Conduce y destroza

Tras traernos el brillante Moto GP a nuestra Xbox, la gente de Climax nos brinda ahora la posibilidad de introducirnos en el competitivo mundo de las carreras de rallies. A diferencia de su anterior juego, donde la simulación primaba sobre el concepto arcade más clásico, este Rally Fusion nos devuelve a esas carreras alocadas donde lo más importante es la diversión, dejando el realismo a un lado.

Al contrario que otros juegos basados en el mundo de las carreras de rallies donde importa más la simulación, la similitud con la realidad, este nuevo juego de Activision deja aparcado los conceptos propios de un simulador y ensalza la acción desenfadada, la conducción sin obstáculos, la sencillez del manejo frente a la experiencia. Esto no quiere decir que el juego sea fácil, porque no lo es, sino que es más fácil comenzar a conducir coherentemente desde que lo introduces por primera vez en tu videoconsola.

La gran variedad de modos de juego
Si por algo destaca este Rally Fusion es por la multitud de modalidades que nos propone para jugar. Si bien muchas de estas modalidades son bastante similares, es de agradecer que se hayan incluido un buen número de modos distintos, sobre todo para dar mayor vida al modo multijugador.

El modo principal es denominado Race of Champions Challenge, donde disputas carreras, no basadas en circuitos reales, a lo largo y ancho de los cinco continentes. Comienzas disputando unos desafíos contra el reloj y de habilidad (conduciendo tu auto entre conos, muy al estilo de Project Gotham Racing), que al culminarlos con éxito te permitirán acceder a las carreras de la clase C. También están disponibles las clases B y A, que serán accesibles tras acabar con éxito cada clase anterior. Tendremos carreras en diferentes entornos: sobre barro, asfalto, hielo, arena, tanto en circuitos al aire libre como en estadios, dando una gran variedad al juego.

Otro de los modos es llamado simplemente Race of Champions; tiene como origen el que en su día fue llamado "The Race of Champions Rally Masters". Para los menos entendidos, decir que se trata de carreras uno contra uno en dos circuitos paralelos con características idénticas y en las que se enfrentaban dos conductores con análogos vehículos. Esto era una forma más de demostrar su pericia al volante, dejando a un lado las diferencias que pudieran darse entre ellos por las diferentes características de los vehículos. Por tanto, se trataba de una competición de igual a igual.

Pues bien, en el juego, este Race of Champions, nos lleva a la isla de Gran Canaria en competiciones uno contra uno, donde el ganador de tres carreras pasa a la siguiente ronda. Existe la posibilidad también de participar el la Copa de las naciones, muy similar al anterior modo pero con la diferencia de que podremos formar un equipo, bien con la máquina, bien con un compañero de juego humano, con el que enfrentarnos a este reto de campeones.

Como en todo juego de carreras que se precie, no puede dejar de existir una carrera rápida o Quick Race, donde sin más podremos correr en los circuitos que hayamos desbloqueado en los otros modos de juego. Hasta 8 jugadores (por turnos, evidentemente) pueden correr en una gran variedad de modos diferentes.

Tenemos carreras contra el cronómetro, uno contra uno, en las que debemos escalar una colina (muy parecido a lo visto en Rallisport Challenge), un típico arcade con checkpoints, carreras de eliminación con diferentes reglas  y alguno que otro más. Muchos de ellos no están disponibles desde el inicio, y debemos desbloquearlos venciendo carreras en las otras modalidades del juego.Y por último, podemos crearnos un campeonato a medida, eligiendo el número y tipo de carreras, los circuitos y los participantes, por lo que no os tendréis ninguna excusa para no vencer algun campeonato que otro.

g  r  á  f  i  c  o  s
Sin brindarnos nada nuevo a los jugones de Xbox, Rally Fusion es un juego resultón, muy agradable gráficamente y con algunos detalles de juego grande. Se nota la experiencia previa de Climax desarrollando juegos de carreras para Xbox, porque muchos de los efectos gráficos que tanto gustaron de Moto GP, han sido llevados con éxito a su juego de rallies.

Estamos hablando de efectos como el de la lluvia manchando los cristales de nuestra coche e impidiéndonos una correcta visión, que aquí brilla igual o incluso más que en predecesor sobre dos ruedas. O los reflejos en la carrocería de nuestros vehículos, que lejos de parecer de cristal como en otros juegos, dan un aspecto bastante real a la acción.

El modelado de los vehículos, a pesar de ser bastante bueno, con mucho colorido, sus reflejos en tiempo real y sus brillantes luces, no llega al nivel de los modelos de otros juegos de conducción (léase Project Gotham Racing). Pese a no ser sobresalientes, los modelos sufren daños en tiempo real en cristales, ruedas, puertas, faldones y partes de la carrocería.

Esto, lejos de ser un elemento estético mas, toma cierta importancia en el desarrollo de las partidas, ya que los daños que provoquemos a nuestro vehículo, serán indicados en pantalla a través de un indicador de daños (además de en el propio modelo) e influirán en la conducción de nuestro auto. Si perdemos una rueda tras un fuerte golpe, apenas podremos correr con el único apoyo del eje. O nuestro coche empezará a escorarse hacia uno de los laterales si rompemos la dirección. Y si nuestro coche recibe una cantidad de daños inusitada, veremos como termina la carrera sin que podamos hacer nada por volver a la pista.

Como podréis imaginar esto es especialmente divertido, ya que tras un golpe veremos como una de nuestras puertas sale volando y veremos a nuestro copiloto a través de ella; o en las vistas interiores si nos damos un fuerte golpe frontal, veremos unas rayas de pérdida de señal, muy al estilo de los choque que vemos en televisión desde las cámaras frontales de los vehículos.

El diseño de los escenarios en cambio, no es excesivamente espectacular, aunque responden correctamente con su cometido. Muchos de ellos pecan de cierta pobreza, si bien algunos escenarios exteriores, sobre todo los que tienen como principales protagonistas el barro y el hielo, son notables. Son destacables los reflejos de las luces en las pistas de hielo, o las manchas de barro salpicando nuestras lunas.

La mayor parte de los escenarios presentan objetos móviles, como carteles contra los que podemos chocar y que nos encontraremos en la calzada en la siguiente vuelta, conos que saldrán disparados, helicópteros que nos acompañan en nuestro viaje o fuegos artificiales que estallan a nuestro paso. Esto es destacables si tenemos en cuenta que en ciertos tipos de carreras podremos ver hasta 5 ó 6 coches delante nuestro, con sus reflejos en la carrocería y luces brillando en la pista, y todo moviéndose a 60 fps que no caen en ningún momento.

En el lado negativo, tanto el público como muchos de los elementos contra los que podremos chocar como árboles, piedras, muros y demás, son bastante sencillotes, lo cual resta puntos a una impresión general bastante positiva. Más si decimos que no tienes más que tres vistas, que la sensación de velocidad en las vistas exteriores no está muy lograda o que carece de detalles propios del potencial de Xbox, como el uso del bump-mapping. No os vamos a engañar; Rally Fusion no es tan espectacular como Rallisport Challenge, pero no desentona en estos tiempos y tiene algunos detalles de calidad.

m  ú  s  i  c  a
Pocas veces tenemos tan poco que comentar como en este juego. Durante las carreras no disfrutaremos de los placeres musicales (con lo útil que es el disco duro para almacenar nuestra propia música y poder incluirla en los juegos) y tan solo en los menús oiremos unas pocas melodías de pop suave (cortesía del grupo Reef) de las que apenas nos percataremos.

s  o  n  i  d  o    f  x
Uno de los aspectos más pobres de este Rally Fusion es el de los efectos sonoros. Durante las carreras, ya que no hay música, debería haberse puesto especial interés en crear unos efectos sonoros que paliaran esa ausencia.

Por tanto, mientras corremos solo podremos escuchar dos cosas. La primera, el motor de nuestro coche. La segunda, las indicaciones en inglés de nuestro copiloto. En lo que respecta al sonido del motor, es bastante flojo, si bien lo apreciaremos más en la vista interior que en las dos exteriores. A pesar de ello es bastante suave y falto de realismo, aunque cada coche tenga un sonido distinto. En cuanto a nuestro copiloto, nos indicará en inglés el trazado y a veces nos insultará y abroncará (you, idiot!) cuando cometamos alguna pifia. Tampoco es destacable.

j  u  g  a  b  i  l  i  d  a  d
Como ya hemos visto desde el principio, Rally Fusion está basado en una concepto puramente arcade, por lo que no podremos buscar en él más que eso: una conducción puramente arcade. Esto se nota desde el primer momento en que nos ponemos al volante. La mejor forma de tomar las curvas es realizando derrapes; nos acercamos a toda caña a una curva, tiramos del freno de mano y a derrapar se ha dicho. Éstos en ocasiones son interminables y si tenemos seguidas una curva y contracurva no hay ningún problema, pasamos derrapando de una a otra.

Con un estilo de juego como este, poco queda deciros sobre la física de los vehículos. En este caso, y como es de esperar, es muy poco pareja a la realidad. Los coches parecen no tener peso alguno, realizan unos saltos desproporcionados y en muchas ocasiones, tras sufrir un golpe, serán capaces de dar cuatro vueltas de campana en el aire y caer exactamente en el mismo sitio. O chocar lateralmente con otro auto y salir disparados hacia uno de los lados de la calzada como si fuésemos atraídos por un imán.

Si bien en un juego arcade las exigencias de este tipo son menores que en un simulador, una física más real le habría venido bien. Antes de cada carrera, y como es habitual, podremos elegir vehículo. Disponemos de un buen número de autos reales, desde un Toyota Rav-4, hasta un Peugeot 307, pasando por Ford Escort, Opel Kadett, Toyota Celica o un Lancia Delta. Tras la elección del auto y antes de cada carrera, podremos elegir neumáticos (polvo, barro, nieve y asfalto), suspensión y caja de cambios (entre tres tipos). Si bien es bueno incluir estas opciones, lo cierto es que no son muy útiles para el estilo de juego. Es más, en varios de los modos de juego no sabremos en qué tipo de circuito vamos a correr, por lo que dejaremos la elección de esos elementos a la máquina, que siempre acierta.

Con lo que habréis leído hasta ahora estaréis pensando que el juego es bastante fácil de terminar. Pues perdonadme si os digo que os equivocáis. Que sea arcade no significa que sea sencillo. Que la mejor forma de conducir sea haciendo derrapes no significa que en las primeras partidas vayáis a acabar los primeros. Nada más lejos de la realidad. El juego es bastante competitivo y os obligará a demostrar vuestra pericia al volante. Es fácil empezar a conducir, eso sí; no necesitaréis partidas de entrenamiento para comenzar a correr competitivamente. Pero si que tendréis que ser hábiles para avanzar nivel a nivel, clase a clase.

c  o  n  c  l  u  s  i  ó  n
En un género tan saturado como el de la conducción, cada juego nuevo que aparece es mirado con lupa. Y es que hoy en día es bastante arriesgado sacar un juego de autos si no se tiene la total seguridad de que va a triunfar, ya que la lucha por ser el mejor juego de este género es despiadada.

Rally Fusion se queda en un quiero pero no puedo. No estamos ante un mal juego, ni mucho menos; simplemente, es peculiar en su estilo y tiene toques de calidad que con una mayor profundidad le habrían hecho subir puntos en cualquier valoración objetiva.

Su estilo arcade, la exagerada física de los vehículos y los modos de juego nos llevan a unas formas en las que se ha valorado más divertir desde un principio que una mayor profundidad. Para los amantes de los juegos de conducción, si lo que buscan es un arcade basado en el mundo de los rallies, sin duda es una buena compra. Para los que busquen mayor profundidad, les recomiendo Rallisport Challenge o Collin McRae 3, ambos con un estilo de juego más profundo y a la postre, más rentable.


l  o    m  e  j  o  r