastante la vida del juego. No en vano, podremos disfrutar de hasta 20 coches simultáneamente en carrera, ocho más que en la versión de PS2. Pero hablemos un poco de uno de los aspectos más trabajados en Pro Race Driver, el desarrollo del argumento.

Emulando a Cruise

Nos tocará encarnar a Ryan McKane, un joven piloto que se marca como objetivo indiscutible alcanzar el campeonato del mundo de turismos. Su infancia se vio marcada por su padre, toda una leyenda de los circuitos y al cual acompañaba en cada carrera… hasta que un día murió en un accidente en el transcurso de la competición. Desde entonces, Ryan sólo vive con el pensamiento de emular a su gran ídolo.

Por desgracia para él, Ryan nunca ha destacado en su profesión, y su propio hermano mayor, Donnie, ha alcanzado el éxito antes que él. Ahora, y gracias a su hermano, Ryan tiene una nueva oportunidad de llegar a lo más alto. Tiene que demostrarse a sí mismo lo que vale… y nosotros debemos ayudarle.

Necesidad de velocidad REAL

A pesar de la gran cantidad de modelos distintos que incluirá el juego, el modelado será ejemplar para todos y cada uno de ellos. El diseño totalmente modular del vehículo dará pie a que podamos disfrutar de un sistema de detección de daños espectacular, en el que parece que podemos cargarnos hasta la última pieza del turismo.

El parachoques, las puertas, los faros… dependiendo de la velocidad que llevemos y la dirección del impacto, el coche se fraccionará en mayor o menor medida. Y esto no será gratuito, es decir, además de ser todo un espectáculo, repercutirá gravemente en el rendimiento de nuestro vehículo.

Los escenarios serán reales, y podremos reconocer circuitos como Silverstone o Hockenheim, aunque se nota que es el aspecto gráfico que menos se ha cuidado, dando la impresión de estar un tanto desangelados y "vacíos".

Pero lo que más me ha impresionado tras probar la demo de Pro Race Driver es el efecto de desenfoque que se produce como efecto de la velocidad de nuestro coche. La sensación de velocidad generada gracias a esta técnica de Motion Blur promete aumentar con creces el realismo del juego.

Mención especial para las escenas cinemáticas, generadas por el propio motor del juego, y que serán de gran importancia para seguir el hilo de la historia entrañada en Pro Race Driver. Calidad inusitada para un juego de este tipo, sí señor.

Como la vida misma… o casi

Codemasters anuncia a bombo y platillo que Pro Race Driver será un simulador en toda regla. En un principio todo apunta a que será así, gracias a su estricta detección de daños en tiempo real o a la incontable cantidad de parámetros configurables, relativos a la suspensión, dirección, neumáticos o sistema de frenado.

Pero la realidad es que, tras haber dado unos cuantos volantazos por el asfalto de la demo, creo que el juego puede quedarse a muchos kilómetros de lo que debería ser una simulación de turismos. De hecho, me he dejado llevar por la grata impresión de velocidad y he tomado las curvas a toda pastilla, superándolas sin demasiada dificultad, para mi sorpresa. Como añadido, la respuesta de los demás vehículos no parece estar aún pulida del todo.

Es cierto que las compañías, en general, prefieren introducir siempre un toque arcade en sus juegos de conducción, pero en este caso, lo que nos prometen es todo lo contrario. Quizá los desarrolladores de Operation Flashpoint puedan reconducir (y nunca mejor dicho) la trayectoria de Ryan McKane y colocarlo en el buen camino de la simulación. No en vano, hemos probado un 80% de lo que será el juego definitivo. Aunque mucho nos tememos que el juego pueda flaquear del lado del que más se espera. Pronto saldremos de dudas.