Un motor desaprovechado

Hay juegos que se venden por el envoltorio. Uno llega a la tienda, coge el juego de la estantería y lo primero que hace es mirar la contraportada de la caja para ver qué nos ofrece, tanto en características como en gráficos, dejándose los ojos por apreciar todo el detalle que esos minúsculos pantallazos ofrecen. Este puede ser el caso de Stealth Combat, un juego mediocre (aunque entretenido) cuya caja promete más de lo que ofrece.

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En principio, podríamos decir que este juego de Deck 13 (hasta hace poco conocidos como Triggerlab) pertenece al género de la acción sigilosa, pero creo que la mejor manera de definirlo es una mezcla entre Ground Control y Hostile Waters. Del primero toma los elementos de táctica que lo hicieron famoso: deberemos manejar un grupo de vehículos armados hasta los dientes mientras cumplimos la misión encomendada, cada uno con su armamento y sus características. Del segundo, toma la posibilidad de pilotar el vehículo nosotros mismos, como también se podía hacer en Battlezone y otros conocidos títulos, aunque olvida la vertiente de producir unidades o recoger recursos de dichos títulos.

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El jugador podrá recorrer cualquiera de las dos campañas disponibles disfrutando de gran variedad de misiones, aunque en la práctica son todas similares. Al menos, cierto porcentaje de estas misiones implicarán cierto componente de infiltración, al tener que esquivar a los enemigos que patrullen la zona. La manera de evitar que nos descubran es pasar cuando no miren, hecho fácil de comprobar gracias al radar de pantalla, donde se muestra un pequeño arco de detección asociado a cada unidad enemiga, como pasaba en Commandos o en The Sting!

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En cuanto a las misiones de combate propiamente dichas, lo cierto es que son relativamente entretenidas por la variedad de vehículos que pilotaremos, pero el sistema de control no es todo lo cómodo que uno esperaría, lo que influye directamente en la dificultad, y por ende, en la jugabilidad. Por si fuera poco, la IA de los adversarios tampoco es gran cosa y se limitan a patrullar la zona, incluso cuando hemos armado jaleo suficiente para que todo el mundo acuda donde estamos. En cambio, nuestros compañeros de escuadra son mucho más listos y no he visto ninguna situación en la que hubiera los típicos atascos de tropas por no encontrar el camino o por meterse por un sitio estrecho.

Seguro que si has leído hasta aquí, te preguntarás qué es exactamente lo que hace que este juego se lleve una nota baja. Pues la verdad es que no es una única cosa: es la sensación global que tienes cuando llevas un rato jugando. Ambas campañas empiezan con una misión de sigilo, bastante entretenidas, pero te das cuenta de que la mecánica del juego y el manejo de los vehículos no permite virtuosismos a la hora de ocultarse. Las misiones de combate son un mero trámite de llegar a tal sitio y disparar, ya que o soy muy torpe o lo de esquivar disparos no es fácil tal y como está planteado el juego. Eso sí, mientras tú estás moviéndote torpemente intentando apartarte del fuego enemigo, tus tropas andan haciendo ballet entre una lluvia de metralla. El caso es que el desarrollo del juego es muy irregular, con grandes altibajos que acaban minando la jugabilidad y haciendo el juego monótono, cuando podía haber sido tremendamente divertido. Es esa sensación la que provoca una nota mediocre: la de que con un poco de esfuerzo, podría haber sido todo un éxito de ventas.

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Por último, hay que decir que el juego no dispone de modo multijugador y que sólo el manual y los textos en pantalla aparecen traducidos, aunque siempre correctamente.

Audio/Vídeo

Tanto la música como los efectos de sonido son bastante decentes, con los típicos ruidos de disparos, explosiones y demás tan corrientes en estos juegos. La banda sonora es muy militar, en plan marchas del ejército mezcladas con algo de tecno, destacando la música de la presentación. Las interpretaciones de las voces son muy correctas y consiguen transmitir intensidad al escucharlas, elevando el listón general.

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En cuanto a los gráficos, lo cierto es que son bastante buenos. El motor JARED, de creación propia, muestra en pantalla terrenos ondulados, agua con reflejos y vehículos muy detallados, sin abusar de la niebla tan presente en otros juegos. El problema es que con el máximo nivel de detalle y de visibilidad, hay veces que el juego va lento (cuando hay muchas unidades en pantalla, por ejemplo), incluso en un equipo medianamente potente como el que uso para los juegos y que también funciona con otros juegos exigentes.

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Pese a que el aspecto visual es relativamente bueno, no es para tanto como para estas exigencias hardware, así que lo uno se compensa por lo otro y no ayuda a subir la nota.

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Guión

En 2038, la guerra hace estragos entre la AEM (Alianza Económica y Militar) y el Gran Imperio de Asia, desgastando a ambos bloques por igual. En este momento, se produce un golpe de estado en Japón, que amenaza con independizarse de Gran Asia y usar su armamento nuclear para evitar que se lo impidan. Ambas potencias preparan a sus mejores hombres para evitar la guerra nuclear.

Un guión de lo más típico en este mundillo y que no será nominado a ningún oscar...

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Estrategia y trucos

En las misiones de sigilo es recomendable tomarse las cosas con calma, viendo en el radar qué ven nuestros adversarios y aprovechándose de cualquier obstáculo del terreno para ocultarse o para atacar desde posiciones ventajosas. Para poder hacer estas maniobras, es imprescindible acostumbrarse al incómodo manejo del vehículo, utilizando para ello la cámara más adecuada a nuestros gustos y manera de jugar.

Es fundamental la sincronización con nuestros compañeros de pelotón, para atacar conjuntamente a los enemigos más resistentes y evitar las emboscadas. Del mismo modo, conviene ser consciente del tipo de vehículo que pilotamos, ya que es fácil entusiasmarse y lanzarse en plan kamikaze contra un tanque pesado con un jeep armado de una inofensiva ametralladora.

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Lo cierto es que no hay muchos trucos más que sepáis de otros juegos: usar el arma secundaria cuando sea imprescindible (ya que hace más daño y es más escasa), vigilar la munición, atacar desde arriba, moverse mientras disparas,... Vamos, que a estas alturas no vamos a descubrir América.

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Eso sí, no me cansaré de repetir que es imprescindible aprender a manejar cada vehículo de manera acorde a sus posibilidades.

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Jugabilidad

Tras un comienzo prometedor, las misiones se van haciendo más monótonas cada vez. Las de sigilo se reducen a esquivar al enemigo y quedarse quieto delante de un aparato para descargar un virus, abrir una puerta o cosas similares. Y las de combate son más movidas, pero tampoco son un derroche de acción trepidante... En fin, que acabas jugando por jugar, para ver algún vehículo más y tal y no porque el juego te guste.

Comparándolo con...

Así a bote pronto, se me ocurre Hostile Waters, más espectacular y movido y con cierto componente táctico al tener que construir unidades y recolectar recursos. También Battlezone me gustó más, pero mi favorito sigue siendo Ground Control. Eso sí, ninguno de ellos se ajusta exactamente al sistema de juego de Stealth Combat y quizá lo más parecido sea un Commandos con vehículos o algo así. En cualquier caso, en la revista tenéis comentados muchos juegos que le dan cien vueltas a este, ya sea en táctica o en ETR.

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El motor gráfico es capaz de mostrar terrenos muy detallados, aunque esté poco optimizado. La música de la introducción me ha gustado, sobre todo unos coros que tiene al final.

Manual:

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En una caja tipo DVD se nos ofrece un manual de 35 páginas repartidas entre los idiomas disponibles (francés, inglés, español e italiano). Pese a ser pocas páginas, vienen descritas todas las unidades, aunque la estructura sea un tanto esquemática. En la contraportada se encuentra una imagen del teclado para localizar rápidamente todas las teclas necesarias.

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Enlaces:

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