Un ratón muy pequeño, con un juego muy a su medida: pequeño.

Ampliar

Ampliar

Ampliar

Ampliar

Ampliar

Ampliar

Ampliar

Ampliar

Ampliar

Ampliar

Ampliar

Ampliar

Tras el lanzamiento a la fama de ratón infográfico Stuart Little, llega su continuación en los cines del todo el mundo. Y para acompañar, aquí está uno de los múltiples juegos que verán la luz próximamente. Stuart se la juega en Game Boy con una versión apta solo para los más pequeños.

Ahora que ya está en los cines españoles la segunda película de Stuart Little, es el momento de que desembarquen todos los productos que la acompañan. Entre ellos están los videojuegos, y concretamente, la versión para Game Boy Advance.

Como es fácil deducir, este juego está orientado para los más pequeños de la casa. Todos sus apartados son simples y el único aliciente será poder manejar al famoso ratón por algunos de los lugares donde se desarrolla la película. Todos aquellos que quieran un buen juego es mejor que descarten esta opción. Quienes quieran complacer a un niño pequeño, lo conseguirán a buen seguro, sobre todo si ya ha visto el largometraje.

El porqué es muy sencillo. Desde que se comienza a jugar se puede apreciar por todas partes que cada uno de los elementos que componen el juego están creados para que resulten sencillos de identificar y de manejar. Sin embargo, el control no es fácil de dominar; pues los saltos del pequeño Stuart resultan un tanto bruscos. Los controles son muy escasos y muy simples, pues tan solo hay que agacharse o saltar para ir avanzando.

Y eso es lo único que hay que realizar: avanzar y encontrar objetos. El juego en sí es un plataformas, pero la originalidad está puesta en el hecho de que se puede avanzar por dos planos a la vez: uno cerca de la cámara y otro más alejado. Ambos están separados por algún elemento, como una pared en la primera fase; y a través de las correspondientes puertas, se podrá cambiar entre los dos planos.

Además de las fases de plataformas, también hay más tipos de fases intercaladas. Por otro lado está la fase de la avioneta, donde Stuart tendrá que emular las hazañas que realizaba en la película a bordo de su avión de juguete. Por otro lado están las fases de conducción, donde Stuart tendrá que ponerse al volante de su propio coche, con la vista colocada justo encima de él.

El resto de los elementos típicos de cualquier plataformas también estarán presentes. Habrá desde muelles para llegar más alto, hasta saltos ajustados en los que habrá que coger carrerilla. Y no hace falta decir que si se falla un salto, el medidor de salud de Stuart bajará un poco, acercando al jugador hacia la pérdida de una valiosa vida.

Los enemigos son escasos y carecen de todo tipo de inteligencia. Se limitan a seguir continuamente el mismo patrón, moviéndose de un lugar a otro. En caso de que lleguen a tocar a Stuart le causarán una ligera perdida de energía.

 g r á f i c o s

El apartado gráfico está pensado para agradar sobre todo a los niños. Con unos colores simples y con líneas definidas, se consigue una sensación similar a un dibujo animado, hecho que se presupone de antemano que está realizado así a propósito. Por desgracia los más mayores y los más exigentes encontrarán un apartado desangelado y un tanto pobre.

El bueno de Stuart sale mal parado a la hora de analizarlo. Si bien es cierto que se le reconoce con facilidad, no cabe duda de que está creado con un aspecto un tanto limitado. Por si esto fuera poco, su animación también resulta reducida, y mientras que el correr lo hace con cierta soltura, en los saltos no acaba de convencer.

Los escenarios son muy simples, aunque también es cierto que los ha habido peores. Mientras se avanza se pueden apreciar todo tipo de objetos de gran tamaño... al menos de gran tamaño para Stuart, que es un pequeño ratón. Los fondos en sí solo son un dibujo que se limita a ir acorde con la fase en la que se juegue.

Por lo demás, nada que merezca la pena ser destacado. Ni efectos especiales, ni nada de particular. Solo simpleza por los cuatro costados, y el mismo aspecto gráfico en todos los diferentes tipos de juegos. Por desgracia los textos están en inglés y los niños que jueguen con Stuart seguramente tendrán problemas para comprender el objetivo de cada fase.

La música de este juego es de tipo cirquense, es decir, animada en exceso con tonos alegres, incluso puede que demasiado. Las melodías en general parecen estar demasiado cargadas, pero tampoco resultan molestas. Cuando se lleva un buen rato en la misma fase comienzan a resultar monótonas, pero en general el resultado no es desagradable.

El sonido tiene una calidad media, al igual que las músicas. No hay muchos sonidos, quitando los saltos, caídas y demás, pero al menos está el detalle de las voces de Stuart, que resultan un tanto graciosas. Eso sí, son las voces de la versión original.

Controlar a Stuart a veces es sencillo y a veces resulta frustrante. Básicamente depende de la acción que se quiera realizar. El control del ratoncito blanco en principio es sencillo. Con la cruceta se desplaza y se le hace mirar hacia arriba y hacia abajo. Luego con A se salta y con B se agacha.

En las fases de plataformas se puede decir que avanzar es facil, sin embargo cuando se salta, el control en el aire es muy extraño. Con una simple pulsación de la cruceta se puede hacer que el salto sea incontrolable y Stuart se pase o se quede corto. Al cabo de unas partidas se le coge el truco, pero al principio cuesta.

Cuando se controla al ratón, es muy fácil ir avanzando pues apenas hay enemigos, y son sumamente fáciles de esquivar. Tan solo hay que preocuparse de buscar la salida de la fase en cuestión y nada más. Algunas son laberínticas y otras más lineales, pero en general todas son muy fáciles de terminar, salvo por los objetos que a veces pueden obligar a Stuart a saltar o a encontrar el camino para pasar algún escollo. Pero en general no es difícil.

Los minijuegos también son simples y fáciles. La fase de la avioneta es similar a cualquier matamarcianos clásico. Aquí los enemigos no abundan y solo se les puede esquivar, pues se carece de armas. La fase del coche es similar al primer Grand Theft Auto, al menos en la perspectiva, que es superior. En este juego hay que pasar por los puntos de control antes de que se acabe el tiempo, conduciendo el coche de Stuart desde una vista totalmente cenital. Aquí el problema viene dado por el escaso campo de visión, lo que genera muchos accidentes.

En resumen hay que hablar que este juego es muy fácil. Ideal para niños, pero nada más.

Stuart Little 2 es un juego muy simple en todos sus aspectos. No es un mal juego para un niño o niña, no tiene violencia, no tiene complicaciones, y no tiene casi dificultad. Para regalar está bien, pero para todo lo demás, es necesario decir que no da la talla, ni como plataformas, ni como juego de matamarcianos, ni como juego de conducción.

Por ello, si se desea un juego para disfrute propio, es mucho más recomendable decantarse por cualquier otra opción con más calidad, que las hay y muchas. Luego, los que quieran seguir disfrutando con las aventuras de este pequeño ratoncito blanco fuera de los cines, solo tienen que adquirir el juego.

 l o   m e j o r

 l o   p e o r