La mejor defensa verde, es un buen ataque de plástico.

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Los soldaditos verdes han vuelto para acabar con los marrones. Pero esta vez el juego es diferente; esta vez, el elemento principal es la estrategia, un género que en consola brilla por su ausencia. Pues para los poseedores de una Playstation 2 con ganas de estrujarse las neuronas, aquí viene un juego de guerra con los veteranos soldados de plástico.

Ahora estos soldados, comandados por Sarge, el protagonista de la saga, se vuelven un poco más estrategas. El juego aquí presente es básicamente un juego de estrategia en tiempo real, y de ahí las siglas del título: RTS (Real Time Strategy). La estrategia en tiempo real es un género que en PC ha sido desarrollado hasta el punto de que hay incontables títulos. Algunos han llegado a la clasificación de míticos, como puede ser el caso de Comand and Conquer, Warcraft 2, Starcraft o Age of Empires 2. Tampoco hay que olvidar los títulos más recientes, como Warcraft 3 o Epire Earth, títutlos que por desgracia solo parece que vayan a ver la luz en el mundos de los PC.

Sin embargo, las consolas tienen un poco olvidado este tipo de juegos. Tan solo PSOne tuvo en su día algunas buenas conversiones de los juegos Comand and Conquer y Red Alert; y hace poco salió para PS2 una conversión de Age of Empires 2. El motivo de que estos juegos no salgan para consolas hay que buscarlos en muchas causas. Una de ellas es el problema de resolución que hay con los televisores, y que obligan a hacer la letra más grande para que pueda leerse en las versiones de consola. Otro problema, es la escasez de memoria RAM que tienen las consolas y que limita el detalle que puedan ofrecer estos juegos. Y quizás el problema más acusado es tener que jugar con un mando en lugar del utilísimo ratón, que aunque puede ser comprado a parte, no hace mucha gracia aumentar el desembolso a mayores de lo que cuesta el juego.

Así que en vista de la escasez de títulos que tratan este tema en el mundo consolero, no es de extrañar que ahora que llega un buen juego de este estilo a PS2, haya que mirarlo con buenos ojos. Evidentemente no se puede comparar con los grandes del género, pero tampoco es necesario. Solo hay que jugarlo y pasar un buen rato, que para eso este Army Men: RTS se lo monta solo y sin ayuda.

Todas las cosas que encontrarán el camino son diminutas, y en muchos casos, resulta divertido ver como son aplicadas para amenizar la partida. Un monopatín o una manguera pueden bloquear un camino, o unos libros pueden ser usados para subir unas escaleras. Por otro lado, los elementos del entorno pueden ser usados para conseguir suministros, como por ejemplo, de un juguete se puede extraer el plástico necesario para crear soldados, o de una pila se puede extraer energía para crear vehículos.

Lo primero que hay que construir son dos edificios. El cuartel es el primero, necesario para construir todos los demás. El siguiente es un depósito de suministros, con el que viene un volquete. Éste, se dedica a ir a las fuentes de suministros, sacar un poco y llevarlo al depósito. Básicamente hay dos tipos de suministros: el plástico y la energía. El plástico se puede obtener de juguetes, de la taza de comida del perro o de los restos de soldados caídos. La energía se puede obtener de pilas o de relojes.

Una vez que los suministros no son un problema, hay que construir más edificios. Algunos para fabricar soldados, y otros para fabricar vehículos. Entre los soldados hay varios tipos: infantería, lanzagranadas, morteros, bazookas, lanzallamas... Entre los vehículos también hay varios: jeep de minas, jeep ametralladora, jeep médico, tanques, helicópteros... Una vez que se tienen los suficientes hay que agruparlos y lanzarlos al ataque del cuartel enemigo. El primero que acaba con todas las tropas enemigas gana, a menos que haya alguna condición especial para acabar la misión.

Pero no todo es atacar, también hay que montar defensas para fortificar la base, ya que los enemigos no se dedican a esperar a que les ataquen (bueno, en las primeras fases sí), sino que también lanzan ataques, cada vez más poderosos y coordinados según se avanza en el juego. Para defenderse se pueden poner puestos de defensa elevados, bunkers, y vayas. Todas las unidades y edificios tienen una barra de vida, que disminuye cuando es atacada, y si se termina, la unidad es destruida y convertida en un charco de plástico, que puede ser reciclado para fabricar más cosas.

Y no todas las unidades de ataque sirven para lo mismo. Algunas, como la infantería están equilibradas, pero los lanzagranadas o los tanques, aunque hacen más daño a las unidades de tierra, no pueden atacar a unidades aéreas. Algunas unidades causan más daño a las tropas, mientras que otras lo hacen a los vehículos, por lo que hay que escoger bien las unidades que se llevan al frente, ya que si son las equivocadas, la derrota será inevitable... y el plástico suele escasear hasta el punto de que es necesario reciclar el de los soldados y vehículos destruidos.

A medida que pasan las partidas, la dificultad aumenta, pero nunca hasta límites imposibles, donde sea extraordinariamente complicado ganar. La inteligencia artificial de los rivales se vuelve más dura, y se empieza a ver como aprovecha cada vez más sus recursos y como planea cada vez ataques más devastadores, a la par que organiza defensas más compactas. Pero a pesar de todo esto, en ningún momento realiza estrategias avanzadas, no intenta expandir sus dominios ni montar nuevas fortalezas para ir acorralando al jugador.

La inteligencia artificial de las propias tropas cuando no se les dan ordenes tampoco es ninguna maravilla, pero al menos está presente. Las unidades de curación pueden llegar a desplazase solas para curar a los heridos o reparar estructuras. Los volquetes pueden ir lejos si hace falta para recoger suministros. Por el contrario, las tropas suelen avanzar en línea cuando se les ordena que vayan a algún sitio, por lo que algunas unidades se topan antes con el enemigo y claro, son destruidas antes de que lleguen las que están más atrás.

Además, cuando una unidad es atacada, responde ella sola a la agresión, por lo que en estado de espera, hay que tener cuidado de que las unidades no se desperdiguen en caso de que vean un enemigo.

El aspecto gráfico es totalmente tridimensional, al contrario que los clásicos de este género. Y es que ahora están de moda las 3D, más que nada porque pueden ofrecer más detalle, mejores efectos especiales y un mejor movimiento de las tropas. De todos modos, a pesar de las 3D, los gráficos son ligeramente sencillos, sin muchos alardes. Cierto es que se pueden apreciar detalles curiosos, y los decorados ambientan muy bien su localización, pero en general, parece como si la todo fuera un poco pobre.

Las diferencias entre los dos ejércitos se limitan al color de sus unidades, que en el caso del jugador son verdes, y en caso del enemigo son marrones; ya que por lo demás, las unidades son las mismas y con la misma forma. Pero a pesar de la poca variedad que hay en cuanto a unidades, hay que reconocer que están bien creadas, representando fielmente las originales con todos sus aspectos, y con un movimiento bien trabajado y creíble, tanto durante el juego como en las presentaciones de cada fase.

Los escenarios, aunque simples, representan bien la localización donde se desatan las guerras en miniatura. Desde el jardín, hasta la cocina, pasando por el sótano o cualquier lugar de la casa por donde tenga que pasar el ejercito verde para cumplir su objetivo. Los más curiosos objetos son usados para delimitar el mapeado, y así, cualquier caja, silla o parte del mobiliario puede ser usada para hacer que un escenario sea más complejo.

Los efectos especiales son bastante buenos en general salvo las explosiones de edificios. Los disparos son fuentes de luz que hacen saltar chispas al llegar a su objetivo. Cuando dos frentes chocan y se comienzan a disparar mutuamente se produce un espectáculo de luces realmente magnífico, ya que las diferentes unidades tienen diferentes tipos de disparos. Tan sólo las explosiones de los edificios resultan un poco pobres, pues sólo se usan unos pocos polígonos con trasparencias para simular la explosión.

 m ú s i c a

La música de este juego es bastante mejor de lo que se podría esperar. Todas las músicas están orquestadas y tienen un ambiente de película realmente bueno. Cierto es también que se repiten un poco con el paso del tiempo, pero no suenan tan altas como para que lleguen a resultar pesadas. En lugar de eso, suenan en un tono ligeramente bajo, como si sólo estuvieran por debajo para ambientar y no quisieran acaparar protagonismo.

Por ello, a pesar de que las misiones pueden llegar a durar mucho tiempo, nunca llegan a hacerse pesadas. Si en algún momento de pausa no se oyen los efectos de sonido, se puede apreciar su buena composición.

Los sonidos de los disparos son los que más se oyen. Están bien trabajados y gracias a su excelente aspecto gráfico, queda un aspecto final muy bueno. También hay sonidos para los vehículos, pasos, explosiones y todo tipo de sonidos característicos de una guerra. Son bastantes, y están hechos con el suficiente esmero para que quedan bien y no resulten repetitivos.

Por otro lado, las voces están en castellano, y además, bastante bien dobladas. Cierto es que no hay aquí un doblaje de película, y algunas expresiones, como las del cobarde buscaminas resultan un poco indigestas, pero en general el aspecto de las voces es bueno, y que estén en castellano siempre es de agradecer.

La jugabilidad de este título ha sido tratada de manera especial, al ser un juego destinado para ser usado con ratón, pero no disponer de uno en consola. Por ello, el control ha sido adaptado al uso del pad, y bastante bien hecho, todo hay que decirlo. La palanca analógica izquierda se usa para mover la cámara, y si se pulsa hacia adentro (botón L3) se mueve más rápido. Los botones superiores se usan para aumentar o disminuir el zoom, eliminar un edificio, ir al instante al lugar del conflicto o mostrar el menú de fabricación.

En el menú de fabricación, a la vez que se tiene el botón pulsado, se puede navegar por los diferentes edificios disponibles y ver lo que se puede fabricar en cada uno. Una vez en el edificio deseado, se selecciona la unidad que se quiera fabricar y se pulsa X, con lo que se empieza a fabricar o se pone a la cola de fabricación. Con la cámara en cualquier lugar del mapa, se puede mandar fabricar cualquier cosa.

Una vez en la acción, se utiliza el botón círculo o cuadrado para seleccionar las unidades. Cuando se pulsa, aparece un círculo en la pantalla, y cuantas más veces se pulsa, más grande se vuelve y más unidades se cogen. Si después se cogen otras unidades, se pueden volver a coger todas las anteriores tan solo pulsando el triángulo sobre una de ellas. Así se pueden formar grupos diferentes, y seleccionarlos con solo un botón.

Una vez seleccionadas las tropas, se las puede desplazar con el botón X. En el centro de la pantalla hay un icono con forma circular, y las tropas irán al punto marcado por dicho icono. Si se coloca sobre una unidad enemiga, las unidades seleccionadas la atacarán. Pero como en los momentos de acción no hay tiempo para apuntar a las unidades enemigas, hay un atajo: con la palanca analógica derecha, y en caso de que haya algún enemigo en la pantalla, se puede seleccionar con una sola pulsación. En caso de haber varios enemigos, con la mencionada palanca se puede hacer que el punto de mira se desplace de una a otra con una única pulsación.

El resultado final es un control muy sencillo de usar teniendo en cuenta que se hace con un pad. También es verdad que la inteligencia artificial enemiga no resulta excesivamente peligrosa, por lo que tampoco es necesario realizar maniobras excesivamente rápidas o complicadas durante la partida.

El juego en sí es bastante sencillo, casi ideal para los menos metidos en el tema, o para los que quieran iniciar su aventura en el mundo de los juegos de estrategia en tiempo real. Todos los que ya tengan idea, experiencia, o estén acostumbrados a juegos de este estilo que sean difíciles, puede que aquí no encuentren un reto y seguramente les resulte aburrido.

La conclusión a la que se llega, es que este juego es muy bueno, pero solo recomendable en según que casos. Evidentemente, si ésta fuera la versión de PC, se llevaría menos nota, pues no podría competir contra otros títulos del mismo género. Pero en consola la cosa es diferente. En PS2, salvo la conversión de Age of Emipres 2 no hay ningún otro juego de estrategia, y menos con un control tan bien adaptado. Así que todos aquellos que quieran comenzar su adicción por este género, o cultivar la que ya tengan, pero que no disponen de otros medios más que la consola, aquí tienen aquí el juego ideal para hacerlo (¡y ojo!, porque este tipo de juego produce mucha adicción, sobre todo en las primeras partidas). El resto de los jugadores puede que lo encuentren un poco soso, pero nunca carente de cierta gracia.

 l o   p e o r