Si hay algo que se echa de menos en el catálogo de GC son juegos de coches, y NFS Hot Pursuit II era una clara esperanza para que esta situación empezara a paliarse, pero finalmente, conducir coches de 50 millones de Euros se queda en nada si no se tiene la impresión de estar en ellos...
Corrientes culturales tan diferentes en un principio como el modelismo, el coleccionismo o incluso el tuning son una respuesta, en determinados casos, a esas ansias de acercarse a un mundo, el de los vehículos de lujo hiperrápidos, que parece reservado a una minoría de afortunados.
Si lo preferíamos también podíamos adoptar el papel y encarnar a los defensores de la justicia de la carretera y dar así al traste con las perspectivas de diversión de cuantos ricachones inconscientes pulularan a toda velocidad por las vías ubicadas dentro de nuestra jurisdicción. Así pues, tanto los fans de Vin Diesel en The Fast and The Furious como los de Sylvester Stallone en Copland se sentían como en su casa.
Detalles como el humo de neumáticos al salir derrapando o los saltos y explosiones retransmitidos en tercera persona con cámara lenta, al más puro estilo matrix, añaden un elemento extra al espectáculo de este juego. Otro aspecto a mencionar especialmente es que la carrocería de los coches sí que se deforma, aunque mínimamente. A diferencia de los juegos de Gran Turismo, por ejemplo, los impactos sí que harán mella en nuestro reluciente bólido. En honor a la verdad hay que aclarar que los desperfectos serán mínimos, como mucho un capó levantado, pero ya es más de lo que encontramos en otros títulos. Eso sí, las prestaciones de los vehículos permanecerán intactas por muchos golpes que éstos reciban.
El mayor defecto sin duda radica en las ralentizaciones, que por desgracia, hacen acto de presencia, y consiguen empañar un apartado gráfico que, sin ellas, hubiera ganado algunos enteros. Y es que la sensación de velocidad queda en nada cuando muchos coches se encuentran a la vez en pantalla y a alguno de ellos le da por colisionar contra otro. Será entonces cuando la bajada de frames hará que la acción vaya a trompicones durante unos segundos, llegando a alcanzar cotas lamentables bastante por debajo de los 30 frames, y eso en un juego de coches (y encima sobre los coches más rápidos rápidos del mundo, se nota).
Los efectos de luz son correctos, aunque por desgracia tampoco inciden en los vehículos. Los escenarios, aunque de un tamaño reseñable y repletos de detalles gráficos, combinan acabados de una calidad discutible con los siempre bienvenidos elementos destrozables, como señales de tráfico, etc. Los modelos humanos, modelos que entrarán en acción principalmente durante algunas escenas cinemáticas realizadas con el mismo motor que el resto del juego, resultan muy simplones y contrastan negativamente con el detallismo empleado en la implementación de los deportivos.
En las carreras no serán infrecuentes las colisiones entre los distintos coches. Cuando dos vehículos o más impacten se quedarán como enganchados, y el accidente será casi inevitable. Ésto resultará fatal para los intereses del prófugo de turno, pues si su vehículo se detiene completamente, la policia le detendrá y se habrá acabado la carrera para él.
La gracia está en escapar por las rutas alternativas, caminos paralelos a la via que tomará la policía y que nos permetirán despistar a ésta... aunque no siempre. Si no hay la suficiente distancia entre la patrulla o patrullas que nos persigan, éstas tomarán con nosotros la via auxiliar y de nada nos servirá habernos introducido en ella. Es más, la dificultad del tramado de la mayoría de éstas nos desaconsejará el acceder a estos pasajes si los justicieros nos están pisando los talones. Id con cuidado.
Pero no tan sólo nosotros podremos sucumbir ante la amenaza de los vehículos de los domingueros de turno. Los contrincantes también podrán ser víctimas del tráfico. Así, es posible que vayamos a nuestro ritmo y de repente nos encontremos con dos o tres coches recién accidentados. Lejos de pararnos a prestarles ayuda, deberemos aprovecharnos de esas situaciones para poder mejorar nuestra clasificación.
Los modos de juego disponibles están todos basados en las carreras saboteadas por la policia. Quizá el único punto de color lo encontramos en el siempre necesario modo multijugador, en el que hasta dos personas podrán participar simultaneamente. Es cierto que si jugar a la vez 4 personas el título ganaría bastante, pero viendo que la tasa de frames va por la cuerda floja de continuo ya con el modo monojugador, no creemos que el motor gráfico pudiera soportar tanto trabajo.
Need For Speed Hot Pursuit 2 se limita a aportar una nota de color en un género dominado por los juegos de carreras de toda la vida. El estilo de conducción que propone, directo, sin dobles intenciones, ofreciendo al jugador todo su potencial desde el principio, hace que la curva de aprendizaje para dominar la última obra de los de Electronic Arts sea casi inexistente.
l o p e o r
7
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.